VI. Medidas cautelares en el proceso contencioso administrativo 3.5. Fumus bonis iuris: La 385 apariencia de buen derecho como factor de protección del debido proceso del sujeto pasivo de la medida cautelar. El fomus boni iuris o apariencia de buen derecho aparece desarrollado en los numerales 1 y 2 del artículo 231 del C.P.A.C.A. e implica la existencia de un “examen anticipado, provisional y sumario, de las perspectivas de éxito de la demanda, es decir de un examen liminar que no constituye prejuzgamiento” (Fajardo Gómez, 2011, p. 334). Se trata de determinar, ab initio, que existe el derecho reclamado por el demandante, lo que para doctrina (Arboleda Perdomo, 2011. p. 347) puede hacerse fácilmente una vez se expida el auto de pruebas y se haya fijado el litigio. Se trata de que el derecho que se pretenda tutelar, aparezca como probable y verosímil, razón que hace entendible que la norma exija la titularidad -así fuere sumaria- del derecho reclamado y que la demanda este razonablemente fundada en derecho. Como lo cita Cassagne (2007. p. 11) “la resolución cautelar no declara la certeza del derecho sino la verosimilitud del mismo”. La apariencia de buen derecho no deviene de un criterio subjetivo del operador jurídico, sino que debe estar sustentada en parámetros objetivos, más si se tiene en cuenta las particularidades del proceso administrativo. Alvarado Esquivel (2008, p. 5) establece que el fumus boni iuris denota dos complementos en materia administrativa: “… se trata de comprobar por un lado, la aparente existencia de un derecho o interés del promovente que está corriendo un peligro de sufrir un daño irreversible y, por otro, la probabilidad de que el acto administrativo sea ilegal”. Así las cosas, no solo debe tenerse en cuenta la titularidad del derecho en cabeza del demandante, sino la apariencia de ilegalidad de la actuación administrativa, que como lo cita Castaño Parra (2010, p. 296) no puede tener iguales dimensiones en pretensiones disímiles como el contencioso objetivo, el subjetivo o el colectivo: “Somos conscientes que la configuración del periculum in mora y del fumus boni iuris puede variar ostensiblemente dependiendo de si se trata del contencioso objetivo, subjetivo o colectivo, en consideración a que en cada uno de ellos, la pretensión procesal-administrativa es distinta e impone un mundo sustantivo y adjetivo propio…”. Resulta lógico suponer que si una pretensión tiene apariencia de éxito, también puede tener la misma perspectiva de prosperidad, la anticipación del derecho reclamado o la procedencia de cualquier otra medida, por lo que excepcionalmente es dable otorgar en forma provisoria un derecho