440 FERDINANDO CASADIEGOS CÁCERES Según GAYO, en los fideicomisos hay que distinguir tres personas distintas: • El causam dans, o fideicommittens: el heredero a cuya buena fe, en términos generales, se confía la obligación de restituir. • El fiduciarius, el que recibe la herencia. • El fideicommissarius, quien recibe su cuota parte o un objeto determinado. El fideicomiso se divide principalmente en universal y particular: el universal, cuando el heres fiduciarius debe restituir al fideicomissarius la totalidad de la herencia o determinada cuota de la parte de la misma como por ejemplo, la tercera o la cuarta que es lo que se llama en derecho romano herencis fideicomisaria, conforme a lo mandado, recibe una cosa que no sea una parte alícutoa de la herencia sino algo determinado, ya en su género, ya en especie, o a una universalidad, como un peculio o un rebaño. A ello se le denomina fideicomiso de una cosa particular. Los términos válidos para hacer el fideicomiso de una cosa particular o universal, suelen ser principalmente estos: Pido, ruego, quiero, encomiendo, a la fe, cada uno de los cuales vale tanto como si se comprendiera en él. Según JUAN IGLESIAS: Fideicomiso - fideicomissum: Encargo remitido a los fides. Vino a superar los inconvenientes de régimen formalista a que se sujetaba el legado como herencia, que al colmar las deficiencias que tanto el legado como herencia entrañaban cómo ni uno ni otro permitían favorecer toda suerte de disposiciones mortis causa. Según PETIT cuando un testador quería favorecer a una persona, con la cual no tenía testamenti factio, no tenía otro recurso que rogar al heredero fuese el ejecutor de su voluntad, para dar al incapaz bien fuera un objeto particular, o bien la sucesión en todo o en parte, al heredero gravado que se llama fiduciario; a aquel a quien restituye fideicomisario. • El fideicomiso puede dejarse no solamente en un testamento como el legado, sino también en un codicilo, y por alguien que haya muerto intestado.