La utilización de los modelos en Inglaterra en el siglo XVII. Carlos Montes Serrano. Catedrático de Expresión Gráfica Arquitectónica. E.T.S. de Arquitectura de la Universidad de Valladolid. En los últimos años, diversos escritos han puesto de relieve la importancia que tuvo la utilización de las maquetas en la definición del proyecto arquitectónico, de acuerdo con una tradición permanente en occidente hasta bien entrado el siglo XVI . Es mi intención, en esta ponencia, ofrecer algunos datos que también confirman la importancia que adquirió la maqueta o los modelos arquitectónicos en Inglaterra -un país de fuertes tradiciones y una gran inercia al cambio- durante los siglos XVII y XVIII. El único escrito, para mí conocido, que trata de la utilización de los modelos en Inglaterra, y más específicamente de algunos modelos de Ch. Wren para la catedral de San Pablo de Londres, fue publicado por M. S. Briggs a comienzos de siglo1; en él se confirma que en el siglo XVII aún persistían en aquel país los métodos medievales; utilizando el arquitecto, para la proyectación del edificio, la traza general para realizar las cimentaciones, una maqueta del conjunto, explicaciones orales, y dibujos o modelos de detalle a pie de obra. Los modelos en el Tratado de sir Henry Wotton. Confirma esta hipótesis el primer tratado de arquitectura inglés, The Elements of Architecture, publicado por en Londres en 1624. Su autor, sir Henry Wotton (1568-1639), fue un personaje de amplia cultura; durante su larga estancia en Italia entró en contacto con los círculos arquitectónicos del país, llegó a apreciar la arquitectura palladiana, y debió estudiar el tratado de Vitrubio y de Alberti, cuyas ideas se encuentran recogidas en su texto. El tratado no es fácil de encontrar. De pocas páginas y de rápida lectura, se trata de un manual destinado a cultivar el espíritu y el gusto de los nobles de la época; no obstante, y a pesar de carecer de ilustraciones, tuvo una relativa influencia en los arquitectos del momento, influyendo en la predilección inglesa por la arquitectura palladiana. El pasaje que nos interesa, por tratar de los modelos en relación con los otros mecanismos de definición del proyecto, dice así en la edición original: Let no man that intendeth to build, setle his Fancie upon a draught of the Worke in paper, how exactly soever measured, or neately set off in perspective; and much lesseupon a bare Plant thereof, as they call the Schiographia or Graund lines; without a Modell or Type of the whole Structure, and of every parcell and Partition in Pastboord or Wood. Nextthat the said Modell bee as plaine as may be, without colours or other beautifying, lest the pleasure of the Eye preoccupate the Iudgement; with advise omited by the Italian Architects, I finde in Philippe de l’Orme, and therefore (though France bee not the Theater of best Buildings) it did merit some 1 mention of his name. Lastly, the bigger that this Type be, it is still the better, not that I will persuade a man to such an enormity, as that Modell made by Antonio Labacco, Of Saint Peters Church in Rome, containing 22 foot in lenght, 16 in breadht, and 13 in heighth, and costing 4.184 crownes; The price in truth of a reasonable Chappell: Yet in a Fabrique of some 40 or 50 thousand pounds charge, I wish 30 pounds at least layd out before hand in an exact Modell; for a little misery in the Premises, may easily breed some absurdity of greater charge, in the Conclusion Las ideas de Wotton, defendiendo los modelos frente a las representaciones gráficas, no dejan de ser algo anticuadas para la época. Teniendo en cuenta que durante los diez años que vivió en Venecia debió haber conocido el texto de Palladio y su manera de codificar la arquitectura en el papel por medio de la planta, alzado y sección ortogonal. En este sentido, Wotton indica que el arquitecto debe usar los modelos en la definición del proyecto; “modelo o tipo de toda la estructura y de cada parte o partición, en cartón o madera”. Desconfiando de la sola representación gráfica sobre el papel, “por muy exactas que sean las medidas”, por medio de la perspectiva (Schiographia), o de una simple planta (graund lines) . Este énfasis en la recomendación de los modelos podría hacernos pensar que