Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu 1º TEMA: DIOS ES MI ¡ABBÂ- PADRE!! Objetivo del tema: Que las personas hagamos una experiencia nueva del Dios vivo, que es Abbâ-Padre cariñoso. Jesús nos introduce en una relación nueva con Dios, en el Espíritu. Parte Bíblica: En el Antiguo Testamento, muy pocas veces (15 veces) se habla de Dios como Padre: Dt 32,6; 2Sam 7,14 y paralelos en 1Cro 17,13; 22,10; 28,6; Sal 68,6; Sal 89, 27; Is 63,16 (2 veces); 64,7; Jer 3,4; 19,31; Mal 1,6; 2,10. Aquí solo consideramos los textos en que se designa a Dios como Padre. No los que se compara con los padres terrenos (Dt 1,31; 8,5; Sal 103,13; Prov 3,12) ni en los que se presenta a Israel como hijo suyo (Os 11,1; Ex 4,22). Debemos recordar que Dios es el “innombrable”. No se podía faltar el respeto. Is 64,7: Tu Señor eres nuestro padre, nosotros somos la arcilla y tu nuestro alfarero. ¡Todos somos la obra de tus manos!. Os 11,1.3-4: Cuando Israel era niño, yo lo amé y de Egipto llamé a mi hijo… ¡Yo había enseñado a caminar… lo tomaba por los brazos! Yo los atraía con lazos humanos, con ataduras de amor… No se encuentra en la literatura del Judaísmo ningún testimonio de la invocación personal “Padre mío”; pero más de 170 veces en labios de Jesús, para referirse a Dios. No cabe duda que es “el” título que Jesús daba a Dios. Es en la ORACIÓN (Padrenuestro) donde hay que buscar el origen. Pablo lo usa siempre en formas litúrgicas y en oraciones. 1. El Padre (sin pronombre posesivo): La expresión en hebreo: ABBA De –Bi- SHe MAYA (Padre [que está] en el cielo)(Mc 11,25; Lc 11,13)… procede de los labios del mismo Jesús. También es suya esa manera de utilizar los rasgos de un padre terreno para revelarnos a Dios (Lc 15,11-32). 2. “Vuestro Padre”-“El Padre de Ustedes”: “a nadie llamen vuestro padre” (Mc 11,27; Mt 6,32; Mt 5,48; Lc 12,32; Mt 23,9)… Es palabra auténtica de Jesús. El llamó a Dios así, pero únicamente cuando se dirige a los discípulos. 3. “Mi Padre” Estrecha relación con el término abbâ, utilizado exclusivamente por Jesús en su oración (Mt 11,27//Lc 10, 22; Mt 16,17; Mc 13,32//Mt 24,36; Lc 22,29). En las capas más antiguas de la tradición, encontramos: Padrenuestro de Lucas (Lc 11,1-4) Grito de Jubilo en Mt 11,25-26 (//Lc 10,21) Oración en Getsemaní (Mc 14,36) Siempre que Jesús ora, salvo en la Cruz (Mc 15,34//Mt 27,46). Jesús utilizaba el término arameo ABBÂ (con el acento en la última silaba). La Iglesia primitiva también, nos lo asegura Pablo. En arameo la forma enfática es ABÂ. Por su origen, abbâ es un simple balbuceo. La reduplicación imita a la de imma, término que se dirigía a la madre. Este abba es un término nacido del lenguaje infantil. Varios padres de la Iglesia (Crisóstomo, Teodoro de Mompsuestia, Teodoreto de Ciro), nacidos en Antioquía, recogiendo su propia experiencia nos atestiguan que los niños acostumbraban decir abba a sus padres. Es una falta de respeto, y por tanto algo inconcebible, dirigirse a Dios con un término tan familiar. Jesús se atreve a dar este paso, que significa algo nuevo e inaudito, y de este medo nos revela cual es el corazón de su relación con Él. EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu No expresa solamente la confianza. Contiene también el don total del hijo que se entrega al Padre en la obediencia (Mc 14,36; Mt 11,25-26). Hay que notar que cuando ora Jesús no se une nunca a sus discípulos en un padrenuestro, lo mismo que cuando establece una distinción al hablar entre “mi” Padre y “su” padre. Abba en labios de Jesús es la expresión de UNA RELACIÓN ÚNICA CON DIOS. Al entregar a los discípulos, Jesús trasmite el poder de decir como él “Abbâ”, y esto significa que nos hace participes de su relación con Él. Esto solo se da con el don del Espíritu, en la cruz. Jesús quiso proteger esta nueva invocación a Dios: prohibió a los discípulos que utilizaran la expresión como fórmula de urbanidad en la vida corriente (Mt 23,9). El Abbâ hay que reservarlo para Dios. “Abbâ, Padre amado” con esta sencilla formula la Iglesia recogió el núcleo de la fe en Dios que era la de Jesús. Pablo lo indica con claridad en Gal 4,6: La prueba de que sois hijos es que Dios envió a nuestro interior (infundió en nuestro corazón) el Espíritu de su Hijo, que grita ¡Abbâ! ¡Padre!. Y en Rom 8,15-16: Mientras que gritamos ¡Abbâ!¡Padre!, el Espíritu [de Dios] le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios” (traducción libre) “Gritar Abba es algo que supera todas las capacidades humanas, esto no es posible más que dentro de la nueva relación con Dios que nos ha dado el Hijo; por la acción del Espíritu.…” PUNTOS DE EXPOSICIÓN: San Pablo dice que la gran acción del Espíritu es revelarnos la paternidad de Dios, la persona debe comenzar a descubrir la paternidad de Dios luego del Bautismo en el Espíritu, desde la revelación de nuevo testamento. El 60% de las familias de América Latina está destruida y las malas experiencias del padre de familia son atraídas hacia la comprensión de la persona de la Paternidad de Dios dificultando la verdadera filiación con Dios. Debemos ayudar a las personas a comprender que Dios es Abba, para sanar las heridas de las experiencias familiares vividas, los hermanos deben salir de un seminario de iniciación diciendo voy a ser un mejor ser humano en Dios, por eso debemos sustentar y sanar las perspectivas antropológicas de nuestras realidades que estamos viviendo Debemos contarles a las personas con gusto y alegría que Dios es nuestro Abba. Más allá de ser el primer tema, es necesario un importante momento de sanación interior, debido a la cantidad de heridas que las personas tenemos de nuestra experiencia de paternidad y maternidad. El predicador será capaz de ir introduciendo ya desde la predica misma la oración, con testimonios y con una profunda comprensión de los textos leídos. BIBLIOGRAFÍA: Joachim Jeremías. ABBA. EL MENSAJE CENTRAL DEL NUEVO TESTAMENTO. Ediciones Sígueme. Salamanca, 1989. François-Xavier Durrwell. NUESTRO PADRE. DIOS EN SU MISTERIO. Ediciones Sígueme, Salamanca, 1992. EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu 2º Tema JESÚS ES MI SEÑOR Objetivo: Tomar conciencia de la realidad del pecado y aceptar a Jesús como el único Salvador y Señor de nuestra vida. Texto bíblico: Lucas 15, 11-32 (Parábola del Padre Misericordioso) El hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, es el ser llamado a la comunicación y a la comunión profunda. Pero no siempre responde a este llamado; muchas veces el hombre se desvía de amor de Dios. El pecado es la ruptura de la relación que vive el ser humano con Dios, consigo mismo, con los demás y con la creación. En el pecado original, el hombre se prefirió a sí mismo en lugar de Dios. El hombre, creado en estado de santidad, estaba destinado a ser como Dios. Pero por la seducción del enemigo, quiso “ser como Dios”, pero “sin Dios, al margen de Dios y no según Dios”. El enemigo distorsiona la verdad exagerando la prohibición de Dios (Gen 3, 