Embarazo y nutrición Jose Luis Esteller Ortiz, nutricionista Clinirehab Cuando buscamos un embarazo, nos llenamos de ilusión. ¡Vamos a ser padres! Y comenzamos a tomar ácido fólico, ya que sabemos que es muy importante para una futura gestación. Y está muy bien que lo hagamos. Pero es muy importante tener en cuenta otras consideraciones. También es importante llegar al embarazo con un peso adecuado: ni delgadez extrema ni sobrepeso. Nutrientes importantes en el embarazo Hasta un 50% de las mujeres en edad fértil pueden presentar carencias nutricionales de algún tipo, originadas por numerosas circunstancias: • El ritmo de vida ha hecho comer “cualquier cosa y de cualquier manera” • Por estrés • Porque hemos estado tomando anticonceptivos mucho tiempo • Por el tabaco • Por problemas gastrointestinales • … Y un largo etc. Así que, si tenemos tiempo de planificarlo, nos tendremos que asegurar niveles óptimos y no solo de Ácido fólico. Los nutrientes que recibe el feto mientras está dentro del útero y en los primeros meses de vida pueden originar en gran medida la aparición de ciertas enfermedades en su vida adulta. De manera que lo que come la madre durante el embarazo tiene una gran importancia sobre la vida futura del bebé. Es importante asegurar los requerimientos adecuados con alimentos de calidad y valor biológico, siendo de elección los alimentos frescos y naturales frente a los procesados e industriales. Avenida Cabo de Gata nº 88 – Calcio: el feto lo utiliza para su crecimiento, sobre todo durante el tercer trimestre. Además, la presencia de calcio previene la aparición de la hipertensión del embarazo y la eclampsia. – Hierro: durante el embarazo aumentan la necesidad de este nutriente, tanto por parte del feto como de la madre. En mujeres con reglas muy abundantes los depósitos corporales (ferritina) suelen estar bajos o cerca de límites inferiores. – Magnesio: es frecuente su carencia ya que es consumido por el cuerpo en grandes cantidades durante el estrés, y por eso los depósitos pueden ser insuficientes. El magnesio es importante para sintetizar neuromediadores que influyen en el estado de ánimo. – Omega 3: sobre todo el DHA, uno de los ácidos grasos omega 3, indispensable para el desarrollo del cerebro y la retina fetales. Si no somos consumidores de pescado azul es probable que nuestros niveles sean inferiores a lo deseado y a la importante misión que se espera de él. Si no comemos habitualmente pescado azul, podemos suplementarlo una temporada para asegurarnos buenos niveles. Además, el omega 3 DHA previene la obesidad futura y los trastornos anímicos del post parto. – Iodo: los requerimientos de iodo aumentan durante el embarazo. El déficit de iodo se asocia a retraso intelectual por inapropiada síntesis de hormona tiroidea. – Zinc: cuando existe deficit de zinc puede haber un mayor riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer – Vitaminas B: son muy importantes para distintas áreas del desarrollo fetal. De sobra es conocida la importancia del ácido fólico previniendo defectos neurológicos. Hay que recordar que la ingesta prolongada de anticonceptivos puede hacer disminuir los niveles de ácido fólico, vitamina B6 y B12. – Vitamina C: necesaria para la absorción del hierro y para sintetizar colágeno. El cigarrillo consume nuestros depósitos de vitamina C. Si hemos fumado hay que prestar mayor atención – Vitamina D: necesaria para la osificación y el crecimiento. Tampoco hay que olvidar la flora intestinal. Tiene la mayor importancia porque al nacer el bebé se “contamina” con la flora materna que a su vez lo ayudará en el desarrollo de su propia flora, junto con la lactancia materna. Por eso es importante asegurarnos una flora adecuada, sobre todo si hemos estado con alteraciones del ritmo intestinal o si tenemos demasiados gases e hinchazón de vientre. Si tenemos tiempo de programar el embarazo, debemos utilizar algún tiempo en optimizar nuestras reservas y nuestro peso. Si ha sido una grata sorpresa, buscaremos alimentarnos de la mejor manera posible: ¡sano y fresco! La ocasión lo merece. 950 083 749