Sobre la flexibilización de los costes de financiación de la

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SOBRE LA FLEXIBILIZACIÓN DE LOS COSTES DE FINANCIACIÓN DE LA
MODERNIZACIÓN DE REGADÍOS Y ABARATAMIENTO DE LOS COSTES
ENERGÉTICOS.
Enmienda a la 3ª Ponencia sobre “Problemática de la modernización de
regadíos” de José Eugenio Naranjo Chicharro
Por Emilio Rubio Calvo
Tesorero de la Comunidad General de Riegos del Alto Aragón
Sintetiza la Ponencia del Sr. Naranjo la evolución normativa sobre
la modernización de regadíos, la ejecución de programas y su resultado, y
expone su opinión sobre las líneas que debe seguir la modernización del futuro,
con base en la experiencia obtenida, lo que es muy de agradecer. Se echa de
menos, dicho sea con todo respeto, alguna valoración de la actuación de las
SEIASAs, dada la heterogeneidad de los proyectos ejecutados y la conflictividad
producida con algunas empresas contratistas.
Siempre en mi opinión, ha faltado un criterio claro sobre lo que
debe entenderse por modernización para evitar que quede en obsolescencia lo
realizado en unas pocas décadas, y también una instrucción administrativa que
permitiera conocer con nitidez la opinión del Ministerio en cuestiones que han
sido básicas, como pueda ser la del telecontrol u otras. Comprobado que el
telecontrol ha fallado en muchos proyectos, debieran haberse evitado gastos en
otros hasta que se tuviera garantía de su correcto funcionamiento, instrucciones
relativas a construcción de balsas enfocadas a su explotación, especialmente lo
que se refiere a limpiezas y mantenimiento, programas homologados de
gestión, confección de un GIS como herramienta de trabajo etc. El resultado es
que se han hecho muchos proyectos muy dispares entre sí, con materiales y
calidades muy diferentes también, lo que dificulta las labores de conservación.
En nuestra opinión, el Ministerio no debe limitarse a financiar y dejar hacer a las
SEIASA’s, sino que tiene un papel protagonista de primer orden y debe tutelar la
transformación, especialmente en aspectos ambientales y energéticos, y
procedimentales para evitar los muchos recursos y problemas producidos. Las
Comunidades agradecen el esfuerzo de financiación realizado, pero es probable
que se haya pecado de improvisación en algún caso, y es necesario consensuar
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protocolos de actuación para nuevas modernizaciones y de gestión que
permitan avanzar en la dirección adecuada.
Insisto en dos cuestiones que considero son básicas y que exigen
una respuesta clara por parte del Congreso y del propio MARM: la adecuada
financiación de las modernizaciones y su tratamiento fiscal, y el imprescindible
abaratamiento de costes energéticos.
Los especialistas en economía siempre han advertido de la
excesiva dependencia exterior de la economía española, que no tiene los rasgos
de estabilidad de otros países europeos. Lejos de ir hacia una convergencia con
el desarrollo del Derecho económico de los Estados miembros, el Estado de las
Autonomías ha propiciado que se ponga en tela de juicio el principio de igualdad
en materia económica, como puede observarse en la financiación de las
modernizaciones incluidas en el Plan Nacional de Regadíos en los diversos
territorios de España, con el resultado de que proyectos de modernización
similares, ejecutados por una misma SEIASA en zonas regables de interés
general del Estado pero situados en distintas Comunidades Autónomas, tienen
diferente trato a la hora de repercusión de costes a los regantes. Ello es difícil de
entender por los regantes que ven roto el principio de solidaridad respecto a la
organización del Estado (art. 138 de la CE). Se argumentará que estamos en un
Estado de las Autonomías y que ello es inevitable, pero de contrario podrá
matizarse que es labor del Ministerio establecer los mecanismos
compensatorios para tratar de que los agricultores españoles de regadío,
tengan un trato lo más parecido posible a fin de evitar agravios comparativos.
