Actualización para la misión. Tema 5. El laico y su función corresponsable en la misión. Objetivo promover la participación de los laicos en la vida y misión de la Iglesia como lo exige su condición eclesial, y Animar a toda la comunidad eclesial y en particular a los laicos a impulsar una nueva evangelización en la Arquidiócesis de Cali con miras a la misión permanente. Iniciamos con la Lectura del Evangelio de Juan 17 1. La Iglesia es COMUNIÓN (LG) (Jn 17,11. 22-23) La Iglesia es, en Cristo, el sacramento de unión con Dios y de la unidad de todo el género humano (LG 1). Con otras palabras: la comunión eclesial se fundamenta en la unidad de Dios y la revela. 2. La Iglesia es MISIÓN (GS) (Jn 17,18) La Iglesia no vive para sí: está al servicio del Reino de Dios (RM 20). La Iglesia existe para evangelizar (EN 14). Esta misión es responsabilidad de todos los miembros de la Iglesia. Los laicos participan de la misión de la Iglesia y son ellos mismos misioneros. 3. La Iglesia es COMUNIDAD MISIONERA (CHL) (Jn 17,21). Los laicos no solo pertenecen a la Iglesia, sino que son la Iglesia (CHL, 9). Por el bautismo los laicos a su modo participan de las tres funciones de Cristo: enseñar, santificar y gobernar, lo que subraya su condición eclesial, su pertenencia a la Iglesia (CIC C. 204). Por eso, la "entera Iglesia", y cada una de nuestras Iglesias particulares, no está plenamente constituida si, junto a los obispos, sacerdotes y religiosos, no existe un laicado adulto y corresponsable (Cfr. AG 21). La corresponsabilidad es, sin duda, una de las exigencias y expresiones más significativas de la comunión. 4. El sacerdocio común (LG) (Rm 12,1) Los bautizados son consagrados como casa espiritual y sacerdocio santo. El sacerdocio común y el sacerdocio ministerial, aunque difieren esencial y no solo gradualmente, se ordenan el uno al otro, pues cada uno participa de modo peculiar del sacerdocio de Cristo. Los fieles lo ejercen con la recepción de los Sacramentos, la oración y acción de gracias, en el testimonio de una vida santa, con la abnegación y la caridad activa (LG 10). 5. Los laicos cristianos – Iglesia en el mundo (LG-GS) (Jn 17,15.21.23) la condición eclesial de los laicos, su pertenencia y participación en la vida y misión de la Iglesia, está caracterizada por su "índole secular". (GS 43). Los laicos viven en el mundo, en las condiciones ordinarias de la vida familiar y social. Y son llamados por Dios para santificar el mundo desde dentro, a modo de fermento (LG 31). El campo propio de su acción evangelizadora es el mundo vasto y complejo de la política, de lo social, de la economía, de la cultura, de las ciencias y de las artes, etc. (EN 70). Es urgente y necesario acentuar esta dimensión. Sin olvidar que la corresponsabilidad de los laicos comprende la edificación de la comunidad eclesial y su acción evangelizadora en la sociedad civil (LG 33). 6. La formación de los laicos debe contribuir a una espiritualidad laical: a la unidad de vida, a una vida según el espíritu en el mundo. Las asociaciones de laicos son a un tiempo realizaciones de la Iglesia, comunidades evangelizadas y evangelizadoras. 7. Los laicos cristianos son Iglesia: miembros de la comunidad eclesial y ciudadanos de la sociedad civil, inseparablemente. Son el "alma de la sociedad” (Cfr. Carta a Diogneto). Son, Iglesia en el mundo. Viven aquella unidad y distinción característica de lo católico, de la Iglesia, de Jesucristo. 8. Los propios laicos han de tomar conciencia de la dignidad derivada del bautismo por el que son hechos hijos de Dios, miembros de Cristo y templos del Espíritu Santo, y han de asumir el compromiso de participar en la vida y misión de la Iglesia como miembros corresponsables según su peculiar dimensión secular (CHL 10). 9. Los cristianos laicos, han de participar activamente en la triple tarea evangelizadora: profética, litúrgica y caritativo-social. Han de confesar la fe y denunciar las injusticias (LG 35); ofrecerse a sí mismos y su actividad (LG 34); servir al Reino de Dios promoviendo la dignidad de la persona, la justicia, la verdad, la paz, la solidaridad con los pobres... (CHL 14). LG Concilio Vaticano II, Lumen Gentium (1964). GS Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes (1965). RM Juan Pablo II, Encíclica Redemptoris Missio (1990). EN Pablo VI, Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi (1975). CHL Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Christifideles Laici (1988). CIC CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO (1983). AG Concilio Vaticano II, Ad Gentes (1965). Carta a Diogneto obra de la apologética cristiana, escrita, quizás, en las postrimerías del siglo II.