V CURSO DE ACTUALIZACIÓN DE LAS EPILEPSIAS Canales iónicos y epilepsia J.A. Armijo, I. de las Cuevas, J. Adín ION CHANNELS AND EPILEPSY Summary. Objective. We review the role of ligand-gated ion channels and voltage-gated ion channels as a substrate for the epileptogenesis and as targets in the development of new antiepileptic drugs. Development. Voltage-gated calcium channels are involved in the release of neurotransmitters, in the sustained depolarization-phase of paroxysmal depolarisation shifts (PDS), and in the generation of absences; they are also the genetic substrate of generalized tonic-clonic convulsions and absence-like pattern seen in some mice. The voltage-gated potassium channel has been implicated in the hyperpolarization-phase of PDS, it is the genetic substrate of the long QT syndrome, benign neonatal epilepsy, and episodic ataxia/myokymia syndrome, and it is the target of some antiepileptic drugs which activate this channel. The voltage-gated sodium channel is the target of most of the classical and newer antiepileptic drugs; it is also the substrate for generalized epilepsy with febrile seizures plus. The sodium channel of the nicotinic acetylcholine receptor is the substrate for nocturnal frontal lobe epilepsy. The sodium channels of the AMPA and KA glutamate receptors have been proposed as substrate for juvenile absence epilepsy and are a target for new antiepileptic drugs which inhibit it. The calcium channel of the NMDA glutamate receptor has been implicated in the sustained depolarization-phase of PDS and in epileptogenesis after kindling and is a main target for new antiglutamate drugs. The chloride channel of the GABAA receptor is responsible for the rapid hyperpolarization of PDS, it has been involved in epileptogenesis after kindling, it may be the substrate of the Angelman syndrome, and it is activated by many classical and new antiepileptic drugs. Conclusion. The knowledge of the role of the ion channels in the epilepsies is allowing the design of new and more specific therapeutic strategies. [REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-41] [http://www.revneurol.com/30S1/iS10025.pdf] Key words. Antiepileptic drugs. Channelopathies. Epilepsy. Ion channels. INTRODUCCIÓN La pasada década ha supuesto un avance importante en el conocimiento de la composición molecular y de la función de los canales iónicos. Estos canales son críticos para la función del cerebro, corazón y músculo, por lo que, teóricamente, un defecto en las proteínas que los forman o la alteración farmacológica de su actividad puede alterar de forma importante la función de estos órganos excitables. Los canales iónicos representan una clase heterogénea de complejos proteicos responsables de la generación y mediación de señales de y entre membranas celulares excitables. Suelen denominarse en función de la permeabilidad y selectividad para iones (p. ej., canal de sodio o cloro) y responden a cambios en el potencial de membrana, a ligandos extracelulares y a segundos mensajeros. Son ejemplos de canales iónicos dependientes de voltaje los canales de calcio, potasio y sodio. Ejemplos de canales relacionados con ligandos extracelulares son el canal de sodio ligado al receptor nicotínico, el canal de calcio ligado al receptor glutamérgico N-metil-D-aspártico (NMDA) o el canal de cloro relacionado con el receptor del ácido γ-aminobutírico A (GABAA). Un ejemplo de canal ligado a un segundo mensajero es el canal de calcio ligado a inositol-trifosfato. Los canales iónicos desempeñan un papel importante en la epilepsia, tanto en su fisiopatología como en el mecanismo de acción de los antiepilépticos. Las alteraciones de los canales iónicos pueden ser causa o sustrato tanto de las epilepsias idiopáticas como adquiridas. Pero, además, cumplen un papel relevante en la Recibido: 13.03.00. Aceptado: 03.05.00. Servicio de Farmacología Clínica. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Universidad de Cantabria. Santander, España. Correspondencia: Prof. Juan A. Armijo. Servicio de Farmacología Clínica. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Avda. de Valdecilla, s/n. E-39008 Santander. Fax: +34 94234 7411. E-mail: facasj@humv.es 2000, REVISTA DE NEUROLOGÍA REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 sincronización y propagación de las descargas que producen las crisis, independientemente de la causa que las provoque [1-3]. La función de los canales iónicos en el mecanismo de acción de los antiepilépticos y, por lo tanto, en el desarrollo de nuevos antiepilépticos ha evolucionado en consonancia con la relevancia que se ha ido otorgando a estos canales iónicos en la fisiopatología de las epilepsias. De los inhibidores de los canales de sodio dependientes de voltaje se ha ido pasando a fármacos que facilitan la acción del GABA sobre el canal de cloro y fármacos que inhiben el efecto del glutámico sobre el receptor NMDA. En la actualidad, se han abierto nuevas perspectivas de fármacos que activan canales de potasio dependientes de voltaje, que antagonizan el receptor AMPA y KA o que inhiben el receptor GABAB [4-7]. CANALES IÓNICOS Y EPILEPSIAS GENÉTICAS HUMANAS Cada vez disponemos de más datos que sugieren que las epilepsias idiopáticas, tanto generalizadas como localizadas, tienen un sustrato genético. La identificación de las mutaciones de los canales iónicos y de los receptores de los neurotransmisores que constituyen el sustrato de las epilepsias influirá de forma sustancial en la clasificación de las epilepsias, pues cambia el énfasis del criterio de epilepsias generalizadas y localizadas al criterio de epilepsias genéticas y adquiridas. Además, abre nuevas perspectivas de tratamiento más específico, así como de consejo genético y terapia génica [6]. En la actualidad, se han identificado más de 20 loci o sitios en diversos cromosomas que constituyen el sustrato de las epilepsias idiopáticas, generalizadas y parciales, y de las epilepsias mioclónicas progresivas [6,8]. La identificación de la causa de algunas epilepsias se ve dificultada por la heterogeneidad genética, es decir, que una determinada epilepsia genética monogénica puede deberse a mutaciones en diferentes loci. Por otra parte, muchas epilepsias son poligénicas y su expresión fenotípica depende de varios genes y de la influencia de factores ambientales. S 25 J.A. ARMIJO, ET AL Algunas epilepsias idiopáticas se han Tabla I. Epilepsias asociadas a canalopatías humanas [2,10,57]. asociado con canalopatías, es decir, con Locus Gen Canal Receptor mutaciones que afectan a la estructura y Epilepsia función de diversos canales iónicos depen- Epilepsias generalizadas monogénicas dientes de voltaje o asociados a receptores Epilepsia benigna neonatal (EBN1) a 20q13.3 KCNQ2 K V-D de neurotransmisores. El término ‘canalopatía’ fue utilizado por Hess [9] para denoEpilepsia benigna neonatal (EBN2) a 8q24 KCNQ3 K V-D minar las mutaciones en el gen CACNL1A4 relacionado con la subunidad α4 de un ca- Epilepsias generalizadas poligénicas nal de calcio dependiente de voltaje preEpilepsia generalizada idiopática 6p21 GABABR1a y b K GABAB (EGI) 8q24 KCNQ3 K V-D sente en los ratones tottering y leaner; estos ratones presentan espontáneamente conEpilepsia mioclónica juvenil (JME) 15q14 CHRNA7 Na Nicotínico ductas tipo ausencia; Hess comparó dichas Epilepsia ausencia juvenil (JAE) 21q22 GRIK1 Na KA mutaciones con las observadas en la ataxia vestíbulo-cerebelosa y la migraña famiEpilepsia generalizada con 19q13.1 SCN1B Na V-D convulsiones febriles plus (GEFS+) a liar hemipléjica. Las canalopatías se han implicado en Epilepsias parciales monogénicas una variedad de alteraciones clínicas como Epilepsia nocturna del lóbulo 20q13.2 CHRNA4 Na Nicotínico las miopatías hereditarias, la ataxia episófrontal (ENLF1) a 15q24 CHRNA3 Na Nicotínico dica, la epilepsia nocturna autosómica dominante del lóbulo frontal, el síndrome del Enfermedades genéticas asociadas con epilepsia QT largo y la migraña hemipléjica familiar Síndrome de Angelman (AS) 15q11 GABRB3 Cl GABAA [10]. Una característica común de estas a Ataxia episódica con mioquimia (EA1) 12p13 KCNA1 K V-D canalopatías es el carácter impredecible, a episódico y paroxístico de sus síntomas que Síndrome del QT largo (LQTS1) 11p15.5 KCNQ1 K V-D emergen de una situación basal intercrisis Epilepsias o enfermedades con epilepsia en las que se ha demostrado una relación causal con una canalopatía; aparentemente normal. V-D: canal dependiente de voltaje. Las siglas corresponden a las utilizadas en la base de datos OMIM [57]. Todavía se desconoce el motivo por el cual una mutación en un canal iónico produce la sintomatología clínica, pero los experimentos con ratones transgénicos en los que se ha mutado un encefalográfica se hereda de forma autosómica dominante, pero único gen (knockouts o ‘nulos’), producidos en el laboratorio, otros datos sugieren que no. También se sugirió que la epilepsia indican que el fenotipo no puede reproducirse con precisión por la mioclónica juvenil podría ser autosómica dominante o autosómialteración de un único gen, lo que apoya la intervención de otros ca recesiva. Aunque no puede descartarse que alguna familia tengenes. Por otra parte, es posible que una multiplicidad de mutacio- ga una herencia simple común, la mayor parte de las familias nes que afecten a una de las proteínas del canal o de diferentes presentan una herencia compleja. Los estudios de familias con numerosos afectados sugieren que la mayor parte padecen epicanales iónicos puedan dar lugar al mismo fenotipo. En la tabla I se indican algunas epilepsias genéticas que se han lepsia generalizada idiopática, pero varían en el subsíndrome asociado con mayor o menor seguridad a canalopatías, así como que presentan. Sólo los más próximos, por ejemplo los gemelos los canales iónicos implicados. Las características clínicas de las monocigóticos, presentan el mismo subsíndrome. Es posible que canalopatías se comentan en otro artículo de esta misma monogra- en las epilepsias generalizadas idiopáticas estén implicados vafía. La identificación de la