1). Este es el primer paso: distorsionar la verdad. Y esto le permite al tentador dar el paso siguiente: le hace ver a Dios como enemigo, como represor, como un amo cruel que no quiere el bien de su creatura. Lo prohibido se despierta ya como un gran deseo. El llegar a ser como Dios se convierte en el deseo máximo, que ya no lo buscan como un don de Dios, sino como un trofeo que le tienen que arrebatar al mismo Dios. Es decir, que se lo ve a Dios como un rival a vencer, como un adversario. El pecado, entonces, es la falta de confianza en Dios, en su amor, y el querer cumplir los deseos al margen de Él, porque se lo ve como represor y no como Padre. La desnudez después del pecado es tomar conciencia de que no se confió y esto lleva al ocultamiento. Esta desnudez indica la pérdida de la santidad original con que el hombre fue creado. Es la frustración y la ruptura. Se pierde el norte, el verdadero sentido. El resultado es la soledad. Se pierde la posibilidad de relación. Pecado, en la Biblia, significa desvío de la meta. Es desviarnos del proyecto de Dios. No acertar en mi vida para aquello para lo cual fui creado. La dinámica del pecado es la desmesura y el orgullo que llevan a la incapacidad de abrirse a Dios y a los demás. Es buscar la realización de nuestro ser no en Dios, sino en otras propuestas que tienen más bien relación con el no-ser. El pecado es encerrarse en sí mismo y no darse. Es todo aquello que hago para satisfacerme a mí mismo al margen del otro. Y como estamos hechos para la comunión, para compartir la vida con otros, al estar en soledad y en aislamiento nos enfermamos y enfermamos a los demás. Jesús no dedica mucho tiempo a hablar del pecado, sino que se encuentra con gente pecadora e invierte su tiempo en salvar. Jesús, Señor y Salvador, quiere rescatarme de este universo destructivo del pecado. Toda la vida de Jesús es salvación para nosotros, El itinerario salvífico de Dios: Encarnación: en Jesús, Dios se revela en una persona real, completamente humana para que podamos seguirle. Desde la Encarnación, la vida de Dios atraviesa toda nuestra vida. Jesús conoce por propia experiencia todo lo que nosotros vivimos (con excepción del pecado). Vida pública: Jesús nos salva por su praxis de la misericordia, por su predicación. Jesús me salva hoy, en el aquí y ahora de mi vida. Me da componentes existenciales para vivir en Él, con los pies en la tierra, en lo cotidiano de la vida. Los signos que Jesús hace dan testimonio de su misión salvadora y liberadora del hombre (Lucas 7, 22-23). Pasión: en su Pasión, Jesús me enseña cómo enfrentar una crisis. Tenemos que ayudar a enfrentar las crisis en la cotidianidad. El verdadero cristianismo es asumir nuestras crisis cuando aparecen. Nuestros grupos deben ser dadores de herramientas para cargar con la cruz (1 Cor 1, 23-25), y confiar en el poder de Dios. Aquí podemos tomar como ejemplo el camino recorrido por Nicodemo en su relación con Jesús: Primero va a verlo de noche, a escondidas. Allí Jesús lo llama a ser un hombre nuevo, nacido del agua y del Espíritu (Juan 3, 1-15) Después lo vemos esbozando una defensa de Jesús en una discusión sobre el mesianismo de Jesús (Juan 7, 40-53) EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu Finalmente, lo encontramos entre los que dan sepultura a Jesús. Él es quien lleva los perfumes (Juan 19, 3840). Glorificación: Jesús nos salva porque está vivo y puede revelarnos cómo vivir la vida de cristiano (1 Cor 12, 3). Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1, 29), el único Mediador de la Nueva Alianza entre Dios y los hombres (Hebreos 10, 15). Cuando expulsa los vendedores del Templo (Mt 21, 12-13; Mc 11, 15-17; Lc 19, 45-46; Jn 2, 13-17), presenta lo nuevo de la ofrenda, lo nuevo del culto, lo nuevo de la reconciliación, del perdón. Ya no son necesarios los animales; Él es el Cordero de Dios. Él es el lugar de encuentro entre Dios y el hombre. En su Cuerpo Resucitado (nuevo Templo), se va a celebrar el nuevo culto, asociándonos al misterio pascual. Después de la expulsión, sólo Jesús queda en el Templo, mostrándonos así que sólo Él reconcilia a los hombres con Dios; Él es el único medio de expiación. Es muy claro que Jesús quiere salvarme y liberarme del pecado y de todo mal, pero para recibir esta salvación que me trae es necesario ponerme bajo su Señorío. Jesús es el Salvador. Jesús es el Señor. Pero, ¿es mi Señor? No basta con proclamarlo como Señor; debo vivir bajo su Señorío, ponerme bajo su dominio (Señor, Dominus, el que tiene dominio sobre algo o sobre alguien). Acoger al Señor y la salvación que me ofrece para vivir la vida en abundancia. Jesús, el Señor Jesús, al tercer día de su muerte resucito. ¡Está vivo! Dios no permitió que su Hijo permaneciera en la muerte, al contrario, lo exaltó y lo glorificó: Le dio el Nombre sobre todo nombre (Fil 2, 9) Le concedió todo poder en el cielo y en la tierra (Mt 28, 13) Lo constituyó Señor y Mesías (Hch 2, 36) La resurrección, exaltación y glorificación de Jesús es el culmen de su obra salvífica. Si no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe (1 Cor 15, 14). El título de Señor lo ha constituido como Dueño absoluto de todo el universo: del pasado, del presente y del futuro. Toda la creación le está sometida. Vencedor de la muerte y del maligno. Cielo, mar y tierra están bajo su poder. Juez de vivos y muertos (Hch 10, 42); el Salvador (Hch 13, 23); el Autor de la Vida (Hch 3, 15); el Mesías anunciado por los profetas (Hch 3, 18). Por otra parte, el título de Señor (Kyrios), que en el Antiguo Testamento era reservado exclusivamente para Dios, al ser aplicado a Jesús, afirma de una manera muy eminente que Jesús es Dios, es el Señor. Jesús, mi Señor El dominio de Jesús sobre todo el universo debe extenderse de una manera especial y concreta sobre aquellos que creen en Él, sobre cada uno de nosotros. Jesús, el Señor, debe ser efectivamente mi Señor. A Él debo entregar, libre y amorosamente, todas las áreas de mi vida, toda mi existencia. “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo” (Rom 10, 19). Ponernos bajo el Señorío de Jesús en todas las áreas de nuestra vida no significa anular nuestra personalidad y nuestra capacidad de decisión. Todo lo contrario: se trata de hacer una opción fundamental por Él, adherirnos a su Persona, a su evangelio; entregarnos a Él con plena conciencia y libertad. Esta es una realidad que no basta solo proclamar o predicar, sino que hay que vivirla, encarnarla. El cristiano no es quien sólo dice con su boca “Señor, Señor”, sino quien vive haciendo la voluntad del Padre del cielo (Mt 7, 21). El cristiano vive según la voluntad del Señor, regido por los valores del evangelio, con los criterios de Jesús y al impulso del Espíritu. No basta que Jesús sea nuestro Salvador. Es necesario que sea nuestro Señor, y esto depende de nosotros. Es necesario decidirnos a vender todas nuestras “perlas”, para comprar la “Perla Preciosa”. Decidirnos a entregarlo todo y a entregarnos