TABLA DE CONDUCTAS PROBLEMÁTICAS EN EL COLEGIO (Marcad en el cuadro de la izquierda las conductas que presente el alumno/a) CONDUCTAS MOTORAS Amenazas Crueldades Robar Insociabilidad Agresión Romper cosas a propósito Faltas de respeto Falsear, mentir Vagancia Desobediencia Hacer novillos Inatención Malos modales Palabrotas, blasfemias Presentar dibujos o notas obscenas Ensimismamiento Falta de concentración Trabajo desordenado y descuidado Timidez Obstinación, cabezonería Suciedad personal y desordenado Escupir Chismorrear Ansiedad Falta habitual de puntualidad Atraer la atención, presumir, alardear, vanagloriarse Charlatanería Hacer ruidos Ensueños Ser violento Molestar a los compañeros durante el trabajo Insultar Burlarse de los compañeros Echar la culpa a los demás Impulsividad Chillar con facilidad Interrumpir cuando se está hablando Irritabilidad Quitar cosas a los compañeros por la fuerza Hacer el payaso en la clase Conducirse de modo violento para sí mismo y para los demás Excesiva lentitud en la tarea Hacer las cosas burdamente Depresión Vergüenza ante los compañeros del otro sexo Jugar siempre a solas Abandono ante el fracaso en las tareas TABLA DE CONDUCTAS PROBLEMÁTICAS EN EL COLEGIO (Marca en el cuadro de la izquierda las frases con las que estás de acuerdo o que a ti te ocurren) CONDUCTAS COGNITIVAS (Lenguaje interior del alumno/a) “Los compañeros no son buenos conmigo” “Me aburro mucho en la clase, las cosas que me enseñan no son interesantes” “El colegio parece una cárcel” “Tantas evaluaciones y controles me ponen nervioso” “Me ponen tantas tareas para casa que apenas me queda tiempo para jugar ni ver la TV” “Me siento acomplejado en la clase” “No me van bien las cosas y recuerdo lo feliz que era en los cursos anteriores” “Los profesores son injustos conmigo” “No tengo amigos” “Los demás compañeros no me tratan bien” “Tengo más problemas que los demás” “Soy torpe y la mayoría de las cosas no me salen bien” “Sufro por mi aspecto físico” “No sirvo para nada” “Poca gente me quiere” “En mi casa me reñirán por las notas” “Un profesor me tiene manía” “Si tengo que hablar en clase me da mucha vergüenza” ECONOMÍA DE FICHAS Es una técnica específica para desarrollar conductas incipientes y también para disminuir conductas problemáticas. En ella intervienen el reforzamiento positivo (las fichas que el alumno ganará por las respuestas deseadas) y el castigo negativo (las fichas que perderá por hacer conductas no deseadas). La técnica consiste en establecer un sistema de refuerzo mediante la utilización de unas pequeñas fichas o tarjetitas (gomets, clips, etc.) para premiar las conductas que se desean establecer. Realizando las conductas que se determinen previamente los alumnos son recompensados con fichas que posteriormente son intercambiadas por reforzadores materiales y/o sociales que, en un principio se han acordado con el profesor. Para utilizar correctamente el sistema de fichas, previamente y de modo conjunto (profesor y alumnos) deberán fijar claramente el valor de las fichas o puntos que se otorguen y las conductas que van a ser premiadas. Dichas conductas deben corresponder a aquellas situaciones que el profesor desee implantar en el alumno (disciplina, atención, tarea académica, etc.) Las fichas deben tener un valor de intercambio muy claro para el alumno y referirse tanto a situaciones gratificantes que se puedan obtener (escuchar durante unos minutos una grabación preferida) como a refuerzos materiales (golosinas, lápices, etc.). Una vez puesto en funcionamiento el sistema inicialmente se debe reforzar con fichas cada vez que ocurre la conducta deseada para motivar al alumno y lograr implementarla. Cuando la conducta ya está adquirida y mantenida, se deberá reforzar de un modo intermitente. Del mismo modo, los intercambios de fichas o puntos deben ser frecuentes en el inicio de la