Análisis de los mecanismos de cohesión de un texto narrativo

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Departamento de Lengua Castellana y Literatura. IES San Benito
No sé cuántas cosas se pueden ver a la vez, pero al menos yo, al bajar del bosque
hasta el molino viejo, vi una cantidad enorme de cosas. Vi la luna en el cielo despejado
del atardecer, y a lo lejos una montaña grande que para aquella hora ya estaba medio en
sombras; y delante de esa montaña, otra más pequeña; y delante de esa montaña más
pequeña, otra más pequeña todavía; y delante de esa montaña más pequeña todavía, una
larga fila de colinas muy suaves. Pero no vi sólo eso: al mismo tiempo que la luna, el
cielo y todas aquellas montañas, vi el valle en que había nacido, con su bosque, sus
prados y sus casas: una casa al lado izquierdo del riachuelo, otra al lado derecho, y
luego más cerca Belanzategui, y todavía más cerca, enfrente de mí, el molino viejo.
Pero, con todo, lo que vi no fue solo eso: al mismo tiempo que luna, cielo, montañas,
valle, bosques, prados, casas y molino, mis ojos vieron también cuatro individuos, los
cuatro a muy poca distancia del sendero donde yo estaba: el primero, un caballo alazán
muy fino y muy elegante, con una mancha blanca en la frente; el segundo, un hombre
joven y con los dientes anormalmente grandes, quizá albañil, que trabajaba en el tejado
del molino; el tercero, otro dentudo, hermano gemelo del anterior, ese también en el
tejado; el cuarto, “Gafas Verdes”.
Bernardo Atxaga, Memorias de una vaca
1. Identifica los mecanismos de cohesión en el fragmento de texto anterior:
Respuesta:
El primer mecanismo de cohesión que nos encontramos en el fragmento de texto que se
nos presenta es una elipsis nominal, en la primera línea (elipsis del “yo” narrador,
protagonista de la historia), que se irá repitiendo a lo largo del discurso. Puede
considerarse una deixis extratextual (el referente es externo). Este mecanismo también
está presente a través de determinantes posesivos (“mis ojos”).
No obstante, los elementos más destacados del texto son las repeticiones. Por un
lado, se encuentran las léxicas (“montaña”, “ver”, “vi”, “vieron”, etc.) y, por otro, las
semánticas. De hecho, puede decirse que el campo asociativo de la vida – paisajecampestre recorre todo el texto con palabras como “luna”, “atardecer”, “sombra”,
“montaña”, “bosque”, “valle”, “prado”… dándole unidad temática (coherencia global).
Otro elemento de repetición semántica también podría ser el campo semántico de las
“individuos”, formado por los hipónimos “caballo”, “hombre joven”, etc.
Por otra parte, también podemos observar en el texto alguna repetición
semántica a través de las enumeraciones: “el primero”, “el segundo”, “el tercero”…
pueden a su vez considerarse marcadores textuales con valor de ordenación, e incluso
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denotar cierto valor catafórico (deixis textual catafórica), ya que su referente es lo que
viene a continuación.
Las deixis son también bastante destacables; mencionamos, en primer lugar, una
temporal en la línea 3 (“aquella hora”, que puede tener una doble interpretación:
considerarse como una deixis extratextual (si se está refiriendo a la realidad, a un
momento temporal externo) o textual anafórica (si el referente es el “atardecer”, ya
mencionado en el texto). Encontramos otros casos de deixis extratextuales espaciales en
las expresiones “delante”, “lejos”, etc.
Las deixis textuales son menos destacadas, aunque también están presentes. Un
ejemplo lo tenemos en la línea 10 (“lo que vi no fue sólo eso”), a través de una anáfora,
ya que el referente se encuentra anteriormente mencionado en el discurso (todas las
cosas que ha mencionado del paisaje en líneas anteriores). En la expresión “vi el valle
en el que había nacido”, de la línea 7, también puede interpretarse una deixis anafórica,
ya que ese “que” pronombre relativo (se puede sustituir por “el cual”) está sustituyendo
un elemento anterior (“valle”). Otra deixis anafórica puede ser el enunciado “su bosque,
sus prados…” de la misma línea, con el mismo referente (“valle”) que en la deixis
anterior. Apenas existen deixis catafórica, a excepción de la que usa en la línea 1, a
través de “cosas” (las cosas que dirá a continuación), que, además, es una palabra baúl.
Por último, no podemos olvidar los marcadores textuales, necesarios para
ordenar los textos. En este caso, al ser un fragmento tan corto, no abundan y apenas se
registra el “pero”, con valor adversativo (de contraste), y el nexo “y” de adición, muy
abundante por el carácter descriptivo1 del fragmento.
2. Analiza los conceptos de adecuación y coherencia en el fragmento de texto
anterior:
Además de la presencia de mecanismos sintácticos de cohesión, un texto se considera
unidad comunicativa cuando presenta las propiedades de adecuación y coherencia.
Ambas se cumplen en fragmento de texto presentado, de la siguiente manera:
Nos encontramos ante un texto adecuado, ya que tanto su contenido como su
forma se adaptan a la situación comunicativa, que podría ser una narración de ficción a
través de una novela. Su lenguaje se adapta perfectamente al medio escrito y, puesto que
no parece complicado, parece que va destinado a un lector de tipo general. La intención
comunicativa es puramente estética (ya que nos encontramos ante una novela de
ficción), por lo que la trama planteada se adapta perfectamente a las convenciones del
género narrativo en el que se incluye una amplia descripción de un paisaje.
Con respecto a la coherencia, no cabe duda de que estamos ante un texto
coherente desde el punto de vista global, ya que parece haber un único tema que recorre
todo el texto: las impresiones de un paisaje campestre de un personaje de ficción, en
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Como ya verás más adelante, en los textos en los que se realizan descripciones suelen acumularse
impresiones, ideas, características de objetos, personas… por lo que son normales las enumeraciones y la
presencia de partículas como el “y”.
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este caso de una vaca. El título, Memorias de una vaca, nos confirma esta idea, y se
relaciona perfectamente con la descripción a la que asistimos.
En relación con la coherencia lineal, podemos dcir que aparentemente presenta
una progresión temática correcta: partiendo de una palabra baúl (“cosa”), el protagonista
nos va contando y ordenando todas las cosas que va viendo. En concreto, comienza
enumerando aspectos generales, la mayoría geográficos (bosques, montañas…) para
luego describir de forma más concreta seres particulares (esos “individuos”).
Por último, debemos señalar la coherencia local, relacionada con la lógica de la
realidad. En este caso, podemos apreciar que, si obviamos el título (una vaca no puede
tener “memorias”) y la idea recogida en las líneas 11 y 12 (un caballo no es un
“individuo”), el texto responde a una visión lógica de la realidad en la que una persona
cualquiera está viendo el paisaje donde nació, con todos sus elementos).
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