Sermón 090726 Amós 7:10-15 ILPC 26 de julio del 2009 Los Profetas Pertenecen a Dios 1. No son esclavos a la ganancia del dinero. 2. No son esclavos a ningún hombre ni rey. R95 Amos 7:10-15 Entonces el sacerdote Amasías de Bet-el envió a decir a Jeroboam, rey de Israel: "Amós se ha levantado contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede sufrir todas sus palabras. 11 Porque así ha dicho Amós: "Jeroboam morirá a espada, e Israel será llevado de su tierra en cautiverio"". 12 Y Amasías dijo a Amós: -- Vidente, vete, huye a tierra de Judá, come allá tu pan y profetiza allá; 13 pero no profetices más en Bet-el, porque es santuario del rey, y capital del reino. 14 Entonces respondió Amós y dijo a Amasías: -- No soy profeta ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero y recojo higos silvestres. 15 Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo Israel". Estimados hermanos y hermanas en Cristo, "La vida es como vacaciones para el que ama su trabajo". Es la verdad que cuando nos gusta nuestra obra principal, no estamos todo el tiempo pensando cómo apartarnos de ella. Cuando nuestro trabajo nos cumple, no estamos pensando solamente en como conseguir el cheque del pago. En la vida real, hay muchas personas que están haciendo un trabajo porque es una forma de pagar por la vida. Algunos viven y trabajan en lugares en que no quieren estar, pero son forzados de quedarse porque no pueden vender la casa, o el esposo tiene que quedarse en su lugar de trabajo o porque allí está lo demás de la familia ¿Qué harías si descubrirías que a tu doctor no le gusta hacer doctor y que lo hace solamente para ganar el dinero? No preferiría yo llevarle mi coche a un mecánico que casi no puede esperar hasta que el día termine y pueda ir a su casa. Los pastores y maestros cristianos no son diferentes en sus llamamientos. Si gozan y están dedicados a su trabajo, no es trabajo para ellos. También no deben ser movidos por cualquier cosa excepto el amor de Dios en su servicio en la iglesia. De hecho esto es cierto para todo los sirvientes de Dios en el mundo en su campo de servicio. El único motivo para el servicio debe ser porque le pertenezco a Dios y quiero servirle. Los profetas son la propiedad de Dios 1. Los profetas no son esclavos a su salario. Siempre ha habido y será un lado muy práctico en la vida que dice que cada quien debe hacer algo productivo para que su familia pueda comer. R95 2 Tesalonicenses 3:10 si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Cuándo la gente vivió de la tierra, esto quiso decir de buscar la comida en la naturaleza. En el mundo civilizado significa hacer alguna clase de servicio o trabajo beneficioso para alguien que está dispuesto a intercambiar bienes o dinero. Así que siempre ha sido un lado muy práctico del ministerio del evangelio también aún durante el tiempo del Antiguo Testamento. Esos que trabajaron en el servicio de Dios, ya sea que ellos fueron levitas haciendo el trabajo mundano alrededor del templo, o los sacerdotes en el altar del templo, o los profetas que viajaron y predicaron la Palabra del Señor, tuvieron que comer como resultado de su trabajo. El Apostol Pablo, que en gran manera se soportó a sí mismo por coser tiendas de campaña, no obstante defendió el principio en su ministerio del que "R95 1 Timoteo 5:18 Digno es el obrero de su salario y que "R95 1 Corintios 9:14 los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio. Satanás se da prisa para agarrarse de esta necesidad. Por un lado él tienta a los sirvientes de Dios a substituir amor para dinero por el amor verdadero para Cristo y la predicación de su Palabra. Por eso Pablo le advirtió a la gente sobre algunos predicadores en los últimos días que eran R95 1 Timoteo 6:5 hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia. Y al fin advertió a Timoteo: R95 1 Timoteo 6:11 Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pero Satanás también trabaja no sólo en los predicadores pero en la iglesia. Él mueve a los enemigos de la iglesia a criticar y condenar trabajadores de la iglesia por ser "codiciosos". Hacen así para evitar la fuerza de la Palabra de Dios. Esto parece haber sido lo que estaba ocurriendo durante el ministerio de Amos, cuyo nombre quiere decir "portador de carga". Al sacerdote falso autonombrado de Amasías, no le gustó la predicación terrible de la ley que Dios envió a Amos que hiciera, el mensaje que "Jeroboam morirá a espada, e Israel será llevado de su tierra en cautiverio"". Así es que él le dijo a Amós: vete, huye a tierra de Judá, come allá tu pan y profetiza allá; Esto solamente fue persecución odiosa. Amós amó al Señor Dios y su Palabra. Amós había encontrado alegría en la promesa del Salvador. Él estaba encantado de ser un depósito del perdón que viene sólo a través del sacrificio de Dios por el pecado. Él estaba muy herido por estos ataques y supo que Dios estaba enojado por el fracaso horrible de su gente de reconocer a sus dioses falsos y su maltrato de los pobres y viudas y su deshonestidad en ganar dinero. Él no habló la Palabra de Dios o dejar de predicarla porque hacerlo iba a amenazar su salario. Él no tuvo ningún motivo aparte de salvar a los perdidos. Amos no fue un profeta "profesional", sino un hombre común utilizado por el Señor para darle su Palabra a la gente. " No soy profeta ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero y recojo higos silvestres. 