INICIATIVA QUE PRESENTA LA SENADORA MARÍA ELENA ORANTES LÓPEZ, INTEGRANTE DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL EN LA LXI LEGISLATURA DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN, LA QUE CONTIENE PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE REFORMAN Y ADICIONAN DIVERSOS ARTÍCULOS DE LA LEY GENERAL DE SALUD. La que suscribe, Senadora María Elena Orantes López, integrante del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional en la LXI Legislatura del H. Congreso de la Unión; con fundamento en lo dispuesto por los artículos 71, fracción II, y 72 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; así como los Artículos 55, fracción II, 56 y 62 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, someto a la consideración de esta Honorable Asamblea, la siguiente Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se reforman los artículos 81 y 271 y se adicionan los artículo 81-Bis y 469-Bis, todos ellos de la Ley General de Salud, al tenor de las siguientes Consideraciones En fuentes literarias se encuentran ejemplos elocuentes de la acepción ars como una sutil distinción entre lo que la naturaleza crea y el hombre “re-crea”, susceptible de aplicar a toda actividad humana que suponga una habilidad, destreza o pericia cuya adquisición dependa a la par de un conjunto de conocimientos especializados y de una práctica adquirida mediante el ejercicio de los mismos. Por su parte, una de las acepciones del término lex es la de reglas o principios de cualquier arte u oficio. En consecuencia, cada profesión tiene sus reglas y sus pautas de ejercicio para su buen hacer. La Lex Artis puede aplicarse en principio a cualquier actuación profesional, sien embargo en la actualidad casi con exclusividad viene a asociarse al desempeño de la actividad médico-sanitaria. Por tanto, la Lex Artis es hoy en día un término definitorio del correcto desempeño de la actividad médica. El médico y el profesional sanitario, para actuar dentro de la Lex Artis, deberán dominar las materias estudiadas en su carrera, es decir, tener los conocimientos necesarios y exigibles para poder ejercer la medicina y la enfermería sin temeridad y sin engaños al paciente, a fin de evitar llevar al enfermo a agravar su dolor o padecimiento, con peligro de su salud y de su propia vida. Los profesionales sanitarios deben renovar y actualizar sus conocimientos constantemente, al tiempo de utilizar todos los medios de diagnóstico a su alcance que crean adecuados, sabiéndolos interpretar y utilizar en beneficio del enfermo, sin caer en la práctica de la medicina defensiva y, prevaleciendo siempre, el criterio científico sobre el económico. Uno de los principios básicos de la bioética que debe regir la actuación médica, es proporcionar al enfermo el tratamiento indicado y nunca el contraindicado, con conocimiento de los efectos del mismo, y vigilando al enfermo durante su aplicación. En este sentido, todo profesional de la salud deberá seguir criterios suficientemente experimentados, internacionalizados y propios en el campo de la medicina que hayan comprobado científicamente beneficios terapéuticos, sin menoscabo de su criterio personal y como mejor conocedor de su paciente en el arte de su profesión. Los profesionales deberán seguir la máxima hipocrática donde se resume la Lex Artis, es decir, deberá tratar al enfermo como quisiera ser tratado el mismo. 1 Sobre Lex Artis, se han aportado diversas definiciones, entre las que destaca la del jurista español Luis Martínez Calcerrada que ha trascendido al común del derecho sanitario y ha servido para establecer el contexto generalmente aceptado: "El criterio valorativo de la concreción del correcto acto médico ejecutado por el profesional de la medicina -ciencia o arte médica- que tiene en cuenta las especiales características de su autor, de la profesión, de la complejidad y trascendencia vital del acto, y en su caso de la influencia en otros factores endógenos -estado e intervención del enfermo, de sus familiares o de la misma organización sanitariapara calificar dicho acto conforme o no con la técnica normal requerida, derivando de ello el acervo de exigencias o requisitos de legitimación o actuación lícita, de la correspondiente eficacia de los servicios prestados y, en particular, de la posible responsabilidad de su autor/médico por el resultado de su intervención o acto médico ejecutado". Este proyecto de Decreto busca en esencia que cada acto médico sea debidamente legitimado para que, en cualquier procedimiento médico, se sepa con claridad el deslinde de las responsabilidades es decir ¿Quién debe actuar? y ¿Cómo debe actuar? Cada acto precisa para su adecuada realización una ley que lo enjuicie, haciendo un balance final de la actuación del médico. Ahora bien, se suele entender por Lex Artis la observancia de las reglas propias de la profesión y, cuando se emplea la expresión lex artis ad hoc se completa dicho sentido –añadiéndosele (ad hoc)- de