No se comprende muy bien por las Comunidades de Regantes que
sean sujeto final a efectos de IVA, en proyectos de modernización cuya
titularidad es de una SEIASA que lleva a cabo una actividad empresarial. En
algunas Regiones fuera de objetivo 1, pudieron recibir un 17% de subvención
del antiguo FEOGA y han tenido que soportar el 16% de IVA, por lo que las
ayudas a fondo perdido han sido más bien reducidas. Las Comunidades lo son
de usuarios, no sólo de regantes y lo cierto es que muchos titulares de
industrias, explotaciones agropecuarias, e incluso abastecimientos de población,
solicitan que se desglose el IVA para su posible compensación o repercusión. Los
costes de explotación, especialmente los derivados del precio de la energía,
conllevan un IVA especialmente gravoso para las Comunidades. Habría que
analizar el posible alcance confiscatorio que pudiera tener el trato fiscal
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aplicado a las modernizaciones, especialmente cuando el mercado agrario no
admite que los agricultores puedan trasladar al precio del producto los insumos
que han tenido. Sencillamente, con los precios actuales de mercado son muy
difíciles de asumir los costes de modernización en determinados regadíos. El
ahorro de agua y la mejora de calidad de los retornos y garantía de los caudales
mínimos en los ríos a costa de los actuales concesionarios, en muchos casos,
justificaría una mayor ayuda a la modernización.
Los diseños de los Proyectos de Modernización no siempre han
procurado la mayor reducción posible de costes energéticos, especialmente
fuera de campaña de riego en los que deben servirse pequeños volúmenes para
reposición de balsas o suministros puntuales de abastecimiento u otros. En
algunos casos, es impensable poner en marcha un gran equipo de bombeo para
servir un pequeño caudal de agua. Creo además que no se ha sopesado
correctamente la política energética anunciada por el Ministerio de Industria,
prueba de ello son las valoraciones económicas que figuran en los proyectos
relativas a los costes energéticos, admitidas por SEIASA y, en no pocos casos, se
han tenido que hacer a posteriori nuevas infraestructuras y mayores costos para
tratar de reducir la dependencia energética, sin que se haya hecho un estudio
global que permitiese agrupar Comunidades de usuarios vecinas o beneficiar a
un gran territorio.
Debe presionarse con todo rigor en el Ministerio de Industria para
que flexibilice la contratación de energía en el regadío, admitiendo varias
contrataciones del término potencia dentro de una misma anualidad, una
dentro de campaña de riego y otra distinta fuera de la misma. No pueden
alegarse problemas por las distribuidoras porque no los hay, y es algo que debe
comprender el Ministerio de Industria.
No son pocas las Comunidades que han modernizado que ven
exagerados los costes de explotación que pretenden percibir las SEIASAs. Sería
oportuno que por parte del MARM se arbitrasen los mecanismos adecuados
para que las Comunidades puedan hacer la conservación y explotación, con
arreglo a unos Protocolos que aseguren el correcto funcionamiento de las obras
e instalaciones.
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Nación:
Por todo ello proponemos al Congreso que pida al Gobierno de la
a) Que la financiación de la modernización sea lo suficientemente
flexible para que pueda ser asumida por los regantes, que dependen de un
mercado agrario que debe reactivarse con urgencia.
b) Que la legislación relativa a costes de electricidad tenga en
cuenta la temporalidad del consumo por las Comunidades de Regantes que han
contribuido a la electrificación de amplios territorios, entregando las líneas en
propiedad a las compañías distribuidoras, para que puedan adaptar las
contrataciones de potencia en función de su campaña de riego.
d) Que se asegure la prioridad de las Comunidades de Regantes
para explotar las infraestructuras de las que son usuarias, propiedad de las
SEIASAs, acorde con lo previsto en la legislación de aguas para las
infraestructuras hidráulicas de regadío construidas por el Estado.
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