Dictamen de la Procuración General:

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Dictamen de la Procuración General:
La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de
Morón -Sala I- revocó la sentencia de primera instancia al
rechazar la demanda por indemnización de daños y perjuicios
iniciada por Pablo Eugenio Diaz Vasallo contra Vicenty y
Gomara S.R.L. y Pedro Marcelino Vicenty (fs. 611/615).
Contra
actora
este
mediante
pronunciamiento
los
recursos
se
alza
la
parte
extraordinarios
de
inaplicabilidad de ley y nulidad de fs. 618/633 y 634/642,
respectivamente.
El de nulidad -único por el que debo intervenirlo funda en la violación del art. 168 de la Constitución
Provincial al existir omisiones de cuestiones esenciales
(fs. 634).
Considera que la sentencia en crisis
“1) Omitió decidir si el recurso era desierto.
2) Omitió decidir sobre el primer informe de la
DNA fs. 551, 552 donde se declara incompetente.
3) Omitió decidir sobre la veracidad puesta en
duda del segundo informe fs. 574/579.
4) Omitió decidir sobre la competencia del único
organismo que decide técnicamente las causas del accidente
que es la JIAAC.
5)
Omitió
decidir
porqué
contestó dos veces el mismo oficio.
el
mismo
organismo
6) Omitió decidir sobre la falta de prueba con
respecto de las razones esgrimidas por el demandado.
7) Omitió decidir sobre la incompetencia de la
DNA para contestar dicho oficio”. (fs. 641 vta.).
El recurso no puede prosperar.
En
efecto.
La
primera
cuestión
que
se
dice
omitida -suficiencia técnica del recurso de apelación- ha
sido resuelta en forma implícita por parte del “a quo” al
atender los agravios de la parte demandada (conf. S.C.B.A.,
Ac.54.818, sent. del 5-7-96).
Y, las restantes cuestiones en tanto se refieren
a
aspectos
probatorios,
todos
relacionados
-directa
o
indirectamente- con los informes de entidades vinculadas a
la
actividad
aeronáutica
utilizados
para
demostrar
los
extremos fácticos que formaron parte de la litis -tal como
lo viene sosteniendo desde hace mucho tiempo esa Cortecarecen de la nota de esencialidad requerida a los fines
recursivos intentados (conf. S.C.B.A., Ac.59.680, sent. del
28-4-98, entre otros).
Por
lo
brevemente
dicho,
requiero
de
V.E.
el
rechazo de este recurso extraordinario de nulidad (conf.
art. 298 del Código Procesal Civil y Comercial).
Así lo dictamino.
La Plata, 5 de septiembre de 2000 - Juan Angel De
Oliveira
A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 1 de abril de 2004,
habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en
el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden
de
votación:
doctores
de
Lázzari,
Negri,
Pettigiani,
Hitters, Salas, Roncoroni, Soria, Genoud, Kogan, se reúnen
los
señores
jueces
de
la
Suprema
Corte
de
Justicia
en
acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en
la causa Ac. 77.654, “Díaz Vasallo, Pablo Eugenio contra
Vincenty y Gomara S.R.L. y otro. Daños y perjuicios”.
A N T E C E D E N T E S
La Sala I de la Cámara de Apelación en lo Civil y
Comercial
del
sentencia
apelada,
entablada,
Departamento
con
Judicial
rechazando
costas
de
en
ambas
de
Morón
revocó
consecuencia
instancias
la
a
la
acción
la
parte
actora.
Se
interpusieron,
por
el
accionante,
recursos
extraordinarios de nulidad e inaplicabilidad de ley.
Oído el señor Subprocurador General, dictada la
providencia de autos y encontrándose la causa en estado de
dictar
sentencia,
la
Suprema
Corte
resolvió
plantear
y
votar las siguientes
C U E S T I O N E S
1a.
¿Constituyen
cuestión
esencial
los
reparos
opuestos
por
la
parte
apelada
a
la
suficiencia
de
la
extraordinario
de
expresión de agravios?
En su caso:
2a.
¿Es
fundado
el
recurso
nulidad?
Caso negativo:
3a. ¿Lo es el de inaplicabilidad de ley?