del todo, para quedarnos con Jesús. Otros textos para profundizar: Lc 4, 16-19; Lc 5, 17-26; Jn 3, 16-17; Lc 19, 1-10; Mt 9, 9-13 Para reflexionar y orar: • ¿Qué expectativas tengo puestas en Jesús? EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu • ¿Cómo ilumina Jesús mi historia personal? • ¿Qué significa para mí el señorío de Jesús? • ¿Le doy verdaderamente el dominio sobre mi vida, desde una opción libre y amorosa? Sugerencias para la vida: Pide al Señor que aumente tu fe en Él. Profundiza en la lectura orante de la Palabra. Recibe su perdón con un corazón agradecido y perdona de corazón a quienes te ofenden. Sé instrumento de paz en el ambiente donde vives y trabajas. EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu 3º Tema EL ESPIRITU SANTO ME DA LA VIDA NUEVA Objetivo del tema: Presentar a la tercera persona de la Trinidad, quien inhabita el corazón del hombre, quien moviéndose en El adquiere una vida nueva. Texto de iluminación: 1Cor. 3,16 ¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? . (Biblia de Jerusalén edic. 1976). Esta afirmación de San Pablo, que sin duda alguna es la voz del mismo Espíritu Santo que se revela en boca del escritor sagrado para nosotros, profundiza una verdad que nos recuerda quienes somos para Dios que nos rescata del gran problema de este tiempo que masifica al hombre dándole la dignidad que Dios le da al hombre, ser su santuario. En el texto griego la palabra utilizada es ναός (naos) para designar “Santuario” , pero ναός, era el lugar “Santísimo” el “Santo Sanctórum”, es el lugar donde “habitaba” Dios en el templo de Jerusalén, es decir el lugar más santo para el judío, el lugar sagrado por excelencia donde solo el sumo sacerdote podía ingresar. La gran noticia para nosotros es que nuestro corazón en el ναός de Dios, el santuario para que Dios habite en cada hombre. Esta inhabitacion de Dios en el hombre produce por su presencia en quien le abre el corazón y lo acepta una transformación de su ser con todo lo que este Espíritu de Dios hace en el hombre según su promesa: Ez. 11, 19 -20 19 yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu nuevo: quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, 20 para que caminen según mis preceptos, observen mis normas y las pongan en práctica, y así sean mi pueblo y yo sea su Dios. Ya en el antiguo testamento esta profecía de Ezequiel nos revela que para vivir la vida que Dios nos propone que es necesario el Espíritu Santo quien nos transmite vida divina y nos hace vivir la vida de Dios (El E.S. es el aliento de Dios en la creación Gn.2.7 que le da vida “anima” al hombre, es decir que le da Espíritu). Quizá el mejor camino para conocer al Espíritu Santo sea recurrir a los símbolos que usa la Biblia, cuando describe su actuar en el hombre y en la Iglesia. Los principales símbolos son el viento, el fuego, el agua, el aceite, la paloma y el don. El fuego: el Espíritu descendió en lenguas de fuego sobre los apóstoles, en Pentecostés. El fuego purifica, ilumina y calienta. Eso hace el Espíritu en el hombre: lo limpia del pecado, le revela los misterios de Dios y enciende en los corazones el amor. El viento: la palabra "espíritu" significa viento, aliento. Tal fue el huracán que sopló en Pentecostés, o el aliento de vida que exhaló Jesús sobre sus discípulos. Al llenarse del Espíritu Santo, los creyentes pueden respirar la vida del Señor, tener sus sentimientos, amar y pensar como Jesús. EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu El agua: Jesús invitó a beber del agua viva a cuantos estuviesen sedientos. Todos podemos beber de un mismo Espíritu y ser bautizados en Él. Como si fuésemos peces, requerimos movernos en sus ondas para vivir. El aceite: de acuerdo a las costumbres de los hebreos, a los sacerdotes, profetas y reyes se les ungía con óleo. Cristo y los cristianos quedamos ungidos por el Espíritu Santo, y embalsamados como si lo fuéramos por un perfume. Ese es el aceite que alimenta la lámpara de nuestra vida y hace que brille con buenas obras. La paloma: este símbolo puede referirse a diversos acontecimientos bíblicos como la creación o el diluvio o a pasajes de los salmos o del Cantar de los Cantares. También puede ser un símbolo del pueblo de Israel, de la Iglesia, manifestada por el Espíritu Santo. El don: el Espíritu Santo, prometido por el Padre y por Jesús, fue derramado sobre la Iglesia tras la ascensión del Señor a los cielos. Ese regalo de Dios es el mejor presente que podemos pedir y recibir. El Espiritu Santo es amor que relaciona al Padre y al Hijo que se hace persona para que todos los hombres puedan ser “incorporados a esa relación”, este Espiritu Santo nos revela la persona del Hijo y por el Hijo al Padre (Dios trino). La Vida Nueva, comienza a gesta en nosotros desde la acción del Espiritu Santo: Recreándonos como hombres nuevos. Ordenando el Caos de nuestro “cosmos” interior. Consolando en las vicisitudes de nuestro camino. Iluminando con la luz de Dios nuestras oscuridades. Fortaleciendo con sus dones nuestro camino en Dios. Santificándonos para que todo en el hombre sea bueno. Nuestra vida es cambiada, transformada, por el ímpetu del Rúah de Dios haciendo desaparecer el hombre viejo, “naciendo del agua y del Espíritu” (Jn. 3.3 – Encuentro de Nicodemo con Jesús), nos ayuda a despreciar el pecado queriendo obrar según Dios (Gal 5, 19 -23). Vida nueva es vernos como Dios nos ve. Ez 37,1 (Huesos Secos) Dios ayuda al profeta a transformar su mirada en ese proceso, no es un ente pasivo sino que tiene que poner su parte “yo veo huesos pero si tu ves vida yo tengo que ajustarme a tu visión”, constantemente le dice profetiza… es como decirle muévete en mí y veras transformaciones. Nuestra gente necesita Vida Nueva el proyecto de gozo, plenitud y libertad de Dios para las personas, en este tema tenemos que hablar de libertad cristiana necesitamos despojarnos de nuestras esclavitudes. Detrás del ejercicio de la libertad Cristiana esta la palabra NO (Amartia, me encierro en mi cuando no digo no) (ascesis). Libertad 2cor 3,17 Libertad en el Espíritu. Jn. 19, 38 -40 (Vida nueva, Nicodemo convertido) La Vida Nueva es salir del anonimato para asumir a Jesús públicamente como mi gran tesoro aunque tenga que exponerme públicamente al desprestigio como Nicodemo (Ver escena). EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu TEXTOS BIBLICOS la lectura de los siguientes pasajes de la Biblia. Su enseñanza permitirá una mejor comprensión del ser y del actuar del Espíritu Divino: Juan 7, 37-39; Gálatas 5, 19-23 ;Ezequiel 37, 1-14; Lucas 11, 5-13; Juan 14, 16-17.26; 15, 26-27; 16, 7-15; Hechos 2, 1-14;Romanos 8, 1-27; 1 Corintios 12, 3-13 Preguntas para profundizar: ¿Que sabes del Espíritu Santo?. ¿Qué experiencias has vivido de la presencia del Espíritu Santo? ¿Que dice Pablo de los Carismas?. Leer 1 Corintios capítulos 11 y 12 De acuerdo a Gal 5, 19 -23; revisa cuanto de hombre viejo tienes. Cantos para la oración Sabes tú que eres templo. Ven