COLECCIÓN CRÓNICAS DE TIEMPOS DUROS CRÓNICAS DE TIEMPOS DUROS I Las últimas preocupaciones de Alfonso Cano Presentación Si en el imaginario de las FARC existe un territorio legendario, es el área general de Marquetalia, en el sur del Tolima. Allí fundaron Jacobo Prías Alape, Manuel Marulanda Vélez y tres decenas más de ex guerrilleros comunistas, la colonia agrícola que diez años más tarde, en el gobierno de Guillermo León Valencia, sería bombardeada y ocupada por el Ejército Nacional de Colombia. La región sur de Gaitania, inspección perteneciente al municipio de Planadas, y remontada entre las abruptas montañas que conducen al nevado del Huila, es confluencia de cuatro departamentos colombianos: Tolima, Huila, Cauca y Valle. Terrenos difíciles, selváticos y de páramo, serían el escenario histórico del nacimiento de las FARC hace ya medio siglo. Y también el territorio en el que el Comandante Alfonso Cano pasó sus últimos diez años de vida guerrera. Las mentes perversas de la inteligencia militar y la gran prensa reaccionaria colombiana podrán haber concebido todo tipo de infamias, para denigrar de la imagen del dirigente político y revolucionario que el gobierno de Juan Manuel Santos logró traidoramente asesinar el 4 de noviembre de 2011 en el Cauca. Pero jamás podrán explicarse que un joven profesional de familia acomodada y brillante futuro en la capital del país, lo abandonara todo para asumir una vida plagada de peligros, sacudimientos y privaciones siempre crecientes, animado por el sueño de una Colombia sin crímenes ni persecuciones políticas, digna, en desarrollo y con justicia social. Revolucionarios como Alfonso Cano siempre serán una bofetada en el rostro para los predicadores de las maravillas de la sociedad capitalista. Porque les prueban que hay cosas que jamás podrán comprar con su dinero: la honestidad, la decencia, la lealtad y el decoro. Porque pertenecen a la categoría de los idealistas, los quijotes, los que están dispuestos a entregar la vida por la causa de sus pueblos. Porque dejan de pensar en sí mismos, en su pequeño mundo, para empeñar sus mentes en bien de los demás, de los agraviados y víctimas, de la humanidad entera y el planeta. En las duras condiciones de la Cordillera Central, la más alta y empinada del país, las temperaturas son muy bajas. Más aún en medio de la selva. Llueve con frecuencia, la bruma cubre constantemente los espacios, se forman barrizales con facilidad, las quebradas y los ríos suelen bajar torrentosos, son difíciles de cruzar, las marchas y desplazamientos implican, sin excepción, exigentes esfuerzos cuesta arriba y dolorosos descensos a las hondonadas. Todo lo cual se agrava en las operaciones de guerra. Aviones soltando bombas, helicópteros disparando ráfagas, tropas desembarcando, innumerables patrullas del Ejército ansiosas de cobrar sangre humana. Vivir así raya en el heroísmo. Tanto que ni las tropas de contraguerrillas, entrenadas y preparadas sicológicamente para las condiciones más difíciles, ni las fuerzas especiales concebidas para acceder a los sitios más impenetrables, soportan más de tres meses una campaña continua. Se hace necesario relevarlas ante el riesgo que envuelve la pérdida de su moral de combate. Generales, coroneles y comandantes de batallones a lo sumo se aproximan en aeronaves, a seguir desde las alturas el desarrollo de las operaciones en tierra. No soportarían una semana abajo. Los guerrilleros, sin embargo, mujeres y hombres, muchachos o adultos, hacen de ese medio implacable su ambiente natural. Allí viven en comunidad, en una hermandad incomprensible para sus perseguidores, desde los nuevos ingresos a filas hasta los más importantes mandos de la organización. Es el estilo de vida que imprimieron a las FARC hombres como Manuel Marulanda Vélez y Jacobo Arenas. Y en el que el camarada Alfonso Cano supo moverse en todo momento con destacada abnegación y moral inquebrantable. Animado además por un optimismo desbordado. Quien lo haya conocido y tratado puede dar fe de que siempre se sintió feliz, plenamente satisfecho del papel que le correspondía desempeñar en la vida. Su elevado concepto de lo que representaban en el país, el continente y el mundo las posiciones ideológicas y políticas, la persistencia, los saltos adelante, la resistencia y la combatividad de las FARC-EP, constituía su mejor aliciente para aportar lo máximo de sí a la organización en cuya dirección participaba desde hacía tres décadas. En esas peñas frías y lluviosas de las faldas del nevado del Huila, en las orillas de un río llamado Guayabo, en un campamento situado en un hueco donde casi ni entraba el sol, en marzo de 2008 tuvo conocimiento de las más grandes tragedias sufridas en serie por las FARC en su historia. La muerte del camarada Raúl Reyes y el práctico aniquilamiento de su unidad en Sucumbíos, el horroroso crimen de Iván Ríos en Caldas, la sorprendente e inesperada muerte del camarada Manuel. Tres miembros menos del Secretariado Nacional de las FARC-EP, incluido su jefe máximo y fundador. Una repentina y dolorosa situación ajena a cualquier cálculo o previsión. Su mensaje a los demás integrantes del Secretariado Nacional fue significativo: Sólo la solidez en los principios y la templanza que nos inculcaron los camaradas Manuel y Jacobo a quienes llegamos mucho después que ellos a la lucha revolucionaria, nos permitirán superar la dura prueba que hoy enfrentamos con la desaparición física de nuestro comandante, guía y conductor cuando apenas secábamos nuestras lagrimas por los camaradas Raúl e Iván Ríos. Envío mi abrazo solidario a Sandra, a toda la guerrillerada fariana, a los revolucionarios y al pueblo colombiano… Cinco días después de la muerte del camarada Manuel, Alfonso Cano, designado por unanimidad como su sucesor, vuelve a escribirles: Les agradezco su confianza y su generosidad. Desde mi nueva responsabilidad continuaré esforzándome al máximo, para que la propuesta revolucionaria de las FARC-EP triunfe, siempre en el espíritu que nuestros forjadores, guías y maestros Manuel y Jacobo nos inculcaron, reiterando nuestro compromiso y juramento de luchar hasta la victoria o hasta la muerte por el socialismo. ¿Quién podrá hoy argüir que Alfonso no fue fiel a su compromiso hasta el final? Así era él, así pensaba él, así debemos ser todos los revolucionarios. En las siguientes entregas daremos a conocer episodios de la vida y el pensamiento de Alfonso Cano en sus últimos años, como un homenaje a su condición de revolucionario puro, integral, holgadamente capaz y ejemplar. Tenemos la certeza de que fueron tales condiciones las que movieron al imperialismo y la oligarquía colombiana, a arrebatarle la vida como requisito previo a un encuentro exploratorio de posibilidades de paz con las FARC. Sin él, pensaban, sería fácil rendirnos en una mesa de conversaciones. Esa lógica absurda de nuestros adversarios