su consejo coincidía con la práctica habitual de la arquitectura en su país de origen. Aunque también pudiera ser que, habiendo visto como en Italia se utilizaban los modelos, pretendiera introducir esta costumbre en Inglaterra. Más bien nos inclinamos por lo primero, pues lo que pretende Wotton es aconsejar -de acuerdo con Philibert de l’Orme- que esos modelos no sean excesivamente grandes y costosos, y que se trabajase con un modelo general, y pequeñas maquetas de los detalles. Por otra parte, el encendido elogio a Philibert de l’Orme nos indica que Wotton debió pasar por alto, en su lectura del texto de Alberti, las referencias a los modelos, con las recomendaciones recogidas en el Libro II sobre su uso, y las indicaciones de que estos fuesen simples y sencillos. Sigue, tal como indica, el texto de Le premier tome de l’architecture, conocido a partir de alguna de las tres primeras ediciones de 1567, 1568 o 1576. Philibert de l’Orme señala, en el capítulo XI de su libro, que los modelos que el arquitecto debe realizar al proyectar un edificio deben ser sencillos, sin estar adornados con colores, u otros adornos, que podrían engañar a quien los contemplara y apartarles del adecuado juicio sobre la obra, sobre sus partes o medidas. De ahí que aconseje -de acuerdo con la opinión de otros arquitectos-, modelos de un solo tono de color, muy sencillos, incluso poco perfectos en su acabado, ya que lo único importante para el arquitecto es que los modelos sean precisos en cuanto a sus medidas y proporciones 2. Y añade que el arquitecto no debe fiarse del modelo general del conjunto de toda la obra, sino que debe construir otros de las partes principales “con objeto de que se pueda ver y conocer los ornamentos y las medidas de todas las cosas particulares”. Por último, resulta de interés su crítica al modelo para la basílica de San Pedro de Antonio de Sangallo el joven, ejecutado por Antonio Labacco. Por los datos que ofrece Wotton, debió conocer el texto de G. Vasari; y es posible que hubiera visto el mencionado modelo durante su estancia en Roma en 1594, o en alguna otra ocasión. La influencia de Christopher Wren. 2 Cabría citar, junto a Wotton, a Roger Pratt (1620-84), un arquitecto familiarizado con la arquitectura clásica de Italia y Francia a través de sus viajes. En 1660 también recomienda la utilización de los modelos con el fin de definir perfectamente el proyecto, de forma que pudieran entenderlo sin dificultad todas las personas implicadas en el mismo; incluso detalla la clase de madera a usar y la escala más adecuada 3. En su razonamiento, Roger Pratt sigue los consejos al uso en la tratadística continental, según las conocidas referencias de Alberti, Philibert de l’Orme, o Vincenzo Scamozzi 4. Pero fundamentalmente, Pratt recoge en su consejo una práctica habitual entre los arquitectos ingleses durante el renacimiento y el primer barroco, entre los que sobresalen Iñigo Jones (1573-1652) y Christopher Wren (1636-1723). Existen datos de que Iñigo Jones, el primer gran arquitecto del siglo XVII, del que se conservan gran número de planos, utilizó maquetas al menos en dos de sus edificios: la Star Chamber (1617) y el Banqueting Hall (1619-22)5. El más importante de todos los arquitectos ingleses, Christopher Wren, utilizó como medio habitual de trabajo los dibujos y modelos; y dejó escritas una serie de razones por las que el arquitecto no debía confiar sólo en los dibujos, sino que debía construir también maquetas para juzgar y valorar la calidad de su proyecto. Wren, como científico y buen empirista inglés, procuraba dar razones objetivas a sus criterios estéticos, especialmente a partir del efecto visual de los edificios, y las reglas matemáticas de la óptica y de la geometría. En las Parentalia, se recoge el siguiente consejo en defensa de estas opiniones: The Architect ought , above all Things, to be well skilled in Perspective; for, every thing that appears well in the Ortography (elevation), may not be good in the Model; especially where there are many Angles and Projectures; and every thing that is good in Model, may not be so when built; because a Model is seen from other Stations and Distances than an Eye sees the Building: but this will hold universally true, that whatsoever