Espíritu ven. Bautízame Señor con tu Espíritu Hay una unción. El Espíritu de Dios está en este lugar. Marantha. Hay un río de Vida. Aplicaciones para la vida Ora cada día, preparándote para recibir el Espíritu Santo. Has un buen momento de reflexión con un examen de conciencia, y acude al sacramento de la reconciliación. Profundiza sobre el Espíritu Santo. BIBLIOGRAFIA Seminario de Vida en el Espíritu. P. Diego Jaramillo Catecismo de la Iglesia Católica. III Creo en el Espíritu Santo. (683 – 686) Biblia de Jerusalén edición de 1976 Bilbao. Encuentro de Formación sobre “Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu”. Predicado por Francisco Bermeo. Santa Fe Junio de 2013. Iniciación a la Neumatologia. Fray Nelson Medina EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu 4º TEMA: MI PROCESO DE CONVERSION INTEGRAL METANOIA - EPISTREFEIN Objetivo: La conversión es la respuesta libre del hombre a la iniciativa de amor de Dios uno y trino. Después de la obra de Dios, viene la respuesta del hombre, que queremos mirar como un proceso. Aspecto clave, para evitar la desilusión y la falsa ilusión. Es MI proceso. Nadie puede tomar decisiones por “mi”. La respuesta es mi decisión ante la respuesta amorosa de Dios de convertirme Parte bíblica: El verbo hebreo “sub”, traduce la idea de cambiar de rumbo, de volver, de hacer marcha atrás, de volver uno sobre sus pasos. La Biblia Griega emplea juntamente DOS verbos: METANOEIN que atiende a la vuelta interior, la metanoia es el arrepentimiento, la penitencia; mientras que EPISTREFHEIN, connota cambio de conducta práctica. La conversión es ARREPENTIMIENTO (metanoia), a la que responde Dios otorgando el perdón de los pecados (Hc 2,38), pero además debe incluir un acto positivo de fe en Jesucristo: volverse al Señor, volverse al Dios vivo (1Tes 1,9). Pedro predica METANOESATE Y EPISTREFATE en Hechos 3,19. “Arrepiéntanse y Conviértanse”. Es un texto importante, por cuanto aparecen los dos términos, como complementarios y relativos. El texto evangélico que expresa esta doble realidad es la Parábola del Padre Bueno, o el hijo pródigo, en Lc 15. En el v. 17, el hijo “entra en sí mismo” (así lo dice la Biblia de Jerusalén) y decide volver, pero esa decisión se concreta en el v. 20, que es la acción práctica de volver. Hc 2, 37-38: El primer discurso de Pedro, después de Pentecostés, termina con esta cita: “al oír esto, con el corazón compungido, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles ¿qué hemos de hacer, hermanos?. Pedro les contesta: “convertíos” (metanoésate) y que cada uno de uds. se haga bautizar en el nombre de Jesucristo. La conversión como decisión, como cambio interior, que luego supone un acto “exterior” como es el pedir el Bautismo. Hc. 8,22:Texto de Simón el mago (simonía) el texto griego dice “metanoeste” “arrepiéntete de esta tu maldad y haber si se te perdona ese pensamiento de tu corazón”. Simón no cometió ningún acto erróneo sino que tuvo un pensamiento errado. Hc 9,35: Pedro cura un hombre en Lida. Como respuesta, la gente se vuelve al Señor (epestrefan epi ton kurion). Hc 14,15: En Iconio, en medio de polémicas con los judíos, Pablo y Bernabé curan a un tullido. El pueblo quiere ofrecerles un sacrificio, creyéndolos dioses. Los discípulos los invitan a abandonar estas cosas vanas y volverse (epistrefein) al Dios Vivo. Hc 26, 18: Pablo da testimonio ante Agripa, relatando el encuentro con Jesús, que lo envía “para que se conviertan de las tinieblas a la luz… y para que reciban el perdón de los pecados y una parte en la herencia entre los bautizados, mediante la fe. Puntos de Exposición: EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu A TODA INICIATIVA DE DIOS (Triple Iniciativa trinitaria) CORRESPONDE UN RESPUESTA DEL HOMBRE En los grupos de oración debemos ayudarlos a tomar decisiones (no dar experiencias emocionales). Decir a la gente: “TOME DESICIONES” La Palabra de Dios debe movernos a “tomar decisiones” respecto a la vida que responde a la invitación amorosa de Dios. No basta con el cambio de mentalidad, aunque es el paso fundamental. La conversión es hacer un giro hacia Dios. La conversión como don de Dios, que ilumina nuestra mente (Rm 12,2), pero que también nos brinda las herramientas necesarias para poner en acto la conversión. Es el tema de la gracia y la libertad. Dios hace lo suyo, pero cada uno de nosotros pone en acto su libertad, para actuar conjuntamente. Hablamos de PROCESO, para evitar dos peligros: la “mentalidad mágica”, de ilusionarse con una fácil y rápida conversión, por el hecho de “solo” pensar el cambio. Hay quienes prometen conversión inmediata, por el solo hecho de “entrar” en algún lugar, o situación. Otro riesgo es la conversión superficial, a modo de un barniz que “recubre”, pero que no toca las raíces de la vida. Muchos de nuestros pecados y debilidades tienen que ver con heridas profundas de nuestra persona y requieren un trabajo profundo y lento de sanación y conversión radical. El espíritu actúa de adentro hacia afuera, el pecado sale del hombre no por esfuerzo humano sino por saturación de Dios él. (Yo no puedo sacar la piedra de mi interior, debo ponerme bajo el poder de Dios para que me llene y expulse el pecado en mi trabajo es no dejar que otras piedras se metan en mi). TODO MI ESFUERZO CRISTIANO ES SATURARME DE DIOS. Debemos tomar la decisión de recomponer nuestros vacíos existenciales y desde allí recomponer la relación con Dios y su entorno. Uno de los grandes logros en este tema es que la gente se reconcilie con su historia, esto pasa en mi mente y mi corazón, que las personas podamos decir: ya no voy a dejar pasar las cosas dolorosas que pasó en mi historia, no dejar nuestros “muertos” enterrados, las cosas que aún están sin resolver. Voy a mirar de frente mi historia y reconocer las heridas, para, con la ayuda de Jesús, sanar lentamente. Debemos considerar la posibilidad de que los hermanos pidan o necesiten el Sacramento de la Reconciliación. Se puede ayudar a la preparación, preveer el espacio, e incluso predicar sobre la fuerza sanadora de este y todos los Sacramentos. Bibliografía: Xavier León-Dufour. VOCABULARIO DE TEOLOGÍA BIBLICA. Herder. Barcelona, 1985. Voz “Penitencia, conversión”, pág. 672-678. EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu 5º Tema EL BAUTISMO EN EL ESPIRITU Objetivo del Tema: Explicar a los hermanos que es que es la Efusión del Bautismo en Espíritu Santo preparando a la gente. Textos de iluminación: El «Bautismo del Espíritu» es un término bíblico y viene de los seis siguientes textos: Cada uno de los cuatro evangelios anota las palabras de Juan el Bautista señalando a Nuestro Señor, diciendo que mientras él Bautizaba en agua, el Señor bautizaría en el Espíritu Santo y fuego (Mateo 3, 11; Marcos 1, 8; Lucas 3, 16; Juan 1, 33). El mismo nuestro Señor usó la frase en Hechos de los Apóstoles al encargar a sus Apóstoles que esperarán en Jerusalén: «Juan, a la verdad, bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo, de