V O T A C I O N
A la primera cuestión planteada, el señor Juez
doctor de Lázzari dijo:
La
exigencia
de
resolver
las
cuestiones
esenciales planteadas por las partes, cuyo incumplimiento
depara la nulidad en los términos de los arts. 168 y 161
inc. 3º, ap. b) de la Constitución de la Provincia, se
vincula inescindiblemente con el principio de congruencia.
Se trata del análisis y resolución de aquellos puntos que
constituyen
conforman
la
el
estructura
esquema
de
la
traba
jurídico
de
que
la
la
litis
y
sentencia
necesariamente debe atender para la solución del litigio
(esta Corte, “D.J.B.A.”, 111-57, 116-118, 117-217, 119-631,
entre muchos otros precedentes y mi opinión en causas Ac.
65.394
y
Ac.
69.978,
ambas
sents.
del
29-IX-1998
en
“D.J.B.A.”, 155-389 y 411 y Ac. 68.219, sent. del 23-II2000 en “D.J.B.A.”, 158-103).
Las
cuestiones
esenciales,
por
tanto,
son
aquéllas
que
litis.
Como
han
determinado
expresan
ontológicamente
a
los
la
plataforma
misma
Azpelicueta-Tessone,
elementos
de
la
de
la
“remiten
pretensión
y
oposición” (“La alzada, Poderes y deberes”, Ed. Platense,
p. 205).
En esas condiciones, la omisión en que incurriese
la Cámara sobre el planteo de insuficiencia del memorial de
agravios, no participa de aquella condición por vincularse
a una temática que no concierne a la base constitutiva del
proceso. Es cierto que la eventual admisión del planteo
podría sellar la suerte del juicio en la medida que la
deserción del recurso depararía firmeza al fallo de primera
instancia. Pero esa influencia no es distinta de la que
posee,
en
general,
desenlace
del
la
inocultable
juicio
poseen
incidencia
diversas
que
en
el
alternativas
procesales vinculadas con la noción de carga.
Voto por la negativa.
A la primera cuestión planteada, el señor Juez
doctor Negri dijo:
La
resolución
sobre
la
suficiencia
de
la
expresión de agravios puede gravitar decisivamente en el
resultado
final
del
litigio,
por
lo
que
corresponde
considerarla esencial en los términos del art. 168 del la
Constitución
provincial
otras)
sin
ello
(mi
perjuicio
voto
de
en
que
Ac.
pueda
46.691,
recibir
entre
una
consideración
implícita
por
parte
del
tribunal
de
apelación.
Voto por la afirmativa.
A la primera cuestión planteada, el señor Juez
doctor Pettigiani dijo:
Considero que, como se sostuviera por esta Corte
en
Ac.
25.792
publicada
en
impugnaciones
(sentencia
“Acuerdos
de
del
y
la
19
de
febrero
Sentencias”,
parte
apelada
de
1980,
1980-I-62),
respecto
las
de
la
suficiencia de la expresión de agravios de la contraria,
constituyen cuestiones esenciales en los términos del art.
168 de la Constitución provincial, entendiéndose por tales
las
que,
según
las
necesarias
para
encuentran
constituidas
decisión
la
modalidades
depende
pronunciamiento
correcta
por
que
solución
puntos
directamente
y
del
por
el
su
o
caso,
del
pleito,
capítulos
sentido
y
resultan
de
se
cuya
alcance
naturaleza
del
influyen
directamente en el mismo (causas Ac. 32.953, sent. del 12VI-1984; Ac. 42.311, sent. del 31-X-1989 en “Acuerdos y
Sentencias”, 1989-IV-15; Ac. 43.836, sent. del 20-XI-1991;
Ac. 45.992, sent. del 19-X-1993 en “D.J.B.A.”, 145-249, “La
Ley”,
1994-C-107;
Ac.
50.762,
sent.
del
7-III-1995
en
“D.J.B.A.”, 148-223, “El Derecho”, 164-400, “Jurisprudencia
Argentina”, 1995-III-638; Ac. 57.889, sent. del 17-II-1998;
entre otras), carácter que reviste la objeción formulada
relativa a la insatisfacción en el libelo de expresión de
agravios de las exigencias procesales previstas por el art.
260
del
Código
Procesal
Civil
y
Comercial,
pues
a
la
decisión de tal planteo, en uno u otro sentido, se supedita
el resultado del fallo a dictar por la alzada.
Por ello, voto por la afirmativa.