ha hecho imposible la paz en nuestro país. Alfonso lo tenía muy claro, y nosotros, gracias a él, también. CRÓNICAS DE TIEMPOS DUROS II En la retaguardia de la compañía de Teófilo -Las dificultades de coyuntura son solo obstáculos pasajeros que siempre se superarán. Alfonso Cano. Divulgada la noticia sobre la muerte natural del camarada Manuel Marulanda, la oligarquía colombiana, sus analistas y comentaristas, sus generales y jefes políticos, al igual que todos los que intentaban congraciarse con ella, se dedicaron a pontificar acerca del próximo fin de las FARC, haciendo coro al Presidente Uribe en su idea de que la desaparición física de nuestro fundador confirmaba el fracaso de nuestro proyecto político y militar. El camarada Alfonso, que ya había prevenido al Secretariado Nacional acerca de la arremetida que se desataría contra nosotros, orientaba entonces con sus mensajes al conjunto de la organización: Valga recordar que las FARC nacieron hace 44 años como una respuesta popular y revolucionaria al terror institucional y para institucional del Estado, a la vergonzosa intromisión gringa en nuestros asuntos internos, al despojo de las tierras y su acrecentada concentración en unas pocas manos, a las profundas injusticias sociales existentes y a la voraz corrupción de la oligarquía, realidades todas que hoy perduran multiplicadas para desgracia de nuestro pueblo… Persistiremos en nuestros esfuerzos por alcanzar la paz democrática por las vías civilizadas del diálogo tal como lo hemos hecho desde hace 44 años, porque es nuestra concepción revolucionaria, porque así son nuestros principios. El levantamiento armado, la guerra de guerrillas, la clandestinidad y la actividad conspirativa responden básicamente a la violencia institucional que desde la muerte del Libertador Simón Bolívar ejercen los poderosos contra las mayorías que han luchado por libertad, tierra, trabajo, justicia, democracia y soberanía… No nos arredran las dificultades, no nos amilanan las amenazas de la oligarquía que hemos escuchado toda la vida, no creemos en los llamados a la claudicación y a la indignidad, ni en los judas que aceptan las monedas de su oponente porque sobre esa moral nunca se construirá un mejor país, ni una sociedad pujante ni una familia solidaria… Camaradas: los caminos que conducen al incremento de la lucha popular en sus más variadas formas y a la conquista del poder, nunca han sido fáciles, ni en nuestro país ni en ninguna otra parte del mundo, ni ahora ni antes. Solo la profunda convicción en la victoria, en la justeza, validez y vigencia de nuestros principios y objetivos y un monolítico esfuerzo colectivo, garantizarán el triunfo. A los reaccionarios que hacen cuentas alegres con las FARC les informamos que la intensidad de la confrontación nos ha fortalecido… Por estos días la derecha, los traidores y los oportunistas quieren darnos consejos sobre cómo abocar la situación luego de la muerte del camarada. El periódico EL TIEMPO nos quiere dar lecciones sobre cómo debe ser hoy un revolucionario. La claridad de nuestra exposición y decisión debe persuadir a la opinión a entender que cuando se tienen convicciones firmes, una línea clara y un norte preciso, las dificultades de coyuntura son solo obstáculos pasajeros que siempre se superarán. La única propuesta fracasada es la que pretende perpetuar al actual estado colombiano, incapaz históricamente de construir justicia social, democracia y soberanía. Todas estas sabias reflexiones las hacía al tiempo que daba cuenta que el Ejército empezaba a tender un impresionante cerco contra el área en la que se hallaba. Los operativos comenzaban a incrementarse en los dos costados de la Cordillera Central. En Belalcázar, Planadas, Herrera, Río Blanco, Chaparral, Florida, Pradera, Miranda, Corinto, Jambaló y Toribío no había un lugar en el que cupiera otro soldado más. Sin embargo, en medio de tan grande despliegue, el camarada Pablo Catatumbo, recién incorporado en calidad de miembro principal al Secretariado Nacional, llegó a su campamento para hacerle compañía. Su presencia alegró enormemente al camarada Alfonso. Aparte de su vieja militancia en las FARC, lo conocía desde hacía 40 años, de los tiempos en que siendo dos muchachos integraron una delegación de la Juventud Comunista a Moscú, para participar en un curso político en la escuela del Komsomol. Pasaban horas hablando y riendo, rememorando anécdotas de su vida pasada. A partir de su amistad e identidad política, fueron muchas las ideas que emergieron para la conducción acertada de nuestra organización. Por esos días el camarada Alfonso se apoyaba en la compañía móvil de Teófilo para conseguir los abastecimientos y algunas otras cosas menores. Había un sistema de escalonamiento para hacer llegar las cosas hasta su unidad, de manera que nadie pudiera conocer su destino final. Pero ello no excluía que esa compañía fuera objeto de permanente acoso y persecución por parte del Ejército, lo cual la fue obligando a convertirse simultáneamente en una unidad de combate que hacía frente constantemente a las incursiones en masa de la tropa. El eco de los combates se escuchaba diariamente entre la espesa capa de monte. Conmovía ver las despedidas de los muchachos que salían a cumplir misiones de exploración entre la jungla. Algunos casi las convertían en rituales de adiós definitivo, así regresaran más tarde con una amplia sonrisa en los labios. El choque con el Ejército era seguro y lo que importaba realmente era detectar su presencia o ubicación antes que los soldados profesionales lo hicieran con ellos. En el primer caso el éxito estaba asegurado, en el segundo se corría el grave riesgo de que al menos alguno de aquellos valientes muchachos no lograra salir con vida. La tropa es implacable, disfruta y obtiene recompensas por matar. Cuando un descuido de la guerrilla la expone a su fuego, sale a relucir el grado de salvajismo con el que ha sido entrenada. La compañía del camarada Alfonso, la Hernando González Acosta, seguía desde la retaguardia, con cuidadoso interés, los pormenores de la dura confrontación que se libraba no muy lejos de ella. Encaramados en las copas de los árboles más altos, los observadores daban cuenta de los bombardeos. En muchas ocasiones llegaba hasta allí el hálito oloroso a muerte de las nubes producidas por las bombas al estrellarse contra el suelo. Lo que hasta un segundo antes era paisaje de selva daba paso a un gran quemado, un agujero entre la espesura de la madre tierra, como si se tratara de la piel de un cuerpo alcanzado por un proyectil. Con el tiempo la zona se fue llenando de quemados aquí y allá, tomando la apariencia de una acuarela de cráteres. Poco a poco el Ejército ocupaba posiciones en la cordillera que separa Gaitania del páramo, las cuales se empeñaba en no abandonar, al precio de tener que fortalecerlas en número y poder de fuego. Al contar