is good in Perspective, and will hold so in all the principal Views, whether direct or Oblique, will be as good in great, if this only Caution be observed, that Regard be had to the Distance of the Eye in the principal Stations 6 . Es improblable que la palabra Perspective indique un dibujo en perspectiva; ya que entre los muchos testimonios gráficos -planos y bocetos de ideación, ejecución de obra, y presentación- que perviven de Wren, de sus discípulos y de otros arquitectos contemporáneos, apenas hay dibujos de este tipo. Más bien se refiere a que el arquitecto debe imaginar el edificio “en perspectiva” cuando lo está proyectando; es decir, tal como quedará en su emplazamiento, una vez construido, y visto desde todos los lugares posibles. En este sentido, y para cumplir estos fines, recomienda utilizar, junto a los dibujos, las maquetas. Ya que en los modelos podemos simular la apariencia del edificio visto desde distintos ángulos o puntos de vista. No obstante, vuelve a advertir que tampoco podemos fiarnos completamente de la maqueta, ya que algunos aspectos que pueden parecer adecuados en el modelo a escala, pueden no serlo en el edificio construido. En consecuencia con estas ideas, Wren utilizó, siguiendo las normas al uso, modelos a escala de sus proyectos. Esta práctica fue adoptada por los arquitectos formados bajo su autoridad, que utilizaron, cuando la magnitud o importancia de la obra lo requería, modelos de 3 madera a escala para controlar y mostrar las cualidades y valores de sus proyectos. Incluso modelos de grandes dimensiones -como el de la catedral de San Pablo- en el que se pudiera apreciar, no sólo el exterior, sino también el aspecto interior con todos los detalles ornamentales, visto desde el plano del suelo. En la actualidad, se conservan varios de estos modelos: la maqueta de caoba para su primer proyecto, la capilla de Pembroke College de Cambridge (1663); la del Greenwich Hospital -actualmente en el Museo Naval de Greenwich-; fragmentos del First Model para la Catedral de San Pablo (1670); y el Great Model (1673-4) 7. Tenemos noticias de algunos otros modelos no conservados: varios modelos parciales para la catedral de San Pablo, entre los que destacaba uno para el Altar mayor con baldaquino -no realizado-, con columnas salomónicas, parecido al de Bernini en Roma; el del Sheldonian Theatre de Oxford (1663); el de la Capilla del Emmanuel College de Oxford (1667); el de la Biblioteca del Trinity College de Cambridge (1676); el de The Monument en Fish Street de Londres (1671); otro para una iglesia en el centro de Lincoln’s Inn Fields (1696); ciertos modelos para distintas intervenciones en Westminster Abbey; etc. 8. Estos modelos tenían distintas medidas. El de la catedral de San Pablo, por ejemplo, fue ejecutado en madera de roble barnizada; es de grandes dimensiones -mide unos veinte pies de largo-, y fue realizado a una escala de media pulgada-un pie. En su día costó seiscientas libras. Abierto por su base y situado algo elevado permitió que el rey se hiciese una idea muy aproximada de su aspecto interior desde todos los puntos de vista; o, quitando el pórtico, del aspecto general de la nave desde la entrada. Por su parte, el modelo del conjunto del Greenwich Hospital es más pequeño; está realizado a una escala de 28 pulgadas-un pie, y con peor acabado en los detalles; ya que Wren quería mostrar, con dicho modelo, tan sólo la apariencia urbanística del conjunto de los edificios proyectados para que fuese aprobado por el rey; aprobación que tuvo lugar en Kensington el 3 de abril de 1700, a la vista del modelo y varios diseños 9 . Una tradición permanente. La costumbre de Wren de construir modelos de sus obras debió ejercer una profunda influencia en la arquitectura del país; de hecho, acudiendo a las biografías de los arquitectos ingleses del período barroco, entre los que destacan, como seguidores de Ch. Wren, John Vanbrugh (1664-1726), Nicholas Hawksmoor (1661-1736) y James Gibbs (1682-1754), nos encontramos muchos testimonios de la utilización de los modelos a escala en su ejercicio profesional; algunos de los cuales aún se conservan. Es evidente que la función que cumplían estos modelos era, tan sólo, ofrecer al comitente -poco versado en la representación