A la primera cuestión planteada, el señor Juez
doctor Hitters dijo:
Recordé al votar la causa Ac. 46.691 que el tema
sub examine fue abordado con diversos resultados por esta
Corte, por lo que puede decirse que su jurisprudencia ha
sido oscilante.
En efecto, antes del 19 de febrero de 1980, había
considerado
infundados
los
reclamos
basados
en
esas
omisiones, partiendo de la base que la referida preterición
no debía ser entendida como cuestión esencial (“Acuerdos y
Sentencias”: 1961-III-287; IV-618; 1966-III-953; 1970-II581;
1973-I-456;
Ac.
22.938;
sent.
del
3-V-1977;
Ac.
25.991, sent. del 3-X-1978).
Empero, a principios de la pasada década este
cuerpo
descalificó
ciertos
decisorios
que
pasaron
inadvertida la crítica efectuada por el vencedor, respecto
de la expresión de agravios del perdidoso (Ac. 25.792 del
19-II-1980;
ídem
Ac.
28.554
del
15-IV-1980,
etc.),
entendiendo que de ese modo el juzgador había omitido una
cuestión
esencial
por
no
referirse
expresamente
a
la
suficiencia de la fundamentación hecha por el impugnante.
En la citada causa Ac. 25.792 -como ya se dijose cambió la postura tradicional de este Tribunal y quedó
consagrada como doctrina legal, que las objeciones de la
parte
apelada
acierto,
son
sobre
esta
“cuestiones
temática,
cualquiera
esenciales”
que
sea
deben
su
ser
abordadas explícitamente por la alzada (conf. Ac. 28.554
cit.).
Calificados doctrinarios criticaron tal postura
de la Corte, entendiendo que si la Cámara se ocupaba del
recurso, era porque tácitamente había descartado el déficit
técnico del escrito de agravios, por lo que en ese caso no
había ninguna omisión (Martocci, José M. y Millán, Gustavo
M., “El recurso extraordinario en la Provincia de Buenos
Aires”, pág. 344, nota 42, entre otros).
Pocos meses después, quizás escuchada esa y otras
prédicas, este Tribunal, en la causa Ac. 29.372 (del 25-XI1980), volvió sobre sus pasos, y decidió que si la alzada
había entrado a considerar los planteos del quejoso, es
porque partió de la base que los agravios del apelante
fueron aptos para sostener el recurso. Este decisorio si
bien retorna a la tesis tradicional, no es igual, porque
aquí no se dice que no sea una “cuestión esencial”; sólo se
sostiene que el tratamiento por la Cámara de las demás
cuestiones, implica que tácitamente ha abordado el de la
suficiencia. Es esta la doctrina que podríamos denominar de
la suficiencia tácita.
Sin que pasara siquiera un mes, esta Corte, en la
causa
Ac.
29.018
(fallada
el
2-XII-1980)
arribó
a
una
conclusión similar -aunque estimo, con variados basamentos, porque aquí se señaló que la falta de pronunciamiento
sobre
la
constituye
suficiencia
cuestión
de
la
esencial
expresión
y
que
al
de
agravios
adentrarse
en
no
su
tratamiento, implícitamente había decidido la cuestión. En
tal pronunciamiento el argumento principal fue, a mi modo
de ver, que no se trataba de una cuestión esencial, y el
argumento secundario, el de la suficiencia tácita.
En las causas Ac. 30.267 (sent. del 2-VIII-1983)
y Ac. 30.677 (sent. 30-VIII-1983) se mantuvo esta última
tesitura. Sin embargo, el 29 de setiembre de 1987, esta
Corte
volvió
a
dejar
de
lado
la
tesis
tradicional
y
consideró -por mayoría- que constituye cuestión esencial el
reparo
opuesto
por
la
apelada
a
la
suficiencia
de
la
expresión de agravios de la contraria (Ac. 34.412, “Garro,
Víctor G. y otro...” volviendo a la postura que tuviera
vida el 19 de febrero de 1980 a través del Ac. 25.292, ya
citado). Tal corriente se ha mantenido hasta el presente.
Hecho este desarrollo, paso a ocuparme de esta
primera cuestión, considerando que los temas atinentes a la
suficiencia
de
la
expresión
de
agravios
son
cuestiones
esenciales, habida cuenta que, según la modalidad del caso,
resultan necesarias para la correcta solución del pleito, y
están constituidas por puntos o capítulos de cuya decisión
depende el sentido y alcance del pronunciamiento, que por
su naturaleza influye directamente en el fallo (causas Ac.