con permanente apoyo aéreo, las patrullas incursionaban en la montaña con creciente frecuencia, lo cual no dejaba a la guerrilla alternativa distinta que el empleo de las minas antipersona, único y eficaz medio de detener el avance de una fuerza regular en situaciones como esa. La frenética obsesión de la tropa por avanzar en esas condiciones, terminaba con varios de sus integrantes heridos gravemente en las piernas, de tal manera que los helicópteros de apoyo y sanidad llegaban repetidamente a trasladarlos a hospitales en la ciudad. La presión sicológica que sobre una tropa arrogante genera este sistema de defensa, suele llevarla hasta la desmoralización, razón por la cual el poder promueve masivas campañas contra su uso. Hasta el punto de posicionarlas en personas y entidades que las toman como propias. En especial en aquellas que se proclaman defensoras de derechos humanos desde cómodas oficinas, sin reparar que la proscripción de este pequeño implemento significa la muerte segura de los combatientes revolucionarios, atacados por tierra por una fuerza muy superior, y por aire por aviones cazas que descargan sobre ellos bombas hasta de 500 kilos, con diez mil veces más poder destructivo que las armas artesanales construidas con sus manos por los guerrilleros. Tras los bombardeos, muchos de ellos efectuados por cañones desde kilómetros de distancia, los rebeldes sobrevivientes se ven obligados a ver por la salud de los heridos, con sus escasos recursos en la montaña, y a retirarse del lugar abandonando los cuerpos sin vida de sus hermanos de lucha. Ni uno solo de los defensores de los derechos humanos levanta su voz en contra del Estado y sus prácticas. Incluso en eso se percibe la asimetría de esta confrontación. Un buen día el Ejército se retiró de la zona dejando tras de sí una calma generosa. Pero unas semanas después, una mañana de agosto del 2008, dos muchachos salieron de la unidad de Teófilo a cumplir una tarea. Y mientras uno de ellos se apartó del primero a fin de recoger alguna cosa de otro lugar cercano, el que permaneció a su espera, al escuchar una bulla, se fue arrimando con cuidado al borde de una montaña cerrada, encontrándose de repente envuelto en una cerrada balacera. Una patrulla del Ejército, en la completa clandestinidad, se había ido aproximando al campamento de Teófilo quizás desde cuantos días atrás, con el propósito de asaltarlo por sorpresa. La actitud vigilante del muchacho la obligó a revelar su presencia haciendo fuego contra él, sin haberle acertado, por fortuna. Al escuchar los disparos, integrantes de la compañía de Teófilo y de la guardia del camarada Pablo corrieron a toda prisa a combatir al enemigo descubierto. El enfrentamiento se prolongó durante todo el día. En la noche, la tropa aprovechó las sombras para retroceder y salir del área. Lo único que quedó de ella fueron los abundantes rastros de sangre de los heridos o muertos que sacaron consigo. A partir de entonces, transcurrieron casi dos años en los que el Ejército abandonó por completo sus incursiones en contra de esa compañía. La González Acosta estuvo asentada en distintos lugares durante aquel tiempo de tranquilidad. CRÓNICAS DE TIEMPOS DUROS III Percances, premoniciones, reflexiones y certezas -Hacer más agresiva nuestra guerra de guerrillas móviles, en permanente ofensividad, contrastando las afirmaciones sobre los éxitos estratégicos de la seguridad democrática. Alfonso Cano El último día del año 2009 se presentó una novedad preocupante. El camarada Pablo Catatumbo, que tenía ya año y medio de trabajar al lado del camarada Alfonso, con quien se reunía muy sagradamente todas las mañanas desde muy temprano hasta el medio día, sufrió un percance que estuvo a punto de costarle la vida. Desde un comienzo, su guardia personal había quedado reforzando la unidad de Teófilo, así que él acostumbraba periódicamente trasladarse allá a objeto de instruir y orientar a sus tropas, al tiempo que atender sus inquietudes y necesidades. Por tratarse del último día de diciembre, esta vez su traslado obedecía al deseo de pasar con su personal la noche de año nuevo. Así que muy a las ocho de la mañana partió a la larga caminata que lo llevaría a reencontrarse con su gente. El terreno era selvático y empinado. Había que cruzar una cordillera y descender después al profundo cañón que formaba el río Támaro. En algún momento de esa bajada, el camarada Pablo resbaló y cayó por el barranco que conducía a las aguas turbulentas. Rodó unos ochenta metros, golpeándose una y otra vez contra rocas, árboles y palmas, hasta cuando un espeso arbusto detuvo su caída. Veinte metros lo separaron de ser devorado por la oscura corriente del río. Aparte de las múltiples contusiones sufridas en todo el cuerpo, se fracturó seriamente el húmero del brazo derecho. Transcurrió más de un mes para estar en condiciones de regresar. Aquello hizo que se enfriara el ánimo para la celebración del año nuevo. Y si pudiera creerse en esas cosas, parecía una premonición acerca de las grandes dificultades que traería el año que se avecinaba. En realidad el camarada Alfonso, que sabía leer con olfato visionario los acontecimientos, venía advirtiendo de un tiempo atrás acerca del curso de los movimientos enemigos y las medidas que nos era necesario adoptar en todos los sentidos. Sus comunicaciones a las FARC eran precisas: Tanta propaganda oficial contra nosotros, tan intensa lucha ideológica por desvirtuar nuestra conducta, es solo resultado del odio y el miedo que profesa la oligarquía a los intereses populares que representamos y su plena conciencia de que las FARC-EP somos la verdadera alternativa revolucionaria. Captaba con claridad que la ofensiva no sólo era de orden sicológico. La traición a la patria del Presidente Uribe al permitir la instalación en el país de 7 bases norteamericanas, implicaba a su vez una amenaza material para nosotros: Con tal decisión entramos en otra etapa de enfrentamientos abiertos con el imperio más poderoso de la historia de la humanidad, que en su ajedrez político, nos ubica como un objetivo de primer orden, lo que nos exige mayor combatividad y eficacia militar, audacia política para no dejarnos aislar, firmeza granítica en los principios, así como también el esfuerzo sistemático por elevar la responsabilidad de todos los guerrilleros farianos en cada uno nuestros actos cotidianos. Quedaba claro que el imperio asumía directamente las operaciones contra nosotros. Pero eso en ningún momento debía amilanarnos: Duro el periodo que se nos avecina con los gringos en la mitad de las distintas áreas. Van a modificarse muchas cosas, rutinas y algunos planes, ¿cierto? Leyendo con atención, son numerosos los artículos donde se analiza la estrategia gringa y su particular interés en combatir a las FARC. Algún oficial gringo insinúa que nos van a coger de ensayo, para continuar su análisis sobre las