HOMENAJE AL PROFESOR GUSTAVO WIERNA Señoras, señores

Anuncio
HOMENAJE AL PROFESOR GUSTAVO WIERNA
Señoras, señores:
La Asociación Argentina de Profesores Universitarios de
Contabilidad Pública “Dr. Juan Bayetto” comparte, con todos
vosotros, desde lo más hondo de su corazón, la partida de quien
fuera nada menos que uno de sus padres fundadores.
Quienes como yo, hemos compartido largos años de
actividad en la función pública y en la docencia con nuestro querido
Gustavo, estamos en condiciones de aquilatar del modo más
completo las calidades humana y profesional que le adornaban.
Todo fue pulcritud en su trayectoria: la relación con los
colegas, la ascendencia sobre los alumnos, la ejemplaridad sin
tachas de su conducta, inspirada siempre en los preceptos morales
de mayor trascendencia.
Tales fueron los perfiles que lo identificaban, y que supo
hacer trascender al ámbito de la enseñanza del modo más cabal,
con la simultánea preocupación de proveer a la disciplina científica
que con tanto amor cultivó, la Contabilidad Pública, a fin de que ella
se constituyera en lampo de luz capaz de iluminar las actividades
de cuantos, directa o indirectamente, tuvieran algo que ver con el
acontecer del sector público.
Creo muy oportuno recordar también que en el curso de los
simposios desarrollados año a año por la Asociación tuvo la
permanente inquietud de exhibir su experiencia con gran altura, y
transmitir así su interés por mejorar la calidad de la enseñanza.
Quizá una de sus preocupaciones más acendradas –que
habla de su severo espíritu republicano– fue ver concretada la
colaboración de la Asociación para elaborar un anteproyecto de
reglamento del artículo 85 de la Constitución nacional, aquel que da
estatus constitucional a la Auditoría General de la Nación. Una y
otra vez bregó, en ese sentido, para que nuestra institución tomara
la palabra y tuviera la iniciativa de sacudir la modorra habitual de los
legisladores
para
ver
concretada
la
sanción
de
la
ley
correspondiente. Nosotros estamos, precisamente, en la senda de
cumplir con ese anhelo tan justificado de Gustavo.
Por lo demás, no se trata de un afán institucional menor el
que él manifestara de esa manera, sino de la más profunda
convicción que él siempre supo exteriorizar, nada menos que en
relación al ejercicio correcto de las funciones de control en la
hacienda pública, como expresión indispensable del quehacer de un
gobierno que se modela sobre la base de los principios
republicanos.
Es obvio que hemos de sentir su ausencia, tanto quienes
desde nuestros lares salteños teníamos la suerte de frecuentar su
compañía, como quienes lo trataban esporádicamente, toda vez
que su presencia simpática estimulaba la comunicación humana en
grado sumo.
Muy querido Gustavo: descansa en paz.
Descargar