26.628; Ac. 29.864; Ac. 34.412).
En tanto la decisión sobre la suficiencia de la
expresión de agravios pudiera influir definitivamente en el
resultado
final
del
pleito,
corresponde
considerarla
esencial en los términos del art. 168 de la Constitución
provincial (reformada en 1994) (mi opinión en Ac. 65.394 y
Ac. 69.978, ambas sents. del 29-IX-1998 en “D.J.B.A.” 155389 y 411 y Ac. 72.097, sent. del 10-V-2000).
Voto por la afirmativa.
A la primera cuestión planteada, el señor Juez
doctor Salas dijo:
Expreso
mi
adhesión
a
la
opinión
del
colega
doctor de Lázzari y en consecuencia voto por la negativa.
El señor Juez doctor Roncoroni, por los mismos
fundamentos del señor Juez doctor Hitters, votó la primera
cuestión también por la afirmativa.
A la primera cuestión planteada, el señor Juez
doctor Soria dijo:
`
I. Adhiero al voto del doctor de Lázzari, con las
siguientes consideraciones complementarias.
II. La falta de tratamiento expreso por parte del
a quo al planteo de insuficiencia de los agravios formulado
a fs. 595/596 por el recurrente, no puede ser considerada
cuestión
esencial
en
los
términos
del
art.
168
de
la
Constitución provincial. Es que, la denunciada deficiencia
de la alzada -de haberse configurado-, no se relaciona con
los
elementos
que
han
estructurado
la
litis,
sino
que
trasunta un aparente defecto en el examen de admisibilidad
del recurso impetrado por la aquí demandada a fs. 588/592.
Tal
examen,
incumben
a
al
los
no
exceder
jueces
de
las
la
facultades
causa
es,
propias
que
por
regla,
los
mismos
irrevisable en la instancia extraordinaria.
Por ello, voto por la negativa.
El
fundamentos
señor
del
Juez
señor
doctor
Juez
Genoud,
doctor
de
por
Lázzari,
votó
la
primera cuestión también por la negativa.
La señora Jueza doctora Kogan, por los mismos
fundamentos del señor Juez doctor Soria, votó la primera
cuestión también por la negativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor Juez
doctor de Lázzari dijo:
Interpone
el
actor
recurso
extraordinario
de
nulidad en el que denuncia violación a los arts. 168 de la
Constitución provincial y 296 del Código Procesal Civil y
Comercial.
A fs. 641 vta. plantea la omisión de diversas
cuestiones:
1.
La
de
decidir
acerca
de
la
deserción
del
recurso de apelación.
2.
Sobre
el
primer
informe
de
la
Dirección
Nacional Aeronáutica donde se declara incompetente.
3. Sobre la veracidad del segundo informe.
4. Sobre la decisión referida a la competencia de
la J.I.A.A.C.
5. Sobre por qué el organismo emitió dos veces el
mismo oficio.
6. Sobre la falta de prueba del demandado.
7.
Sobre
la
incompetencia
de
la
D.N.A.
para
contestar el oficio.
8. Sobre todas las cuestiones planteadas en el
escrito de contestación de agravios.
Coincido con el dictamen del señor Subprocurador
General en que el recurso no tiene andamiento.
Como
resultado
de
la
votación
a
la
cuestión
anterior se ha modificado el criterio mayoritario sostenido
por
esta
Corte
que
reconocía
naturaleza
de
cuestión
esencial a las objeciones formuladas por la apelada a la
suficiencia
de
la
expresión
de
agravios.
Por
lo
que
corresponde desestimar el agravio elaborado sobre el punto,
toda vez que la eventual omisión a una cuestión no esencial
resulta ajena al recurso extraordinario de nulidad.
Con relación al resto de los planteos resulta
aplicable la doctrina de este Tribunal acerca de que no
pueden
a
través
formularse
del
alegaciones
recurso
de
extraordinario
índole
probatoria,
de
nulidad
porque
su
deficiente examen o eventual ausencia de tratamiento no
constituyen
omisión
de
“cuestión
esencial”,
ni
revisten
tampoco esta última calidad los argumentos traídos por las
partes (Ac. 45.174, sent. del 21-V-1991; Ac. 51.583, sent.
del 17-X-1995 en “Acuerdos y Sentencias”, 1995-III-818; Ac.