guerras irregulares, pues están conformando una gran fuerza para este tipo de confrontaciones, dado que según algunos, poco a poco se van descartando posibilidades de nuevas guerras entre fuerzas regulares. ¿Qué tal la suerte que nos tocó? En mensaje de septiembre de 2009, describiendo los movimientos de la tropa en el área circundante a su ubicación general, había puesto de presente: Están instalando nuevas bases por todas estas tierras y creando lo que llaman Comandos Específicos, embriones de futuras divisiones. Lanzando operativos amplios y sostenidos sobre cada uno de los cañones que tienen las dos cordilleras. Barriendo y permaneciendo en cada área… Disputándonos metro a metro, caño por caño, finca por finca, familia por familia, persona por persona. Como lo están haciendo en todo el país. Todos los recursos al servicio de una sola meta. La estrategia total para la guerra total. La arremetida comprendía todos los escenarios, pero en cada uno de ellos había que librar la lucha más decidida. Veamos su comentario de octubre de 2009 en torno a la fanfarronada uribista de amenazarnos con la Corte Penal Internacional: El próximo 1 de noviembre serán integralmente vigentes para Colombia, los protocolos de la llamada Corte Penal Internacional. Es importante que realicemos un intercambio al respecto, no solo para conocer mejor de sus alcances, sino ante todo, para acordar acciones concretas contra los responsables de la violencia que azota al país de muchos años atrás. La oligarquía colombiana se solaza amenazante contra las FARC y es nuestro deber precisar acusaciones que, como en el caso de Pinochet, pongan contra la pared a todos los asesinos que hacen parte del establecimiento colombiano. Lo importante era permanecer siempre alertas: La enorme cantidad de información que maneja el Estado sobre las FARC le ha posibilitado afinar diferentes aristas en sus ofensivas, que nos continúan afectando y frente a las que no podemos bajar la guardia. Las novias civiles, los peligros que acarrea una relación estrecha con la familia, el liberalismo, el machismo, la indisciplina, el acomodamiento de algunos, las dificultades para un control permanente de los planes y los cuadros, incluso el hecho que las nuevas generaciones de guerrilleros no vivieron la existencia del campo socialista, de la guerra fría, de los primeros años de la revolución cubana, etc., todo ello exige la intensificación de nuestro trabajo ideológico, privilegiando la lectura diaria de nuestros documentos enriquecida a partir de la lucha cotidiana que desarrollamos. Y reclama también con mucha fuerza, la preparación de más camaradas en las tareas de organización y conducción política de la lucha de masas, que es donde hoy se está dando buena parte de la confrontación. Cuando Pablo volvió a reencontrarse con el camarada Alfonso padecía de la inmovilidad permanente de tres de los dedos de su mano derecha. El hueso le había soldado, pero sin la correcta atención médica, imposible de tener en las circunstancias en que se hallaba la zona, la curación se había cumplido en falso. En adelante esa sería una preocupación permanente del camarada Alfonso, pese a que Pablo procuraba continuar con su actividad normal, cumpliendo contra toda adversidad las tareas encomendadas. Los medios de comunicación ya hablaban de modo abierto acerca de la presencia del camarada Alfonso en el páramo de Las Hermosas y la presión militar se acentuaba. Desde Chaparral revisaban uno a uno cada cañón, en una aproximación incesante. El camarada Alfonso advertía a las unidades de su guardia: hay que estar atentos a cualquier situación porque puede sonar plomo cerca y nos toca enfrentarlos. Un gran concentración de tropas comenzó a producirse en Planadas. La noticia sobre la muerte del general Fernando Joya Duarte en un accidente aéreo saliendo de Chaparral a Planadas, ponía de presente el inmenso operativo que comenzaba a desencadenarse contra la parte alta de la región de Marquetalia. Así lo vio con claridad el camarada Alfonso y por eso comentó al Secretariado: Con la muerte del general Joya, son dos los jefes de unidades del ejército en el sur del Tolima, que fracasan en estos últimos tiempos, al precipitarse a tierra sus helicópteros seguramente averiados por el permanente hostigamiento guerrillero o fatigados por el intenso trajín a que los vienen sometiendo. El hecho publicitó la activación de la Nueva Fuerza de Tarea del Sur del Tolima a la que Uribe le definió objetivos y tiempos, en el marco de la fascista Seguridad Democrática y de su salida de la Casa de Nariño. Este hecho nos explica la presencia de los generales Padilla de León y Oscar González, antes de ayer, en Planadas y Santiago Pérez, el incremento sostenido de tropas, operativos y sobrevuelos de gran variedad de aeronaves de guerra por toda la región. Esta presión, la misma que se ejerce en todas las áreas del país donde luchan las FARC-EP, se ha escalado en los últimos días de la presidencia de Uribe como consecuencia del desespero oficial por el fracaso de su estrategia fascista, los evidentes desastres socio-políticos del gobierno y la progresiva pérdida del respaldo de muchos de sus áulicos. CRÓNICAS DE TIEMPOS DUROS IV Comandos enemigos en acción -Lo importante para nosotros será mantener y fortalecer nuestra fuerza militar y, avanzar en el trabajo de masas, en la organización popular de una fuerza política y social que se erija como alternativa verdadera de poder. Alfonso Cano El 10 de mayo de 2010 se produjo el primer contacto armado con unidades que integraban la seguridad del camarada Alfonso. Se trató de un choque entre una de las exploraciones cotidianas enviadas a la periferia del campamento y varios soldados de las fuerzas especiales del Ejército que cumplían una infiltración profunda a la zona. Un perro que acompañaba la exploración guerrillera husmeó presencia extraña en un matorral. Cuando Hermides, un viejo combatiente que había acompañado durante muchos años al camarada Alfonso, intentó penetrar al lugar, atraído además por un olor a excrementos humanos, fue recibido con varios disparos de fusil. Tras un breve combate los exploradores del Ejército se replegaron hacia su ruta de escape. Dos helicópteros hicieron presencia al anochecer en la zona alta del río Támaro y dos avionetas estuvieron sobrevolando el área toda la noche. Después se supo que uno de los helicópteros había recogido los comandos enemigos. En el sitio del combate fueron hallaron dos equipos y diversos rastros de la presencia enemiga. Al concluir que el Ejército se hallaba tras una pista cierta, los camaradas decidieron moverse varios kilómetros arriba. Una semana después, una exploración que había sido despachada para varios días, regresó esa misma tarde con una novedad que no daba espera. En un lugar conocido como el filo de la estufa, se habían encontrado el trillo de tres caletas mal