aplicación del programa para, posteriormente, retardar de modo gradual y progresivo el intercambio. Cuando las conductas se vayan instaurando y consolidando paulatinamente se debe ir espaciando los intervalos de intercambio de tal modo que se produzca una deshabituación progresiva de las fichas y de los reforzadores que obtiene el alumno reemplazando los anteriores reforzadores materiales por reforzadores sociales (elogio, alabanza, sonrisa, aprobación, etc.). La técnica está especialmente indicada para la modificación de conductas problemáticas tales como: llamar la atención con risas, payasadas, etc. Alborotar. Peleas. Correr y gritar por la clase Cualquier comportamiento disruptivo. y para incrementar el rendimiento académico. A tener en cuenta: Los alumnos deben tener en un lugar bien visible de la clase cuáles son las conductas a realizar. Deben figurar el número de puntos o de fichas a ganar por la realización de cada una de ellas en los espacios de tiempo que se establezcan en el programa. La administración de fichas (recepción por refuerzo, retirada por castigo y canje por refuerzos) no debe interferir en la práctica normal de la clase. Podría utilizarse un tiempo exclusivamente dedicado a ello que bien podría ser la hora del recreo cuando se trate de administración de fichas con carácter colectivo. En la administración de fichas con carácter individual sí se puede realizar durante la propia dinámica didáctica de la clase sin necesidad de darle mayor énfasis o importancia a la entrega de la ficha. Deberá asociarse la entrega de la ficha al alumno con un reforzador social (comentario positivo). Cuando un alumno realice una conducta que figura en el programa (plasmado en un mural en la pared o tablón de anuncios de la clase) conceptualizada como punitiva deberá entregar el número de fichas que se haya establecido (costo de respuesta) sin que ello ocasione ningún tipo de alteración emocional en el alumno o profesor. Sencillamente se le indicará qué conducta no deseable ha realizado y cuál es su costo y proceder a la recogida de las fichas. Administración frecuente de fichas al inicio del programa. Aclararle al alumno porqué motivo recibe o pierde una ficha con el objeto de que asocie la relación de contingencia: conducta deseable-consecuencia positiva, y, conducta indeseable-consecuencia negativa. Las fichas pueden exponerse en un lugar visible a los alumnos, pero que no interfieran en la tarea escolar. El sistema de fichas puede hacerse más complejo a iniciativa del profesor introduciendo para ello un subsistema de fichas mediante las cuales se pueden obtener otras fichas de valor superior a las primeras. Uno de los principales objetivos del sistema de fichas es habituar gradual y progresivamente al alumno a tolerar demoras en la recepción de fichas conforme avanza el programa. Deberá asignarse un lugar determinado de la clase para el canje de fichas por reforzadores. Los reforzadores más codiciados deberían poseer un valor más alto en fichas. Los reforzadores materiales deberían estar expuestos a los alumnos. Se debe utilizar algún sistema de registro que esté expuesto a la vista de todos en la clase, cuando se trate de modificar o implementar conductas a todo el grupo, o bien una tarjeta de registro individual para un alumno concreto. En el primer caso puede ser una cartulina donde figuren en columna los nombres de todos los alumnos y a su derecha colocar marcas, gomets, chinchetas, alfileres con cabezas de colores, etc., indicativos de cada ficha conseguida. Puede pedirse a los niños que traigan de su casa algún juguete u otro material que no utilicen y "donarlo" para usarlos como reforzadores de intercambio. MODELOS GANANCIA DE TIEMPO LIBRE MINUTOS Realizar la tarea completa limpiamente 5 Trabajar en silencio 3 Prestar atención durante las explicaciones 3 Comportarse correctamente y