anomalía genética es más sencilla en rios genes: unos, como los del cromosoma 8q, pueden establecer las epilepsias monogénicas como la epilepsia benigna neonatal y el sustrato de epilepsia generalizada idiopática y otros, como los la epilepsia nocturna del lóbulo frontal, que en las epilepsias po- del cromosoma 6p y los del cromosoma 1p, establecer el subsíndrome [12]. ligénicas. Para Delgado-Escueta et al [16], dos genes candidatos de estas La epilepsia benigna neonatal o convulsiones neonatales benignas familiares tipo 1 es una epilepsia generalizada monogénica epilepsias generalizadas idiopáticas pueden ser el GABABR1, que se localizó en el locus 20q13.2 en una familia americana localizado en 6p21 y asociado al canal de potasio ligado al recep[11], y posteriormente se confirmó en otras familias americana, tor GABAB, y el KCNQ3, localizado en 8q24 y asociado a un canal francesa, canadiense y australiana [12]. Esta epilepsia se debe a de potasio dependiente de voltaje. La epilepsia mioclónica juvenil se cartografió inicialmente en una mutación en el gen KCNQ2 que afecta a un canal de potasio dependiente de voltaje (similar al KCNQ1 implicado en el síndro- el cromosoma 6p y –como se ha comentado– podría estar relaciome del QT largo), el cual interviene en la repolarización de la nada con una mutación en el canal de potasio asociado al receptor membrana [13]. Además, la epilepsia benigna neonatal tipo 2 se GABAB [6]. También se ha cartografiado en el locus 15q14 y se ha cartografiado en un segundo locus 8q24 [14] y se debe a una ha sugerido que una mutación en el gen CHRNA7, localizado mutación en el gen KCNQ3 que afecta igualmente a un canal de también en 15q14 que corresponde a la subunidad α7 del canal de sodio del receptor nicotínico, podría constituir un sustrato de la potasio dependiente de voltaje [15]. Las epilepsias generalizadas idiopáticas incluyen la epilepsia susceptibilidad genética de la epilepsia mioclónica juvenil en la mioclónica de la infancia, la epilepsia ausencia de la infancia, la mayor parte de las familias estudiadas [17]. La epilepsia ausencia de la infancia se ha asociado con los epilepsia ausencia juvenil, la epilepsia mioclónica juvenil y otros casos no clasificados. Se ha sugerido que la punta-onda electro- cromosomas 8q24 (epilepsia ausencia de la infancia con o sin a S 26 REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 V CURSO DE ACTUALIZACIÓN DE LAS EPILEPSIAS convulsiones tonicoclónicas generalizadas) y 1p (epilepsia ausencia con evolución a epilepsia mioclónica juvenil). El locus 8q contiene también el gen KCNQ3 relacionado con un canal de potasio dependiente de voltaje, por lo que se ha sugerido que mutaciones en este gen pueden ser un sustrato de este tipo de epilepsia [16]. La epilepsia ausencia de la infancia que evoluciona a epilepsia mioclónica juvenil se ha cartografiado en el cromosoma 1p, y se ha sugerido que podría estar igualmente relacionada con una anomalía en un canal de potasio [6]. La epilepsia ausencia juvenil se ha relacionado con una mutación en el gen GRIK1 que afecta a la subunidad GluR5 del canal de sodio del receptor KA. Esta mutación permitiría que este canal, habitualmente específico para el sodio, dejara entrar calcio y podría constituir un sustrato genético de este tipo de epilepsia [18]. La epilepsia generalizada con convulsiones febriles plus se ha cartografiado en al menos dos loci: uno en 2q y otro en 19q [6]. En una familia australiana se detectó una mutación en el gen SCN1B, localizado en el locus 19q13, que afecta a la subunidad β1 del canal de sodio dependiente de voltaje. Esta mutación interfiere con la función de este canal de sodio [19]. La asociación entre este tipo de epilepsia y una canalopatía en el canal de sodio dio pie para sugerir que las epilepsias idiopáticas eran una familia de canalopatías y que otras subunidades del canal de sodio podrían estar implicadas en las convulsiones febriles y en las epilepsias generalizadas con herencia compleja. En algunas familias con epilepsia nocturna del lóbulo frontal autosómica dominante, se han demostrado mutaciones en losloci 20q y 15q. En una familia australiana muy numerosa con ENFL1 cartografiado en 20q13.2-q13.3 [20] se observó una mutación en el gen CHRNA4 que afectaba a la subunidad α4 del canal de sodio del receptor neuronal nicotínico [21]. También en esta epilepsia parcial monogénica hay heterogeneidad, ya que en otros pacientes con ENFL1 se han cartografiado en el locus 15q24 [22]. Este locus se encuentra próximo a los genes CHRNA3, CHRNA4 y CHRNA5 correspondientes a las subunidades α3, α4 y α5 del canal de sodio del receptor nicotínico [12,23,24]. La asociación entre síndromes, como la paraparesia espástica familiar o la ataxia episódica tipo I, y epilepsia tiene interés porque sugiere que el gen que provoca dichas enfermedades neurológicas puede estar relacionado con la aparición de epilepsia [6]. Hay tres enfermedades genéticas que ocasionalmente cursan con epilepsia y que pueden tener cierta relación con canalopatías. – El síndrome de Angelman, con retraso mental y epilepsia, se debe a una mutación en el gen UBE3A, localizado en el locus 15q11-q13 y relacionado con la E6-AP ubiquitinaproteinoligasa [25,26]. Este locus contiene también los tres genes que controlan la formación de las subunidades α5/β3 y γ3 del receptor GABAA, y se han observado mutaciones en los genes GABRB3 y GABRA5. Se ha sugerido que el síndrome de Angelman puede deberse a una mutación del gen GABRB3 que afecta a la subunidad β3 del receptor GABAA [27]. – La ataxia episódica con mioquimia también se asocia con epilepsia y se ha cartografiado en el locus 12p13 [28], próximo a los genes de canales de potasio KCNA1 y KCNA3. Se han demostrado diferentes mutaciones en el gen KCNA1 [29], así como que dichas mutaciones afectan a la función del canal de potasio [30]. – El síndrome del QT largo [31,32] es una de las canalopatías mejor conocidas. Se trata de una alteración cardiovascular que REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 produce síncope, crisis y muerte súbita debida a arritmias ventriculares como taquicardia ventricular y fibrilación ventricular. El síncope se ha confundido con epilepsia con cierta frecuencia. Puede ser congénito y adquirido, aunque la mayor parte de los casos se deben a una combinación de factores genéticos y ambientales. La forma autosómica recesiva se describió en 1957 en una familia y se asocia con sordera, mientras que la forma autosómica dominante, más frecuente, se describió en 1967 y no se asocia con sordera. En ocho casos se ha relacionado el QT largo con epilepsia [33]. En 1991 se cartografió el síndrome del QT largo (LQT1) en el locus 11p15.5, pero en 1993 quedó claro que muchos casos de este síndrome no se debían a mutaciones en el cromosoma 11, con lo cual se concluyó que el síndrome del QT largo autosómico dominante era heterogéneo. En 1994 se definieron el LQT2 en el locus 7q35-36 y el LQT 3 en el locus 3p24-21. Cuando se identificó la mutación que provoca el síndrome del QT largo en 11p15.5, se pensó que podría utilizarse este gen como marcador de la anomalía, pero el descubrimiento de que otras familias no presentan mutación en este gen y sí en otros hizo perder validez a este método diagnóstico. La mutación del LQT1 podría residir en el gen de un canal de potasio (KVLQT1), la del LQT2 en otro gen de un canal de potasio (HERG), la del LQT3 en un gen del canal de sodio (SCN5A) y la del LQT5 en otro gen de un canal de potasio (KCNE1). Los mecanismos que originan el QT largo son desconocidos, pero es posible que la mutación en el canal de sodio produzca corrientes de despolarización durante la fase de repolarización. La mutación en el canal de potasio podría reducir la corriente de repolarización y retrasar la repolarización cardíaca. La arritmia torsade de pointes podría deberse a que el retraso de la repolarización produzca la reactivación de la corriente L de calcio que daría lugar a la despolarización secundaria del miocito. Ello explicaría que los β-bloqueantes, que reducen estas corrientes de calcio, sean eficaces en este síndrome. Otras canalopatías no asociadas con epilepsia son la ataxia episódica tipo 2, la migraña hemipléjica y la hemiplejía alternante de la infancia. La ataxia episódica tipo 2 se localiza en el cromosoma 19p13 próximo a los genes de canales de calcio. La migraña hemipléjica se localiza también en el cromosoma 19p13 cerca de los genes de canales de calcio. Y la hemiplejía alternante de la infancia es probable que sea poligénica y con precipitantes ambientales, salvo en una familia en la que parece tener un carácter autosómico dominante [10,34,35]. CANALES IÓNICOS Y EPILEPSIAS GENÉTICAS EN RATONES Un gen de epilepsia podría definirse como un gen que se expresa en el cerebro y cuya alteración produce una predisposición a descargas paroxísticas o a diversos patrones de crisis epilépticas recurrentes. Esta definición lleva a buscar genes que regulen la despolarización de la membrana (canales de sodio y calcio, neurotransmisores excitadores, bombas de membrana, transportadores) o la repolarización (canales de cloro o potasio). Muchos de estos canales son heteroméricos, sus proteínas son codificadas por diversos genes y puede haber numerosas variantes transcripcionales, por lo que identificar el gen responsable de la epilepsia es un problema complejo. El problema S 27 J.A. ARMIJO, ET AL aumenta si se tiene en cuenta la posibilidad de que la epilepsia se deba a alteraciones en los segundos mensajeros. La identificación de los genes de epilepsia puede llevarse a cabo mediante dos procedimientos: 1. En el procedimiento del candidato posicional se estudian los genes de animales con epilepsias genéticas, se identifica el locus responsable de la enfermedad por comparación con otros genes, se exploran los genes contiguos y se valora su integridad hasta dar con el gen anómalo; 2. En el procedimiento de genes candidatos se seleccionan por su conocida influencia sobre la excitabilidad de la membrana o la función sináptica, por ejemplo el gen de una subunidad