HISTÓRICO FALLO OBLIGA A RECONOCER RELACIÓN LABORAL A LOS TRABAJADORES A HONORARIOS QUE INTEGRAN LA ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO Y MUNICIPAL El fallo dictado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema (rol 11584-2014), de fecha 1 de abril de 2015, viene a restablecer la vigencia del Estatuto Administrativo (18834) y Municipal (18883) en materia de trabajadores contratados a honorarios. En síntesis, el fallo dice que la Autoridad de la Administración o Municipal sólo puede contratar trabajadores a honorarios para cumplir labores accidentales o no habituales de la institución, así como profesionales o técnicos expertos en determinadas áreas para el desarrollo de cometidos específicos. Pero cuando se contrata, bajo la forma de honorarios a trabajadores para que ejerzan funciones habituales o esenciales para el servicio y, además, cumplan jornada de trabajo, reciban y acaten instrucciones (subordinación y dependencia) y perciban una remuneración mensual, se está haciendo una aplicación impropia de las leyes, una suerte de resquicio que devela un abuso inaceptable por parte de las Autoridades Públicas. En otras palabras, si el funcionario cumple jornada, desarrolla labores habituales, recibe órdenes y percibe mensualmente una remuneración, no se rige por lo que dice su contrato (el que firma cada cierto tiempo) sino por el Código del Trabajo. Es como si tuviera un contrato de trabajo. El fallo es notable por varias razones: Primero, porque primera vez un poder del Estado reconoce que la Administración Pública y Municipal se ha excedido en sus atribuciones al abusar de la figura de los honorarios para evadir las exigencias que impone una relación laboral formal. Segundo, porque es un fallo QUE UNIFICA JURISPRUDENCIA, esto es, una verdadera orden a los Tribunales inferiores para que interpreten de esta manera las derechos que surgen de la relación entre trabajadores a honorarios y sus respectivos servicios. Tercero, porque es evidente que la Autoridad ya no le resultará tan atractivo contratar a millones de honorarios debido a que tendrá que respetar sus derechos laborales, como cualquier trabajador. Aunque el fallo posee muchas más implicancias que las brevemente mencionadas, debemos concentrarnos en las consecuencias para nuestros honorarios actuales. Por lo pronto, sabemos que si son despedidos, podremos demandar obteniendo para ellos una indemnización por años servidos y el pago retroactivo de todas las cotizaciones previsionales adeudadas. ¿Pero qué pasa con aquellos que quieren continuar trabajando, ya no en las precarias condiciones actuales sino como sujetos de una relación laboral?. En mi opinión profesional, es posible iniciar demandas colectivas DECLARATIVAS cuyo objeto será el reconocimiento de una relación laboral y no civil. Naturalmente, aquello dependerá de muchas definiciones político-gremiales. Por lo pronto, habría que saber qué honorarios están dispuestos a firmar una demanda de este tipo, sabiendo que aquello puede originar la furia de su empleador y un eventual despido. Estimo que no todos están dispuestos, pero conozco a muchos que sin dudar un minuto lo harían (especialmente a aquellos que llevan varios años en la institución). De cualquier modo, este fallo marca un antes y un después en las relaciones de honorarios con el Estado Empleador. El abuso que ha venido sosteniendo el Estado afecta, por igual, a nuestros compañeros del sector público. ALEJANDRA MIRANDA DELGADO Asesora jurídica ANFINE