borradas, donde se calculó podían haber dormido entre 9 y 12 unidades. Traían un poliéster de los que sirven para guindos de casa y unas estacas de aluminio de las que usaba la tropa. Los rastros eran de dos días atrás. De inmediato se adoptaron todas las seguridades correspondientes y se sacó un comando a liderar la operación de rastreo y ubicación del comando enemigo. Dos días más tarde localizaron sus rastros. En la mañana siguiente llegaron al campamento dos de los integrantes del comando de búsqueda, con el doble propósito de llevar provisiones y refuerzos para el inminente choque con los de la tropa. El grupo de cinco que quedó a la espera en la parte alta de la cordillera, ensayó una exploración cuidadosa tomando aguas abajo por un caño pedregoso y de aguas cristalinas que llamaban El Salado. El guerrillero de la vanguardia pasó a escasos metros de uno de los soldados, sin verlo, lo cual obligó a este a retroceder lentamente procurando atrincherarse para disparar seguro. En ese momento lo vio el guerrillero que iba de segundo, acertando a usar su arma adelante. De inmediato se prendió un combate intenso que se prolongó por quince minutos. A uno de los cuatro guerrilleros que se hallaron en el estrecho espacio en que se realizaba el combate se le trabó el fusil. Los demás concentraron fuego y granadas de mano contra los enemigos que los superaban en número, los cuales, al saberse descubiertos, decidieron emprender la retirada abandonando en el lugar gran parte del material que llevaban consigo. El grupo de los cinco muchachos recuperó de inmediato 9 equipos que procedieron a mover a alguna distancia de allí. Un cuarto de hora después de los tiros comenzó a escucharse un fuego nutrido de mortero de 120 milímetros sobre el sitio del encuentro. Y media hora más tarde arribaron los aviones tucanes a bombardear el lugar en donde había tenido lugar el choque. Unos minutos después hicieron presencia 8 helicópteros que tras disparar ráfagas de ametralladora sobre la zona, terminaron por descargar más tropa en el filo aledaño. Otro helicóptero, cubierto por otros artillados, lanzó escalerillas y lazos por los que ascendieron los integrantes del comando descubierto. Continuaron los desembarcos de tropa y durante toda la noche hubo bombardeo con granadas de 120 milímetros. Disparaban desde Santa María, en el Huila. En la mañana siguiente comenzaron a escucharse las detonaciones producidas por la activación de las minas sembradas en el páramo. Los soldados, al comenzar su avance, eran víctimas de ellas. Un pequeño artilugio construido manualmente por los guerrilleros producía más daño en las tropas, que los que ellas podían ocasionar a las guerrillas con sus aviones bombarderos y helicópteros artillados. El examen del material arrebatado al comando enemigo suministró más idea acerca de los recursos tecnológicos empleados en esta nueva fase de la guerra. Los equipos recuperados fueron 9, cada uno con un peso aproximado de dos arrobas y media, raciones calculadas para 15 días, enlatados, papeletas de comida rápida, estufas individuales de gas, guantes, zapatillas especiales con huellas de animales como danta, oso y diferentes aves en las plantillas. También había un computador con abundante información, baterías para radio, cámaras de fotografía y de video, un medidor de distancia, ganchos de alpinismo y otros artefactos para la comunicación por radio. Todo señaló que se trataba de uno de los comandos que llaman Camaleón, el cual al escapar logró conservar el radio, los celulares, GPS y el SPOT, un aparato que los enlaza directamente con el puesto de mando y emite una señal que al tiempo que marca sus coordenadas indica que se hallan en situación de peligro y requieren de apoyo. Por eso el rápido bombardeo con morteros y la llegada de los aviones y helicópteros. Mucho más lo que les cuesta, que lo que consiguen. El cambio general de la situación indicó que era necesario poner fin a los campamentos fijos y adoptar en cambio la movilidad guerrillera permanente, que suele ir acompañada de desplazamientos nocturnos de un sitio a otro. La unidad en que marchaban los camaradas Alfonso y Pablo trabajó concienzudamente en ese propósito, haciendo frente a todas las dificultades con ánimo valeroso. El propio Pablo, afectado por el problema del brazo, realizó enormes esfuerzos por no ser una carga más. El camarada Alfonso estimaba muy en alto ese espíritu, y a la vez que manifestaba su preocupación, no dejaba de ponerlo como ejemplo en las charlas. En realidad, quien más despertaba la admiración y el afecto de los guerrilleros era él. Por su edad, por sus limitaciones de visión, por su condición general. Jamás se le escuchó un quejido, siempre estaba optimista, bromeando y riendo con frecuencia, inyectando moral revolucionaria a todos. CRÓNICAS DE TIEMPOS DUROS V La mente de Alfonso bajo el fuego enemigo -En esta coyuntura, vale reiterar nuestra disposición a encontrar salidas políticas al conflicto como está consignado desde Marquetalia en 1964, pero también, reiterar que nuestra decisión de entregarlo todo por los cambios y los intereses populares es irreductible, sin importar las circunstancias, obstáculos y dificultades que nos impongan. Alfonso Cano Resulta aleccionador repasar las ideas que cruzaban por la cabeza del camarada Alfonso Cano en los difíciles momentos que vivía en esa primera parte del año 2010. Uno de los esfuerzos importantes a realizar en esta coyuntura, debemos hacerlo en dirección a fortalecer nuestra imagen como luchadores revolucionarios, comprometidos con la causa popular, sostenidos en una ideología de clase, marxista-leninista, inspirados en el ideario del Libertador Simón Bolívar, combatientes de Jacobo y Manuel, humanistas por principio que anteponemos el bien común a los intereses personales En su comentario acerca del bombardeo al 48 Frente, en el que además de Edgar, su comandante, murieron otros combatientes de las FARC, el camarada valora especialmente lo siguiente: Dimensionemos como ejemplo de moral fariana el heroísmo del muchacho que aun herido, no abandonó su ametralladora, de Lucía, la menuda guerrillera lesionada que, pese a la insistencia de Benjamín, herido de mayor consideración, no lo abandonó y logró salvarlo. El de los dos muchachos que protegieron el dinero. Y también resaltar la actitud solidaria de la población en los momentos críticos e incluso, asimilar positivamente la rabia de los amigos que increparon con vehemencia la evidente irresponsabilidad de los nuestros al no haber evitado semejante bombardeo anunciado. Sus orientaciones son puntuales con relación a los desesperados esfuerzos de Uribe por asestarnos golpes definitivos antes del 7 de agosto en que terminará su mandato: Hacer más agresiva nuestra táctica de guerra de guerrillas móviles, en permanente ofensiva, contrastando las afirmaciones sobre los éxitos estratégicos de