Sentencia de la Audiencia Provincial de Alicante, a 17 de septiembre de 2014: En esta sentencia cabe destacar: “Dice en su recurso (…) para justificar su participación en los resultados económicos de la operación con (…) que conociendo que (…) carecía de liquidez, entiende resuelto el contrato y que por tanto, acuerda la cesión de la gestión a (…), cesando toda relación entre (…) y (…). Sin embargo, y al margen de que se trate de una alegación nueva, es lo cierto que resulta inadmisible aceptar la presunta resolución del contrato entre (…) y (…) cuando, primero, de la lectura del contrato de cesión de gestión a (…) de 1 de mayo de 2011 resulta que es (…) la que actúa como cedente de la gestión y explotación de los apartamentos, de los que se identifica como arrendataria (y no se olvide que quien actúa es siempre (…) , (…) y (…)) y, segundo, cuando hay un pago de (…) a (…) de 8.000 euros que no se identifica respecto de unos apartamentos en concreto, todo lo cual no se desvirtúa por el hecho de que entre el paquete de apartamentos estuvieran los subarrendados por (…) a (…)el 19 de junio de 2007 -doc nº 2 demanda- pues el tenor del contrato es claro y no deja lugar a duda ninguna - art 1281 CC - cuando, siendo el representante de ambas mercantiles el mismo, podía haber hecho las especificaciones propias de la situación jurídica que ahora pretende introducir. Dice en segundo lugar (…) en su recurso que no hay grupo de empresas con (…) cuando se suscribe el contrato porque el día 1 de mayo de 2011, se habían vendido en documento privado la totalidad de las participaciones de (…) a D. Ovidio. Pero estamos ante una operación de testaferro. En efecto, el acuerdo de venta se hace el día 1 de mayo de 2011, la misma fecha del contrato de cesión, acordándose el pago de una pequeña parte del precio -5.000 euros-, de cuya acreditación nada se aporta. Y esta operación decae por mutuo acuerdo el día 6 de febrero de 2012, lo que tiene lugar sin abono del resto del precio y con cesión íntegra, del 100% de las participaciones, al Sr. Anibal, por renuncia de Guillermo a las cedidas en su día. A poco que se vincule esta operación de compraventa de participaciones con el contrato cuya recisión se promueve, se constatará la escasa credibilidad que tiene en la operación en tanto destinada para "hacer tercero" respecto de los cedentes a la sociedad adquirente de la explotación. En conclusión, la operación en absoluto merece credibilidad en el marco de las relaciones entre las partes y el contenido contractual del contrato de cesión de la explotación de los apartamentos, ya descrito. Estamos por tanto ante un "contrato instrumento" de una operación urdida con el único fin de sustraer de la masa activa de (…) un capital determinado que, más allá de concurrente con un factor subjetivo ( consilium fraudis ), innecesario desde la perspectiva del artículo 71-1 de la Ley Concursal , ha producido objetivamente un perjuicio a la masa activa pues, como señala la STS de 26 de octubre de 2012 , el perjuicio requerido para la rescisión concursal es la " alteración de lapar condicio creditorum, al pagar un crédito que por no ser exigible sino después de la declaración de concurso, debía haber formado parte de la masa pasiva del concurso.". Y añade "El perjuicio de la rescisión concursal tiene en común con el perjuicio pauliano que 1 comporta una lesión patrimonial del derecho de crédito, en este caso, no de un determinado acreedor, sino de la totalidad englobada en la masa pasiva, y esta lesión se ocasiona por un acto de disposición que comporta un sacrificio patrimonial para el deudor, injustificado desde las legítimas expectativas de cobro de sus acreedores, una vez declarado en concurso". Y el contrato que analizamos contiene una disposición por (…), que ya había promovido su declaración de concurso, a favor de (…), hecho en el marco de las relaciones personales y societarias ya descritas, conlleva un evidente e injustificado perjuicio para la masa activa de (…) en perjuicio de sus acreedores no especialmente vinculados a dicha mercantil y que carece de justificación. Como recuerda la STS de 26 de octubre de 2012, el artículo 1292 del Código Civil, "...únicamente considera rescindibles los pagos hechos en situación de insolvencia por cuenta de obligaciones a cuyo pago no podía ser compelido el deudor en el tiempo de hacerlos, pero no los que no reúnen esta condición, en virtud del principio qui suum recepit nullum videre fraudem facere (quien cobra lo que es suyo no defrauda)". De esta forma, un corolario moderno de este principio, proyectado sobre la rescisión concursal , que se funda en el perjuicio y no en el fraude, como criterio justificativo de la rescisión , sería que cuando se paga algo debido y exigible no puede haber perjuicio para la masa activa del posterior concurso de acreedores del deudor, salvo que al tiempo de satisfacer el crédito estuviera ya en un claro estado de insolvencia, y por ello se hubiera solicitado ya el concurso o debiera haberlo sido.". Y en el caso que nos ocupa, por lo hasta ahora explicado, las circunstancias demuestran la justificación ilegítima del pago hecho por (…) a (…) y el propio tenor del contrato cuya rescisión procede. Procede en consecuencia desestimar el recurso de apelación y confirmar la Sentencia de instancia. 2