Las competencias básicas. Un nuevo enfoque educativo. Nacimiento de las competencias básicas. El siglo XXI nos introdujo en la era de la información, una nueva era caracterizada por una serie de cambios que afectaron a diferentes contextos: sociales, demográficos, económicos, culturales, tecnológicos,… estos cambios han modificado sustancialmente nuestra forma de vida. Es en este contexto de cambio en el que se empieza a ser consciente de la imperante necesidad de un cambio sustantivo en la formación de los individuos. Si ya en el siglo XX se contempló la necesidad de una educación para toda la vida, será en este nuevo siglo cuando esta idea alcance su máxima expresión y se considere la educación como la encargada de formar ciudadanos capaces de transformar la información en conocimiento y capaces de aplicar esos conocimientos en diferentes situaciones y contextos. La preocupación internacional por la necesidad de un cambio en los modelos educacionales queda patente en la aparición de múltiples documentos elaborados por la UNESCO y la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). El principal documento que abordará el tema de las competencias básicas será el denominado DeSeCo (Definición y Selección de Competencias). Este documento surge tras la elaboración del Programa para la Evaluación Internacional para Estudiantes (PISA) cuyo objetivo era evaluar de qué modo los estudiantes que se encontraban al final de la escolaridad obligatoria habían adquirido los conocimientos y las destrezas necesarios para su completa participación en la sociedad. Con este documento, la OCDE, pretendía que se llevasen a cabo políticas educativas que fueran más allá de la transmisión de conocimientos y que preparasen a los estudiantes para los problemas y exigencias de la vida actual. Este documento servirá de base a la mayoría de los países de la OCDE, entre ellos España, para comenzar a incluir en sus currículos escolares el concepto de competencias. En España, la ley que contempla por primera vez las competencias básicas como parte las enseñanzas mínimas de la educación secundaria será el RD 1631/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria. 1 Concepto de competencias básicas. El concepto de competencias nace en Estados Unidos en 1970 relacionado con la formación profesional de los docentes y se extiende en la década de los 90 a los países anglosajones preocupados por la necesidad de definir los estándares competenciales necesarios para adecuar la formación del capital humano y profesional a la competitividad de la nueva economía global. Este concepto de competencia desembocará en una visión conductista del término que será ampliamente criticada debido a que establecía las competencias como una serie de actuaciones vinculadas a determinadas tareas aisladas, enfocadas a un objetivo concreto, estrictamente individuales y que fomentaban las conductas observables en detrimento de la comprensión. DeSeCo se aparta claramente de esta visión conductista y define las competencias básicas (“Key Competences”) como: “la capacidad de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada. Supone una combinación de habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz”. Por otro lado, el RD 1631/2006, las define como “aquellas competencias que debe haber desarrollado un joven o una joven al finalizar la enseñanza obligatoria para poder lograr su realización personal, ejercer la ciudadanía activa, incorporarse a la vida adulta de manera satisfactoria y ser capaz de desarrollar un aprendizaje permanente a lo largo de la vida” Características principales de las competencias básicas. 1. CARÁCTER HOLÍSTICO E INTEGRADO. Las competencias no pueden ser entendidas como conductas que se pueden entrenar con independencia del sentido de los conocimientos o emociones implicadas, y sin tener en cuenta los diferentes contextos, los cambios históricos y las intenciones de los agentes. 2. CARÁCTER CONTEXTUAL. Las competencias han de desarrollarse en función de los contextos en los que tienen lugar. El aprendizaje de cada sujeto no es un tan sólo un 2 acto individual sino que depende del contexto cultural, físico y social en el que se desarrolla. 3. DIMENSIÓN ÉTICA. Las competencias se nutren de las actitudes, valores y compromisos que los sujetos van adoptando a la largo de la vida. Esta dimensión es la que diferencia las competencias de las habilidades pues tiene en cuenta las necesidades, impulsos, valores e intenciones que mueven la conducta humana. 