Caso Asociación de Comunidades Aborígenes Lhaka Honhat La Asociación de Comunidades Aborígenes Lhaka Honhat está integrada por comunidades que habitan desde tiempos inmemoriales los lotes fiscales 14 y 55 en la provincia de Salta. Las comunidades intentan infructuosamente obtener la propiedad colectiva de los lotes. En este marco han realizado innumerables gestiones y pedidos. Durante el curso de las gestiones iniciadas por las comunidades a fin de lograr el reconocimiento legal de la propiedad de sus tierras, el gobierno inició la construcción de un puente internacional y un plan de urbanización en el territorio reclamado. Ante el inicio de la construcción del puente, la Asociación presentó un recurso de amparo solicitando que se realizara un estudio de impacto socio-ambiental que evaluara la incidencia de las obras en la vida de los miembros de las comunidades y se llevara a cabo la debida consulta a las comunidades afectadas. El pedido fue rechazado en todas las instancias, incluso por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, agotándose de este modo las instancias judiciales internas. Esta decisión del Poder Judicial es una negación clara de los derechos a la vida, a la subsistencia, a la cultura, a la vida privada y familiar y a la protección judicial de los integrantes de las distintas comunidades. El diagnóstico sobre la situación de los pueblos indígenas en Argentina es alarmante. Este diagnóstico incluye, por una parte, además de la constante invasión de sus tierras, y el saqueo de sus recursos naturales, atentados contra la integridad de las personas y falta de reconocimiento legal de sus instituciones sociales y políticas. Y, por la otra, el agravamiento de las condiciones de vida en el marco de políticas de ajuste económico junto a erráticos planes de desarrollo regional, situación que se combina peligrosamente con una profunda crisis institucional que se patentiza en la permanente falta de respuesta a las demandas indígenas de derechos. Aunque en el plano normativo se aprecian avances sustanciales hacia el reconocimiento de los derechos indígenas, el Estado soslaya el cumplimiento de la ley reemplazándolo con una política asistencialista-integracionista que restringe y reconfigura el tipo de demandas que los pueblos indígenas están autorizados a formularle. En este sentido, se debe señalar que en 1994 fue reformada la Constitución Nacional incorporando en su artículo 75 inciso 17 el reconocimiento de la "preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan...". A su vez, se ha otorgado jerarquía constitucional a varios tratados internacionales de derechos humanos, entre ellos la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial y en el año 2000 Argentina ratificó el Convenio 169 de O.I.T que entró en vigencia a mediados del 2001. Así, aunque tales adecuaciones jurídicas han realizado un aporte sustantivo al reconocimiento del derecho a la diferencia y a no ser discriminados por su origen étnico, sus efectos prácticos son todavía relativos. Diversos acontecimientos ocurridos en el transcurso de los últimos años muestran que las condiciones de acceso de los indígenas a sus derechos constitucionales son cada vez más restrictivas. El caso de la Asociación Lhaka Honhat resulta paradigmático de la situación descripta e intenta entonces, la adecuación del comportamiento estatal a los compromisos asumidos en materia de derechos de los pueblos indígenas. En agosto de 1998, CEJIL y CELS presentaron la denuncia ante la Comisión que fue trasladada al Estado en enero de 1999. El Estado argentino respondió ofreciendo una negociación para resolver el problema. El proceso de diálogo se abrió en la audiencia celebrada ante la CIDH en septiembre de 1999. A partir de una audiencia celebrada en la CIDH el 12 de octubre de 2000, las partes acordaron iniciar un proceso de solución amistosa, a fin de acordar la entrega de las tierras que tradicionalmente ocupan las comunidades indígenas en la provincia de Salta nucleadas en la Asociación Lhaka Honhat, así como la forma en que se llevará a cabo el informe de impacto socio-ambiental de las obras planeadas y comenzadas a ejecutar en el territorio reclamado.