80 La Interpretación Constitucional Esta excepción (la good faith exception) fue creada por la jurisprudencia norteamericana en 1984 en la sentencia que resuelve el caso United States v. León. En ella se a¿rma que no procede aplicar la exclusionary rule cuando la policía haya obtenido pruebas en un registro efectuado de buena fe con una autorización inválida (por contener un vicio oculto) pero aparentemente correcta. Esta doctrina se completará en 1987 con la sentencia Illinois v. Krull, que extiende la excepción de buena fe de León a los supuestos en que la policía ha realizado el registro apoyándose en una ley posteriormente declarada inconstitucional. La razón de ser de la excepción de buena fe es que en estos casos -según a¿rmaba el Tribunal Supremo-la aplicación de la regla de exclusión no tendría ninguna e¿cacia disuasoria, pues, debido a la apariencia correcta de la autorización, el agente actuó en todo momento convencido de la corrección de su proceder92. En Espaxa la excepción de buena fe policial ha sido introducida por la reciente STC 22/2003, a propósito de un caso donde se cuestiona la licitud de la información contenida en el acta de entrada y registro que la policía realizó en el domicilio de un varón sin que mediara autorización judicial ni su consentimiento, sino sólo el consentimiento de su esposa. El Tribunal Constitucional aduce que “según el estado de la interpretación del ordenamiento en el momento de practicar la entrada y registro´, el consentimiento de la esposa aparecía “como habilitación su¿ciente para llevarlo a cabo conforme a la Constitución´. Es decir, que no existió dolo o culpa (o mala fe) en dicho registro, pues los agentes policiales que lo practicaron actuaban en la creencia de estar obrando lícitamente. Por ello -concluye- “la necesidad de tutela por medio de la exclusión de la prueba en este caso no sólo no es mayor que en el de las pruebas reÀejas, sino que podría decirse que no existe en absoluto´. En suma -continua el Tribunal “en casos como el presente, en que el origen de la vulneración se halla en la insu¿ciente de¿nición de la interpretación del Ordenamiento, en que se actúa por los órganos investigadores en la creencia sólidamente fundada de estar respetando la Constitución (...) la exclusión de la prueba se revela como un remedio impertinente y excesivo que, por lo 93 tanto, es preciso rechazar´ . Lamentablemente, pues, parece que en muchos países se está culminando un proceso de norteamericanización de la regla de exclusión; un proceso que está muy vinculado al reconocimiento del deterrent effect como justi¿cación de la regla de exclusión y que se traduce en la paulatina introducción de limitaciones a su ámbito de aplicación. En Espaxa el momento crucial de este proceso lo constituye desde luego la construcción de la doctrina de la conexión de antijuridicidad, pues a través de las Excepciones de la confesión voluntaria y el descubrimiento probablemente independiente ha acabado en la práctica con las pruebas ilícitas indirectas: desde su elaboración, sólo en dos o tres ocasiones ha reconocido el Tribunal Constitucional la e¿cacia reÀeja de la prueba ilícita. Pero lo más grave es que a través de la excepción de la buena fe policial puede terminar también con las pruebas ilícitas directas; o sea, con la regla de exclusión misma. 92 United States v. Leon, 468 US. 897, 943 (1984) e Illinois v. Krull, 480 US. 340 (1987). Un análisis de esta excepción en C.Fidalgo Gallardo, /DVSUXHEDVLOHJDOHVGHODH[FOXVLRQDU\UXOHFLWSSVV 93 STC 22/2003, FJ 10º.