respetar al compañero 3 Entrar rápidamente después del recreo 2 Mejorar la letra 2 Mejorar la lectura 2 Tener el cuaderno limpio y ordenado 2 Hacer los deberes diariamente 1 Permanecer en el sitio realizando la tarea 1 Andar correctamente, sin carreras, por el colegio 1 En este modelo se exponen las conductas, especialmente académicas, que van a tener un refuerzo positivo (ganancia de tiempo libre) y cuál es el número de minutos por cada una de ellas. PÉRDIDA DEL TIEMPO LIBRE MINUTOS Levantarse sin permiso 1 Hablar excesivamente 1 Jugar y hacer ruidos en la clase 2 Alborotar cuando no está el profesor en clase 5 Tardar excesivamente en la entrada del colegio 2 Molestar a los compañeros 2 Peleas e insultos 10 Permanecer en las barandillas del colegio 3 En este se exponen las conductas indeseadas por las que se pierde tiempo libre ya ganado y es la que corresponde al castigo negativo o costo de respuesta. EL TIEMPO LIBRE GANADO SE PUEDE UTILIZAR EN: salidas al recreo actividades preferidas lecturas de libros plástica vídeo etc. Este modelo corresponde al canje o intercambio de tiempo obtenido por los reforzadores anteriores. INTERCAMBIO DE FICHAS GANADAS Fichas Lectura de un cuento 2 Jugar con los rompecabezas 5 Tiempo libre en el patio 3 Actividades preferidas 4 Hablar con un compañero durante unos minutos 3 Salir al patio 5 minutos antes, después de terminar la tarea 3 Jugar con el parchís 5 Jugar con la oca 5 Hacer plástica después de la tarea 3 Cambio por una goma 8 Cambio por un lápiz 10 Escuchar el cassette durante 15 minutos 20 Leer un libro de la biblioteca infantil 15 Repartir los folios en los controles 5 Ayudar al encargado de la papelera 5 Este es un modelo en el que la ganancia obtenida no es la unidad de tiempo sino una ficha. El listado podría reducirse o extenderse en función de los recursos existentes en la propia aula o los aportados por los alumnos. FICHA DEL ALUMNO: Jorge Ramírez GANANCIA DE TIEMPO: 3 2 5 1 2 5 PÉRDIDA DE TIEMPO: 1 3 2 2 1 1 FICHAS GANADAS x x x x x x 5 3 x x x Este modelo corresponde al registro individual de un alumno. x x MODIFICACIÓN DE CONDUCTA ALUMNO:___________________________________________CICLO:________________CURSO:______________FECHA:___________ TUTOR/A:________________________________________ OBJETIVOS OPERATIVOS MATERIAL OBJETIVOS ESPECIFICOS 1.- Observar y definir sus conductas problemáticas. 2.- Hacer consciente al alumno de sus comportamientos negativos. 3.- Aumentar la conducta de trabajo como alternativa a los problemas de conducta. - Trazar la línea base de sus conductas negativas. Para ello, utilice un procedimiento de observación de 10 minutos diarios durante una semana. Emplee 1 minuto para observar, 30 segundos para registrar, y así sucesivamente hasta completar los 10 minutos. - Sujete una tarjeta en una esquina del pupitre con cinta adhesiva para que el alumno haga una señal cada vez que se levante o hable sin permiso o cuando realice una conducta negativa. - Hoja control-conducta. - Cartulina donde estén escritas las conductas negativas que hace el alumno. - Conducta de trabajo: mantenerse quieto en el pupitre realizando con atención la tarea encomendada. METODOLOGÍA Mientras los alumnos realizan una tarea independiente, el profesor/a se sienta a observar durante 10 minutos. Observa durante 1 minuto y toma nota de las conductas negativas del alumno durante 30 segundos, sin que éste se sienta observado. Lo hará en la hoja de control de conducta. Al día siguiente, presenta al alumno una cartulina donde se indican las conductas observadas en la 1ª sesión y se le explica que cada vez que haga algo de lo escrito en la cartulina, ponga una señal (X) en el apartado correspondiente. El profesor/a, al mismo tiempo que continúa la observación, controlará que el alumno haga la señal cuando se comporte inadecuadamente. Si no lo hace, el profesor/a se