de un canal iónico, y se crean ratones transgénicos sin dicho gen para observar si produce epilepsia [23]. Hay ratones cuya epilepsia espontánea se ha asociado con mutaciones en genes relacionados con canales iónicos. Los ratones opisthotonus y weaver presentan convulsiones generalizadas, mientras que los ratones tottering, lethargic y stargazer presentan puntas-onda en el EEG acompañadas de conductas de parada que remedan las ausencias (Tabla II) [23,36]. El ratón opisthotonus (opt) presenta una mutación en el gen ITPR1 del cromosoma 6 asociado al canal de calcio ligado al inositol-trifosfato. El ratón weaver (wv) presentan una mutación en el gen KCNJ6 del cromosoma 16 asociado a un canal de potasio acoplado a una proteína G [36]. El ratón tottering (tg) tiene puntas-onda en el EEG que suelen acompañarse por conductas de parada que responden a la etosuximida y presenta una mutación en el cromosoma 8 en el gen CACNA relacionado con la subunidad α de un canal de calcio dependiente de voltaje. El ratón lethargic (lh) con puntas-onda en el EEG presenta una mutación en el gen CACNB4 del cromosoma 2 relacionado con la subunidad βde un canal de calcio dependiente de voltaje. El ratón stargazer también tiene puntas-onda en el EEG y presenta una mutación en el gen CACNG2 del cromosoma 15 relacionado con la subunidad γde un canal de calcio dependiente de voltaje [36]. La epilepsia espontánea de otros ratones parece ser de origen poligénico como es el caso del ratón EL y del ratón SWXL-4. El ratón SWXL-4 surge del cruce de dos cepas no epilépticas la SWR/J y la C57L/J, tiene un umbral bajo para las convulsiones límbicas inducidas por estimulación vestibular y presenta mutaciones en el cromosoma 7 en el que se localizan genes de tres subunidades del receptor gabérgico [23]. Otra forma de estudiar el papel de los canales iónicos en las epilepsias es mediante ratones transgénicos, en los que se ha introducido una anomalía genética que provoca la disfunción de algún canal y se analizan sus manifestaciones epilépticas. Por este procedimiento se han observado crisis epilépticas en ratones transgénicos knockout o ‘nulos’ a los que se había suprimido genes que producían la inactivación de proteínas relacionadas con el receptor serotoninérgico 2C, la sinapsina I y II (proteínas de las vesículas sinápticas relacionadas con la liberación de neurotransmisores), la calmodulina cinasa IIA, el jerky, la subunidad GluR2 del receptor glutamérgico, el receptor del inositoltrifosfato y el neuropéptido Y [23,37]. El gen GRIA2, que corresponde a la subunidad GluR2 del receptor AMPA, se localiza en el hombre en 4q32-q33 (equivalente al cromosoma 3 del ratón) y está relacionado con la función del canal de sodio del receptor AMPA. Los ratones knockout a los que se ha introducido una mutación genética que altere la función de GluR2 dejando entrar calcio presentan convulsiones y mueren en tres semanas [38]. S 28 Tabla II. Epilepsias asociadas a canalopatías en animales. (Modificado de Noebels [36]). Epilepsia Cromosoma Gen Canal Receptor Epilepsias espontáneas en ratones Ratón opisthotonus (opt) 6 ITPR1 Ca IP3 Ratón weaver (wv) 16 KCNJ6 K V-D Ratón tottering (tg) 8 CACNA Ca V-D Ratón lethargic (lh) 2 CACNB4 Ca V-D Ratón stargazer (stg) 15 CACNG2 Ca V-D GRIA2 Na AMPA Ratones transgénicos con epilepsia Ratones con gluR2 anómalo 3 V-D: canal dependiente de voltaje. CANALES IÓNICOS Y EPILEPSIAS ADQUIRIDAS Las epilepsias se caracterizan por la capacidad de ciertas neuronas de producir cambios paroxísticos de despolarización (PDS, del inglés Paroxismal Depolarization Shifts), que, cuando se sincronizan con los de otras neuronas, produce descargas electroencefalográficas interictales repetidas, tales como puntas focales o complejos punta-onda difusos y bilaterales de 1,5 a 6 ciclos por segundo. En determinadas circunstancias, estas descargas se propagan y produce la supresión brusca de la conciencia o los sentidos y dan lugar a variadas manifestaciones motoras, sensoriales o conductuales [6]. Los PDS se inician con una despolarización de la neurona que responde con una salva de potenciales de acción de alta frecuencia, acompañados de despolarización mantenida, y que suelen ir seguidos de hiperpolarización de la neurona. El inicio de la descarga se atribuye a la activación de canales de sodio asociados a receptores glutamérgicos AMPA, la cual permite una rápida entrada de sodio que despolariza la membrana. La prolongación de la descarga y la despolarización mantenida se atribuyen a corrientes sinápticas mediadas por la estimulación de receptores glutamérgicos NMDA, que provocan, además de la entrada rápida de sodio, una entrada de calcio lenta, así como a corrientes de calcio dependientes de voltaje. La hiperpolarización que sigue a esta despolarización sostenida se debe a corrientes sinápticas ocasionadas por la reacción inhibidora gabérgica. Esta hiperpolarización tiene un componente rápido por activación de canales de cloro de receptores GABAA y un componente lento debido a activación de canales de potasio asociados a receptores GABAB, así como a corrientes de potasio dependientes de voltaje que, en condiciones normales, limitan la extensión de la descarga [5]. Los componentes del PDS varían en función de la proximidad al foco, ya que junto a éste predomina la despolarización sostenida y falta la hiperpolarización, mientras que lejos del foco se observa una despolarización menor en intensidad y duración, así como una hiperpolarización más prolongada. Las convulsiones agudas producidas por una agresión, por ejemplo, un traumatismo craneoencefálico o un ictus, tienen un origen distinto que la epilepsia que aparece posteriormente. De igual forma, la convulsión aguda producida por un estímulo eléctrico o un agente convulsionante es distinta de la epilepsia producida mediante kindling por estimulación eléctrica no convulsio- REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 V CURSO DE ACTUALIZACIÓN DE LAS EPILEPSIAS Tabla III. Canales iónicos y mecanismo de acción de los antiepilépticos. Inhibición de canales de sodio dependientes de voltaje Clásicos: CBZ, PHT, Lidocaína, VPA, BZD a, PB a, PRM a Nuevos: LTG, FBM, remacemida, GBP, oxcarbacepina, ralitolina, riluzol, TPM, zonisamida Activación de canales de potasio dependientes de voltaje Clásicos: CBZ, VPA Nuevos: losigamona, D23129 Inhibición de canales de calcio L, N y P Clásicos: PHT a, PB a, BZD a Nuevos: flunaricina Inhibición de canales de calcio T talámicos Clásicos: dimetadiona, ESM, VPA Nuevos: zonisamida Inhibición glutamérgica del canal de calcio NMDA Sitio glutámico: DCPPene, selfotel, CGP40116 Sitio glicina: FBM, licostinol, PNQX, L-687414, L-689560, MDL-104653, L-701324, L-701252 Sitio en el canal: dizocilpina, FBM, remacemida, memantina, cerestar, ADCI Inhibición glutamérgica del canal de sodio AMPA Competitivos: ACEA 1021 PNQX, NBQX, LY-293558 No competitivos: PB, LY-300164, GYKI 52466, GYKI 53655 Inhibición glutamérgica del canal de sodio KA TPM, desazoflupirtina, NS-102 Antagonismo de receptores metabotropos 4C3HPG Facilitación gabérgica GABAA (canal de cloro) Sitio GABA: progabida Sitio BZD: BZD, CL-218872, zolpidem, albacarnil, TPM, clormetiazol, propofol, loreclazol Sitio barbitúrico: PB, FBM, losigamona Sitio neuroesteroide: alfaxolona, ganaxolona Sitio gamma-butirolactona: ¿? Inhibición gabérgica GABAB (canal de potasio) CGP 35348 BZD: benzodiacepinas; CBZ: carbamacepina; ESM: etosuximida; FBM: felbamato; GBP: gabapentina; LTG: lamotrigina; PB: fenobarbital; PHT: fenitoína; PRM: primidona; TPM: topiramato; VPA: valproato sódico nante de la amígdala. Durante el período de latencia, se producen cambios funcionales y estructurales del cerebro que dan lugar a una situación inestable de hiperexcitabilidad, la cual produce la epilepsia, tales como disminución del tono inhibidor gabérgico, aumento del tono excitador glutamérgico y una disfunción de la REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 glía. En diversas causas de epileptogénesis, como el kindling,las crisis frecuentes y repetidas y el estado epiléptico, se han observado los siguientes procesos: a) Se libera glutámico que activa receptores NMDA; b) Aumenta el nivel de calcio intracelular que, a su vez, activa la proteinocinasa II dependiente de calcio-calmodulina; c) Se produce apoptosis y muerte celular en el hilio del hipocampo que induce la reorganización de las fibras musgosas hipocampales y esclerosis del hipocampo, y d) La reorganización de las fibras musgosas en la esclerosis hipocampal aumenta los circuitos excitadores, lo que llega a producir crisis espontáneamente y con lo cual se habrá completado la epileptogénesis [6]. Los cambios gabérgicos pueden ser funcionales y morfológicos. Cuando se estimula repetidamente una neurona tiende a disminuir la influencia inhibidora de las interneuronas gabérgicas y aumenta la excitabilidad. Este efecto puede durar desde segundos (por bloqueo de la liberación de GABA o desensibilización de receptores) a minutos y horas (hiperexcitabilidad del síndrome de abstinencia a benzodiacepinas). Algunas epilepsias (como las inducidas por la supresión de fármacos gabérgicos, estrés, trauma y kindling) podrían deberse a una plasticidad aberrante que mantenga esta disminución del tono gabérgico mediante cambios en las proteinocinasas o en la composición del receptor GABAA; por ejemplo, por disminución de subunidades α1, α2 y α5 y aumento de α4 y α6 que reducen la sensibilidad de los receptores a las benzodiacepinas [39]. Por otra parte, en las crisis parciales se observa la disminución de receptores gabérgicos, de terminaciones gabérgicas y de interneuronas gabérgicas, que reducen el freno fisiológico a la sincronización y propagación de la descarga. Los cambios glutamérgicos pueden ser igualmente funcionales y morfológicos. En ratas con kindling, la estimulación del tracto perforante induce una despolarización por receptores NMDA que no se observa en el grupo control. En estas ratas, la corteza cerebral libera más glutámico y aspártico que los controles y está aumentada la sensibilidad de