55.359, sent. del 4-III-1997; Ac. 59.680, sent. del 28-IV1998 en “D.J.B.A.”, t. 155-83; Ac. 73.291, sent. del 26-V1999).
En concordancia con el dictamen de la Procuración
General, doy mi voto por la negativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor Juez
doctor Negri dijo:
En atención a lo decido por la mayoría en la
cuestión precedente, adhiero al voto del doctor de Lázzari
y doy el mío por la negativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor Juez
doctor Pettigiani dijo:
Habiéndose
impuesto
una
nueva
mayoría
en
esta
Corte que niega la naturaleza de cuestión esencial a las
objeciones
expresión
respecto
de
de
agravios,
la
suficiencia
técnica
tal
circunstancia
me
de
fuerza
la
a
adherir al voto expresado por el doctor de Lázzari.
Voto por la negativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor Juez
doctor Hitters dijo:
En atención a lo decidido en la primera cuestión,
adhiero al voto del doctor de Lázzari.
Voto por la negativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor Juez
doctor Salas dijo:
Comparto la opinión de lo expresado por el colega
doctor de Lázzari y, en consecuencia, voto por la negativa.
Los
señores
jueces
doctores
Roncoroni,
Soria,
Genoud y Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez
doctor de Lázzari, votaron la segunda cuestión también por
la negativa.
A la tercera cuestión planteada, el señor Juez
doctor de Lázzari dijo:
I.
sentencia
de
Sostuvo
la
primera
Cámara
a
instancia
quo
y
para
rechazar
revocar
la
la
acción
instaurada los siguientes argumentos:
Partiendo de la necesidad de la existencia de
relación
causal
responsabilidad,
como
a
los
factor
efectos
de
de
atribución
señalar
el
error
de
del
juzgador de origen, hizo hincapié en el informe final de la
Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil en
el
que
surgía
que
“...
la
detención
del
motor
de
la
aeronave se produjo por frenamiento, debido a la falta de
lubricación del cojinete delantero del cigüeñal. Que el
origen de la falta de lubricación debería ser confirmado
por
la
D.N.A.,
manguito
y
las
estableciendo
arandelas
si
se
continuaron
produjo
porque
colocadas
una
el
vez
extraído el radiador (por el taller demandado), o por la
escasa
cantidad
de
aceite
en
el
circuito,
o
por
ambas
causas...” (v. fs. 612) por lo que concluyó que se limitaba
a señalar las causas probables de la falta de lubricación,
sometiéndolas a la confirmación de la Dirección Nacional de
Aeronavegabilidad.
Se refirió luego a los oficios que el Juez de
primera
instancia,
en
uso
de
la
facultad
deber
que
le
confiere el art. 36 inc. 2º del Código Procesal Civil y
Comercial, libró a la J.I.A.A.C. y a la D.N.A., antes del
llamamiento de autos para dictar sentencia.
Manifestó que la Junta contestó el suyo a fs.
545/547 informando que “... la insuficiente lubricación se
produjo por: '1) Una posible cantidad insuficiente (sic) de
aceite lubricante y como factor contribuyente: 2) remoción
del
radiador
de
aceite
mediante
una
configuración
prevista por el fabricante'“ (v. fs. 612 vta.).
no
Analizó
luego
la
contestación
de
la
Dirección
Nacional de Aeronavegabilidad, que se agregó a los autos
luego de la sentencia, por lo que no fue considerada por el
inferior,
asignándole
referencia
que
la
fundamental
J.I.A.A.C.
importancia
efectuó,
como
por
ha
la
quedado
dicho, expresando que de acuerdo a la misma “... la falta
de lubricación en el motor de la aeronave de autos se debió
a
la
carencia
de
suficiente
cantidad
de
aceite
en
el
sistema, lo cual fue provocado por una insuficiente carga
en el sumidero...” (v. fs. 612 vta.), ello por cuanto el
eje del cigüeñal no estaba engranado y se demostró que la
conexión denominada “by pass” no era la causa de falta de
aceite. Dijo también que dicha conexión era usada durante
los
ensayos
en
banco
de
prueba
de
motores
y
que
la
insuficiente carga en el sumidero originaba una descarga en
los botadores hidráulicos en las válvulas de admisión y a
ello se debió la detención del motor en vuelo.