aquí a poco días» (Hechos 1, 5). San Pedro usó la frase cuando describía los sucesos de la conversión de los Gentiles» Entonces me acordé de la palabra de Jesús que dijo: “Juan ciertamente bautizó con agua más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo” (Hechos 11, 16). Punto de exposición: La “oración por la efusión del Bautismo en Espíritu Santo”, es la experiencia fundamental de la Renovación Carismática, “una abrirse a la acción del Espíritu Santo “, una “docilidad” a su accionar a su obra santificadora del hombre que ha aceptado a Jesucristo como Salvador y Señor. Esta experiencia ocurre debido a una cierta «liberación» del poder del Espíritu Santo, que ya está presente dentro del individuo por el Bautismo y la Confirmación. Esto lleva usualmente a una vida devocional profunda, a una atracción a la oración, a la Sagrada Escritura y a los sacramentos, marcando el comienzo de una unión más íntima con Dios. Por el Bautismo del Espíritu, el individuo comienza a conocer, amar y servir a Cristo en una forma personal. Es la influencia divina sobre la integralidad humana que refleja su presencia para los otros, es decir la acción de dios que toca todo el ser humano para ser mostrada a los demás. (2Cor. 3,18). El don del Bautismo en el Espíritu es para todos, por eso es una gracia dada gratuitamente, es dar vida en Dios es su aliento de Dios el Ruah de Yahvé, es el avivamiento, la irrupción, el calentamiento de las gracias que hemos recibido y se han ido actualizando por los sacramentos de iniciación cristiana, es decir que desde el bautismo en el Espíritu comencemos a vivir nuestra condición regia, profeta y sacerdotal, estamos participando de la experiencia de lo ya recibido, no se recibe exclusivamente por imposición de manos, porque un medio como es la imposición de manos se puede convertir en un fin en sí mismo, se puede recibir como el Espíritu lo considere. EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu ENTENDIMIENTO BIBLICO Y TRADICIONAL DEL BAUTISMO DEL ESPÍRITU El entendimiento bíblico: Primero, el mismo Cristo describió Pentecostés como ser bautizado en el Espíritu (Hechos 1, 5). La fiesta en sí fue definitiva una experiencia religiosa, ya que los apóstoles se regocijaron, se volvieron audaces y expresaron su alegría en oración en lenguas. Segundo, la predicación de Pedro indicó que todos los que se arrepentían y eran bautizados recibían el mismo don (Hechos 2, 38). Tercero, esta experiencia religiosa especial del Espíritu Santo podría ser recibida mucho después que el momento del Bautismo sacramental como sucedió a los discípulos en Samaria (Hechos 8, 14-17). En esta ocasión el Espíritu produjo algo visible, al menos lo bastante como para atraer a Simón el Mago (versículo 18). Cuarto, una experiencia religiosa exactamente como Pentecostés le ocurrió a Cornelio el gentil y a su familia (Hechos 10, 44-48) y es equitativamente al Primer Pentecostés según Pedro, el cual usa el término «bautizados con el Espíritu Santo» (Hechos 11, 16-17). San Pablo enseñó que Cristo ofreció a los hombres una vida nueva y que el Espíritu era el que les comunicaba el principio vital y dinámico. La explicación de Pablo de la actividad del Espíritu está dentro del campo de la experiencia. 1. Él es el Espíritu de Poder (1 Co 1, 4; Rm 15, 13; 1 Ts 1, 5). 2. Él nos ayuda a orar (Rm 8, 26). 3. Él nos libera de la ley y de la esclavitud de la carne (Rm 8, 2-11). 4. El revela la sabiduría de Dios a los hombres (1 Co 2, 10; Jn 14, 26). La Tradición del Iglesia Los efectos del Bautismo del Espíritu parecen corresponder a las consolaciones sensibles de los principiantes, usualmente llamado “primer fervor”. Se las pueden describir como “emociones tiernas que producen un efecto en nuestra sensibilidad y nos hace experimentar un sentimiento de alegría espiritual.” La mayoría de los escritores describen una brecha en la oración cuando el individuo llega a conocer a Cristo en una forma personal y afectiva. Nueva misión del Espíritu santo: En el marco de las “Misiones Divinas” (Suma teológica Santo Tomas de Aquino), el Espíritu Santo que inhabita al hombre en estado de gracia manifiesta un estado “nuevo “ de gracia que surge en el hombre para una nueva “relación” con la tercera persona trinitaria haciéndose “dócil” a su accionar. Es gracia que renueva y actualiza las gracias recibidas: Actualizando por los sacramentos de iniciación cristiana, es decir que desde el bautismo en el Espíritu comencemos a vivir nuestra condición regia, profeta y sacerdotal, estamos participando de la experiencia de lo ya recibido. EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu Es una gracia que libera de obstáculos y cadenas: El aceptar a Cristo en nuestro corazón y por las gracias de los sacramentos de iniciación cristiana (Bautismo sacramental – Confirmación), somos “santuario “del Espíritu Santo (Naos), y se realiza, en Fe, la promesa de Dios (Ez 36, 26-27). Es una nueva “experiencia” del Espíritu: El poder de esta experiencia se hace evidente en muchas formas. La persona: 1. Tiene un conocimiento nuevo de la presencia de Cristo en su propia vida y en la Eucaristía. 2. Es atraído a una vida de oración más profunda. 3. Encuentra una nueva atracción a la Escritura. 4. Descubre una ayuda nueva para tratar de vivir de acuerdo con las demandas morales del cristianismo. 5. Encuentra una mayor facilidad al practicar los frutos del Espíritu. En general, ocurre un despertar espiritual y se evidencia un gusto por las cosas espirituales. Muchos de estos efectos son evidentes mientras la persona continúa orando con la comunidad. Además de estos efectos, la persona usualmente comienza a orar en lenguas después de recibir el Bautismo del Espíritu. Es fuente de dones y carismas: Se hacen presentes “indicios de una vida nueva” donde se hacen “visibles” los dones ya recibidos “liberándose” su acción en el hombre. La docilidad a su accionar, consecuencia del Bautismo en Espíritu Santo, Fomenta la recepción y uso de los carismas: Carisma = Jaris Gracia de Dios en acción, son “gracias instantáneas” que “activan” en el hombre el uso “practico” de los dones Espirituales ya recibidos, siendo utilizados en circunstancias de oración y “atención” espiritual del hombre. Son las características, de nuestros grupos de oración donde el uso de los mismos (Lenguas, Profecía, Palabra de Ciencia, Palabra de Sabiduría, Discernimiento de espíritus, etc.) (Ver listado de San Pablo en 1 Cor. Cap. 10 al 14), con su doble propósito: a) Evangelización con Poder, dando testimonio de un Cristo vivo y glorificado. b) Edificación de la comunidad reunida en torno a Cristo y unidas por el mismo Espíritu. ( Los carismas son un medio y no un fin) COMO SE RECIBE: La persona puede recibir el Bautismo del Espíritu en casi cualquier forma o situación que se pueda concebir. Sin embargo, se pueden enumerar dos formas generales– privadamente (escondido) o públicamente (manifiesto). La persona recibe el Bautismo del Espíritu Santo públicamente cuando, conociéndolo y teniendo fe en él, pide a aquellos que también creen que recen con él para que él reciba el Bautismo del Espíritu. Esta oración fraternal en verdad es para liberar los poderes sacramentales del Bautismo. En la práctica tiene grandes efectos. Los miembros de la comunidad de oración le imponen las manos usualmente como un gesto fraternal (aunque éste no es absolutamente necesario). El líder reza una oración de liberación (Quitar obstáculos del hombre viejo), seguida por una petición de que Jesús bautice la persona en su Espíritu y que obtenga todos los efectos devocionales y carismáticos. EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu Las condiciones básicas son: 1. Un conocimiento del Bautismo del Espíritu. 