los receptores NMDA de las células granulosas del giro dentado y de las células piramidales de CA3 del hipocampo [40]. También pueden producirse otros cambios en los receptores NMDA que los hagan menos sensibles al bloqueo por magnesio, así como cambios en los receptores AMPA, por ejemplo, por la pérdida de la subunidad GluR2 que sirve de freno a la entrada de calcio. En el kindling provocado por estimulación eléctrica de la amígdala se observa una disminución de la expresión de la subunidad GluR2 del receptor AMPA [41,42]. Por otra parte, en la epilepsia mesial temporal humana, con esclerosis del hipocampo, se observan alteraciones similares a las halladas en el kindling y tras la administración de kaínico sistémico, ya que los axones de las células granulosas desarrollan colaterales que forman nuevas conexiones con la capa molecular interna del giro dentado, tanto con otras neuronas excitadoras como con interneuronas inhibidoras [43]. En cuanto al papel de la glía, las crisis aumentan el número de células gliales y su actividad anhidrasa carbónica y ATPasa. Algunos datos apoyan que estos cambios protegen frente a las crisis. Por ejemplo, el aumento de edad produce gliosis, aumenta la actividad de la anhidrasa carbónica y reduce la susceptibilidad a las crisis, mientras que la dieta cetógena y la fenitoína aumentan la gliosis. El fallo de la glía puede explicar la generalización de las crisis. Los astrocitos hipocampales mantienen una baja concentración de sodio que ayuda a contrarrestar los aumentos de potasio producidos por la actividad neuronal. En las lesiones por congelación está disminuida la ATPasa en el foco y permanece inhibida S 29 J.A. ARMIJO, ET AL durante la crisis. En la epilepsia hipocampal hay una disminución de la actividad de la ATPasa Na-K dependiente y un aumento de la entrada de calcio. La actividad de la ATPasa en la glía está disminuida en el foco y aumentada en el tejido que lo rodea. Durante la crisis, la ATPasa neuronal aumenta su actividad, pero la ATPasa glial permanece deficiente. Es posible que una ATPasa sináptica deficiente pueda ser responsable de la actividad interictal, mientras que la anomalía de la ATPasa glial sea responsable de la transformación ictal de la descarga [6]. CANALES IÓNICOS Y MECANISMO DE ACCIÓN DE LOS ANTIEPILÉPTICOS Los antiepilépticos producen una gran variedad de efectos directos, indirectos y compensatorios, que hacen difícil saber con seguridad cuál es el responsable de su acción antiepiléptica. Los posibles mecanismos de acción de los antiepilépticos van adaptándose a los avances en el conocimiento de las causas y de la fisiopatología de las epilepsias [4-7]. La primera aproximación fue el desarrollo de fármacos que estabilizaban la membrana por la inhibición de los canales de sodio dependientes de voltaje, evaluados mediante el electrochoque máximo. Después se descubrió la importancia de los neurotransmisores, especialmente el papel inhibidor del sistema gabérgico y el papel excitador del sistema glutamérgico, y se utilizó una aproximación mecanística para desarrollar nuevos fármacos como la vigabatrina y la tiagabina, que aumentan de forma específica el tono gabérgico. El descubrimiento de que las anomalías en canales iónicos dependientes de voltaje o unidos a receptores pueden ser el sustrato de algunas epilepsias genéticas está permitiendo desarrollar fármacos que, de forma específica, activan canales de potasio o antagonizan los receptores AMPA o KA. De igual forma, el establecimiento de las anomalías que subyacen a la epileptogénesis, como las alteraciones en la composición del receptor GABAA o del receptor glutamérgico NMDA, abre nuevas posibilidades de prevenir el desarrollo de epileptogénesis o de tratar la ya instaurada [6]. Los principales mecanismos de acción de los antiepilépticos se resumen en la figura 1. a) Inhibición de los canales de sodio dependientes de voltaje.La mayor parte de los antiepilépticos clásicos y nuevos actúan por este mecanismo (Tabla III). La carbamacepina y la fenitoína se fijan al canal cuando la neurona está despolarizada, lo que produce un bloqueo dependiente de voltaje (es decir, que su acción es tanto mayor cuanto más despolarizada está la neurona) y dependiente del uso (es decir, que es tanto más eficaz cuantas más veces descargue). Ello produce un bloqueo selectivo que afecta más a las descargas paroxísticas que a la transmisión normal [5]. La fijación de la carbamacepina y fenitoína al canal de sodio se produce en concentraciones terapéuticas en el mismo lugar que la tetrodotoxina. El valproato bloquea las descargas de frecuencia rápida en concentraciones terapéuticas, pero no parece fijarse al mismo lugar que la carbamacepina y fenitoína. El fenobarbital, la primidona y el clonacepam actúan sobre el mismo sitio que la fenitoína, pero en concentraciones más altas compatibles con las que pueden alcanzarse en el tratamiento del estado epiléptico. Entre los nuevos antiepilépticos es probable que la acción de la lidocaína, lamotrigina y oxcarbacepina se deba principalmente a este mecanismo, el cual también puede ser un mecanismo de acción importante de otros antiepilépticos como el felbamato, la S 30 Tabla IV. Canales iónicos y epilepsias. A. Canales dependientes de voltaje: canales de calcio, canales de potasio y canales de sodio B. Canal asociado al receptor nicotínico: canal de sodio C. Canales asociados a receptores glutamérgicos: canal de sodio AMPA, canal de sodio KA y canal de calcio NMDA D.Canal asociado al receptor del inositol-trifosfato: canal de calcio E. Canales asociados a receptores gabérgicos: canal de cloro GABAA y canal de potasio GABAB gabapentina, la rufinamida, la remacemida, el topiramato y la zonisamida. b) Inhibición de los canales de calcio dependientes de voltaje. La entrada de calcio en las neuronas a nivel presináptico facilita la liberación de neurotransmisores. A nivel postsináptico produce la despolarización mantenida que se observa en los cambios paroxísticos de despolarización de las células que actúan como marcapasos. Algunos antiepilépticos como la flunaricina y la fenitoína, así como el fenobarbital y las benzodiacepinas en dosis altas, inhiben los canales de calcio a nivel presináptico y reducen la liberación de neurotransmisores. La flunaricina, que inhibe canales de sodio y de calcio, es un ejemplo de la posibilidad de actuar simultáneamente sobre dos canales iónicos distintos. Los canales de calcio T postsinápticos de bajo voltaje del núcleo intralaminar del tálamo se han relacionado con la actividad marcapasos que provoca los ritmos de 3 ciclos por segundo característicos de las ausencias. La etosuximida y la dimetadiona (metabolito activo de la trimetadiona) inhiben estos canales T, lo que podría explicar su eficacia en las ausencias. El valproato en concentraciones altas inhibe las corrientes T de calcio en neuronas aferentes primarias (Tabla III). c) Activación de canales de potasio. Los bloqueantes de los canales de potasio como la 4-aminopiridina son convulsionantes, pero los activadores de estas corrientes (cromacalima, minoxidil, diazóxido y pinacidil) no tienen acción anticonvulsionante, y en los derivados de la cromacalima que la tienen –y en los que puede disociarse la acción antihipertensiva de la anticonvulsiva– no parece que la acción anticonvulsiva se relacione con la activación de canales de potasio. No obstante, parece que otros antiepilépticos no relacionados inicialmente con una acción sobre los canales de potasio como la carbamacepina y la losigamona podrían actuar, al menos en parte, por este mecanismo (Tabla III) [4]. d) Facilitación gabérgica. El aumento del tono gabérgico puede conseguirse estimulando la síntesis de GABA mediante estimulación de la glutamildecarboxilasa (valproato, gabapentina); por la inhibición de su recaptación (tiagabina); a través de la reducción de su catabolismo mediante inhibición de la GABA-transaminasa (vigabatrina); con la estimulación del receptor GABAA (precursores como la progabida); facilitando la acción del GABA sobre el receptor GABAA por fijación al sitio benzodiacepinas (clobazam, clonacepam, diacepam); facilitando la acción del GABA por fijación al sitio barbitúrico (fenobarbital) y facilitando la acción del GABA por fijación en el sitio neuroesteroideo (ganaxolona) o en otros sitios (felbamato, topiramato), así como mediante el antagonismo REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 V CURSO DE ACTUALIZACIÓN DE LAS EPILEPSIAS Figura 1. Esquema de los principales mecanismos de acción de los antiepilépticos. Otros mecanismos se comentan en el texto y en la tabla III [7]. de la acción del GABA sobre el receptor GABAB (CGP 35348) (Tabla III) [4]. e) Inhibición glutamérgica. El tono glutamérgico puede reducirse mediante la reducción de la liberación de glutámico (lamotrigina y probablemente otros inhibidores de canales de sodio como carbamacepina, fenitoína y valproato), antagonizando competitivamente la acción del glutámico sobre el receptor NMDA (D-CPPene, CGS 19755), antagonizando competitivamente el sitio glicina (ACEA 1021, felbamato) y antagonizando de forma no competitiva la apertura del canal (fenciclidina, dizocilpina). Sin embargo, algunas de estas estrategias no han tenido efecto anticonvulsionante en humanos o lo han tenido, pero con un índice terapéutico inaceptable. También puede antagonizarse el receptor AMPA de forma competitiva (NBQX) y no competitiva (GYKI 52466), así como el receptor kaínico (topiramato) y el receptor metabotropo (4C3HPG) (Tabla III) [4,5,44,45]. En resumen, los canales iónicos dependientes de voltaje y los ligados a receptores de neurotransmisores tienen un papel rele- REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 vante, tanto en la génesis de las epilepsias genéticas y adquiridas como en la fisiopatología de las crisis, y constituyen un lugar de acción significativo en el cual actúan la mayor parte de los antiepilépticos. Los principales canales iónicos relacionados con las epilepsias se resumen en la tabla IV. A continuación, se describe de forma sucinta sus estructuras