220-66657 Asunto: Los representantes legales no pueden arrogarse facultades propias de los asociados. Se recibió su escrito radicado en este Despacho con el número 366475, por medio del cual esboza múltiples dudas en torno a una sociedad anónima inactiva, donde según lo expresa sus socios todos foráneos, se encuentran en el exterior y no es factible su ubicación. Igualmente manifiesta, que existe un poder general otorgado por el segundo suplente del gerente a tres personas, pero éste no los faculta para constituirse en asamblea, refiriéndose confusamente a algunos temas jurídicos que en efecto, de darse, configurarían causal de disolución, pero que de ninguna manera aplican al caso que usted plantea, pues una cosa es la reducción de socios, y otra que no se ubiquen o se desconozcan sus paraderos para posibilitar su convocación a reunión de junta de socios. Acto seguido hace afirmaciones erradas en torno al tema de la disolución, citando el artículo 365 del Código de Comercio, cuya invocación tampoco es afortunada, pues esta es una norma especial para las sociedades limitadas cuya temática tampoco guarda relación con el caso que se plantea. Finalmente, formula algunos interrogantes, los cuales se resolverán en el mismo orden de su planteamiento, no sin antes hacerle algunas aclaraciones que vienen al caso. En primera instancia vale la pena ponerle de presente que la disolución anticipada de la compañía constituye una reforma estatutaria y como tal, debe ser adoptada por el órgano competente, esto es, por los asociados reunidos en asamblea general de accionistas; con esto queremos significar que, las únicas personas que pueden constituirse en asamblea son los mismos accionistas personalmente o mediante apoderados que designen, y no su representante legal o los apoderados de éste. Por su parte, la asamblea general de accionistas es el máximo órgano administrativo de la sociedad, la que en tal virtud traza las directrices de la misma en pos del desarrollo del objeto social, siendo su representante legal un simple mandatario que no puede arrogarse facultades que por ley sólo competen a la asamblea general de accionistas como lo son las modificaciones a los estatutos sociales que rigen a la compañía. Esbozado lo anterior, este Despacho procede a ocuparse de los interrogantes en los siguientes términos: Pregunta usted, cuál sería el procedimiento a seguir con miras a disolver y liquidar la compañía si la ley no reglamenta soluciones para el caso que no exista ningún accionista y sea imposible constituirse en asamblea general de accionistas. Sobre ese aspecto vale la pena comentarle que es requisito sine qua non, agotar el procedimiento ordinario, esto es, convocar a los asociados a una reunión de asamblea en la cual se exprese el temario a considerar de conformidad con lo previsto en el artículo 424 del Código de Comercio. Ahora, si ésta no pudiese realizarse por falta de quórum, se procederá de todas formas a la reunión de segunda convocatoria prevista en el artículo 429 del Código de Comercio que prevé que si se convoca a una asamblea y ésta no se lleva a cabo por falta de quórum se citará a una nueva reunión que sesionará y decidirá válidamente con un número plural de socios cualquiera sea la cantidad de acciones que esté representada, la cual deberá efectuarse no antes de diez días ni después de los treinta, contados desde la fecha de la primera reunión. Ahora, si desafortunadamente nadie acude a tal cita, es posible que, tratándose de una sociedad vigilada, y dándose los presupuestos previstos en la ley y en los estatutos, esta Superintendencia estudie la viabilidad de decretar la disolución y ordenar la liquidación de la compañía. En ese orden de ideas es preciso verificar si la sociedad se halla incursa en alguna de las causales previstas para tal efecto en orden a establecer la competencia de este Organismo sobre el particular (Decreto 3100 del 30 de diciembre de 1.997, en consonancia con el artículo 84 del Decreto 222 de 1.995); ahora, de no predicarse ninguna de ellas, carecería esta Superintendencia de competencia para pronunciarse al respecto, salvo que, de una investigación administrativa (Art. 87, numeral 5º. Ley 222 de 1.995), se compruebe alguno de los presupuestos determinantes para someterla bien a su vigilancia o control, instancias en las cuales se le reviste de ciertas facultades sobre las compañías, entre ellas, la de poder decretar la disolución y ordenar la liquidación en los casos en que se dieren las condiciones previstas en la ley y en los estatutos. (Artículos 84 y 85 de la Ley 222 de 1.995). Para ello, el representante legal en su calidad de administrador de la sociedad por la cual usted consulta, debe hacer una relación pormenorizada de los hechos lesivos de la ley o de los estatutos y de los elementos de juicio que tiendan a comprobarlos, a efectos de que esta entidad adelante la investigación correspondiente. En relación con el segundo punto, se le expresa que los comentarios expuestos en la parte preliminar del presente oficio y en la respuesta proyectada al anterior interrogante, son aplicables al presente caso. En lo que atañe a la última de sus preguntas tendiente a determinar si en el caso que motiva su interés es viable el trámite previsto en los artículos 627 a 644 del Código de Procedimiento Civil, vale la pena precisar que definitivamente no es posible su aplicación, como quiera que quienes están legitimados para solicitar la liquidación de una sociedad son los mismos asociados y no sus representantes legales, como se observa del tenor literal del artículo 627 mencionado que prevé: "A petición de cualquiera de los socios, procede declarar judicialmente la disolución y decretar la liquidación de una sociedad civil, comercial o de hecho, por las causales previstas en la ley o en el contrato social, siempre que tal declaración no corresponda a una autoridad administrativa." (Subraya fuera del texto). Luego, si los representantes legales o los apoderados de éstos no pueden iniciar el trámite judicial de disolución y liquidación de la compañía por carecer de legitimidad para tal efecto, es claro que no hay lugar a ventilar por parte de los mismos, la inoperancia de la sociedad y demás circunstancias anómalas que la rodean. En los anteriores términos damos respuesta a su consulta, y se le advierte que la misma tiene el alcance del artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.