acerca y le pone la señalHaga lo anterior durante 5 días. A la semana siguiente efectúe el mismo procedimiento e introduzca el elogio, palmada cariñosa en la espalda, sonrisa aprobadora, etc, cuando al pasar por su pupitre le encuentre trabajando. HOJA CONTROL-CONDUCTA ALUMNO:________________________________________________________________________________ FECHA:_______________________OBSERVADOR:______________________________________________ OBSERVAR 1 MINUTO Y REGISTRAR DURANTE 30 SEGUNDOS EN UN PERIODO TOTAL DE 10 MINUTOS DIARIOS. CONDUCTAS DISRUPTIVAS OBSERVADAS 1º minuto: 2º minuto: 3º minuto: 4º minuto: 5º minuto: 6º minuto: 7º minuto: 8º minuto: 9º minuto: 10º minuto: AUTOCONTROL DE LAS CONDUCTAS ALUMNO:______________________________________________________________________________ El alumno registra con una (X) en la casilla correspondiente cada vez que ocurre la conducta. CONDUCTAS A MEJORAR FRECUENCIA DE APARICIÓN(poner la señal en esta columna) ¿Cómo afrontar problemas nocturnos? Permitir que el niño duerma regularmente en la habitación de los padres puede provocar problemas graves. En muchos casos, los padres lo consideran un hábito difícil de interrumpir cuando se ha iniciado. Orientaciones para devolver al niño a su cama: 1. Si el niño va hasta la habitación de sus padres, hay que hacerle volver a su cama y meterlo en ella sin demasiadas contemplaciones. Los padres han de ser firmes. 2. Se puede utilizar la "táctica de los apretujones", la finalidad es hacer que el niño se sienta incómodo en la cama ajena y que la suya vaya siendo más atractiva. Consiste en empujarle hacia fuera de la cama, dejándole cada vez menos espacio en la cama, apretujarle sin hacerle daño, darle una patada suave,... 3. Utilizar recompensas por el hecho de dormir solo o los progresos hacia esa meta. Asegúrese de expresar lo orgulloso que se está de él y que es un "chico mayor". Préstele una atención especial y sea cariñoso con él durante el día. 4. Hacer su habitación más atractiva, no significa redecorarla sino cambiar algunos aspectos y que el niño sea participe de ellos. 5. Establecer un horario regular de sueño. 6. Antes de dormir contarle algún cuento. Se le puede contar alguno relacionado con el problema. 7. Se puede utilizar un contrato en el que tendrá algún premio por dormir en su habitación, se marcará en un almanaque los días que ha tenido éxito, acordando previamente el premio a final de mes, si se comienza con refuerzos continuos pasar poco a poco a refuerzos intermitentes. PROCESO EN LA MODIFICACIÓN DE CONDUCTA 1. Observar el comportamiento del niño. 2. Hacer una lista de conductas problema. 3. Ordenar la lista por orden de prioridades. 4. Señalar las conductas que primero deseamos modificar, aquellas en las que se puede obtener un resultado más rápido (las menos complicadas o las más frecuentes). 5. Elegir una o dos conductas para modificar y olvidar las restantes. 6. Hacer un plan sobre las medidas que se tomarán en caso de que el niño funcione bien (positivas) y en caso de que lo haga mal (negativas). 7. Explicar al niño la nueva situación. Se trata de explicar al niño las nuevas normas, no decirle por ejemplo, que la cosa va a cambiar porque "ya no me vas a tomar el pelo". Si decimos algo así y no somos capaces de mantenerlo, la derrota tendrá consecuencias muy negativas. 8. Ser constantes en su puesta en práctica. ORIENTACIONES SOBRE EL CONTROL DEL COMPORTAMIENTO. El alumno presenta problemas de actitud en el aula, tiene actitud provocadora, falta de motivación y rebelión ante las normas y ante la figura de profesor. Presenta graves problemas de aprendizaje, como la repetición del curso, debido a unos patrones de conducta incorrectos. Nos vamos a centrar en sus problemas de conducta, no en su persona, y en conseguir mejorar su actitud dentro y fuera del aula. Para ello es necesaria la colaboración entre la escuela y la familia. Esta colaboración es sumamente importante si se quiere conseguir resultados positivos. Aspectos a tener en cuenta: 1.