y funciones, así como las principales anomalías relacionadas con la epilepsia detectadas en estos canales. CANAL DE CALCIO DEPENDIENTE DE VOLTAJE La activación de estos canales se acompaña del aumento del calcio intracelular y la disminución del calcio extracelular. Se ha asociado con la liberación de neurotransmisores, con la despolarización sostenida de la neurona, con los fenómenos de potenciación prolongada (LTP, del inglés Long-Term Potentiation), con los fenómenos del kindling y con los fenómenos de excitotoxicidad que subyacen en la epileptogénesis [6]. La entrada de calcio en las neuronas a nivel presináptico facilita la liberación de neurotransmisores; a nivel postsináptico produce la despolarización mante- S 31 J.A. ARMIJO, ET AL nida que se observa en los cambios paroxísticos de despolarización de las células que actúan como marcapasos. Se han descrito al menos cinco tipos de canales de calcio: L, N, T, P y Q, que se diferencian en su conductancia, duración de la corriente y velocidad de inactivación. Los canales N, inhibidos por las dihidropiridinas como el nimodipino, son importantes para la liberación de monoaminas y algunos péptidos. Los canales P, inhibidos por las agatoxinas, participan en la liberación de monoaminas, glutámico y GABA. Algunos antiepilépticos como la flunaricina y la fenitoína, así como el fenobarbital y las benzodiacepinas en dosis elevadas, inhiben los canales de calcio a nivel presináptico, reduciendo la liberación de neurotransmisores. Los canales T postsinápticos del núcleo intralaminar del tálamo se han relacionado con la actividad marcapasos que provoca los ritmos de 3 ciclos por segundo característicos de las ausencias y que son bloqueados por la etosuximida y el valproato [4,5]. Los canales de calcio dependientes de voltaje están regulados por los cambios de voltaje y por los receptores GABAB presinápticos. Forman parte de una superfami2. Canal de calcio dependiente de voltaje. En la parte superior pueden verse las subunidades lia que incluye los canales de sodio y po- Figura que lo forman: la subunidad α1 forma el poro, las subunidades β y γ desempeñan un papel importante tasio dependientes de voltaje [46]. Los en la función del canal y las subunidades α2 y δ son reguladoras. En la parte inferior se indica el lugar canales de calcio están formados por donde se observan las mutaciones en los ratones tottering (tg), leaner (tg1a) y lethargic (lh) que se consideran modelos de ausencias [36,54]. subunidades α1, α2, β, δ y γ (Fig. 2). La subunidad α1 tiene cuatro dominios que al cerrarse sobre sí mismos forman el canal. Cada dominio tiene seis segmentos transmembrana y el parada, y se considera un modelo de ausencias que responde a la cuarto dominio es el que tiene el sensor de voltaje. Consta de las etosuximida [36]. La subunidad γse localiza en el gen CACNG2 del cromosoisoformas A, B, C, D, E y S, de las cuales la A, B y E se expresan ma 15 del ratón. El ratón stargazer presenta una mutación de en las neuronas. La función del canal se debe a las subunidaesta subunidad, que aumenta tres veces la entrada de calcio con des α1, β y γ. Las subunidades α2 y δson reguladoras. La isoforma A de la subunidad α1 se localiza en el gen un incremento de la excitabilidad cortical y con ramificaciones CACNA1A en el locus 19p13 humano y en el cromosoma 8 del de las fibras musgosas. Estos ratones presentan también ratón. Mutaciones de este gen se han asociado con la migraña puntas-onda en su EEG y se consideran un modelo de ausencias hemipléjica familiar, la ataxia episódica tipo 2, la ataxia [36]. espinocerebelosa tipo 6 y la ataxia cerebelosa pura autosómica dominante [10,35]. El ratón tottering, con ausencias y convulsiones, y el leaner (tg1a), sólo con ausencias, presentan mutaciones CANAL DE POTASIO DEPENDIENTE DE VOLTAJE en este gen que afectan a la subunidad α1A de canales de calcio El canal de potasio dependiente de voltaje participa en la repolatipo P/Q. La mutación del tg se produce en la región extracelular rización e hiperpolarización de la membrana [46]. Sus alteracioy parece afectar a la cinética del canal, mientras que la del tg1a, nes pueden provocar un estado de hiperexcitabilidad que facilite cerca del terminal carboxi, puede interferir con la modulación las crisis. Se han descrito más de 20 canales de potasio. Por su intracelular de este canal (Fig. 2). En condiciones normales pare- biología molecular se agrupan en cuatro superfamilias. La superce que la función de este canal fuera correcta, pero cuando se inicia familia S4, que incluye los canales dependientes de voltaje y los la despolarización se prolonga más y se produce menos hiperpo- activados por calcio, tiene una subunidad α con seis dominios transmembrana. El segmento S4 actúa como sensor de voltaje. La larización posterior [36]. La subunidad β se localiza en el gen CACNB1 del cromoso- apertura de los canales de potasio revierte la despolarización de la ma 2 del ratón. Esta subunidad modula fuertemente la actividad neurona y puede producir hiperpolarización. En la hiperpolade la subunidad αA en los canales P/Q. En el ratón lethargic existe rización que sigue a los PDS, intervienen dos canales de potasio una mutación en este gen que trunca de forma importante la subuni- activados por calcio: uno rápido relacionado con pequeños canadad β (Fig. 2b) y reduce la entrada de calcio de 10 a 20 veces. Este les y otro lento modulado por proteínas G ligadas a receptores de ratón presenta puntas-onda de 6 Hz en el EEG y conductas de neurotransmisores. En la epilepsia temporal se han descrito alte- S 32 REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 V CURSO DE ACTUALIZACIÓN DE LAS EPILEPSIAS sodio. El poro del canal de potasio se forma mediante la unión de cuatro subunidades (Fig. 3). La subunidad del canal de potasio dependiente de voltaje de tipo shaker se localiza en los genes KCNQ1 (locus 11p15.5), KCNQ2 (locus 20q13.3) y KCNQ3 (locus 8q24) y se expresa en el cerebro. Las mutaciones en el gen KCNQ1 producen un canal de potasio inoperante que da lugar al LQTS1 con arritmias ventriculares, síncope y muerte súbita [31,32]. Algunos pacientes con LQTS1 padecen también epilepsia [33]. Las mutaciones en KCNQ2 producen la epilepsia benigna neonatal tipo 1 [13]. En estas mutaciones se observa que, mientras el canal de potasio normal se activa con la despolarización, el canal mutante no se activa, lo que puede reducir la repolarización y provocar las convulsiones. Las mutaciones en KCNQ3 producen la epilepsia benigna neonatal tipo 2 [15]. También se ha sugerido que una mutación de este gen puede ser el sustrato de epilepsias idiopáticas con ausencias y convulsiones tonicoclónicas generalizadas [16]. Además de las mutaciones descritas en canales de potasio tipo shaker, se han detectado mutaciones en otros canales de potasio dependientes de voltaje. La ataxia episódica con mioquimia se asocia con epilepsia y se localiza en el locus 12p13 [28]. Esta enfermedad se debe a diversas mutaciones en el gen KCNA1, que corresponde a un canal de potasio dependiente de voltaje [29], las cuales afectan a la función del canal [30]. El ratón weaver, con convulsiones toniFigura 3. Canal de potasio dependiente de voltaje. En la parte superior se ve una de las subunidades coclónicas generalizadasespontáneas,presenque componen el canal con un solo dominio formado por seis segmentos transmembrana. El cuarto segmento actúa como sensor de voltaje. En la parte inferior puede apreciarse cómo la unión de cuatro ta una mutación en el cromosoma 16 (un camsubunidades básicas independientes forman el canal [46,54]. bio de glicina por serina) que afecta a la subunidadGIRK2deuncanaldepotasiotrimérico unido a la proteína G. En los ratones homóraciones de las corrientes de potasio que son distintas según haya meros se observa la entrada de calcio con ataxia y temblor. En los heterómeros se produce una disminución en la corriente de potasio. o no esclerosis del cuerno de Ammon. Inicialmente, no se consideraron relevantes estos canales por- Las subunidades anómalas coexisten con las normales y las convulque, aunque los bloqueantes de los canales de potasio como la siones tonicoclónicas generalizadas podrían deberse a diferencias de 4-aminopiridina eran convulsionantes, los activadores de estas excitabilidad entre zonas con mayor y menor densidad de estas subcorrientes como la cromacalima, minoxidil, diazóxido y pinacidil unidades [36]. no mostraban acción anticonvulsionante; además, en los derivados de la cromacalima que la poseían no existía una relación clara entre la acción anticonvulsiva y la activación de canales de pota- CANAL DE SODIO DEPENDIENTE DE VOLTAJE sio. No obstante, parece que algunos antiepilépticos no relaciona- El canal de sodio produce potenciales de acción en respuesta a la dos en un principio con una acción sobre canales de potasio como despolarización parcial de la membrana. Este canal es el lugar de la carbamacepina y la losigamona pueden actuar, al menos en acción de la mayor parte de los antiepilépticos clásicos y nuevos que, al inhibir este canal, estabilizan la membrana. parte, por este mecanismo [4]. Está formado por una subunidad α, una subunidad β1 y una Cada subunidad posee un solo dominio con seis segmentos transmembrana, de entre los cuales el cuarto segmento actúa como subunidad β2. La subunidad α tiene cuatro dominios que consensor de voltaje. Esta subunidad equivale a uno de los cuatro forman el poro de sodio. Cada dominio está formado por seis dominios que posee la subunidad α1 de los canales de calcio y de segmentos transmembrana, de los cuales el cuarto segmento REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 S 33 J.A. ARMIJO, ET AL Figura 4. Canal de sodio dependiente de voltaje. En la parte superior se muestran las subunidades α, β1 y β2. La estructura de la subunidad α, con cuatro dominios y seis segmentos transmembrana en cada dominio, es similar a la del canal de calcio dependiente de voltaje de la figura 2. En la parte inferior puede apreciarse cómo los cuatro dominios de la unidad α se cierran para formar el poro