2. Fe en la promesa de Jesús de bautizar en Su Espíritu. 3. Arrepentimiento, dolor de los pecados y deseo de portarse mejor. 4. «Tratar de alcanzar,» «desear» y «estar abierto» a la vida abundante en el Espíritu. 5. Que otros hayan rezado con la persona por el Bautismo del Espíritu. Algunas situaciones que pueden surgir: Cuando se ora por la “Efusión del Bautismo en Espíritu Santo” , pueden surgir manifestaciones en la persona que libre y decididamente implora esta efusión, que pueden experimentar como ser carisma de la oración o canto en lenguas (Glosolalia), descanso en el Espíritu Santo, una alegría, gozo, paz (es decir manifestaciones de los frutos del Espíritu Santo Gal. 5, 23) en forma repentina, una emoción incontenible de gozo y a veces llanto, también es posible que si manifiesten “sanaciones” de heridas emocionales o liberación de recuerdos dolorosos, etc. Una de las manifestaciones más frecuentes, aunque no indispensable es el “Descanso en Espíritu” . Descanso en el Espiritu: Explicaciones: A) El descanso pertenece al carisma de sanación es un toque directo a los sentidos internos de la imaginación y de la memoria, con una llenumbre de la presencia de Dios, de su amor y de su paz, de modo que a veces, el cuerpo queda alcanzado y como inmovilizado por un tiempo, y Dios sana interna o externamente y libera a veces. (B) Uno puede resistirse a este fenómeno de sanación, por sentirse asustado ante él, pero entonces no suelen seguirse en el que se ha resistido los frutos de paz y de oración mas recogida, y suelen quedar en él rastros nuevos de turbación o de inquietud. Algunos, que no se resisten a este don, tras la oración y la imposición de manos, se sienten caer suavemente hacia el suelo, si están de pie o de rodillas, o se quedan como relajadamente inmóviles sobre su asiento los que estaban sentados. Este fenómeno suele ser pasajero y breve. (C) El aspecto principal del descanso en el Espíritu, es la fuerte presencia sanadora del Dios viviente, que purifica, libra de dificultades y bloqueos interiores a su acción fortalece el alma para sobrellevar el peso del compromiso cristiano de un modo renovado. D) El punto controvertido y discutible en el descanso en el Espíritu es ese sentirse anonadado por el peso del amor de Dios con el fenómeno espectacular de la caída suave del cuerpo hacia atrás o hacia adelante, hasta que el don se haya pasado. Cuando el descanso en el Espíritu es verdadero, la caída del cuerpo es como una señal externa de un nuevo rendimiento al Señorío de Cristo y de una nueva aceptación del amor y la voluntad de Dios sin resistencias. Hay personas que creen erróneamente que caen al suelo porque han sido empujadas por el que les impone las manos. De hecho es el amor abrumador de Dios el que empuja y vence poderosamente obstáculos en personas que evitan aparecer como poco naturales. EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu Conclusión. Estemos abiertos para acoger los dones de Dios y aceptemos la invitación de Dios a entrar en su descanso para reposar de los trabajos (Heb.4.10), sin esperar sólo el descanso definitivo y celestial. También en su vida mortal, Jesús invitó a sus discípulos a un lugar retirado a descansar por un rato (Mc.6.30). Hoy también sigue haciéndolo con nosotros. Aplicaciones para la Vida. “Comenzar a caminar decididamente en el Espíritu santo” Bibliografía: - Biblia de Jerusalén edic. 1976 - Suma Teológica Sto Tomas de Aquino. - Doctrina sobre el Bautismo en Espiritu Santo y Fuego- Basombrío - Un Pentecóstes hoy – P. Salvador Carrillo Alday - Comentario sobre el Bautismo en Espíritu P. Raniero Cantalamessa - Catecismo de la Iglesia Católica. EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu 6º Tema UN CAMINO DE CRECIMIENTO Objetivo del tema: Animar a los hermanos que están realizando el Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu Santo a seguir un camino de crecimiento espiritual con metas y objetivos claros mostrando este encuentro como solo el inicio. TEXTO BIBLICO INTRODUCTORIO: San Pablo en la carta a los filipenses al comenzar el cap. 3 hace su presentación como quien es alcanzado por la “gracia” de Dios, como quien conoce a Cristo por pura misericordia y toma su salvación para si, aceptándolo como Salvador y Señor - (Esta es la presentación que venimos realizando de la trinidad, la vida nueva y la conversión integral del hombre como respuesta a la iniciativa de Dios)- . Pero lejos de vanagloriarse de esta situación, San Pablo anima a no dejar de “Crecer en la vida espiritual”, perfeccionando (Por obra del Espíritu Santificador, la reproducción de la imagen de Cristo en nuestras vidas), en una carrera para alcanzar la meta, paso a paso hasta lograr la santidad – “presentarnos irreprochables el ultimo día…”- Fil. 3, 12-13 Podemos tomar estas palabras de Pablo para nosotros, y proponer desde el encuentro personal con Cristo y el Bautismo en Espíritu Santo, como “nuestro inicio” para un camino en la Vida en el Espíritu Santo queremos proponer a los hermanos que están viviendo esta experiencia una serie de encuentros formativos para realizar pasos concretos con los cuales ir profundizando nuestro cecimiento espiritual. 1º La Oración Fundamentalmente de la oración de ALABANZA y de INTERSECION (solo como oración sino también como un estilo de vida), podemos terminar con la contemplación. Transmitir alos hermanos la necesidad de ser una persona de oración. 2º La Escritura Tratando de cómo acercarme a la escritura, hablar del ordo (Lectura diaria), para empezar a saciar su sed de palabra, es el camino pedagógico de la Iglesia, hasta un acercamiento a la historia de la salvación, etc. EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu 3º La Comunidad Grupo de Oración, presentar al mismo como el medio de crecimiento y acompañamiento que el Señor nos brinda, y esencialmente como participar de los mismos. 4ª Los Sacramentos Enunciando su importancia para nuestra vida espiritual, cuando se dicte el seminario de crecimiento ayudar a la gente a pasar de una experiencia religiosa a una experiencia salvífica. 