Con cita de jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación y de la propia Sala, referida a que
el proceso no puede ser conducido en términos puramente
formales y a la facultad deber del juez de disponer lo
necesario para esclarecer los derechos en debate, resolvió
evaluar la citada prueba basado en la especial importancia
que la misma revestía para el caso.
Consideró luego que las demás pruebas producidas,
frente a la contundencia de las conclusiones de la Junta y
de la Dirección, carecían de la entidad suficiente.
En
base
a
ello
tuvo
por
no
probado
que
la
extracción del radiador por parte del taller demandado y el
consecuente “by pass” realizado “... hayan sido la causa de
la falta de lubricación que produjo la detención del motor
y posterior accidente del avión Piper PA 11 (matrícula LVYMI)” (fs. 613 vta.).
No acreditada para el a quo tal circunstancia, no
encontró
omisión
la
del
conexión
causal
demandado
y
el
adecuada
daño
entre
cuyo
la
acción
resarcimiento
u
se
pretendía por lo cual resolvió como lo hizo.
II. Frente a dicho pronunciamiento se alza el
actor mediante recurso extraordinario de inaplicabilidad de
ley en el que denuncia violación o aplicación errónea de
los arts. 375, 384, 394, 421 y 474 del Código Procesal
Civil
y
decreto
Comercial;
934/1970
y
185
4.1
del
del
Código
Aeronáutico;
reglamento
de
la
1
del
Dirección
Nacional de Aeronavegabilidad y absurdo en la apreciación
de la prueba.
Aduce el recurrente que en virtud de lo reglado
en los arts. 185 del Código Aeronáutico, 1 del decreto
934/1970 y punto 4.1 del Reglamento de la D.N.A., el único
organismo
competente
para
expedirse
es
la
Junta
de
Investigaciones de Accidentes de Aviación, por lo que yerra
la juzgadora de grado al tener en cuenta el informe de la
Dirección Nacional de Aeronavegabilidad por
ser un órgano
incompetente para la evacuación del informe y por basarse
en el previo informe de la citada junta, con violación del
art. 394 del Código Procesal Civil y Comercia
.
Considera también violado el art. 473 del mismo
cuerpo legal por cuanto el fallo se aparta del informe
pericial de fs. 383/390 y cita jurisprudencia al respect
.
Denuncia asimismo absurdo material debido a que
el a quo manifiesta que la J.I.A.A.C. y la D.N.A. llegaron
a la misma conclusión, siendo que la primera llegó a la
misma conclusión que la del perito de autoy la segunda a
ninguna
por
no
ser
competente,
con
transcripción
de
jurisprudencia.
Expresa por último que al determinar que no hay
relación de causalidad entre la extracción del radiador y
el siniestro, se violan las leyes de la sana crítica, según
doctrina de esta Corte que reproduce.
III. Considero que no asiste razón al recurrente.
Para resolver como lo hizo, la magistrada votante
tuvo en cuenta lo expresado en sus conclusiones por la
autoridad competente para expedirse, esto es, la Junta de
Investigaciones de Accidentes de Aviación, la que en su
informe expresa a fs. 345 vta.: “La determinación de cómo
debió hacerse la tarea al retirar el radiador, debería ser
resuelta por la Autoridad Técnica, la D.N.A., quien podría
hacerlo con mayores elementos de juicio que la JIAAC”; a
fs.
345
bis
lubricación
podemos
debería
leer:
ser
“El
origen
confirmado
de
por
la
la
falta
de
D.N.A.,
estableciendo si esa falta de lubricación pudo producirse
porque el manguito y las arandelas continuaron colocados al
retirarse el radiador de aceite o por escasa cantidad de
aceite en el circuito, o por ambas causas” y a fs. 345 bis
vta.: “Dar pase de este expediente a la D.N.A. (DAG), para
que confirme, en base a la documentación correspondiente,
si fue incorrecto el trabajo realizado por el taller que
quitara del motor el radiador de aceite...”.
Luego, a fs. 346, en la disposición 03/1995 de la
citada Junta, se ordena expreso traslado a la D.N.A. para
evacuar los puntos mencionados supra, lo que se concreta el
7 de abril de 1995, lo que surge de la fotocopia de fs.
350.
