Oda al Principio Antrópico fuerte La poesía es una forma de física. (Paráfrasis de "La física es una forma de poesía...", frase de J.Ortega y Gasset en un párrafo de su libro "El hombre y la gente"). Dedicada a mi hija Irina, por aquella tarde de 1987; a mis amigos Salvatore Puledda y Pietro Chistolini por el escrito sobre el Principio Antrópico y a todos aquellos hombres de ciencia que ponen su razón y su fe en la construcción de un nuevo mirador, desde el cual sea posible avizorar la forma que tomará "Lo Humano". Siendo tan difícil para mí entender la lengua de los físicos surge sin embargo claramente la vital necesidad de comprender a qué aluden cuando explican el Cosmos, la Gravedad, el Principio y el Fin de la Materia, el Ritmo y la Expansión de la Energía como Luz, Onda, Partícula y Neutrón, sin olvidar por cierto al Protón y el Neutrino, la Interacción de Fuerzas, el Big-Bang, la Radiación de Fondo, los Agujeros Negros, los Hoyos de Lombriz que eludiendo el Espacio conectan Universos en el Modo del Tiempo. A mí todo esto me agrada enormemente, en verdad resuena como gran poesía, y tantas veces me resulta imposible comprender cabalmente el mundo de un poeta, captarlo en sus misterios... Tantas veces apenas si lo intuyo... Y sin embargo ha sido suficiente para sentir que "algo", como una extraña flor o un baobab se abre de pronto delante de mi ojo. Pero "Lo Humano" es la flor mas extraña. Entonces, cuando sin comprender leo acerca de la Luz, la Fuerza, la Atracción, la Creación, la Muerte, la Implosión, los Sagrados Cuatro Principios de la Ciencia, es la Voz del Mito la que escucho, la voz que según creo intenta abrir la puerta del Misterio más grande, más hondo, más hermoso: Quién soy, qué es "el Ser Humano", cuál es y cómo se pronuncia la Fórmula Sagrada que habiendo sido proferida antes quizás del nacimiento de todo lo existente inexorablemente sigue todo lo existente. Pero no siendo yo ni piedra, ni ave, ni rosado lechón, siendo claramente "algo" distinto, así como elijo la música, el poeta, el pensador y el guía que me dan fe en mí mismo y que alegran mi vida, así también decido no aceptar esa ciencia que pesa el peso de mi paso en la ciega balanza de "la cosa", que quiere acorralarme en un azar pequeño y negador del Azar Bondadoso: aquel que propone a todo ser humano no ser un bólido que cae sino brillante saeta que vuela hacia los cielos. Yo prefiero una ciencia que afirme sin negar y que no me amenace con colapsos de estrellas, heladas entropías, infiernos de soles estallantes, con un dios pobre y binario llamado Big y Bang, una suerte de enano poderoso rodeado de un extraño vacío que decide llenar a toda costa hasta que finalmente logra... !reventar! Y así como prefiero al sabio verdadero de bondadosos ojos que cuidadosamente busca el Plan de la Vida en todo lo que existe, prefiero que haya Dioses que aman lo que hacen, que no quieren reptantes gimiendo lastimeros sino Seres Humanos erguidos, burbujeantes. Y si un sabio me dice que no han sido creados, que esos Dioses no existen, responderé que entonces será nuestra Mirada quien deberá crearlos y nuestra Voz Humana agradecer por siempre al Azar Bondadoso por abrir tal Destino al Carbono Inconsciente. Dicho con toda mi humildad: Yo no rechazo esto en términos de ciencia sino por Ser Humano. Lo mismo que hago con tantos pobres dioses de muchas religiones, dioses que me castigan por haberme creado, que dedican su tan valioso Tiempo a vigilar mis pasos, a pesar mis caricias. Para mí no es humano creer en tales dioses, es andar por la vida con la muerte en el alma. Por eso digo con toda sencillez que no rechazo ésto por sagradas cuestiones sino por Ser Humano. Por todas estas cosas yo elijo redimirme, no acepto "redentores" ni quiero intermediarios, elijo lo inestable, la rebelión, la libertad y el riesgo. Porque el cristal más puro y más perfecto, el mejor diamante del planeta, jamás podrán alegrar mi corazón como el Maestro lo hace, con certeza profunda el Gran Poeta dice "Eres esencialmente Tiempo y Libertad". O cuando Irina erguida y luminosa proclama el Principio del Antropos, el Poema más grande del Azar Bondadoso, con sus tres años canta la esencia de la oda, anuncia suavemente la verdad esencial: “La palabra que yo más amo es libertad”. Amada, sí, profunda libertad. 9 de octubre, 1997.