342 FERDINANDO CASADIEGOS CÁCERES Esta regla no reconoce más que una excepción introducida por el derecho nuevo a favor del deudor que prometió por contrato verbis una suma de dinero que cree haber recibido a título de préstamo; le bastaría alegar que la entrega del dinero no tuvo lugar, para que el acreedor quedara obligado a probar lo contrario. Sobre el tema de la causa se han estructurado modernamente las teorias de los causalistas, los anticausalistas y los neo-causalistas. 9.5. CLASIFICACIÓN GENERAL Al hablar de las categorías de los contratos, insinuamos su clasificación que veremos en forma detallada a continuación. Esta clasificación de los contratos, dividida en cuatro clases, ha llegado así al derecho moderno. • Contratos verbis: que eran aquellos en los cuales se necesitaba para su perfección el empleo de determinadas palabras. • Contratos litteris: que no eran aquellos que no podían perfeccionarse sino por medio de la escritura. Se dice que esta no era solamente exigida ad probationem (como prueba), sino ad solemnitaten, es decir, con una solemnidad esencial para la existencia del contrato. Un requisito esencial en este contrato es la escritura, no sólo como medio de prueba, sino que es el elemento esencial para la existencia del contrato. • Contratos reales: en los cuales se requería la entrega de la cosa materia de ellos, para que tuvieran existencia legal. Tales eran el mutuo, el comodato, el depósito y la prenda. • Contratos simplemente consensuales: que se formaban solo consensu, esto es, por el solo consentimiento de los contratantes manifestado en cualquier forma. Como la compraventa, la locatio conductio (arrendamiento). Aun cuando atrás ya dejamos reseñada la clasificación de los contratos en forma general, vamos a detenernos en los más importantes: • Con relación a su origen: Se distinguen los contratos iuris civilis y los iuris gentium. Los primeros entre los ciudadanos romanos y los segundos entre extranjeros entre sí. Los del último