A fs. 541 el juez de origen, con anterioridad al
llamado de autos para dictar sentencia, con apoyo en el
art. 36 inc. 2º del Código Procesal Civil y Comercial,
ordenó librar sendos oficios a la Junta de Investigación de
Accidentes de Aviación Civil y a la Dirección Nacional de
Aeronáutica (sic), informando la primera a fs. 546/547 y
reiterado el oficio a la segunda, contestó la Dirección
Nacional de Aeronavegabilidad que lo había enviado a la
Junta
por
ser
ésta
competente,
como
lo
afirma
el
recurrente.
Pero a fs. 553, la misma Junta informa al Juzgado
que el oficio a la D.N.A. le fue enviado erróneamente y que
lo remite nuevamente “para que proceda a dar la pertinente
respuesta”.
Más allá de las contingencias que sufriera el
trámite
de
la
contestación
de
dicho
oficio
(v.
fs.
574/580), su contenido fue correcta y debidamente tenido en
cuenta por la Cámara a quo, pese a lo pretendido en la
contestación de agravios del actor, y ello con apoyo en
jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
y
de
la
misma
Sala,
por
cuanto
resultaba
de
vital
importancia para el esclarecimiento de los hechos, ya que
justamente el organismo competente para la evacuación del
informe,
resultaba
expresamente,
definitorio
como
para
hemos
el
visto,
meollo
de
consideró
la
cuestión
que
el
informe de la Dirección Nacional de Aeronavegabilidad, lo
que echa por tierra los argumentos del recurrente referidos
a la competencia de los organismos en juego así como los
referidos a la violación de los arts. 384 y 473, máxime
cuando el a quo hace expresa referencia a la falta de
entidad suficiente del resto de la prueba para demostrar lo
contrario, en uso de facultades que le son inherentes, por
lo que tampoco se ha demostrado el absurdo denunciado.
Tiene dicho este Tribunal que la valoración de la
prueba
en
general,
y
el
análisis
de
la
documental
y
pericial en especial es una típica cuestión de hecho, no
revisable
-en
principio-
en
sede
extraordinaria
(Ac.
47.966, sent. del 4-V-1993; Ac. 54.156, sent. del 5-IV1994;
Ac.
determinar
51.999,
si
ha
sent.
del
mediado
o
20-II-1996)
no
relación
al
igual
que
de
causalidad
adecuada y, como tal, sólo puede ser reexaminada en la
instancia extraordinaria si se pone en evidencia que la
conclusión impugnada es el resultado de un razonamiento
viciado por el absurdo (Ac. 55.144, sent. del 12-XI-1996;
Ac. 58.043, sent. del 12-VIII-1997; Ac. 70.093, sent. del
23-VI-1998; Ac. 67.992, sent. del 17-XI-1999; Ac. 71.406,
sent. del 23-VIII-2000) y en razón de lo antes expuesto no
se ha configurado dicho vicio en el presente caso ya que es
el
error
palmario,
conclusiones
grave
y
manifiesto
contradictorias,
que
conduce
inconciliables
a
e
incongruentes con las constancias objetivas de la causa
(Ac. 58.938, sent. del 17-X-1995; Ac. 63.556, sent. del 8X-1996; Ac. 64.347, sent. del 18-II-1997; Ac. 71.327, sent.
del 18-V-1999, entre muchas otras).
Considero, pues, que debe rechazarse el recurso
extraordinario que dejo examinado, por lo que doy mi voto
por la negativa.
Los
señores
jueces
doctores
Negri,
Pettigiani,
Hitters, Salas, Roncoroni, Soria, Genoud y Kogan, por los
mismos
fundamentos
del
señor
Juez
doctor
de
Lázzari,
votaron la tercera cuestión también por la negativa.
Con
lo
que
terminó
el
acuerdo,
dictándose
la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, de
conformidad con lo dictaminado por el señor Subprocurador
General
recursos
con
respecto
al
extraordinarios
de
nulidad,
interpuestos;
se
con
rechazan
costas
los
(arts.
289 y 298, C.P.C.C.).
El depósito previo de $ 3609, efectuado a fs.
646, queda perdido para el recurrente (art. 294, C.P.C.C.),
debiendo el tribunal dar cumplimiento a lo dispuesto por
los arts. 6 y 7 de la Resolución 425/2002 (texto Resol.
870/2002).
Notifíquese y devuélvase.
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