UMNG – RECTOR – IEGAP 08 de noviembre de 2011 LA BAJA DE UN CABECILLA Y SUS POSIBLES CONSECUENCIAS: VISIÓN DESDE LA ACADEMIA El exitoso logro de la operación “Odiseo”, que produjo la baja en combate de a. Alfonso Cano, cabecilla de la organización narcoterrorista Farc–ep, ha producido un obvio y fuerte impacto mediático estimulado por la febril imaginación de algunos comentaristas de prensa, dejando para sectores especializados en los temas de Seguridad y la Defensa Nacional, menos emotivos y más objetivos, el análisis de las posibles consecuencias que podrían acontecer luego de la mayor victoria lograda por las Fuerzas Militares en toda la historia del desarrollo del conflicto interno. Los interrogantes prioritarios, en razón del impacto que se puede producir sobre la perspectiva de lograr la terminación del conflicto interno y en consecuencia el alcance de una paz estable y duradera, son – observados desde la academia – al menos los siguientes: 1. ¿La muerte del jefe de las Farc-ep implica su derrota militar? R: No; no implica la derrota militar de las Farc-ep, pero si contribuirá a mediano plazo a la iniciación de un proceso de diálogo que partirá de la gestión de un intermediario(s). Una derrota militar con efectos inmediatos supone una desmovilización unilateral y esta no se dará; sólo resultará del éxito de un proceso de diálogo político. Lo que si sucederá es un incremento de las desmovilizaciones individuales. a. Alfonso Cano era más que un jefe militar el vocero de un ente colegiado en el cual radica la toma de las decisiones político - militares denominado “Secretariado” y constituye por lo tanto el Centro de Gravedad del enemigo. El CdG ha sido golpeado pero no eliminado y las Farc-ep en lugar de optar por una rendición sin negociación es probable que, a modo de un reto consigo misma para demostrar su vigencia, decidan intensificar los actos terroristas y obtener así un mejor posicionamiento al presunto inicio de una negociación. 2. ¿El hecho precipitaría el inicio de una negociación? R: No inmediatamente; pero si facilitaría una aproximación de las partes, tarea que puede cumplir un intermediario(s) sin perjuicio de la continuación de la confrontación durante el resto del año. Una o varios gestos que contribuyan al fomento de la confianza pueden ocurrir en el transcurso de los próximos meses; por ejemplo la liberación de secuestrados. Una tarea exitosa del intermediario(s) no avanzaría más allá de una Pre-negociación entre otras razones porque es improbable que el nuevo “Marco Jurídico para la Paz” cumpla todos los trámites legales antes de mediados de 2013. 3. ¿Si la negociación se diera en un mediano plazo, tendría el grupo negociador de las Farc-ep la capacidad para evitar las disidencias? R: Depende de la coherencia que exista en el interior del Secretariado en la formulación de sus planteamientos, en la obtención del consenso entre sus miembros y en la capacidad de liderazgo que posea el jefe del momento. Pero aún si se superan las dificultades es probable que una fracción de esa organización, pretextando no abandonar la causa ideológica, persista por un tiempo en su voluntad de lucha o que un grupo, con fines de lucro, resuelva ingresar a las huestes del crimen organizado (Bacrim). 4. ¿Incidirá la baja de a. Alfonso Cano sobre el desarrollo exitoso de las “Locomotoras” para la prosperidad y el progreso? R: Si; notablemente y con repercusiones sobre el posible diálogo. El país que viene logrando un avance en su desarrollo lo incrementará como consecuencia de la mayor confianza en la inversión tanto nacional como extranjera estimulada por un nuevo ambiente de seguridad. Este efecto colateral a la victoria engrandece aún más al Ejército Nacional y al conjunto de las Fuerzas Armadas por su decisivo aporte, en el momento justo, al desarrollo y prosperidad de los colombianos. 5. ¿Debe proseguirse exclusivamente por la vía militar en la búsqueda de la paz? R: No, exclusivamente. El Ejército y las Fuerzas Armadas son contribuyentes al esfuerzo del Estado y su Gobierno, de manera integral, al logro de la paz. En la medida en que se recuperen las zonas afectadas por la violencia, y se consoliden, se requerirá de un mayor control territorial que permita también dar seguridad a los proyectos, ya en marcha, de inversión económica y social. Entonces otras serán, y no exclusivamente las de guerra, las tareas de las Fuerzas Armadas. GRA