del canal [47,54]. actúa como sensor de voltaje. Los segmentos 5 y 6 de los cuatro dominios forman el poro del canal (Fig. 4). En el cerebro se han descrito cuatro subunidades α (I, II, IIA y NaCh6). La subunidad α es operativa por sí sola. Las cargas negativas de los carboxilos del glutámico le confieren su selectividad por cationes, y los radicales de lisina y la alanina hacen que sea permeable para el sodio (más pequeño), pero no para el calcio (más grande). La actividad del canal es regulada por fosforilación de proteínas y por proteínas G [47]. La inactivación del canal tiene un componente rápido (relacionado con el asa entre los dominios III y IV) y uno lento (relacionado con el asa P de cada dominio asociado con el canal). S 34 Mediante mutagénesis se ha detectado un tercer lugar de acción que podría ser el sexto elemento transmembrana del dominio IV, al que parecen unirse la fenitoína y los anestésicos locales. Las subunidades β1 y β2 parecen tener un papel modulador; la β1es necesaria para la inactivación, y la β2 tiene un papel modulador menor. Además, existe otro canal de sodio que produce corrientes de sodio persistentes que no se inactivan; este canal podría ser responsable de las descargas de frecuencia rápida que son inhibidas por la fenitoína [4]. La subunidad β se localiza en el gen SCN1B del locus 19q13.1. En el cromosoma 19 se encuentran también tres genes de canales de potasio (KCNA7, KCNC2 y KCNC3). En REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 V CURSO DE ACTUALIZACIÓN DE LAS EPILEPSIAS Figura 5. Canal de sodio del receptor colinérgico nicotínico. Pertenece a una superfamilia con una estructura similar que incluye los receptores glutamérgicos AMPA, KA y NMDA, así como el receptor GABAA . El receptor nicotínico se compone de cinco subunidades, en este caso dos α, una β, una γ y una δ, que se reúnen para formar el poro del canal. Cada subunidad está formada por cuatro segmentos transmembrana. Los segmentos M2 de las cinco subunidades forman el poro del canal. La carga y el tipo de aminoácidos que quedan en la superficie interna del poro condicionan el tipo de ion que atraviesa el canal y la velocidad a la que lo hace, por lo que una mutación en un solo aminoácido puede interferir con la función del canal [48,49,54]. una familia australiana se demostró que al menos 26 miembros con epilepsia generalizada y convulsiones febriles plus presentaban una mutación en el gen SCNB1 correspondiente a la subunidad β1 del receptor nicotínico. La mutación cambiaba un C por G en el nucleótido 387, modificando un residuo de cisteína y produciendo la ruptura de un puente disulfuro que mantiene un pliegue extracelular tipo inmunoglobulina [19]. La expresión de estas subunidades β1 mutadas en oocitos de Xenopus demostró que esta mutación suponía una pérdida de función del canal de sodio dependiente de voltaje. CANAL DE SODIO DEL RECEPTOR NICOTÍNICO NEURONAL Sin una implicación conocida ni en la fisiopatología de las epilepsias ni en el mecanismo de acción de los antiepilépticos, el interés por este receptor surgió al demostrarse que la epilepsia nocturna REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 del lóbulo frontal se debía a una mutación en la subunidad αde este receptor. En el sistema nervioso central (SNC), los receptores nicotínicos tienen un papel principalmente neuromodulador. Generan un potencial local que, cuando es de intensidad suficiente, desencadena la apertura de los canales de sodio dependientes de voltaje. Presinápticamente intervienen en la liberación de numeroso neurotransmisores como el GABA. El receptor nicotínico es el prototipo de una superfamilia de receptores ligados a un canal iónico junto con el receptor GABAA, los receptores de glicina y los receptores serotoninérgicos 5-HT3. La estructura transmembrana es similar en estos cuatro receptores [48] y ligeramente diferente de la de los receptores glutamérgicos [49]. Tiene una parte extracelular que reconoce al ligando, una parte transmembrana que constituye el poro y una parte intracelular con el lugar de fosforilación que enlaza con la célula. S 35 J.A. ARMIJO, ET AL Se han identificado nueve subunidades α, tres β, una γ, una δ y una ε. El canal está formado por cinco subunidades, por ejemplo, dos subunidades α, una β, una δy una γ, pero pueden variar tanto el tipo de subunidad como su ubicación, lo cual permite numerosas configuraciones [48]. La acetilcolina se fija a la subunidad α. Cada subunidad tiene cuatro segmentos M1, M2, M3 y M4. Los segmentos M2 de las cinco subunidades forman el poro del canal (Fig. 5). Entre los segmentos M3 y M4 hay un asa con sitios de fosforilación a través de los cuales pueden ser modulados por las proteinocinasas y las fosfatasas [49]. Las unidades α y β son suficientes para producir un receptor funcionante; las demás subunidades son reguladoras. Se han identificado los genes de cuatro subunidades α (α3, α4, α5 y α7) y una β (β4). Los genes CHRNA3, CHRNA5 y CHRNB4 se encuentran en el locus 15q24, el gen CHRNA4 en 20q13 y el gen CHRNA7 en 15q14. Algunos casos de epilepsia nocturna del lóbulo frontal en una familia australiana con transmisión autosómica dominante se deben a mutaciones del gen CHRNA4 en el locus 20q13.2-q13.3 que afecta a la subunidad α4 [20,21]. La mutación cambia una serina por fenilalanina en el codón 248. Este codón se localiza en el segmento M2 que se encuentra en el poro y puede producir hipoactividad del canal. En una familia noruega se observó la inserción de una leucina adicional cerca del terminal C del segundo dominio transmembrana con pérdida de función del canal. No está claro el mecanismo por el que la pérdida de actividad del canal de sodio nicotínico aumenta la excitabilidad. Es posible que la hipoactividad del canal reduzca la entrada de calcio a nivel presináptico, lo que puede reducir la liberación de GABA y producir desinhibición [48]. En otros pacientes con epilepsia nocturna del lóbulo frontal se han demostrado mutaciones en el gen CHRNA 3 del locus 15q24, que afecta a la subunidad α3 del canal de sodio del receptor nicotínico [22]. La subunidad α7, a diferencia de otras, facilita la permeabilidad al calcio. Se ha sugerido que una mutación en el gen CHRNA7 de esta subunidad podría constituir el sustrato de la susceptibilidad genética de la epilepsia mioclónica juvenil en la mayor parte de las familias estudiadas [17]. CANAL DE SODIO DEL RECEPTOR GLUTAMÉRGICO AMPA El canal de sodio del receptor AMPA participa en la transmisión normal del estímulo excitador [49]. Este canal no se había asociado con la fisiopatología de la epilepsia ni era una diana importante para la búsqueda de antiepilépticos. Sin embargo, al descubrirse que las alteraciones en alguna de sus subunidades permiten la entrada de calcio, el interés por este canal ha aumentado, tanto desde el punto de vista de la epileptogénesis como de la búsqueda de nuevos antiepilépticos [44]. Igual que el receptor nicotínico, el canal de sodio del receptor AMPA está formado por la unión de cinco subunidades. Inicialmente, se consideró que los receptores glutamérgicos eran de la misma superfamilia que los receptores nicotínico y GABAA, pero está claro que pertenecen a dos superfamilias diferentes. El receptor AMPA está formado por las unidades peptídicas GluR-A, GluR-B, GluR-C y GluR-D, también denominadas GluR1, GluR2, GluR3 y GluR4. Las subunidades GluR-A, C y D permiten la entrada de sodio y calcio, pero la subunidad GluR-B sólo deja pasar sodio, lo cual origina que el canal sea selectivo para el sodio y no deje pasar el calcio. Cada S 36 subunidad tiene cuatro segmentos, pero sólo tres de estos segmentos son transmembrana, el segundo segmento no llega a salir al exterior de la célula [49]. La unión de este segundo segmento de las cinco subunidades forma el poro del canal [50] y es el segmento que controla la entrada de calcio, ya que el cambio de una arginina por una glutamina en este segmento en la subunidad GluR2 basta para que el canal deje pasar el calcio [49]. La expresión de esta arginina, así como la mayor o menor proporción de subunidades GluR2, está genéticamente controlada [50]. Por otra parte, el receptor AMPA carece del asa intracelular entre los segmentos 3 y 4 que permite la regulación de los receptores nicotínico y GABAAmediante la fosforilación [48]. En condiciones normales, los receptores AMPA de las células piramidales tienen subunidades GluR-B y no dejan pasar el calcio. Sin embargo, algunos receptores AMPA sobre las interneuronas gabérgicas no poseen la unidad GluR-B y dejan pasar calcio [50]. Una mutación que haga que los receptores AMPA de las células piramidales carezcan de la subunidad GluR-B permitiría la entrada de calcio y aumentaría su excitabilidad. Estas anomalías podrían tratarse con antagonistas del receptor AMPA competitivos (NBQX) y no competitivos (GYKI 52466) [4,5,44]. En el kindling provocado por estimulación eléctrica de la amígdala, se ha demostrado una disminución de la expresión de la subunidad GluR2 del receptor AMPA [41,42]. El gen GRIA2 que corresponde a la subunidad GluR2 del receptor AMPA2 se localiza en el locus 4q32-q33 en el hombre y en el cromosoma 3 en el ratón. Una mutación que cambie la arginina por glutamina en el segundo segmento intramembranoso del poro hace que las subunidades GluR2 dejen pasar el calcio. Los ratones knockout con esta mutación en GluR2 presentan convulsiones y mueren en tres semanas [38,50]. El gen GRIA3, que corresponde a la subunidad GluR3 del receptor AMPA3, se localiza en el hombre en Xq25-q26. Las mutaciones en este gen se han relacionado con el síndrome oculo-cerebro-renal de Lowe. La encefalitis de Rasmussen, una encefalopatía progresiva que se acompaña de epilepsia, se ha atribuido a la presencia de anticuerpos contra esta subunidad GluR-C [51]; asimismo, se ha observado en un paciente que la plasmaféresis mejoró transitoriamente los anticuerpos anti-GluR-C y las crisis [6]. CANAL DE SODIO DEL RECEPTOR GLUTAMÉRGICO KA El canal de sodio del receptor KA es muy similar al AMPA, y se diferencia principalmente en su distribución