Cómo hacer una ponencia: Se asume una tesis o un núcleo problemático buscando: a) Situar la realidad en su contexto, de manera que las categorías de análisis, los hechos, los protagonistas, las cuestiones, etc., a ser abordados, se articulen y refieran a las circunstancias concretas de nuestra realidad personal, comunitaria y social. b) Experimentar la realidad, con el fin de evitar un conocimiento abstracto y que no nos comprometa, sino que, por el contrario, estimule desde la fe, el desarrollo de las dimensiones afectiva, espiritual, socio-política, cognoscitiva, artística, ética, religiosa, etc., de los y las estudiantes, favoreciendo su formación integral. c) Reflexionar sobre la experiencia para aprender a discernir y a analizar con sentido crítico lo vivido, cuestionarse acerca de su significado y favorecer la toma de decisiones responsables y con sentido de compromiso y solidaridad. d) Asumir una postura frente a la verdad, que se traduzca en un testimonio auténtico y creíble de vida y un comportamiento de servicio a favor de los demás, que a su vez responda la opción de nuestro proyecto educativo, por formas hombres y mujeres en diálogo y en actitud de servicio a los demás. Evaluar los procesos, actividades y resultados, de modo que aprendiendo a aprender, los futuros profesionales persigan a lo largo de toda su vida la excelencia humana y académica y se esfuercen por crear nuevas alternativas para servir cada vez con mayor eficacia. Recomendaciones de cara a la evaluación. Cuando se trata de ponencias para exposiciones grupales, individuales o debates, tengan en cuenta distintos enfoques. Puede ser un tema general (ética y política, ética pública, etc.), o algo que tengan que decidir para el curso (investigación concertada, salida). Para organizar la discusión, sigan las reglas a continuación: Definan con claridad el problema sobre el que van a discutir. Elijan a dos compañeros que tengan opiniones diferentes sobre el tema. Cada opinión debe ser sustentada con argumentos. Lo que diferencia a los argumentos de otros relatos lingüísticos es la pretensión de que las premisas den fundamento a la conclusión. Hay dos tipos de fundamentos: los concluyentes y los parciales. En los fundamentos concluyentes, la verdad de todas las premisas garantiza la verdad de la conclusión. Éstos son los argumentos deductivos. Los que cumplen con esta propiedad son válidos; los que no la cumplen, inválidos. En los fundamentos parciales, en cambio, las premisas brindan solamente un apoyo parcial a la conclusión. Éstos son los argumentos inductivos. Los argumentos inductivos en los que la conclusión obtiene efectivamente este apoyo parcial son correctos; los que, en cambio, no guardan relación entre premisas y conclusiones son incorrectos. Establezcan las reglas procedimentales. Por ejemplo, ¿quién va a comenzar?, ¿cuánto tiempo puede hablar cada uno?, ¿es posible, solicitando permiso, interrumpir al otro?, ¿va a haber algún moderador? Seleccionen un juez o jurado, encargado de presentar las conclusiones (los mejores argumentos). Cuando se trate de exposiciones grupales, la ponencia debe estar previamente escrita antes de exponerla, con una estructura de introducción, desarrollo y conclusión. Cuando se trate de debates, dos estudiantes a criterio del mismo grupo, debe sustentar dos ponencias con enfoque diferente. Cuando se trate de aportaciones libres, se refiere a la presentación sustentada teóricamente de un punto de vista complementario al visto en las exposiciones o debates en clase.