Ser astrónomo es una profesión divertida Problema que nadie

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U Gaceta
• 13 de diciembre de 1999
n i v e r s i t a r i a
CIENCIA
Juan Francisco Carrillo
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La arquetípica imagen del astrónomo vestido
de negro, con sombrero de pico largo en punta
y luenga barba, que todas las noches solitario
observa el cielo a través de las lentes de su
telescopio en busca de nuevos hallazgos, es
sustituida ahora por la del hombre que analiza
información, elabora modelos teóricos, escribe
en publicaciones científicas, viaja de un lado para
otro, dicta conferencias y, sobre todo, pasa
mucho tiempo detrás de una computadora.
Lo que no ha podido ser reemplazado a lo
largo de la historia, señala John Peter Phillips,
investigador del Instituto de Astronomía y
Meteorología, de la Universidad de Guadalajara,
es la intensa preparación requerida para este
trabajo, ya que el profesional en esta ciencia
necesita obtener "grado en física y matemáticas
con nivel licenciatura y maestría, seguidas de
un doctorado en astronomía y dominar por lo
menos el inglés, porque la competencia en esta
área es mucha".
Pero sobre todo, "el astrónomo debe tener
una férrea disciplina, amar su trabajo a
profundidad y no estar interesado de manera
primordial ni en la fama, ni en el dinero. Es más,
debe contemplar la posibilidad de encontrarse
sin trabajo a los 35 ó 40 años de edad, por las
pocas plazas que existen en esta profesión".
Suelta una generosa carcajada cuando se
le pregunta si ser astrónomo es sinónimo de
aburrimiento. "Qué interesante pregunta",
contesta moviendo la cabeza este robusto
astrónomo inglés, avecindado en Guadalajara
desde hace tres años. "No, para nada. Para mí
o para otras personas, esta área es fascinante,
ya que constituye un fértil y amplio campo de
investigación. Esa es la razón por la que existen
muchos que quieren estudiar esta ciencia".
Hay doscientas áreas de aplicación en
astronomía, entre las que destacan la cosmología,
la investigación de otras galaxias, el estudio de
los satélites, los vientos solares, el efecto de los
planetas sobre la tierra, como el caso de Venus;
la arqueoastronomía y los descubrimientos que
realizaron las culturas antiguas.
"Para quien no conoce la astronomía, ésta
puede parecerle aburrida. Para nosotros es muy
interesante".
Esta ciencia es una aventura interminable,
porque hay preguntas que interesa resolver,
como por ejemplo la eterna cuestión de si hay
vida en otras partes del cosmos o qué son los
agujeros negros, cómo se formó el universo.
Aunque estas son algunas de las cuestiones
que entusiasman a los astrónomos, no le molesta
que le pregunten sobre la existencia de ovnis,
porque "en México muchas personas creen en
la existencia de estos y en los extraterrestres".
Son varias las ideas erróneas con respecto a
las actividades que realiza un astrónomo. Por
ejemplo, que su interés principal
está localizado en los planetas. No
es verdad. Un profesional de esta
área se preocupa por el estudio
de las galaxias, incluida la nuestra.
Otra idea errónea es creer
que el astrónomo siempre utiliza
el telescopio, que mira el cielo
todo el tiempo y que observa
los cuerpos celestes de manera
directa.
"Por lo regular un astrónomo
utiliza un telescopio solo dos
semanas por año. Esto si es
especialista en observación y si
tiene suerte de hacerlo, ya que el
tiempo disponible para tener
acceso a los grandes telescopios,
es ínfimo. Hay miles de solicitudes
para mirar a través de ellos. Por
ejemplo, se viaja al otro lado de
la tierra, Hawaii, donde hay
muchos, para conseguir uno por
un par de noches".
El astrónomo suele estar
obsesionado por su trabajo, como
cualquier científico serio. "Requiere
silencio, mucha concentración,
paciencia, laborar por horas. Más
bien quien sufre o se aburre en esta
área, son sus esposas".❖
MIGUEL SÁNCHEZ
Ser astrónomo es una profesión divertida
Esta ciencia es una aventura interminable
CULTURA
Problema que nadie quiere ver
para
muchas
instituciones. Sin
embargo, pocos
tomaban
en
cuenta el aspecto
cultural de este
fenómeno.
A los niños de
la calle les podemos
atribuir
una
subcultura bien
definida, no porque
estén por debajo de
la nuestra, sino
porque cuentan
con valores y
cultura propia,
entendida como la
forma de ser, sentir y pensar de un individuo.
Ellos son presa más fácil de sectas y
corrientes religiosas que los pueden abarcar, a
causa de la facilidad de abordaje que presentan
y la avidez de cariño que se acentúa en estos
pequeños".
En Guadalajara, a diferencia de otras
ciudades, existe una mayor proporción de
niños que viven en la calle, pero que tienen un
hogar en el que aportan dinero para ayudar
en la subsistencia de su hogar. Otra parte de
este grupo hace de ella su hábitat, es decir,
uno de cada diez no tienen familia, por lo tanto,
viven, comen y duermen en las calles.
ADRIANA GONZÁLEZ
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Son presa más fácil de sectas y corrientes religiosas
Mariana
González
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Una de las problemáticas que aqueja a la
sociedad de nuestros días, son los niños de la
calle, quienes por una moneda hacen hasta lo
impensable.
Hacia ellos se encamina la línea de
investigación del doctor Jaime Raúl Parra,
investigador del Departamento de Desarrollo
Social, del Centro Universitario de Ciencias
Sociales y Humanidades, quien a lo largo de
un año realizó un estudio que da a conocer el
nivel cultural de los niños de y en la calle.
Este tema no es nuevo y ha sido prioritario
Esto no quiere decir que todos los que
cuentan con familiares tengan problemas de
desintegración o carencia de valores. Hay casos
en los que tienen los recursos necesarios, pero
los niños salen a buscar más dinero o por la
satisfacción que les proporciona ese ambiente.
"Una de las sorpresas que proporcionó esta
investigación es que la mayoría de estos niños
valora más la educación como un medio de
superación, que el niño en condiciones
normales", afirma el investigador, "ya que estos
lo ven como una rutina obligatoria que la familia
exige".
A pesar de la realidad que viven, no confían
en las instituciones que se supone les brindan
ayuda y su intervención la consideran un
beneficio transitorio. Saben que hoy les
proporcionan un poco de alimento y mañana
de seguro los olvidarán. Por ello no quieren
vivir en albergues, ni desean sentirse presos
de alguien.
La mayoría de los miembros de este grupo
afirman no estar en desventaja, sino que
conceptualizan el mundo de otra forma, es
decir, que los elementos de su entorno no les
permiten explotar su potencial.
Parra Estrada explica que su grado de
esperanza es muy alto y sienten que la sociedad
tiene un compromiso con ellos, ya que no se
consideran culpables de vivir en esas
condiciones. La mayoría desea salir algún día
de ese medio.
Los más de cuatro mil niños que
aproximadamente existen en la calle, necesitan
que la sociedad reconozca que sus acciones
están dispersas y a veces son improductivas,
además de admitir que este problema es
responsabilidad de todos.
Para ayudar a estos niños se deben
conjuntar los esfuerzos de instituciones y
organismos que eviten que el número de
pequeños que viven en la calle siga
aumentando.❖
UNIVERSIDAD DE
GUADALAJARA
El personal del Archivo
Histórico se une con afecto y
respeto a la pena que
embarga al licenciado
J. Vicente Zuno Arce,
por el sensible fallecimiento
de su apreciable hermana,
gran mujer y excelente
mexicana, la señora
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