observancia de un comportamiento profesional con arreglo a las circunstancias específicas del caso, tomando en cuenta el modo, tiempo y lugar. La lex artis ad hoc es el término empleado generalmente en los tribunales cuando se presenta un conflicto de intereses para deslindar las responsabilidades de la praxis médica. Existen diferentes técnicas útiles para tratar cada caso planteado y, todas ellas, resultan igualmente válidas, por ello, es importante determinar cuál es la que resulta correctamente aplicable al caso específico, partiendo de la base de que no siempre el criterio será unívoco al existir diversas técnicas válidas y correctas conforme a la Lex Artis en función de los conocimientos de la ciencia y del estado del saber. Con la instauración de los protocolos de actuación, se establecen pautas seriadas de diagnóstico y tratamientos terapéuticos que resultan especialmente útiles, no sólo para acreditar la correcta o incorrecta actuación médica, sino porque además, facilitan la concreción de la Lex Artis de cada caso, es decir, la lex artis ad hoc. Llegados a este punto, es pertinente entonces, destacar la regulación o principios con los que deben actuar los médicos, enfermeras, anestesiólogos, radiólogos, dentistas, entre otros profesionales de la salud dentro del sistema jurídico mexicano, con el propósito de evaluar la correcta o inadecuada prestación de servicios de atención médica. En este sentido, el Artículo 9º del Reglamento de la Ley General de Salud en materia de prestación de servicios de atención médica, señala: La atención médica deberá llevarse a efecto de conformidad con los principios científicos y éticos que orientan la práctica médica. Por su parte, el Artículo 2º del Reglamento de procedimientos para la atención de quejas médicas y gestión pericial de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, expresa a la letra lo siguiente: PRINCIPIOS CIENTIFICOS DE LA PRÁCTICA MEDICA (LEX ARTIS MEDICA).- El conjunto de reglas para el ejercicio médico contenidas en la literatura universalmente aceptada, en las cuales se establecen los medios ordinarios para la atención médica y los criterios para su empleo; 2 PRINCIPIOS ÉTICOS DE LA PRÁCTICA MEDICA.- El conjunto de reglas bioéticas y deontológicas universalmente aceptadas para la atención médica; Como vemos, estas definiciones y principios son insuficientes en nuestro sistema jurídico para orientar la práctica médica conforme a la lex artis ad hoc. Por ello, la Ley General de Salud debe de contemplar una adecuada definición de la lex artis ad hoc que en México se integra por: a) La literatura magistral. La empleada en las instituciones de educación superior para la formación del personal de salud. b) La biblio-hemerografía indexada. Es decir, la contenida en publicaciones autorizadas por comités nacionales especializados en indexación y homologación biblio-hemerográfica o instituciones ad hoc. c) Las publicaciones emitidas por instituciones ad hoc, en las cuales se refieran resultados de investigaciones para la salud. d) Las publicaciones que demuestren mérito científico y validez estadística. e) Los criterios que, en su caso, fije la Secretaría de Salud. f) Los criterios interpretativos de la lex artis ad hoc emitidos por la Comisión Nacional de Arbitraje Médico. g) La Farmacopea de los Estados Unidos Mexicanos (que resulta obligatoria, en términos de los artículos 224 y 258 de la Ley General de Salud.) h) Los diccionarios de especialidades farmacéuticas debidamente autorizados por la Secretaría de Salud. i) Los criterios emitidos por las comisiones ad hoc autorizadas por la Secretaría de Salud (comisiones de investigación, ética y bioseguridad; y de igual suerte los comités internos de trasplantes). Luego entonces, no todas las publicaciones sobre medicina tienen el sustento necesario para ser consideradas por fuentes de Lex Artis. Asimismo, se pondera que para la fijación de la Lex Artis, también concurren elementos de deontología médica (Ciencia o tratado de los deberes. Deontos, deber y logos, tratado). Por otra parte, la deontología se encuentra íntimamente relacionada con la Bioética, por tanto, conviene hacer algunas referencias de esta disciplina. a) Principios de beneficencia y no maleficencia: primum non nocere, es decir, primero no dañar. Se reconoce bajo el principio “garantía constitucional de protección a la salud”. Expresa de manera positiva la actitud y la obligación del personal de salud en buscar el bien del otro y evitar conductas dañinas a la salud y la vida. b) Principio de autonomía: reconoce a toda persona capaz de elegir; de ejercer un derecho de opción y decisión, es decir, un derecho subjetivo, pues tal es el corolario de los derechos de libertad. Se ha establecido el modelo de autonomía combinada en el ejercicio médico; en él coinciden dos libertades: la prescriptiva (del profesional de la salud) y la terapéutica (del paciente). 