Guía para calificación de los textos mediante los adjetivos bipolares Taller de evaluación de la escritura en estudiantes universitarios. Universidad Iberoamericana, Puebla. Junio, 2007. Claro: Las ideas están expresadas en frases simples y comprensibles. La conclusiones se derivan de los argumentos. Cada párrafo se dedica a una idea. El texto se lee de manera fluida. Confuso: Las frases no terminan las ideas. Una misma idea dividida en varios párrafos. Pronombres ambiguos; no se sabe a qué se refieren. Da cosas por sabidas o aceptadas. Redacción atropellada, dificulta la comprensión e integración de las ideas. Complicado: Frases u oraciones largas, con oraciones subordinadas. La Sencillo: Se usan frases breves, puntuación no ayuda a entender mejor. ligadas. Puntuación adecuada. No hay Redundante en forma excesiva; exceso de palabras. dificultad para entender el argumento central. Preciso: Los sustantivos y verbos usados denotan claramente a qué se refieren. Presenta las ideas necesaria e indispensables para dar a conocer la finalidad del texto. Vago: Uso de sustantivos que abarcan demasiado "cosas, eventos, etc" No se puede determinar claramente el referente de algunos sustantivos. Pronombres indefinidos "eso, esos". El mensaje puede resultar ambiguo. Formal: Respeta las convenciones de escritura del texto expositivo; impersonal, razona, argumenta. Informal: Usa palabras coloquiales, apela a sentimientos o gustos. Original: El estilo de escritura y el 'nivel' de la discusión se mantienen constantes a lo largo del texto. No hay 'frases hechas' entremezcladas. Las ideas vertidas en el texto resultan de la inventiva de su autor. Plagio/copia: Hay frases o párrafos copiados sin hacer la referencia a la fuente. El estilo de escritura es disparejo en los diferentes párrafos. Ordenado: Se pueden distinguir las partes del texto, ya sea por que se usaron subtítulos o no. Hay párrafos introductorios, de desarrollo y de conclusiones. Dentro de los párrafos se distingue la idea principal y las ideas secundarias o de apoyo. Desordenado: No hay partes distinguibles en el texto, o están revueltas. Dentro de los párrafos no se distingue la idea principal o hay más de una. Falta congruencia entre las ideas y se dificulta el enlace entre éstas. Riguroso: Las afirmaciones sujetas a controversia están sustentadas con hechos, con razonamientos o con referencias. Impreciso: Parte del razonamiento o de los argumentos se basan en afirmaciones sin sustento, se apela a lo que se creé que todo mundo acepta. Técnico: Utiliza un lenguaje propio Coloquial: Usa términos de lenguaje del área de conocimiento de acuerdo a común, no refleja el lenguaje propio la formación de su perfil profesional. de su área de formación profesional. Fundamentado: Hay argumentos sólidos y congruentes con las ideas principales. Anecdótico: Algunas anécdotas personales o no verificadas se toman como argumentos para apoyar conclusiones; contiene argumentos circunstanciales e irrelevantes. Comprensible: Se pueden seguir los argumentos hasta llegar a la conclusión. La sintaxis y la ortografía están correctas. Se pueden identificar las ideas principales susceptibles de acuerdo o desacuerdo. Se puede identificar la postura del autor. Incomprensible: No se ve cuál es el problema ni cuál es el objetivo del trabajo. Coherente: Los argumentos y las conclusiones son consistentes, se derivan unos de otros. Incoherente: Hay contradicciones entre los diferentes argumentos. Las conclusiones no se derivan de los argumentos. Excelente: Apreciación global de la calidad del trabajo. El texto muestra características excepcionalmente buenas. Pésimo: Apreciación global del trabajo, el texto es de muy mala calidad.