cerebral. Se han descrito cinco subunidades de alta afinidad (GluR5, GluR6 y Glur7, KA1 y KA2). En el SNC, las más importantes son GluR5 y GluR6, ya que, de forma similar a lo comentado para la subunidad GluR2 del receptor AMPA, estas subunidades están genéticamente controladas para dejar pasar o no calcio [50], de manera que influyen significativamente en la excitabilidad de la neurona. El gen GRIK1 corresponde a la subunidad GluR5 del receptor KA y se localiza en el locus 21q22 –y en el cromosoma 6 del ratón–, igual que el gen mutante de la esclerosis lateral amiotrófica; se ha sugerido que la activación patológica crónica de las neuronas motoras mediante receptores no-NMDA podría provocar la destrucción de las neuronas por excitotoxicidad. La epilepsia ausencia juvenil se ha cartografiado también en el locus21q22, por lo que se ha sugerido que una mutación en el gen GRIK1 que REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 V CURSO DE ACTUALIZACIÓN DE LAS EPILEPSIAS Figura 6. Canales iónicos glutamérgicos. En la parte izquierda puede verse el canal de sodio del receptor AMPA y el canal de sodio-calcio del receptor NMDA, así como los efectos postsinápticos y presinápticos de la entrada de calcio y de la estimulación del receptor glutamérgico metabotropo. En la parte derecha puede observarse el receptor NMDA con sus sitios moduladores [54,55]. alterara la subunidad GluR5 y permitiera entrar calcio podría ser el sustrato de esta epilepsia [18]. Igual que en el caso del receptor AMPA, el descubrimiento del papel del receptor KA en la epilepsia ha abierto la posibilidad de desarrollar nuevos antiepilépticos que antagonicen este receptor. El topiramato es un antagonista del receptor KA [4,5,45]. CANAL DE CALCIO DEL RECEPTOR GLUTAMÉRGICO NMDA El receptor NMDA es un complejo relacionado con el canal sodio/calcio que tiene un sitio glicina, un sitio fenciclidina y un sitio poliamina (Fig. 6). Igual que el receptor AMPA y KA, está formado por cinco subunidades. Cada subunidad tiene cuatro segmentos, de los que tres son transmembrana y el segundo es intramembrana. Los segundos segmentos de las cinco subunidades forman el poro del canal. Se han descrito cinco subunidades, una corta de 900 residuos (NR-1) y cuatro largas de 1.300 residuos (NR-2A a D) [50]. El canal de calcio del receptor NMDA no se activa en la transmisión sináptica normal, ya que está bloqueado por iones magnesio. El REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 glutámico sólo activa el canal de calcio del receptor NMDA cuando la neurona se ha despolarizado parcialmente desplazando a los iones de magnesio [50]. Se ha dado una gran importancia a los receptores NMDA tanto en la epileptogénesis como en la sincronización y propagación de la descarga. La despolarización sostenida, y el tren de descargas rápidas que la acompaña, que se observan en los cambios paroxísticos de despolarización que subyacen a las descargas interictales se atribuyen al estímulo de estos receptores NMDA. En ratas con kindling, la estimulación del tracto perforante induce una despolarización por receptores NMDA que no se observa en el grupo control. En estas ratas la corteza cerebral libera más glutámico y aspártico que los controles, y está aumentada la sensibilidad de los receptores NMDA en las células granulosas del giro dentado y en las células piramidales de CA3 [40]. También puede haber otros cambios de los receptores NMDA que los hagan menos sensibles al bloqueo por magnesio [43]. La entrada de calcio a través del receptor NMDA, además de intervenir en la despolarización sostenida de la membrana, participa en los procesos de potenciación prolongada y excitotoxicidad. El aumento del tono glutamérgico es convulsionante y su dis- S 37 J.A. ARMIJO, ET AL minución suele ser anticonvulsionante. La reducción del tono glutamérgico en el receptor NMDA puede conseguirse antagonizando competitivamente la acción del glutámico sobre el receptor, antagonizando competitivamente el sitio glicina y antagonizando de forma no competitiva la apertura del canal (Tabla III). Sin embargo, algunas de estas estrategias no han tenido efecto anticonvulsionante en humanos o lo han tenido, pero con un índice terapéutico inaceptable [4,5,45]. El gen GRIN1, que corresponde a la subunidad del receptor NMDA que fija al glutámico, se localiza en el locus 8q24.3, próximo al gen de la epilepsia generalizada idiopática y al gen KCNQ3 de un canal de potasio dependiente de voltaje, pero su papel como causante genético de epilepsia no se ha establecido. Contrasta la gran relevancia otorgada al receptor NMDA en la epileptogénesis y en la búsqueda de nuevos antiepilépticos, con el papel relativamente pobre que tiene como causa genética de epilepsias. Es posible que una anomalía en este receptor sea tan importante que sea incompatible con la vida. CANAL DE CALCIO DEL INOSITOL-TRIFOSFATO El canal de calcio asociado al inositol-trifosfato libera el calcio de sus depósitos intracelulares y aumenta la concentración de calcio citoplasmático. El gen de este receptor (ITPR1) se localiza en el locus 3p26-p25 (cromosoma 6 del ratón) y se expresa principalmente en el cerebelo, CA1 del hipocampo, caudado-putamen y corteza cerebral. El ratón opisthotonus, con convulsiones tonicoclónicas generalizadas espontáneas, presenta una mutación en el gen ITPR1 que afecta a la proteína del canal de calcio asociado a inositol-trifosfato. Normalmente, el estímulo repetido con quiscuálico se va amortiguando, pero en este mutante la atenuación es menor. La mayor parte de los ratones clonados sin este gen mueren intraútero y los que nacen presentan ataxia y convulsiones tonicoclónicas generalizadas con manifestaciones electroencefalográficas de epilepsia [36]. CANAL DE CLORO DEL RECEPTOR GABAA El canal de cloro ligado al receptor GABAA está formado, como el receptor nicotínico, por cinco subunidades con cuatro segmentos transmembrana. La unión de los segmentos M2 de las cinco subunidades forman el poro del canal. Se han identificado las subunidades α(1-6), β(1-3), γ(1-3), δ, ε y ρ(1-3). La composición más probable es 2α, 2βy 1γ, pero varía en función de la especie, la región del cerebro y la línea celular. En el cerebro de rata suele haber subunidades α1, β2 y γ2, mientras que en el cerebelo predomina α6. Además, hay subformas por reordenamiento del ARN (γ2 S y γ2 L y otras de la subunidad α6). Este complejo tiene sitios de fijación para el GABA (subunidades β), benzodiacepinas (subunidades α), barbitúricos, neuroesteroides y, al menos, cinco sitios más a los que se unen otros fármacos que facilitan la acción del GABA (Fig. 7). La subunidad α participa físicamente en la fijación de las benzodiacepinas. La α1 condiciona la fijación de las benzodiacepinas tipo 1, mientras que la α2, α3 y α5 condicionan la fijación de las benzodiacepinas tipo 2. La α4 y α6 son insensibles a las benzodiacepinas clásicas, pero fijan algunos antagonistas y agonistas inversos. La subunidad γ condiciona la sensibilidad al cinc y es necesaria para la acción de las benzodiacepinas [52]. El canal de cloro del receptor GABAA tiene una gran relevan- S 38 cia en la fisiopatología de la epilepsia y en el desarrollo de nuevos antiepilépticos. En la década de los 70, se acumularon datos que indicaban que el fenobarbital y las benzodiacepinas facilitaban el efecto del GABA, se encontraron deficiencias gabérgicas que podían ser substrato de algunas epilepsias y se constató un claro efecto anticonvulsionante de los fármacos que aumentaban el tono gabérgico. Por ello, desde 1975, la búsqueda de nuevos fármacos antiepilépticos se ha centrado en aumentar el tono gabérgico. El síndrome de Angelman, con retraso mental y epilepsia, se debe a una mutación en el gen UBE3A localizado en el locus 15q11-q13. Este locus contiene los tres genes que controlan la formación de las subunidades α5/β3 y γ3 del receptor GABAA, y se ha sugerido que dicho síndrome podría estar relacionado con mutaciones en el gen GABRB3 que corresponde a la subunidad β3 del receptor GABAA [27]. La mutación de este gen en ratones transgénicos produce un cuadro similar al síndrome de Angelman e incluye la aparición de crisis epilépticas [52]. El ratón SWXL-4, con umbral bajo para convulsiones límbicas por estímulos vestibulares, presenta una anomalía en el cromosoma 7 en el que se ubican los genes de tres subunidades del receptor GABAA que se expresan en la sustancia negra [23]. En pacientes con epilepsia temporal, se ha observado mediante tomografía por emisión de positrones una disminución de la fijación del flumacenilo a receptores benzodiacepínicos que se correlacionó con la frecuencia de crisis. También se ha apreciado esta anomalía en pacientes con epilepsia frontal y en individuos con epilepsia generalizada primaria, pero no en enfermos con ausencias y mioclonías. En sujetos con esclerosis hipocampal y ramificación de las fibras musgosas, se han observado alteraciones en la fijación del flunitracepam que se atribuyeron a cambios en la proteinocinasa o en la composición del receptor GABAA, por disminución de las subunidades α1, α2 y α5 y aumento de α4 y α6, que reducirían la sensibilidad a las benzodiacepinas y aumentarían la modulación neuroesteroide [39,52]. En el kindling amigdalar hay cambios de expresión de las subunidades γ2 del receptor GABAA y de la fosforilación. En las ratas con ausencias (GAERS) disminuyen las subunidades β2 y β3 de este receptor. En cuanto al papel del receptor GABAA en el desarrollo de nuevos fármacos, la facilitación del tono gabérgico en el receptor GABAA puede conseguirse con fármacos que actúan en el sitio benzodiacepina, en el sitio barbitúrico, en el sitio neuroesteroideo y en otros sitios (Tabla III) [4]; no obstante, es necesario desarrollar fármacos gabérgicos más específicos que actúen sobre determinados subtipos de receptores GABA A e incluso que modifiquen la expresión genética para sintetizar subunidades ‘antiepilépticas’ [52]. CANAL DE POTASIO DEL RECEPTOR GABÉRGICO GABAB El receptor GABAB está acoplado a proteínas G y formado por dos subunidades GABABR1 (a-d) y