3 En el contexto de tales libertades se encuentra incluido el derecho de objeción de conciencia. c) Principio de razonable seguridad. En el acto médico el beneficio esperado siempre deberá ser mayor, respecto del riesgo latente. d) Principio de información. El paciente y, en su caso, su representante legal, deben ser informados del efecto adverso, de los signos de alarma y de las prevenciones especiales para el empleo de insumos para la salud. e) Principio de justicia. Se expresa la convicción y la regla de general comportamiento a fin de respetar los derechos de las personas dentro de una igualdad fundamental. Obliga a: Tratar a los pacientes según el axioma "casos similares exigen un tratamiento similar”. La atención médica debe ser asequible a todos. Es obligación del Estado elevar el nivel de salud de la población. f) Principio de sustentación clínica. El empleo de un insumo o de técnicas y procedimientos médicos siempre deberá referirse a condiciones clínicas demostradas y a la evidencia científica disponible en el momento de la atención. g) Principio de participación. Al establecer el esquema o régimen de atención, se habrán de ponderar las preferencias, características y hábitos del paciente, siendo ello técnicamente posible. h) Principio de formalidad. En la atención médica y especialmente en la prescripción de insumos para la salud habrán de respetarse las formalidades establecidas en las normas sanitarias (Reglamento de Insumos para la Salud). i) Principio de buena fe o in dubio pro médico. Los actos de atención médica se entienden realizados de buena fe y en ánimo de curar, salvo prueba en contrario. La prueba de la mala práctica recae en el paciente, sus representantes o de la autoridad correspondiente. Adicionalmente se contempla la doctrina del doble efecto: • Se actualiza cuando al realizar una acción, además del efecto que se persigue se presenta uno que deviene al primero. • Para que sea lícito realizar una acción de la que se siguen dos efectos, uno bueno de modo directo y de ella, se sigue un efecto que no se pretende. Requisitos de licitud: • Acción sea neutra o buena en sí misma. • El efecto bueno sea primero o simultáneo. • Que la intención sea buena. • Proporción razonable a la gravedad del daño que permita el efecto bueno requerido. 4 Riesgo inherente: 1. El paciente, por circunstancias de hecho enfrenta los efectos colaterales de su enfermedad. 2. De no atenderse deberá afrontar, sin modificación alguna, la historia natural de la enfermedad. 3. En ánimo de curar puede asumir los riesgos (efecto adverso) del tratamiento siempre que el beneficio sea mayor y exista la debida sustentación médica. 4. Deberá existir razonable seguridad. Resultados de la evaluación del acto médico: 1.- Buena práctica. 2.- Mala práctica sin relación causal. 3.- Mala práctica con relación de causalidad al evento adverso. 4.-Responsabilidad institucional En síntesis, este proyecto de Decreto busca crear las bases jurídicas que permitan destacar la regulación o principios con los que deben actuar los médicos para evitar la pervivencia de charlatanes y pseudomédicos que causan riesgos para la salud y la economía de los pacientes. Lo anterior, cubriendo un vacío legal que permita reducir las deficiencias en el Sistema Nacional de Salud que provocan perjuicios en la salud de la población y que derivan en procedimientos o intervenciones quirúrgicas mal practicadas, o en tratamientos médicos a partir de “medicamentos milagro” que no han demostrado científicamente su efecto preventivo, terapéutico o rehabilitatorio. Una de las ramas de la medicina que presenta mayor cantidad de fraudes por ser una de las actividades que más se practica en la actualidad, es la de los actos de cirugía plástica, estética y reconstructiva. Es por ello que este proyecto de Decreto hace especial énfasis en esta rama de la medicina, ya que representa una de las actividades donde la charlatanería médica ha crecido y encontrado espacios de actuación para los cuales no existe una regulación legislativa adecuada y que ha provocado prácticas ilícitas que ponen en peligro la salud y la vida de muchas personas, al ser sometidos con engaños, a inyecciones de sustancias modelantes que prometen mejorar la apariencia de la cara, el volumen de los senos o de los glúteos y piernas. Por lo antes expuesto y fundado, me permito someter a la consideración de esta Asamblea la siguiente Iniciativa con proyecto de DECRETO POR EL QUE SE REFORMAN LOS ARTÍCULOS 81 Y 271 Y SE ADICIONAN LOS ARTÍCULOS 81-BIS Y 469-BIS, TODOS ELLOS DE LA LEY GENERAL DE SALUD. Artículo Único: Se reforman los artículos 81 y 271 y se adicionan los artículos 81-bis y 469-bis, todos ellos de la Ley General de Salud, para quedar como sigue: Artículo 81. Las autoridades educativas registrarán los certificados de especialización en las disciplinas para la salud que expidan las instituciones de enseñanza superior, las instituciones de salud reconocidas oficialmente, y los consejos de especialidad que tengan declaratoria de idoneidad de la Academia Nacional de Medicina o la Academia Mexicana de Cirugía, según corresponda a la especialidad de que se trate, y tengan, así mismo, la opinión favorable del Comité Normativo Nacional de Consejos de Especialidades Médicas. 