la seguridad democrática. Un trabajo de masas muy audaz, amplio y serio que contribuya al desarrollo de las luchas populares organizadas y confluyentes, que levante permanentemente las banderas de rechazo a las bases gringas, al neoliberalismo oficial, al paramilitarismo, a la exclusión social y política. Denuncia sistemática ante el mundo de la condición narco paramilitar y terrorista de Uribe, que incluya una ofensiva para que la Corte Penal Internacional lo juzgue. Todo lo anterior anteponiéndolo a cualquier preocupación sobre su situación personal, al respecto de la cual escribe: Agradecemos la preocupación por la situación en todas estas áreas. Los operativos son intensos y avanzan, los bombardeos permanentes, pero hemos tomado medidas que nos permiten, hasta la presente, sortearlos sin mayores novedades. Se ha incrementado la presión mediática, seguramente tratando de incidir en la moral de la guerrillerada y de las masas de toda esta región. Hasta ahora, vamos bien. En junio sus reflexiones apuntan hacia nuestro modo de operar: Sobre la forma como el ejército avanza en la invasión de todas estas áreas, recordábamos que Jacobo afirmaba que “un ejército regular como el oficial, en su lucha contraguerrillera, tenderá a desarrollar tácticas irregulares, mientras que nosotros, si nos descuidamos, tenderemos a la regularidad, en contravía de nuestra condición de fuerza guerrillera”. Ya producidas las elecciones presidenciales en las que Juan Manuel Santos resultó vencedor, el Secretariado Nacional emitió un comunicado al respecto. Llama la atención que en medio de la persecución desatada contra él, el Camarada Alfonso manifieste: Estoy en la tarea de hacer un video, en una semana más o menos, a manera de conversación con los guerrilleros, alrededor del comunicado nuestro sobre la elección de Santos. Tengo problemas para sacarlo pues el área está muy alborotada, pero haré lo posible ya que necesitamos entrar en escena, así nos tiren patadas, puños, mordiscos y la puerta en la cara para evitarlo. Algo en positivo, pero reiterando principios y desmitificando la teoría del fin del fin. Te aviso, para que analicemos cómo te lo hago llegar. El video efectivamente se produjo y todo el país pudo conocerlo. Aun en medio de las circunstancias que afrontaba, el camarada Alfonso no perdía oportunidad para reiterar la línea de las FARC-EP a todas sus unidades, repetidas veces incluso, en asuntos como este, en el que el enemigo no pierde oportunidad para calumniarnos: La política de las FARC en relación a los llamados cultivos ilícitos se limita al cobro de impuestos y a eso debemos circunscribirnos. Nada tenemos que ver con su exportación ni con su realización en el mercado. Ni directamente ni por interpuestas personas. Tenemos que recordar a las unidades que accionan en áreas calientes, que nuestra concepción y determinaciones se circunscriben al cobro de un impuesto. Nada de laboratorios, nada de envíos al exterior, nada de recibir regalos, nada diferente al riguroso cobro de los impuestos establecidos, con una contabilidad escrupulosamente llevada, estrictamente controlada, todo en el marco de una concepción proletaria de las finanzas. Lo que el Comandante de las FARC-EP, el Secretariado Nacional o el Estado Mayor Central determinan u orientan es de obligatorio cumplimiento para toda la organización. CRÓNICAS DE TIEMPOS DUROS VI Nuevo gobierno y continuación del fuego -Lo verdaderamente trascendente es la fidelidad a la causa, la fe en nuestros propios esfuerzos, la unidad y la confianza en la capacidad del pueblo de interpretar el mensaje de sus verdaderos representantes. Alfonso Cano Posesionado Santos como nuevo Presidente el 7 de agosto, no se vio ningún cambio en las intenciones de aniquilamiento exacerbadas por Uribe. Antes bien, se diría que las operaciones militares, policiales, judiciales y extrajudiciales arreciaron con mayor fuerza contra las FARC-EP y el conjunto del movimiento popular en todo el país. Sobre su llegada al poder, su discurso y sus acciones escribía puntualmente el Camarada Alfonso al resto del Secretariado: …La tesis de unidad nacional y la manera de acercarse a las Altas Cortes, esbozan la manguala con que definitivamente quieren legitimar las instituciones existentes y arremeter contra las propuestas y alternativas revolucionarias. Trata de marcar diferencias con Uribe, en el estilo, pero acelerar el camino oligárquico que le dejó trazado. …Santos tendrá dos apoyos muy importantes: contará con la ayuda de los Estados Unidos que desatan una verdadera ofensiva política y militar por el mundo entero. Y tendrá también los enormes recursos que está dejando la explotación acrecentada de la minería que subyace en nuestro suelo patrio que le dará gran solvencia a la hora de gastar. …El régimen le trabaja a la directriz de López Michelsen de primero derrotar al contendor para luego sí sentarse a negociar con los vencidos. El triunfalismo de esta oligarquía es evidente en las declaraciones de sus voceros en estos últimos días, recalentadas por el balance de los funcionarios y los grandes usufructuarios del gobierno anterior. …Debemos mantener tensionada nuestra fuerza para impedir que nos golpeen, adelantar acciones ofensivas donde lo señalen los planes, intensificar nuestro trabajo de masas rigurosamente clandestino que aliente la lucha popular e insistir en nuestras propuestas de solución política, con iniciativa, con altura, con proyección y con realismo. El 21 de agosto, a 14 días de la posesión de Juan Manuel Santos, a las 4 de la madrugada, se escuchó un poderoso estruendo, producto de los ramilletes de bombas que rompían el silencio de la madrugada. El bombardeo se produjo a media hora del sitio donde la unidad de los camaradas Alfonso y Pablo había instalado su nuevo campamento, más exactamente en el lugar que habían abandonado dos días atrás. Como ya es costumbre, a las bombas siguieron los aviones ametrallando, las bengalas, los helicópteros artillados que llegan a hacer fuego y luego los que se encargan de trasladar la tropa que tiene como misión desembarcar. Apenas amaneció, los camaradas dispusieron la evacuación inmediata del campamento. Ese día sucedió un episodio memorable. Un comando de exploración de los nuestros alcanzó a ver dos soldados profesionales que hacían de vanguardia de la tropa por una trocha, acompañados por un perro que olfateaba el piso en su oficio de hallar minas. Uno de los muchachos, el que caminaba adelante, acertó a hacer fuego contra los del Ejército, dando de baja a los dos hombres. De inmediato se dio inicio a un fuerte combate que se prolongó por un cuarto de hora. Cuando los muchachos emprendían cautelosamente la retirada, escucharon de nuevo el fuego por parte del Ejército, pero no en dirección a ellos, sino en contra de otra tropa que apareció por un flanco. Se dispararon entre sí cohetes y bombas de todo