GABABR2. Este receptor tiene localización pre y postsináptica. El receptor presináptico produce el cierre de canales de calcio de alto umbral (L, N y P) y reduce la liberación de neurotransmisores como el GABA en la terminación gabérgica y el glutámico en la terminación glutamérgica del hipocampo. Los receptores GABAB postsinápticos en hipocampo, corteza, tálamo, septum y médula, abren canales de potasio que permiten su salida e hiperpolarizan lentamente la neurona. Estos receptores intervienen en la fase lenta REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 V CURSO DE ACTUALIZACIÓN DE LAS EPILEPSIAS Figura 7. Canal de cloro del receptor GABAA . En la parte izquierda puede verse la estructura pentamérica, por ejemplo dos α, dos β y una γ. Cada unidad tiene cuatro segmentos transmembrana y el segmento 2 forma parte del poro del canal. En la parte derecha se muestra el receptor GABAA con sus sitios moduladores [52,56]. de la hiperpolarización que sigue a los PDS. Por otra parte, los receptores GABAB postsinápticos pueden producir crisis tipo ausencia, ya que la estimulación de los receptores GABAB en el tálamo sincroniza corrientes T de calcio de bajo umbral que pueden dar lugar a puntas-onda de 3 ciclos por segundo [53]. La distribución de los receptores GABABes distinta de los GABAA, pues es máxima en las capas I a III de la corteza cerebral y en los núcleos geniculados medial y dorsal lateral del tálamo. Se ha sugerido que una mutación de los genes GABABR1a y b, localizados en el locus 6p21 muy próximos al locus HLA y que codifican dos proteínas relacionadas con el receptor GABAB, podrían ser un sustrato para las familias de Los Ángeles y de Berlín que presentan epilepsia mioclónica juvenil y ausencias, y que se han cartografiado igualmente en el cromosoma 6p junto al locus HLA [16]. En el ratón tottering, que presenta una mutación en el gen CACNA correspondiente a la subunidad α de un canal de calcio dependiente de voltaje, se ha descrito un aumento de receptores GABAB que podría explicar las puntas-onda de este modelo de ausencias [36]. Los fármacos gabérgicos pueden empeorar las ausencias, mientras que el CGP 35348, que es un antagonista del receptor GABAB, suprime las puntas-onda en modelos de ausencias [4]. CONCLUSIONES Los canales iónicos, tanto los dependientes de voltaje como los ligados a receptores, desempeñan un importante papel en la fisiopatología de las epilepsias y en el mecanismo de acción de los antiepilépticos. REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 Los canales de calcio dependientes de voltaje intervienen en la liberación de neurotransmisores, en la despolarización sostenida de los PDS y en la génesis de las ausencias; asimismo, son el sustrato de las convulsiones tonicoclónicas generalizadas y ausencias de algunos ratones. El canal de potasio dependiente de voltaje participa en la hiperpolarización que sigue a los PDS, es el causante del síndrome del QT largo, la epilepsia benigna neonatal, la ataxia episódica con mioquimia y es el lugar de acción de algunos antiepilépticos que activan este canal. El canal de sodio dependiente de voltaje es el lugar de acción de la mayor parte de los antiepilépticos clásicos y nuevos, así como el sustrato de la epilepsia generalizada y convulsiones febriles plus. El canal de sodio del receptor nicotínico es el sustrato de la epilepsia nocturna del lóbulo frontal. Los canales de sodio de los receptores AMPA y KA son sustrato de la epileptogénesis y el lugar de acción de nuevos antiepilépticos anti-AMPA y anti-KA. El canal de calcio del receptor NMDA es responsable de la despolarización lenta de los PDS, es sustrato de la epileptogénesis y desempeña un papel relevante en el desarrollo de nuevos antiepilépticos. El canal de cloro del receptor GABAA es responsable de la fase rápida de hiperpolarización que sigue a los PDS, es sustrato de la epileptogénesis, puede serlo del síndrome de Angelman y es el lugar de acción de algunos antiepilépticos clásicos y nuevos. El descubrimiento del papel de los canales iónicos en las epilepsias está permitiendo diseñar nuevas estrategias terapéuticas más específicas. S 39 J.A. ARMIJO, ET AL BIBLIOGRAFÍA 1. Engel J, Pedley TA, eds. Epilepsy: a comprehensive textbook. Philadelphia: Lippincott-Raven; 1997. 2. Delgado-Escueta AV, Wilson WA, Olsen RW, Porter RJ, eds. Jasper’s basic mechanisms of the epilepsies. Advances in neurology. Vol. 79. 3 ed. Philadelphia: Lippincott-Williams & Wilkins; 1999. 3. Eadie MJ, Vajda FJE. Antiepileptic drugs pharmacology and therapeutics. Berlin: Springer; 1999. 4. Meldrum BS. Current strategies for designing and identifying new antiepileptic drugs. In Engel J, Pedley TA, eds. Epilepsy: a comprehensive textbook. Philadelphia: Lippincott-Raven; 1997. p. 1405-16. 5. Dichter MA. Mechanisms of action of new antiepileptic drugs. In French J, Leppik I, Dichter MA, eds. Antiepileptic drug development. Advances in neurology. Vol. 76. Philadelphia: LippincottRaven; 1998. p. 1-9. 6. 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In Delgado-Escueta AV, Wilson WA, Olsen RW, Porter RJ, eds. Jasper’s basic mechanisms of the epilepsies. Advances in neurology. Vol. 79. 3 ed. Philadelphia: Lippincott-Williams & Wilkins; 1999. p. 253-78. 54. Flórez J. Acciones de los fármacos II. Mecanismos moleculares. En Flórez J, ed. Farmacología humana. 3 ed. Barcelona: Masson; 1997. p. 17-45. 55. Flórez J, Pazos A. Neurotransmisión en el SNC. En Flórez J, ed. Farmacología humana. 3 ed. Barcelona: Masson; 1997. p. 409-33. 56. Hurlé MA. Fármacos ansiolíticos y sedantes. En Flórez J, ed. Farmacología humana. 3 ed. Barcelona: Masson; 1997. p. 453-67. 57. Online Mendelian Inheritance in Man (OMIM). National Center for Biotechnology Information. Johns Hopkins University [www.ncbi.nlm.nih.gov/omim]. CANALES IÓNICOS Y EPILEPSIA Resumen. Objetivo. Revisar el papel de los canales iónicos dependientes de voltaje y ligados a receptores en la fisiopatología de las epilepsias y en el desarrollo de nuevos antiepilépticos. Desarrollo. Los canales de calcio dependientes de voltaje intervienen en la liberación de neurotransmisores, en la despolarización sostenida de los cambios paroxísticos de despolarización y en la génesis de las ausencias, y son el sustrato de las convulsiones tonicoclónicas generalizadas y ausencias presentes en algunos ratones. El canal de potasio dependiente de voltaje participa en la hiperpolarización que sigue a los cambios paroxísticos de despolarización, es causante del síndrome del QT largo, la epilepsia benigna neonatal, la ataxia episódica con mioquimia y es el lugar de acción de algunos antiepilépticos que activan este canal. El canal de sodio dependiente de voltaje es el lugar de acción de la mayor parte de los antiepilépticos clásicos y nuevos, así como el sustrato de la epilepsia generalizada y las convulsiones febriles plus. El canal de sodio del receptor nicotínico es el sustrato de la epilepsia nocturna del lóbulo frontal. Los canales de sodio de los receptores AMPA y KA son sustrato de la epileptogénesis y los lugares de acción de nuevos antiepilépticos anti-AMPA y anti-KA. El canal de calcio del receptor NMDA es responsable de la despolarización lenta de los cambios paroxísticos de despolarización, es sustrato de la epileptogénesis y desempeña un papel relevante en el desarrollo de nuevos antiepilépticos. El canal de cloro del receptor GABAA es responsable de la fase rápida de hiperpolarización que sigue a los cambios paroxísticos de despolarización, es sustrato de la epileptogénesis, puede serlo del síndrome de Angelman y es el lugar de acción de algunos antiepilépticos clásicos y nuevos. Conclusión. El descubrimiento del papel de los canales iónicos en las epilepsias permite diseñar nuevas estrategias terapéuticas más específicas. [REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-41] [http://www.revneurol.com/ 30S1/iS10025.pdf] Palabras clave. Antiepilépticos. Canales iónicos. Canalopatías. Epilepsia. CANAIS IÓNICOS E A EPILEPSIA Resumo. Objectivo. Rever o papel dos canais iónicos, dependentes da carga e os ligados a receptores, na fisiopatologia das epilepsias e no desenvolvimento de novos antiepilépticos. Desenvolvimento. Os canais de cálcio dependentes da carga intervêm na libertação de neurotransmissores, nas alterações paroxísticas de despolarização, por despolarização sustida e na génese das ausências, tendo um papel nas convulsões tónico-clónicas generalizadas e ausências presentes em alguns ratos. O canal de potássio dependente da carga, participa na hiperpolarização que segue as alterações paroxísticas de despolarização, sendo causa do síndroma do QT longo, a epilepsia benigna neonatal e a ataxia episódica com mioquimia, sendo também o local de acção de alguns antiepilépticos que activam este canal. O canal de sódio dependente da carga é o local de acção da maioria dos antiepilépticos clássicos e novos, tendo também um papel na epilepsia generalizada e nas convulsões febris plus. Os canais de sódio dos receptores nicotínicos têm um papel na epilepsia nocturna do lóbulo frontal. Os canais de sódio dos receptores AMPA e KA estão relacionados com a epileptogénese e são locais de acção dos novos antiepilépticos, anti-AMPA e antiKA. O canal de cálcio do receptor NMDA é responsável pela despolarização lenta nas alterações paroxísticas da despolarização, tendo um papel importante e no desenvolvimento de novos antiepilépticos. O canal de cloro do receptor GABAA é responsável pela fase rápida de hiperpolarização que segue as alterações paroxísticas de despolarização, tendo um papel na epileptogénese, podendo também estar envolvido no síndroma de Angelmann é o local de acção de alguns antiepilépticos clássicos e novos. Conclusão. A descoberta do papel dos canais iónicos nas epilepsias permite desenhar novas estratégias terapêuticas mais específicas. [REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-41] [http://www.revneurol.com/30S1/ iS10025.pdf] Palavras chave. Antiepilépticos. Canais iónicos. Epilepsia. Patologia dos canais. REV NEUROL 2000; 30 (Supl 1): S 25-S 41 S 41