4. CARÁCTER CREATIVO DE LA TRANSFERENCIA. La transferencia de las competencias aprendidas debe entenderse como un proceso de adaptación creativa, no mecánica, de esas competencias a cada contexto; reconociendo los elementos singulares de cada situación y evaluando las posibilidades de adecuación de nuestros conocimientos, habilidades y actitudes a las nuevas exigencias. 5. CARÁCTER REFLEXIVO. Las competencias básicas suponen un proceso permanente de reflexión para armonizar las intenciones con las posibilidades de cada contexto. Este punto, directamente relacionado con el anterior, implica que cada individuo comprenda ante lo que está, con sus características propias e intervenga en función de esa comprensión y reflexión, no simplemente reproduciendo mecánicamente las rutinas aprendidas. 6. CARÁCTER EVOLUTIVO. Las competencias e desarrollan, perfeccionan, amplían, o se deterioran y restringen a lo largo de la vida en función de los cambios que van surgiendo. Finalidades de las competencias básicas. 1. Integrar los diferentes aprendizajes, tanto los formales, incorporados a las diferentes áreas o materias, como los informales y no formales. 2. Permitir a todos los estudiantes integrar sus aprendizajes, ponerlos en relación con distintos tipos de contenidos y utilizarlos de manera efectiva cuando les resulten necesarios en diferentes situaciones y contextos. 3. Orientar la enseñanza, al permitir identificar los contenidos y los criterios de evaluación que tienen carácter imprescindible y, en general, inspirar las distintas decisiones relativas al proceso de enseñanza y de aprendizaje. 3 Tipología de las competencias básicas. En general, las competencias básicas han de ser valiosas para la totalidad de la población, independientemente del sexo, la condición social y cultural y el entorno familiar, y se pueden aplicar a múltiples contextos. Teniendo en cuenta estas premisas, los diferentes países han de escoger las competencias básicas que considere imprescindibles para el pleno desarrollo de sus ciudadanos función de los valores que consideran prioritarios. DeSeCo propone tres tipos de competencias básicas: Categoría 1: usar las herramientas de forma interactiva. Las demandas sociales y profesionales de la economía global y la sociedad de la información requieren del dominio de múltiples herramientas, tanto socioculturales como físicas; usar las herramientas de forma interactiva requiere de algo más que el simple acceso a la herramienta y la destreza técnica requerida para su manejo, requiere también la capacidad de crear y adaptar el conocimiento y las destrezas. Esta competencia se desglosa en otras tres: Competencia 1-A. La habilidad para usar el lenguaje, los símbolos y el texto de forma interactiva. Competencia 1-B. Capacidad de usar este conocimiento e información de manera interactiva. Competencia 1-C. La habilidad de usar la tecnología de forma interactiva. Competencia Categoría 2: interactuar en grupos heterogéneos. En la actual sociedad tan globalizada se hace imprescindible que los individuos desarrollen competencias que les permitan aprender, vivir y trabajar con los demás, conociendo y valorando sus diferencias. A estas competencias también se les denomina “competencias sociales”, “destrezas sociales”, “competencias interculturales” o “destrezas suaves”. Son las siguientes: Competencia 2-A. La habilidad de relacionarse bien con otros. Competencia 2-B. La habilidad de cooperar. Competencia 2-C. La habilidad de manejar y resolver conflictos Competencia Categoría 3: actuar de manera autónoma Actuar de manera autónoma no significa funcionar en aislamiento social; al contrario, se requiere que los individuos actúen de forma autónoma para poder participar en el 4 desarrollo de la sociedad y para funcionar bien en diferentes esferas de la vida incluyendo el lugar de trabajo, la vida familiar y la vida social. En general, la autonomía requiere de una orientación hacia un futuro y un conocimiento del ambiente que nos rodea. Esta competencia se desarrolla en las siguientes: Competencia 3-A. La habilidad de actuar dentro del gran esquema. Competencia 3-B. La habilidad de formar y conducir planes de vida y proyectos personales. Competencia 3-C. La habilidad de afirmar derechos, intereses, límites y necesidades. Por su parte, el RD 1631/2006, de 29 de diciembre, en el marco de la propuesta realizada por la Unión Europea, identifica ocho competencias básicas: 1. Competencia en comunicación lingüística. Esta competencia se refiere a la utilización del lenguaje como instrumento de comunicación oral y escrita, de representación, interpretación y comprensión de la realidad, de construcción y comunicación del conocimiento y de organización y autorregulación del pensamiento, las emociones y la conducta. 