5º El Apostol – misionero Aportarle a la gente la necesidad de salir a anunciarle a la gente de contarle al otro lo que hemos recibido, la necesidad de evangelizar (Doc. De Aparecida). El que no comparte su tesoro encontrado se tranca y retrocede. Cuando nos quedamos estáticos en grupo nos vamos desalentando y dejamos, porque no nos sentimos útiles y no todos están llamados a prestar servicio en el Grupo. 6ª El compromiso con la sociedad Como acercarse al otro para rescatarlo de anonimato existencial (como apostolado permanente). 7º María, En una visión mariológica del ser carismático como aquella que vivió más pentecostés (4 escenas mínimas que vivió ella, en Nazaret, visitación, en la cruz, en hechos en el aposento alto) Los carismas Una mirada panorámica antes de la oración por la efusión del Bautismo en Espiritu Santo, luego de la efusión, y una profundización, invitamos a la gente a que lea sobre esto comenzando con 2 Corintios Cap. 11 al 13. Se trataran carismas mas comunes en los grupos de oración (Palabra de ciencia, palabra de sabiduría, Profecía, glosolalia, etc) Otro crecimiento puede ser el discipulado. Esta progresión debe adaptarse a cada comunidad y con la ayuda de Dios podremos ver comunidades fortificadas y unidas en un mismo proceso formativo y de crecimiento espiritual. EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu 7º Tema SANTIDAD - KADOSH Objetivo: ser conscientes de que somos llamados a la santidad y disponernos a caminar hacia ella. Por eso presentamos la santidad como DON y LLAMADO, COMO CAMINO COTIDIANO y META DEFINITIVA. LA SANTIDAD, DON Y LLAMADO 1. SANTIFICADOS EN CRISTO Textos bíblicos: Hebreos 2, 11 ; 1 Cor 1, 30 ; Juan 17, 17-19 ; Efesios 5, 25-27 ; 1 Cor 6, 11 Jesús nos comunica, dona, regala su santidad. Su santidad es también la nuestra. Más todavía, Jesús mismo es nuestra santidad. Jesús, en el bautismo, nos transmite lo que Él es. El bautismo pone de manifiesto que somos obra de Dios desde la concepción, hijos santos de Dios. Por eso, la santidad es Presencia de Dios. Abrirnos al don, a la gracia, recibir el regalo del amor y de la santificación que Dios obra en nosotros, para ser capaces de mirar la historia y descubrir que aquí y ahora está presente Dios. La santidad no es en primer lugar obra nuestra. Lo primero no es hacer nosotros, sino dejar a Dios hacer con lo que nosotros somos. Dios obra la santidad. 2. LLAMADOS A SER SANTOS Textos bíblicos: Levítico 20, 7-8. 26 ; 1 Pedro 1, 15-16 ; Mt 5, 48 Además de recibir la santidad de Jesús, estamos llamados a imitarla, a hacerla vida. Fuimos santificados por el bautismo, pero cada día se nos llama a permanecer en esa santidad recibida. Hay una santidad dada y una santidad conquistada, que no son distintas. La santidad conquistada, vivida, se refiere a perseverar, a acrecentar, a manifestar la santidad dada. La santidad vivida hace concreta, visible, palpable la santidad dada. (1 Cor 1, 2). Este llamado es a ser santos hoy, no recién cuando termine nuestra vida. El llamado a la santidad tiene su respuesta en el día a día, en el hoy de mi vida y en el hoy de la historia. Dios me llama a vivir hoy; hoy Dios reina en el mundo y en cada uno de nosotros. Dios está encarnado y está metido y comprometido en la trama del mundo y de la historia. EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu La clave de esta vivencia de la santidad siempre es el amor, y un amor arriesgado, como el de Jesús. La vivencia de amor que nos lleve a tomarnos en serio el evangelio, a ser nosotros evangelios vivientes donde se puedan leer rasgos de la vida del Señor. Estamos llamados a vivir la santidad en lo cotidiano, en las pequeñas cosas… LA SANTIDAD, CAMINO COTIDIANO Y META DEFINITIVA 1. CAMINO DE SANTIDAD Texto bíblico: Apocalipsis, capítulos 2 y 3 (Carta a las Iglesias) Nuestra santidad es un continuo camino de paradas y partidas, como lo fue para el Pueblo de Israel, como lo es hoy para la Iglesia, como lo es también para cada uno de nosotros. Por eso necesitamos volver nuevamente al camino de la santidad. Es necesario volver, recuperar, reestrenar el camino de la santidad. Esto es la conversión: recuperar, redescubrir el amor primero. La conversión más que el esfuerzo por cambiar las cosas, es direccionar la vida, es ir hacia Jesús. Una clave: permanecer como niños. Quitar todo lo que se nos fue adhiriendo y empañando la semejanza con Dios en la que fuimos creados. Deshacernos de aquello que nos fue apartando del camino y retomar. El camino de la santidad caer y levantarse, recomenzar… 2. LA SANTIDAD ES LA META DE LA VIDA CRISTIANA Textos bíblicos: 2 Timoteo 4, 6-7 ; Filipenses 3, 13-14 La santidad no sólo es una invitación o una posibilidad, es la vocación de toda persona, la meta a la que debemos llegar. Queremos, podemos y debemos ser santos. Este es el proyecto de Dios para cada uno. Es la meta de todo cristiano. Es el ideal del hombre nuevo regenerado en el Espíritu: recibir al Señor, permitirle que viva en nosotros y nos transforme en Él. “Ya no vivo yo; es Cristo quien vive en mí” (Gál 2, 20). Para reflexionar y orar: ¿Cómo vivo la santidad recibida en el bautismo? EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu ¿Estoy dispuesto a recorrer el camino de la santidad, asumiendo mis debilidades y confiándome a la gracia de Dios? Sugerencias para la vida: Dar gracias por la santidad recibida en el bautismo. Perseverar en el crecimiento espiritual hacia la santidad. Asumir compromisos concretos de apostolado y servicio a la comunidad. JESÚS ES MI SEÑOR Objetivo: Tomar conciencia de la realidad del pecado y aceptar a Jesús como el único Salvador y Señor de nuestra vida. Texto bíblico: Lucas 15, 11-32 (Parábola del Padre Misericordioso) El hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, es el ser llamado a la comunicación y a la comunión profunda. Pero no siempre responde a este llamado; muchas veces el hombre se desvía de amor de Dios. El pecado es la ruptura de la relación que vive el ser humano con Dios, consigo mismo, con los demás y con la creación. En el pecado original, el hombre se prefirió a sí mismo en lugar de Dios. El hombre, creado en estado de santidad, estaba destinado a ser como Dios. Pero por la seducción del enemigo, quiso “ser como Dios”, pero “sin Dios, al margen de Dios y no según Dios”. El enemigo distorsiona la verdad exagerando la prohibición de Dios (Gen 3, 1). Este es el primer paso: distorsionar la verdad. Y esto le permite al tentador dar el paso siguiente: le hace ver a Dios como enemigo, como represor, como un amo cruel que no quiere el bien de su creatura. Lo prohibido se despierta ya como un gran deseo. El llegar a ser como Dios se convierte en el deseo máximo, que ya no lo buscan como un don de Dios, sino como un trofeo que le tienen que arrebatar al mismo Dios. Es decir, que se lo ve a Dios como un rival a vencer, como un adversario. El pecado, entonces, es la falta de confianza en Dios, en su amor, y el querer cumplir los deseos al margen de Él, porque se lo ve como represor y no como Padre. La desnudez después del pecado es tomar conciencia de que no se confió y esto lleva