tipo, en medio de un intercambio de disparos que se prolongó hasta la tarde. El fuego amigo, como llaman ellos esas situaciones frecuentes que les ocurren, sirvió para permitir, facilitar y asegurar la retirada tranquila de la unidad de los camaradas por una trocha vieja que conducía al río Guayabito. Todo esto sucedía en la región general de Marquetalia, al sur del departamento del Tolima, una zona que el camarada Alfonso solía llamar una burbuja de selva. Esa noche los camaradas Alfonso y Pablo estuvieron hablando largamente. Alfonso sostenía que el estado de salud de Pablo, por motivo de la lesión en su brazo, no era el adecuado para las duras jornadas que se veían venir. Su preocupación por la recuperación de su camarada y amigo era sincera y muy grande. El resultado de la conversación fue la decisión de abrirse en dos comisiones, y que Pablo buscara la forma de romper los varios cercos que los atenazaban, tratando de buscar hacia el Valle y el Cauca, en procura de entablar contacto con el Bloque Móvil, la columna Jacobo Arenas o el Sexto Frente que operaban más abajo. El camarada Alfonso le hizo prometer que se haría operar del brazo tan pronto como estuviera en condiciones. En seguida sobrevino una rápida y nostálgica despedida entre los dos camaradas y sus respectivas guardias, reafirmando en cada abrazo que no abandonarían ni un minutos las banderas de lucha por la liberación de nuestro pueblo, que superarían esa etapa y muchas más. El adiós fue intenso, como si supieran que era la última vez que volverían a mirarse a los ojos. Tras el último abrazo que se dieron, cada uno de los camaradas emprendió su ruta, embargado por sus sentimientos y preocupaciones. En las semanas siguientes el camarada Alfonso estuvo muy callado y taciturno. A leguas se notaba la falta que le hacían las charlas matutinas de los últimos dos años. Fueron dos meses más lo que permaneció por esa zona. Allí recibió la terrible noticia de la muerte del camarada Jorge Briceño, el Mono, que sin duda lo golpeó profundamente, sin que por ello dejara de mostrarse fuerte como siempre. Al conjunto de los guerrilleros de las FARC los alentaría, entre diversas expresiones, con esta: Nos han golpeado, sí. Dolorosamente. Pero más que nadie, tenemos conciencia que la organización y el ideario fariano, con todo lo que somos y representamos históricamente en cada zona, en el país y en el mundo, permanece enhiesta, vital, vigente, decidida y con plena voluntad política de continuar la brega con los lineamientos que tenemos suficientemente definidos y señalizados. Lenin razonó que “los caminos de la revolución no son anchos y rectos como la avenida Nevski de San Petersburgo”. Marulanda y Jacobo nos lo enseñaron y reiteraron permanentemente. CRÓNICAS DE TIEMPOS DUROS VII De camino a la traición Por encima de la agresión terrorista, de la propaganda imperial y de la catástrofe del modelo soviético, representamos con otras fuerzas del mundo, la esperanza popular de avanzar en firme hacia una sociedad igualitaria construida sobre los cimientos del humanismo revolucionario. Alfonso Cano. Tres grandes temas ocuparon la atención central del camarada Alfonso Cano en los dos últimos años de su trasegar revolucionario. El primero de ellos fue la solución definitiva de las contradicciones con el Ejército de Liberación Nacional, ELN. El segundo, la definición del complicado tema de los prisioneros de guerra. El tercero, que lograría culminar también satisfactoriamente al precio de su propia vida, era a su vez el objetivo que había perseguido durante toda su vida, la solución política, la salida pacífica al conflicto armado colombiano. De los dos primeros podemos ocuparnos en otra oportunidad. Pero por la importancia de su apuesta por unas conversaciones de paz, y porque revela de manera diáfana la catadura del régimen político colombiano y de la oligarquía que gobierna al país, vale la pena detenerse en el sacrificado esfuerzo de Alfonso Cano por la concreción de conversaciones de paz. El país y el mundo conocieron a Alfonso Cano al lado de Manuel Marulanda y Jacobo Arenas en Casa Verde, cuando los diálogos con Belisario Betancur. Y luego lo habían admirado en su papel como cabeza de la delegación de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar en Caracas y Tlaxcala. Todos supimos del papel que sus análisis y orientaciones jugaron en el proceso de paz del Caguán con el gobierno de Andrés Pastrana en pleno tránsito al siglo XXI. A finales de 2010, recibida la propuesta de celebrar un primer encuentro entre las FARC-EP y el gobierno de Juan Manuel Santos, llegaba el momento para aplicar toda su sabiduría y madurez como cuadro de la revolución colombiana, al asumir la responsabilidad de conducir los pasos de nuestra organización en la vía de las conversaciones de paz. Así lo entendió él, y por eso sus primeras apreciaciones al Secretariado, a mediados de octubre, fueron: Cada vez que hemos iniciado acercamientos con los distintos gobiernos para dialogar sobre soluciones políticas, la oligarquía está presupuestando la terminación del alzamiento armado sin absolutamente ningún cambio importante en las estructuras socio políticas del país y nosotros en dinamizar el proceso revolucionario de tal forma que se acorten los tiempos de las transformaciones en Colombia. Lo particular de la propuesta de Juan Manuel Santos, es la idea base del gobierno que va a dialogar contra una fuerza derrotada. Recogiendo las diferentes opiniones vertidas al respecto, les propongo responder lo siguiente, por la misma vía, de manera puntual y sin el formalismo de una carta: 1. Nuestra voluntad de diálogo, para buscar salidas políticas al conflicto, está, como siempre, vigente. 2. Allana el camino el hecho que el Presidente encuentre justos nuestros planteamientos expuestos en La Plataforma Bolivariana. 3. Valoramos que tenga designado a su hermano Enrique para los contactos que se proponen. 4. Le proponemos un primer encuentro reservado, en territorio colombiano, en zona fronteriza con Venezuela, con la anuencia del gobierno de la hermana república, que debe gestionar el gobierno colombiano. 