2. Competencia matemática. Consiste en la habilidad para utilizar y relacionar los números, sus operaciones básicas, los símbolos y las formas de expresión y razonamiento matemático, tanto para producir e interpretar distintos tipos de información, como para ampliar el conocimiento sobre aspectos cuantitativos y espaciales de la realidad, y para resolver problemas relacionados con la vida cotidiana y con el mundo laboral. 3. Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico. Es la habilidad para interactuar con el mundo físico, tanto en sus aspectos naturales como en los generados por la acción humana, de tal modo que se posibilita la comprensión de sucesos, la predicción de consecuencias y la actividad dirigida a la mejora y preservación de las condiciones de vida propia, de las demás personas y del resto de los seres vivos. 4. Tratamiento de la información y competencia digital. Esta competencia consiste en disponer de habilidades para buscar, obtener, procesar y comunicar información, y para transformarla en conocimiento. Incorpora diferentes 5 habilidades, que van desde el acceso a la información hasta su transmisión en distintos soportes una vez tratada, incluyendo la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación como elemento esencial para informarse, aprender y comunicarse. 5. Competencia social y ciudadana. Esta competencia hace posible comprender la realidad social en que se vive, cooperar, convivir y ejercer la ciudadanía democrática en una sociedad plural, así como comprometerse a contribuir a su mejora. En ella están integrados conocimientos diversos y habilidades complejas que permiten participar, tomar decisiones, elegir cómo comportarse en determinadas situaciones y responsabilizarse de las elecciones y decisiones adoptadas. 6. Competencia cultural y artística. Esta competencia supone conocer, comprender, apreciar y valorar críticamente diferentes manifestaciones culturales y artísticas, utilizarlas como fuente de enriquecimiento y disfrute y considerarlas como parte del patrimonio de los pueblos. 7. Competencia para aprender a aprender. Aprender a aprender supone disponer de habilidades para iniciarse en el aprendizaje y ser capaz de continuar aprendiendo de manera cada vez más eficaz y autónoma de acuerdo a los propios objetivos y necesidades. 8. Autonomía e iniciativa personal. Esta competencia se refiere, por una parte, a la adquisición de la conciencia y aplicación de un conjunto de valores y actitudes personales interrelacionadas, como la responsabilidad, la perseverancia, el conocimiento de sí mismo, la autoestima, la creatividad, la autocrítica, el control emocional, la capacidad de elegir, de calcular riesgos y de afrontar los problemas, así como la capacidad de demorar la necesidad de satisfacción inmediata, de aprender de los errores y de asumir riesgos. Por otra parte, remite a la capacidad de elegir con criterio propio, de imaginar proyectos, y de llevar adelante las acciones necesarias para desarrollar las opciones y planes personales –en el marco de proyectos individuales o colectivos– responsabilizándose de ellos, tanto en el ámbito personal, como social y laboral. Inclusión de las competencias básicas en el currículo 6 Las finalidades educativas de la escuela en términos de competencias básicas implican cambios sustantivos en la actual forma de entenderla y de actuar. A priori no existe una relación directa entre la enseñanza de determinadas materias y el desarrollo de ciertas competencias; cada una de las áreas contribuye al desarrollo de diferentes competencias y, a su vez, cada una de las competencias básicas se alcanzará como consecuencia del trabajo en varias áreas o materias. El trabajo en las áreas y materias del currículo para contribuir al desarrollo de las competencias básicas implica modificar y coordinar: La organización y el funcionamiento de los centros y las aulas, La participación del alumnado, Las normas de régimen interno, El uso de metodologías y recursos didácticos, La acción tutorial, La planificación de actividades complementarias y extraescolares. 7