5 El citado Comité Normativo emitirá su reglamento interno, será coordinado por la Secretaría de Salud y en él participarán los representantes del Consejo de Salubridad General de la República, la Secretaría de Educación Pública, la Universidad Nacional Autónoma de México, las citadas academias y los propios consejos que fije su reglamento interno. Para el ejercicio de las especialidades médicas se requiere del certificado de especialidad expedido por las instituciones o consejos previstos en el párrafo primero del presente artículo y la cédula de especialista expedida por las autoridades educativas correspondientes. Artículo 81 BIS. Son fuentes oficialmente reconocidas para la integración de la lex artis ad hoc del ejercicio médico: I. Los Literatura magistral empleada oficialmente en las instituciones de educación superior para la formación del personal de salud; II. La biblio-hemerografía indexada. Es decir, la contenida en publicaciones autorizadas por comités nacionales o internacionales especializados en indexación y homologación bibliohemerográfica; III. Los criterios oficiales de la Secretaría de Salud; IV. Las publicaciones oficiales emitidas al respecto por los institutos nacionales de salud, el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado el Instituto de Seguridad y las instituciones ad hoc oficialmente reconocidas por la Secretaría de Salud, en los cuales se refieran resultados de consenso; V. Los criterios interpretativos de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico; VI. La Farmacopea de los Estados Unidos Mexicanos; VII. y Los diccionarios de especialidades farmacéuticas autorizados por la Secretaría de Salud, VIII. Los criterios de consenso emitidos por los consejos de especialidades médicas a que se refiere el artículo anterior. Artículo 271. Los productos para adelgazar o engrosar partes del cuerpo o variar las proporciones del mismo, así como aquellos destinados a los fines a que se refiere el artículo 269 de esta Ley, que contengan hormonas, vitaminas y, en general, substancias con acción terapéutica que se les atribuya esta acción, serán considerados como medicamentos y deberán sujetarse a lo previsto en el Capítulo IV de este Título. Los actos de cirugía plástica, estética y reconstructiva, y especialmente los de atención médica a la obesidad, sólo podrán efectuarse en establecimientos o unidades médicas con licencia sanitaria vigente, atendidos por especialistas acreditados conforme lo establecido en el artículo 81 de esta Ley. Se entenderá que existe mala práctica médica cuando los procedimientos respectivos no se ajusten a las fuentes de lex artis ad hoc oficialmente reconocidas, en términos del artículo 81 BIS de esta Ley. Artículo 469 BIS. Se sancionará con pena de uno a ocho años de prisión, a quien incurra en fraude a la salud. Comete el delito de fraude a la salud el que en ánimo de lucro: IX. Simule actos de atención médica; 6 X. Introduzca al territorio nacional, anuncie, expenda, distribuya o suministre insumos que el público pueda asociar a la atención de enfermedades, cuando no esté científicamente demostrado su efecto preventivo, terapéutico o rehabilitatorio. Independientemente que se trate de productos naturales, tecnológicos o industrializados; XI. Promueva, realice o participe en la realización de técnicas y procedimientos a los que se atribuya o asocie naturaleza diagnóstica, terapéutica o rehabilitatoria, cuando no exista sustento científico debidamente demostrado mediante investigación clínica en seres humanos. En todo caso, se entenderá que no existe sustento científico cuando la técnica o procedimiento no se sustente en las fuentes previstas en el artículo 81 BIS de la presente Ley; XII. Sin ser personal profesional, técnico o auxiliar de las disciplinas para la salud y sin causa legítima o permiso de la autoridad sanitaria, realice actos que el público pueda asociar a la atención de enfermedades; XIII. Sin ser personal profesional, técnico o auxiliar de las disciplinas para la salud y sin causa legítima o permiso de la autoridad sanitaria, participe en actos que puedan ser tenidos como de investigación para la salud, o XIV. Introduzca al territorio nacional, anuncie, expenda, distribuya o suministre al público insumos secretos o fraccionados. Lo anterior sin perjuicio de que en cada caso se establezca indefectiblemente por la autoridad judicial que instruya el proceso, la condena en daños y perjuicios a favor del paciente afectado. Artículos Transitorios Único.- Las reformas del presente Decreto entrarán en vigor el día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. Dado en el Salón de Sesiones del Senado de la República, a los 29 días del mes de septiembre de 2009. S u s c r i b e, Sen. María Elena Orantes López 7