arquitectónica- una imagen aproximada del aspecto que podría tener la futura construcción. Es posible que la influencia del palladianismo en Inglaterra, y su popularización entre las clases nobles y más instruidas mediante la edición de libros con planos de alzado, planta y sección de edificios, pudiera haber influido en la paulatina desaparición de los modelos durante la segunda mitad del siglo XVIII. En este sentido, la nueva arquitectura palladiana, lógica y racional en su planteamiento y representación, no exigiría una definición por medio de modelos, cuyo uso quedaría asociado a la arquitectura barroca inglesa objeto de las críticas de los nuevos arquitectos del palladianismo. 4 Con la desaparición del movimiento palladiano, a finales de siglo, volvieron a construirse modelos, dentro de una tendencia general que llevaba a primar los aspectos más gratificantes de la representación arquitectónica. No es extraño, por tanto, que junto a las maravillosas acuarelas y dibujos de presentación del arquitecto John Soane, conservados en su casa museo de Lincoln’s Inn Field, podamos admirar también una variado conjunto de modelos de sus obras. Cfr. Revista Rassegna, nº 32, diciembre 1987. En especial el artículo de R. PACCIANI, “I modelli lignei nella progettazione rinascimentale”, p. 6-19. J.M. GENTIL, “Una relectura de la Carta sobre la Arquitectura a León X” en Actas del IV Congreso Internacional de Expresión Gráfica Arquitectónica , Valladolid 1992, p. 87-98; y L. CABEZAS, “Los modelos tridimensionales de arquitectura en el contexto profesional y en las teorías gráficas del siglo XVI” en Ibidem p. 105-116. También se puede cfr. los artículos de J.M. GENTIL, “La interpretación de la scenografia vitrubiana o una disputa renacentista sobre el dibujo de proyecto” y E. CARAZO-C. MONTES, “Algunas anécdotas sobre la utilización de las maquetas en la arquitectura española del siglo XVIII”en Revista de Expresión Gráfica Arquitectónica, nº. 1, p.15-33 y p. 47-53. 1 Cfr. M.S. BRIGGS, “The Architectural Model” en Burlington Magazine, 1929, I, p.179 y ss., II, p. 245 y ss. También su libro The Architect in History, Oxford 1927. 2 Se puede cfr. la edición facsímil del texto: Architecture de Philibert de l’Orme, edición de 1648, libro I, cap. XI, pp. 22-24, publicada por Pierre Mardaga, ed. Bruxelas 1981. 3 Cfr. M.S. BRIGGS, Architectural Models II, p. 246. Cfr. también, R.T. GUNTHER, Architecture of sir Roger Pratt, Oxford 1928, pp.22 y 23, 60-61. 4 Cfr. Dell’Idea dell’architettura universale di Vincenzo Scamozzi divisa in X libri (Venecia 1615). Es conocida la referencia a los modelos en este tratado, y su advertencia de que el cliente no se deje llevar por la calidad, belleza y otros encantos de las maquetas; el texto dice así: “I modelli sono a simiglianza di piccoli uccelli, i quali per sé stessi non si discernono bene se sono maschi o femmine,ma poi fatti grandicelli si conoscono per aquile o per corvi,e perciò è anco assai facile cosa che i padroni siano ingannati sotto coperta di modelli”. 5 Cfr. M.S. BRIGGS, op. cit., p. 265; una orden de 1619 autoriza el pago a Iñigo Jones de 37 libras por realizar dos maquetas, uno para el Star Chamber y la otra para el Banqueting Hall. Sobre este arquitecto se puede cfr. también, J. SUMMERSON, Inigo Jones, Londres 1966; y A. CERUTTI, Inigo Jones, Vitruvius Britannicus, Rimini 1985. 6 Citado en K. DOWNES, Hawksmoor, Londres 1976, p.26, y tomado de Parentalia, or Memoirs of the Family of Wrens (Londres 1750). 5 7 Cfr. M. WHINNEY, Wren, Londres 1971, p.84 y ss.; K. DOWNES, catálogoSir Christopher Wren, exhibition in Whitechapel Art Gallery, Londres 1982, p. 70 y ss.; K. DOWNES, The Architecture of Wren, Londres 1982. 8 De todos estos modelos nos ofrece datos el libro de M.S. BRIGGS, cit., p.290; y su artículo, p. 246 y ss.; datos recogidos por el hijo de Wren y publicados en Londres en 1750 con el título de Parentalia, or Memoirs of the Family of Wrens. 9 Cfr. K. Downes, en su biografía del arquitecto N. Hawksmoor, analiza este modelo, que construyó por partes N. Hawksmoor, por entonces ayudante de Wren, en 1699, “ de acuerdo con los dibujos y las indicaciones de sir Ch. Wren”; cobró por el conjunto de la maqueta cincuenta y dos libras. Cfr. op. cit., p. 87. 6