tan envuelta, complicada y extensa, qus uno requiero de rodeos y

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tan envuelta, complicada y extensa, qus uno requiero de rodeos y
un mapa para hallar un camino en él. Y o , aún tengo dudas como
para justificar que el nombre de Cinchona officinalis L. sea bien
aplicado. Hay alguna evidencia que el material sobre el cual Linneo
basó su C, Oficcinalis. pudo haber sido una mezcla de «Urituzinga»
(C. urituzinga)) y «rosada» (C. pubescens). Esto al menos es la tra­
dición en la literatura d é l a Cinchona. Observando sobre la mate­
ria, tengo la intuición que Linneo pudo haber tenido una muestra
mixta de «Urituzinga» y «Hoja ahumada».
Entonces venimos a otros capítulos como la^« Crespilla de Loj a » : ésta, yo creo que es la C. microphylla. También me imagino
que la <Crespilla de Cuenca» es enteramente distinta que la C. ru­
gosa de la del texto de Howard. Nuevamente tendré que considerar
otras varias especies descritas para fijar el propio nombre. Enton­
ces viene el problema de la distribución de la «Serrana», como por
ejemplo, al Oeste de Quito. El grupo «Serrana» ha recibido distin­
tos nombres en el pasado. Uno de estos es C. coccínea: otras veces
son descritas como C. erylhranlha, que pueden ser la misma cosa.
Pero la cuestión real en mi propio entendimiento hasta ahora, es
ésta: es el material llamado «Serrana» una especie? o es el resulta­
do de la hibridación entre C. pilayensis y C. pubescería"!
Ahora bien, cuando obtenemos material del Oriente-que es
ciertamente otro problema-, requiere mucho trabajo. En efecto,
tengo material del Oriente, de la Cordillera Oriental, el cual se pa­
rece en mucho a la C, lucumaefolia,. material del área de Loja (pero
que crece en un nivel demasiado bajo).
Esfas gradaciones, en una
serie de formas, parecen peligrosamente concluir en la C. Josephiana
(la cual se supone estar en Bolivia). Y entonces hay el problema
del material llamado «Hoja de capulí».»
7.—LAS
FALZA5
CASCARILLAS"
Botánicamente conocemos con el nombre de «Falsas
cascarillas» a algunas especies que aparentemente semejan
a las verdaderas Cinchonas, por el aspecto externo del tron­
co, de la ramificación, de las hojas, de la nerviación, de
la corteza, y aún de las flores y frutos; estas semejanzas
aparentes han servido de confusión para los viajeros inex­
pertos y aún
para los «cascarilleros», quienes ignorante o
maliciosamente han sabido mezclar o mixtificar con la cor­
teza do la verdadera Cinchona. Pero para el Botánico
explorador, todas estas apariencias morfológicas no pueden
ser confundidas, ya que los estudios comparativos externos
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