15 Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo Israel". ¡Y ahora escuche la Palabra del Señor "! (Amós 7:14-16). Él no recibió entrenamiento especial; Él no fue un graduado de la Escuela de los Profetas ni fue él del ninguna familias de los profetas. Él ni siquiera fue un ciudadano de Israel (el reino del norte), pero más bien de Judá (el reino del sur). No obstante, Dios lo envió a Israel para proclamar la Palabra a la gente del reino del norte. Él no fue un hombre de riqueza, sin embargo fue enviado para advertirle al rico; no era un hombre de lujo, o uno que fue perezoso, sin embargo fue enviado a ambos. Todo este fue diseñado para separar el hombre del MENSAJE. No debía haber sido nada acerca de este hombre que atraería un siguiente personal. ¡Fue el mensaje en que Dios deseó que la gente enfocara, no el mensajero! Así para defenderse en contra de las acusaciones falsas, él afirmó que no fue un profeta necesitando ni dinero ni pan. Soy boyero y recojo higos silvestres. 15 Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo Israel". Estoy delante de ustedes también como un pastor y un predicador que no está en este trabajo para el dinero. Sé cómo hacer otras cosas. Puedo manejar un negocio. Puedo ganarme la vida de otro modo. Pero Dios me llamó aquí a compartir su Palabra con ustedes inequívocamente. No soy esclavo de su dinero tampoco. Soy compelido por mi llamada y el Espíritu Santo para predicar la palabra. 2. No son esclavos a cualquier hombre - incluyendo a los reyes. Los profetas son la propiedad de Dios. No son esclavos de un salario ni son ellos los esclavos a cualquier hombre – incluyendo a los reyes. A las personas de poder e influencia les gusta considerar que pueden poseer a otros. Así fue que Jeroboam, el rey de Israel, consideró que él le poseyó a Amasías el sacerdote del templo. De verdad él fue dueño. Por este Amasías no tuvo libertad de decir la verdad. Él habló cualquier cosa que el rey quiso que él dijera. Pero hubo este profeta misionero del reino sureño de Judá nombrado Amós que no era poseído por ningun – ni aun un rey. Él supo que un profeta le pertenece a Dios sólo. Él por consiguiente viajó y habló como un emisario de Dios, no de hombre. Él habló el mensaje de Dios francamente: "Jeroboam morirá a espada, e Israel será llevado de su tierra en cautiverio". Amós supo que este mensaje no sería recibido bien. A él aun no le gustó predicarlo. Pero fue el mensaje que Dios le había dicho que hablara y así es que él lo habló. El sacerdote Amasías que Jeroboam poseyó amenazó a Amós, 13 no profetices más en Bet-el, porque es santuario del rey, y capital del reino. ¿Puedes oír la propiedad en estas palabras? " Éste es país del rey. Cómo es que usted hable en contra del rey ". Pero Amós no sería poseído por ninguno fuera de Dios. ¿Si en nuestra predicación es poseída por alguien, cómo parece esto? Puede estar presente en congregaciones enteras donde la gente considera que el pastor está allí para predicar y enseñar, para visitar al enfermo, y a encargarse de todos los detalles, pero nunca para amenazarles con la ley. La actitud puede ser, "no le llamamos aquí a explicarnos cómo vivir nuestras vidas o sugerirnos que hay algo equivocado con nuestras vidas". Las comunidades enteras pueden tratar de poseer a un predicador abusivamente. Ellas pueden sentir muy bien comiéndo su comida con él y platicando, pero no pueden querer oír cualquier cosa acerca del Dios que él adora. Eficazmente poseen al predicador determinando cuáles son las temas correctas de debate y cuáles no son. Se rehúsan a discutir a Jesucristo. Algunas veces la gente intenta intimidarnos a enseñar en contra de la Palabra de Dios en los asuntos como la Cena del Señor y la camaradería en general. Algunos me dijeron en Arizona que nunca habían estado en una iglesia luterana que no les había permitido comulgar y que nunca regresarían. ¿Qué es eso pero la intimidación, un intento para convencer al profeta de Dios y la congregación que no practicaran según la Palabra de Dios. Amigos, no seré poseído por nadie excepto Dios. No soy la boquilla para nadie excepto Dios. Le pido en nombre de Jesús que nunca intenten poseerme, pues eso sería para su descrédito. Esté listo a recibir cualquier reprensión o consejo que les doy como un siervo fiel del Señor. De otra manera no será útil para ustedes, para mí, y sobre todo para Dios. Les suplico a todos ustedes que no sean poseídos por nadie excepto Dios. Dejen que su vida cristiana sea visto y observado en sus acciones y palabras. No debemos cambiar lo que somos o lo que decimos para complacer a esos alrededor de nosotros. El único que necesitamos complacer es él que vivió y murió y se levantó otra vez a fin de que pudiéramos ser perdonados de todo nuestro pecado y nuestra culpabilidad y estuviéramos en paz con Dios ahora y para siempre. Rezo que todos nosotros mantengamos a una congregación y sínodo que se quede fiel a Dios solamente. No somos esclavos para dinero o cualquier hombre. Somos la propiedad de Dios y muy contento para pertenecerle a Cristo por la fe. Amén.