5. De nuestra parte asistirían dos integrantes del EMC de las FARC. 6. El objetivo de tal reunión sería exclusivamente, precisar las circunstancias y garantías para un encuentro entre delegados plenipotenciarios, del gobierno y las FARC, que defina una agenda de reconciliación y paz ”. La clara posición que el comandante Alfonso Cano proponía exponer al Presidente Santos era la respuesta al mensaje recibido de él unas semanas atrás, y del que el camarada informó así al Secretariado de la organización: Hace 10 días recibimos, vía Pablo, una larga comunicación del mismo amigo a través del cual Álvaro Uribe nos mandó la propuesta de conversar en secreto, el pasado mes de Julio. Resumo lo esencial del mensaje, que es un informe de memoria del amigo. Lo que va entre comillas son las afirmaciones de Juan Manuel Santos. Un abrazo, Alfonso. - El 6 de septiembre se reúne el amigo de Pablo con el Presidente durante 2 horas y media. Santos le dice que quiere “parar la guerra y negociar ya el conflicto histórico con las FARC. Las razones de lucha de las FARC son ciertas y valederas, pero lo que le hace daño al país son los métodos de lucha que usan”. “Estoy convencido que las causas que originaron la lucha de las FARC son negociables, su plataforma de 12 puntos es un programa mínimo, allí hay espacio para una negociación y para llegar un acuerdo”. - "Dígales que quiero hacer la paz con las FARC. Quiero hacer historia. Que los invito a que dialoguemos en un encuentro secreto, que puede ser en Brasil o en Suecia. Para eso daré las garantías. Ya conversé con Amorin y Jobin, ministros de relaciones exteriores y defensa del Brasil y tengo todo el apoyo de ese país, para que nos facilite su territorio y logística a fin de realizar este encuentro secreto entre el gobierno colombiano y FARC”. - “Con Suecia también está todo adelantado y aprobado por parte del gobierno sueco, para realizar este encuentro secreto, que es realmente eso: secreto y directo entre dos delegados del gobierno y dos delegados de las FARC. Que no habrá intermediarios, ya sean países o personas, porque la paz en Colombia es una responsabilidad de los colombianos y de nadie más. Dígales que en ese encuentro secreto, analizaríamos y acordaríamos todo lo necesario para una negociación política del conflicto y que cuando todo esté acordado y el gobierno y las FARC lo crean conveniente, entonces hacemos público lo acordado". - “Dígales que sería muy positivo que de parte de las FARC estuvieran en ese encuentro secreto dos personas del Secretariado, y que de parte del gobierno estarían, como delegados directos míos, mi hermano Enrique Santos y Frank Pearl”. - “Esta conversación puede ser, primero dentro del país, de manera secreta y luego en el Brasil o en Suecia, con los delegados”. - “Dígales que ese tema de la paz, por el momento y hasta que no se avance en la actual propuesta, solo será manejado conmigo y que usted es el único autorizado para llevar y traer estos mensajes. Que yo conversaré personalmente con usted, acerca de esto y que por el momento no delego en nadie este tema y que ustedes, las FARC, por favor, utilicen este mismo canal, por donde estoy enviando este mismo mensaje, para evitar filtraciones. Dígales que yo quiero que hagamos la paz, con dignidad y sin mentiras. ” “Que quiero que hagamos historia.” “Que esperamos su respuesta secreta, ojalá en sentido positivo, a través suyo.” “Dígales que esta propuesta es secreta y que si se llega a filtrar o a hacer pública o conocida, por alguna de las partes, entonces el gobierno negará que esa propuesta de encuentro secreto se haya hecho". En ese momento resultaba inimaginable que al enviar Santos un mensaje en el que propone sentarse a dialogar de paz, con dignidad y sin mentiras, estuviera simultáneamente emitiendo la orden de dar muerte al destinatario de su propuesta. Con más razón meses adelante, cuando había obtenido respuesta afirmativa y se hallaba en curso en varias sesiones y lugares ese primer encuentro, mientras Santos y Alfonso Cano se cruzaban por intermedio del facilitador permanentes comunicaciones y proposiciones de acuerdo. El Presidente tejía su traicionera decisión pacientemente, mientras mandaba a decir en una u otra ocasión: Está bien, acepto totalmente esta propuesta. Me sigue gustando el tono franco y directo de sus respuestas. Dígales que la esencia sigue siendo la confidencialidad. Estos primeros encuentros se harán en medio de "la pelotera" hasta que acordemos cambios en la guerra. Alfonso Cano era un hombre demasiado agudo como para no percatarse de las intenciones del gobierno. Por esa razón comunicaba al resto del Secretariado a fines de febrero: Por las características del operativo, parece que el Presidente quiere llevar mi cuerpo inerte como primer punto de la reunión. Y a mediados de año: Los controles para abastecernos, los sobrevuelos, desembarcos, bombardeos y ametrallamientos no cesan, día y noche, en una zona geográfica muy estrecha y cada vez más copada por fuerzas del estado… El riesgo que a uno lo golpeen, es permanente. Pero con alta disciplina y gran responsabilidad se sale adelante, cumpliendo con las tareas y con los deberes que le corresponden, porque de lo contrario, la vida de ninguno de nosotros tiene sentido. Pienso que si alguna vez me sucede algo, la razón de peso han de ser mis rodillas, huesos, reflejos, etc., que pierden efectividad en la medida que pasan los días y ya no rinden todo lo que quisiera para subir y bajar estas lomas… Hoy está perfectamente claro que las constantes trabas puestas por el lado del gobierno durante aquella reunión de encuentro y que obligaban a prolongados aplazamientos entre una y otra sesión, apuntaban a asegurarse que Alfonso Cano, el comandante de las FARC-EP, estuviera muerto para cuando se iniciaran las conversaciones. Ni siquiera podía estar vivo para cuando se diera comienzo al encuentro exploratorio que se preparaba. A eso apuntó el complot planeado por Juan Manuel Santos y el alto mando militar, inspirados obviamente por sus amos imperiales. Lo confirman las declaraciones del general Juan Pablo Rodríguez, comandante de las Fuerzas Militares, en el video que recién difundió el Ejército colombiano por la televisión: En ese momento el objetivo de alto valor estratégico iba a estar tranquilo, porque no iba a tener conocimiento de que se estuviera planeando una operación contra ellos. Siempre utilizamos una operación de engaño y eso nos dio muy buen resultado. Pretende el general hacer creer que el engaño a Alfonso Cano consistió en concentrar en Palmira, Valle, las aeronaves con las que sería realizada la operación contra él. Está claro cuál fue el verdadero engaño. Ese del que sólo el Presidente, el Ministro y cuatro generales tuvieron conocimiento: usar las aproximaciones al diálogo para asesinarlo. No les interesaba ninguna reconciliación, ni siquiera su captura, lo único que los animó siempre fue su muerte, al precio de la traición. Una lección que las FARC-EP tenemos presente en cada instante. La misma oligarquía que firmó las capitulaciones en Zipaquirá con los Comuneros, con la previa determinación de traicionarlos y ejecutarlos ejemplarmente, se halla representada con sus delegados en la Mesa de Conversaciones con nosotros. El pueblo de Colombia, los millones de hombres y mujeres que sueñan con la paz para nuestro país, tienen en sus manos permitirles continuar obrando con su afán de dominación y sangre, u obligarlos a jugar limpiamente y sin trampas, con el ánimo real de alcanzar por fin una nueva Colombia, democrática y en paz, para las generaciones venideras. Montañas de Colombia, 4 de noviembre de 2014.