Por qué es importante mantenernos activas durante el embarazo Hace algunas décadas atrás (o quizás aún hoy en día), sobre todo en sectores rurales, no era tan raro escuchar el término “se va a mejorar”, para hacer alusión a una mujer que va a dar a luz. Si es que nos vamos a mejorar de algo se supone que debemos estar enfermas primero. Y si, aunque suene raro, el embarazo era y es visto por mucha gente (hombres y mujeres) como una enfermedad. Pues bien, estamos aquí para desmentir ese supuesto. No podemos negar, que durante el embarazo ocurren muchos cambios a nivel fisiológico y psicológico que son un verdadero terremoto para quien lo vive, sin embargo, lejos de ser una enfermedad, el embarazo es un estado. Un estado único, especial, mágico. Y se debe vivir como tal. Dentro de las recomendaciones para una mujer que cursa un embarazo normal, está el realizar actividad física moderada. Si es que siempre has hecho ejercicio de manera regular, no existe ningún impedimento para que lo realices estando embarazada, sin embargo, es recomendable escoger ejercicios que no tengan rebote, como por ejemplo natación o bicicleta estática. Si has sido siempre sedentaria, puedes realizar ejercicios ahora, sin embrago la progresión debe ser muy suave y bajo la supervisión de un profesional competente. En términos generales, después de las primeras 12 semanas de gestación, con la autorización de tu médico tratante (descartando embarazo de riesgo), puedes hacer actividad física, lo que traerá, tanto para ti como para tu guagua, múltiples beneficios, algunos de los cuales son: Para la mamá: Mejora la función cardiovascular Controla el alza de peso Disminuye la probabilidad de tener molestias musculoesqueléticas Disminuye la aparición de edema y calambres Disminuye el riesgo de padecer diabetes gestacional y preeclampsia Mejora el estado anímico, la agilidad, el nivel de energía y el autoestima Ayuda a llegar en óptimas condiciones al parto Para la guagua: Disminuye la masa grasa Mejora su tolerancia al estrés Acelera su maduración neuroconductual En síntesis, el movimiento es vida, y en este momento, que llevas una dentro tuyo, con mayor razón. Lo ideal es realizar un ejercicio aeróbico (por ejemplo, caminar, nadar) de intensidad moderada, combinado con ejercicios de fortalecimiento muscular y elongación más específicos. Debes tomar ciertas precauciones, como utilizar un zapato firme que aminore el riesgo de lesionarse, estar siempre bien hidratada, utilizar ropa cómoda y evitar actividades de alta intensidad o extremas. La invitación es a mantenernos activas durante este período, viviéndolo y sintiéndolo al máximo, porque, y en esto me imagino estamos todas de acuerdo, enfermas no estamos.