“Responsabilidad fiscal, un patrimonio de Chile que debemos resguardar” Senadores y Diputados de la Oposición 6 de noviembre de 2012 1. La actual crisis económica de muchos países desarrollados, y las crisis experimentadas en el pasado en Chile, son evidencia de la necesidad de actuar con responsabilidad fiscal para generar estabilidad macroeconómica y mejorar de manera sustentable el bienestar de los ciudadanos. 2. El principio básico de la responsabilidad fiscal consiste en comprometer gasto público permanente siempre respaldado con fuentes de ingresos igualmente permanentes. Ello permite comprometer beneficios sociales para las familias, apoyos para el sector productivo e inversión pública, que no corran el riesgo de ser bruscamente recortados ante los vaivenes de la economía. Un lamentable ejemplo en el sentido contrario fue lo ocurrido en la crisis de los años ochenta en nuestro país. 3. Desde el primer día, los gobiernos de la Concertación fijaron el principio de la responsabilidad fiscal como marco para la implementación de sus políticas públicas. Así, al asumir el gobierno de Patricio Aylwin en 1990 planteó como indispensable realizar una reforma tributaria que recaudase a lo menos dos puntos del PIB para hacer frente a las cuantiosas necesidades sociales de la época. 4. En el gobierno de Eduardo Frei el gasto público siguió aumentando siempre a un ritmo sostenible. El gobierno de Ricardo Lagos introdujo un cambio clave al construir los presupuestos del sector público aislándolos del ciclo económico y del precio del cobre, mediante el establecimiento de metas explícitas de balance estructural. En esta misma línea, al inicio del gobierno de Michelle Bachelet se aprobó la ley sobre responsabilidad fiscal, que formalizó el enfoque estructural para guiar la política fiscal y creó los fondos de riqueza soberana para mantener e invertir el ahorro público resultante. 5. El enfoque estructural de las finanzas públicas, que implica ahorrar en tiempos de bonanza y desahorrar en tiempos de menor dinamismo, fue sometido a una doble prueba en el período 2006-2009, la que fue superada con éxito: Por una parte, en los tres primeros años se vivió un boom de precios del cobre, que generó una fuerte presión por mayor gasto púbico. La respuesta ante ello fue un aumento del gasto en función de la tendencia de crecimiento de los ingresos fiscales permanentes, materializándose un ahorro fiscal récord de más de 20% del PIB. Por otra parte, en 2009 se vivió la mayor crisis económica internacional desde la Gran Depresión, que hizo caer los ingresos fiscales en más de 21%. Sin embargo, ello no implicó recorte alguno en los beneficios para la ciudadanía, lo que habría sido contraproducente, pues es en épocas de crisis cuando más apoyo necesitan 1 las familias vulnerables. Por el contrario, se aplicó un impulso fiscal adicional para estimular la actividad, lo que ayudó a que la economía en nuestro país ya estuviera en clara senda de recuperación en 2010. 6. Los resultados de dos décadas de política fiscal responsable en Chile fueron notables, y han servido como ejemplo para muchos países, tanto en desarrollo como desarrollados. Es así como la deuda pública disminuyó desde 45% del PIB en 1990 a menos de 7% del PIB en 2009, a la vez que Chile pasó a tener por primera vez en su historia una posición fiscal acreedora neta. 7. Como Concertación hemos monitoreado la política fiscal implementada por el gobierno de Sebastián Piñera, velando para que no se aleje del camino de la responsabilidad fiscal. Es así como señalamos nuestra preocupación al observar que en sus dos primeros años estaban comprometiendo importantes gastos para el futuro sin hacer un esfuerzo equivalente en materia de ingresos fiscales. En este sentido, valoramos que el gobierno haya escuchado esta crítica y consecuentemente haya propuesto un ajuste tributario. Aunque consideramos que el ajuste propuesto no es la reforma tributaria que Chile necesita para abordar sus desafíos futuros, lo aprobamos por considerar que, aunque insuficiente, al menos ayudaba a mejorar parcialmente las proyecciones fiscales de mediano plazo. 8. En paralelo, el gobierno de Sebastián Piñera ha intentado instalar la idea de que habría heredado una situación fiscal desmedrada de la administración anterior, tal vez como pretexto para los resultados que entregará al gobierno que asuma en 2014. Para ello ha usado como punto de referencia los resultados fiscales del año 2009, justo aquel en que se aplicó una política contracíclica para contrarrestar la mayor crisis económica internacional de los últimos ochenta años. Si bien dicha política llevó ese año a un déficit fiscal de 4,2% del PIB, el superávit acumulado en el período 2006-2009 fue de 16% del PIB, el mejor resultado fiscal que haya heredado alguna vez un gobierno en la historia de Chile. 9. Más aún, la política fiscal contracíclica aplicada en Chile el año 2009 en su momento fue ampliamente respaldada por economistas de todos los sectores, así como por los organismos internacionales pertinentes. Los mismos han señalado que si ha de hacerse una crítica, es a la lentitud con que los estímulos fiscales han sido retirados ahora que la economía está más dinámica y que el precio del cobre se ha recuperado. 10. Por ello, hacemos un llamado al gobierno de Sebastián Piñera para mantener la responsabilidad fiscal como un patrimonio de Chile que debemos resguardar, y para seguir avanzando en perfeccionar la institucionalidad, la gestión y la transparencia fiscal, tal como hicimos por veinte años en los gobiernos de la Concertación. Ir en el sentido contrario, pretendiendo utilizar la política fiscal para obtener ganancias políticas pequeñas, le hace mal a Chile. 2