Polonia La “perla” de los nuevos socios de la UE Polonia es el mayor país de los nuevos miembros de la UE en población y superficie y el primero que ha superado los niveles de producción y renta de 1989. Su situación estratégica en el corazón de Europa le convierte en plataforma idónea para acceder a los mercados de Europa Oriental y Asia. Encrucijada de caminos entre Oriente y Occidente, enclave estratégico en el corazón de Europa, la situación geográfica ha sido desde siempre uno de los principales activos de Polonia. Un país golpeado por la historia, pero sostenido por el tesón y el heroísmo de sus gentes y por una firme e inequívoca vocación europeista. Esta condición de plataforma hacia los mercados de Escandinavia, Rusia, Europa Oriental y Asia, ha convertido a Polonia en foco de atracción de los inversores extranjeros, fundamentalmente europeos y norteamericanos, siendo la entrada de capital exterior, junto al fuerte repunte de la exportación, el motor principal de la recuperación de la economía polaca en los últimos dos años, tras la ralentización económica sufrida en 2001 y 2002. Durante el año 2003 el PIB de Polonia creció el 3,8%, debido al excelente comportamiento de los sectores industrial y de servicios, y las previsiones de los principales organismos internacionales estiman que mantendrá tasas de crecimiento en torno al 5% durante los próximos años. Por ramas de actividad, los servicios aportan cerca del 60% del PIB nacional y generan el 48% del empleo, destacando el fuerte dinamismo de las telecomunicaciones, además de los servicos comerciales, financieros, educativos, sanitarios y el turismo, área ésta en la que Polonia tiene un enorme potencial. La industria representa en torno al 27% del PIB, incluyendo la construcción, y en los últimos años ha experimentado incrementos de productividad considerable. Polonia es el séptimo productor mundial de carbón y dispone, además, de abundantes reservas de lignito, cobre, hierro, zinc, azufre y ámbar. Las industrias siderúrgicas y mineras están inmersas en planes de reconversión que empiezan a dar sus frutos. Una característica de la economía polaca es el peso de la agricultura que, pese a aportar sólo el 3% del PIB, emplea al 28% de la fuerza laboral del país, lo que habla tanto de su baja productividad como de la importancia que tiene este sector en la toma de decisiones políticas, hasta el punto de que el sector agrario ha sido uno de los principales puntos de conflicto en sus negociaciones de adhesión. La superficie cultivable supera los 16 millones de hectáreas y los principales cultivos son cereales, patatas, remolacha, azúcar, frutas y hortalizas; mientras que en ganadería destacan las cabañas porcina y avícola, así como la producción de leche. En la actualidad, la participación del sector privado en el PIB es del 72%, tasa que seguirá aumentando conforme avance el proceso de privatizaciones, especialmente en los sectores financiero, energético y de telecomunicaciones. El Gobierno polaco mantiene una actitud favorable a la atracción de inversiones exteriores y desde la entrada en vigor de la nueva Ley de Sociedades, en enero de 2000, existe igualdad de trato para los inversores nacionales y extranjeros. Francia lidera la clasificación de inversores extranjeros en Polonia, con 10.964 millones de euros acumulados entre 1989 y 2003, seguido de Estados Unidos con 7.251 millones, y Alemania e Italia con 6.959 millones y 3.248 millones de euros, respectivamente. Unas cifras que hablan por sí solas del atractivo de Polonia y que contrastan con la pobre presencia de inversiones españolas, apenas 600 millones de euros en el mismo periodo, que suponen menos del 1% del total de los capitales exteriores productivos en el país. Desde el punto de vista comercial Polonia es, sin embargo, el mayor socio comercial en Europa central y del este y los intercambios entre los dos países han mostrado un fuerte crecimiento desde el inicio de las negociaciones de adhesión a la UE. El crecimiento medio de las exportaciones españolas a Polonia ha sido del 26,7% entre 1993 y 2003, frente al 14,9% de crecimiento medio para la exportación total. Las importaciones de Polonia han crecido el 26,4% frente al 15,4% de aumento total de las compras exteriores, también en media durante el mismo periodo. De enero a octubre de 2004 las ventas españolas a Polonia sumaban 1.203,9 millones de euros, frente a unas compras por 1.359,3 millones con crecimientos del 5,4% y 54%, respectivamente. La exportación española a este nuevo socio de la UE está muy concentrada en cinco sectores: vehículos de transporte, productos hortofrutícolas, productos químicos, equipos y componentes de automóvil y equipos de telecomunicaciones; mientras que la importación española consiste fundamentalmente en maquinaria y equipos eléctricos. A medio plazo las previsiones de la Oficina Comercial de España en Varsovia para los sectores más importantes del comercio español son “muy positivas, ya que se trata de productos con escasa competencia polaca, que se beneficiarán inmediatamente de la supresión de aranceles”. Además, los aumentos de renta que se derivarán de la incorporación a la UE permiten oportunidades interesantes para las frutas y hortalizas, bienes de equipo, automóvil y materiales de construcción. José María Triper