8.1 La riqueza de los hogares y el análisis de su situación económica Los hogares poseen activos financieros y no financieros que constituyen su "riqueza". Cuando el valor de estos activos aumenta debido a un aumento en los precios de las acciones, o un aumento en los valores de las viviendas por encima de la subida de los precios de otros bienes y servicios, las familias se sienten más ricos y por lo tanto, más inclinados a ahorrar menos y gastar más. La riqueza en forma de acciones es la más sensible a estas ganancias de capital, o "las ganancias de posesión o por tenencia" (véase más adelante: Las ganancias o pérdidas y los precios de mercado en las cuentas nacionales"). Esta influencia sobre el comportamiento de los hogares se conoce como el "efecto riqueza". Es particularmente visible en los Estados Unidos, donde un gran porcentaje de los hogares posee riqueza financiera en forma de valores (es decir, acciones en la bolsa, acciones no cotizadas en bolsa, bonos y otras valores). Las cuentas financieras y las cuentas patrimoniales o de balance constituyen la fuente para disponer de estos datos, no sólo para los hogares sino que también cubren a las sociedades financieras y no financieras y al gobierno general. Las cuentas de balance - que desafortunadamente no se elaboran en Colombia ni en ningún país latinoamericano permiten calcular no sólo el patrimonio neto de los distintos grupos de agentes en un momento dado, sino también cómo ha evolucionado con el tiempo. Este capítulo describe la organización de estas cuentas. Recuadro. El ahorro y la inversión. El modelo keynesiano básico que se enseña en clases de macroeconomía elemental es: Y = C + I, R = Y. Estas ecuaciones deben leerse así: Y, la demanda, es igual al consumo C más la inversión I; los ingresos R son iguales a la producción Y, que en sí es igual a la demanda. De todo esto se deriva la bien conocida ecuación: Ahorro = R - C = I, indicando la norma básica de que el ahorro es igual a la inversión. Si se asume que las empresas no auto-financian ninguna de sus inversiones y que los hogares no invierten, esto es equivalente a volver a nuestro "Teorema" que la suma del préstamo neto / endeudamiento neto es cero en una economía cerrada. De hecho, los hogares ahorran y de esta manera, son prestamistas netos. Las empresas, por su parte, tienen que encontrar financiación para sus inversiones. En virtud de la simplificación de las condiciones que aquí se presentan, los hogares cubren exactamente el préstamo neto, por definición, el endeudamiento neto de las empresas. Esto pone de manifiesto la convergencia que existe entre los modelos de cuentas nacionales y el modelo keynesiano.