al ocultamiento. Esta desnudez indica la pérdida de la santidad original con que el hombre fue creado. Es la frustración y la ruptura. Se pierde el norte, el verdadero sentido. El resultado es la soledad. Se pierde la posibilidad de relación. EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu Pecado, en la Biblia, significa desvío de la meta. Es desviarnos del proyecto de Dios. No acertar en mi vida para aquello para lo cual fui creado. La dinámica del pecado es la desmesura y el orgullo que llevan a la incapacidad de abrirse a Dios y a los demás. Es buscar la realización de nuestro ser no en Dios, sino en otras propuestas que tienen más bien relación con el no-ser. El pecado es encerrarse en sí mismo y no darse. Es todo aquello que hago para satisfacerme a mí mismo al margen del otro. Y como estamos hechos para la comunión, para compartir la vida con otros, al estar en soledad y en aislamiento nos enfermamos y enfermamos a los demás. Jesús no dedica mucho tiempo a hablar del pecado, sino que se encuentra con gente pecadora e invierte su tiempo en salvar. Jesús, Señor y Salvador, quiere rescatarme de este universo destructivo del pecado. Toda la vida de Jesús es salvación para nosotros, El itinerario salvífico de Dios: - - - - Encarnación: en Jesús, Dios se revela en una persona real, completamente humana para que podamos seguirle. Desde la Encarnación, la vida de Dios atraviesa toda nuestra vida. Jesús conoce por propia experiencia todo lo que nosotros vivimos (con excepción del pecado). Vida pública: Jesús nos salva por su praxis de la misericordia, por su predicación. Jesús me salva hoy, en el aquí y ahora de mi vida. Me da componentes existenciales para vivir en Él, con los pies en la tierra, en lo cotidiano de la vida. Los signos que Jesús hace dan testimonio de su misión salvadora y liberadora del hombre (Lucas 7, 22-23). Pasión: en su Pasión, Jesús me enseña cómo enfrentar una crisis. Tenemos que ayudar a enfrentar las crisis en la cotidianidad. El verdadero cristianismo es asumir nuestras crisis cuando aparecen. Nuestros grupos deben ser dadores de herramientas para cargar con la cruz (1 Cor 1, 23-25), y confiar en el poder de Dios. Aquí podemos tomar como ejemplo el camino recorrido por Nicodemo en su relación con Jesús: Primero va a verlo de noche, a escondidas. Allí Jesús lo llama a ser un hombre nuevo, nacido del agua y del Espíritu (Juan 3, 1-15) Después lo vemos esbozando una defensa de Jesús en una discusión sobre el mesianismo de Jesús (Juan 7, 40-53) Finalmente, lo encontramos entre los que dan sepultura a Jesús. Él es quien lleva los perfumes (Juan 19, 38-40). Glorificación: Jesús nos salva porque está vivo y puede revelarnos cómo vivir la vida de cristiano (1 Cor 12, 3). EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1, 29), el único Mediador de la Nueva Alianza entre Dios y los hombres (Hebreos 10, 15). Cuando expulsa los vendedores del Templo (Mt 21, 12-13; Mc 11, 15-17; Lc 19, 45-46; Jn 2, 13-17), presenta lo nuevo de la ofrenda, lo nuevo del culto, lo nuevo de la reconciliación, del perdón. Ya no son necesarios los animales; Él es el Cordero de Dios. Él es el lugar de encuentro entre Dios y el hombre. En su Cuerpo Resucitado (nuevo Templo), se va a celebrar el nuevo culto, asociándonos al misterio pascual. Después de la expulsión, sólo Jesús queda en el Templo, mostrándonos así que sólo Él reconcilia a los hombres con Dios; Él es el único medio de expiación. Es muy claro que Jesús quiere salvarme y liberarme del pecado y de todo mal, pero para recibir esta salvación que me trae es necesario ponerme bajo su Señorío. Jesús es el Salvador. Jesús es el Señor. Pero, ¿es mi Señor? No basta con proclamarlo como Señor; debo vivir bajo su Señorío, ponerme bajo su dominio (Señor, Dominus, el que tiene dominio sobre algo o sobre alguien). Acoger al Señor y la salvación que me ofrece para vivir la vida en abundancia. Jesús, el Señor Jesús, al tercer día de su muerte resucito. ¡Está vivo! Dios no permitió que su Hijo permaneciera en la muerte, al contrario, lo exaltó y lo glorificó: - Le dio el Nombre sobre todo nombre (Fil 2, 9) Le concedió todo poder en el cielo y en la tierra (Mt 28, 13) Lo constituyó Señor y Mesías (Hch 2, 36) La resurrección, exaltación y glorificación de Jesús es el culmen de su obra salvífica. Si no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe (1 Cor 15, 14). El título de Señor lo ha constituido como Dueño absoluto de todo el universo: del pasado, del presente y del futuro. Toda la creación le está sometida. Vencedor de la muerte y del maligno. Cielo, mar y tierra están bajo su poder. Juez de vivos y muertos (Hch 10, 42); el Salvador (Hch 13, 23); el Autor de la Vida (Hch 3, 15); el Mesías anunciado por los profetas (Hch 3, 18). Por otra parte, el título de Señor (Kyrios), que en el Antiguo Testamento era reservado exclusivamente para Dios, al ser aplicado a Jesús, afirma de una manera muy eminente que Jesús es Dios, es el Señor. Jesús, mi Señor El dominio de Jesús sobre todo el universo debe extenderse de una manera especial y concreta sobre aquellos que creen en Él, sobre cada uno de nosotros. Jesús, el Señor, debe ser efectivamente mi Señor. A Él debo entregar, libre y amorosamente, todas las áreas de mi vida, toda mi existencia. “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo” (Rom 10, 19). EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu Ponernos bajo el Señorío de Jesús en todas las áreas de nuestra vida no significa anular nuestra personalidad y nuestra capacidad de decisión. Todo lo contrario: se trata de hacer una opción fundamental por Él, adherirnos a su Persona, a su evangelio; entregarnos a Él con plena conciencia y libertad. Esta es una realidad que no basta solo proclamar o predicar, sino que hay que vivirla, encarnarla. El cristiano no es quien sólo dice con su boca “Señor, Señor”, sino quien vive haciendo la voluntad del Padre del cielo (Mt 7, 21). El cristiano vive según la voluntad del Señor, regido por los valores del evangelio, con los criterios de Jesús y al impulso del Espíritu. No basta que Jesús sea nuestro Salvador. Es necesario que sea nuestro Señor, y esto depende de nosotros. Es necesario decidirnos a vender todas nuestras “perlas”, para comprar la “Perla Preciosa”. Decidirnos a entregarlo todo y a entregarnos del todo, para quedarnos con Jesús. Otros textos para profundizar: Lc 4, 16-19; Lc 5, 17-26; Jn 3, 16-17; Lc 19, 1-10; Mt 9, 9-13 Para reflexionar y orar: ¿Qué expectativas tengo puestas en Jesús? ¿Cómo ilumina Jesús mi historia personal? ¿Qué significa para mí el señorío de Jesús? ¿Le doy verdaderamente el dominio sobre mi vida, desde una opción libre y amorosa? Sugerencias para la vida: Pide al Señor que aumente tu fe en Él. Profundiza en la lectura orante de la Palabra. Recibe su perdón con un corazón agradecido y perdona de corazón a quienes te ofenden. Sé instrumento de paz en el ambiente donde vives y trabajas. EQUIPO COORDINADOR RCC DIOCESIS DE CONCORDIA