- que los alumnos imitan el comportamiento de los adultos, por lo que para conseguir un comportamiento adecuado, nosotros debemos ser un ejemplo para él. 2.- Concretar el comportamiento: resumir lo que el alumno debería de hacer preferentemente en términos positivos: "Céntrate en tu trabajo, acaba tus deberes y permanece en tu sitio". Dando estas instrucciones con voz firme y sosegada, poniendo un "punto final" al concluir la frase. 3.- Enseñar soluciones alternativas a los conflictos: trabajar distintos tipos de pensamiento (ponerse en el lugar del otro, consecuencias y causas de una conducta,...), manteniendo charlas individuales con el alumno, conversando sosegadamente, con una relación cordial sin intimidación (hora de tutoría, Plan de Acción Tutorial). 4.- Los elogios por los avances del chico deben de ser concretos, adecuados e inmediatos. Lo que aumenta la probabilidad de que esta conducta se interiorice y generalice. 5.- En caso de castigar al alumno tener en cuenta que: * Si se usa el castigo demasiado a menudo, el chico se habitúa y deja de ser eficaz. * Castigar tan pronto como sea posible después de la mala conducta. * No hay que amenazar con castigarle y luego no seguir adelante, pues la próxima vez no nos tomará en serio. * La falta de consistencia y las amenazas vanas conducen a la mala conducta que se convierte en más firme y resistente al cambio. * Tener siempre en cuenta que el castigo continuado produce saciación, con lo que deja de ser eficaz. * Los castigos a que nos referimos aquí se tratan de las pérdidas de refuerzos, como la pérdida del recreo, de gratificaciones, responsabilidades, actividades preferidas,... 6.- Entre los reforzadores que podemos utilizar están los sociales (elogios,...), materiales (juguetes, golosinas...), actividades (ver TV,...) O fichas. El refuerzo puede emplearse con el resto de la clase, para afianzar conductas y actitudes que se estén trabajando con el alumno y ampliar al resto de la clase. 7.- Tener en cuenta que el prestar atención a un alumno/a puede convertirse en un fuerte reforzador. Debemos tener cuidado en el uso involuntario de algunos reforzadores, como las reprimendas. 8.- Un modo eficaz de eliminar comportamientos específicos (malas miradas, hablar sin permiso,...) es simplemente ignorarlos. Ignorar el comportamiento consiste en no hacer el mínimo caso a conductas que desagradan y al mismo tiempo prestar atención y hacer comentarios de las conductas positivas que agradan, sobre todo en compañeros cercanos al transgresor. Por ejemplo, si el chico habla sin permiso en una asamblea, se le ignora totalmente que habla y nos dirigimos a alguien cercano a él diciéndole: "me gusta, Juanito, que estés en silencio cuando Angel nos explica sus ideas,..." 9.- Tener en cuenta la importancia de un ambiente relajado y tranquilo, ya que los entornos tensos, alborotados y desestructurados aumentan la tensión del alumno. Reflexionar sobre qué podemos hacer para tener un entorno de aula tranquilo y relajado. Estas orientaciones son para tenerlas en cuenta tanto en el centro escolar como en el ambiente familiar. Es importante la coordinación y el diálogo entre ambos. Tener en cuenta también que al iniciar un programa de modificación de conducta,sus resultados no son inmediatos, pudiendo haber inicialmente un incremento de la conducta no deseada. Es fundamental llevar un registro de las conductas del alumno. Los registros que lleva a cabo la profesora en el aula, pueden ser enviados a su familia para que ésta recompense los avances y felicite al chico o retire actividades agradables para él en el caso de que sean conductas negativas. La forma de utilizar los registros debe ser un estímulo para incrementar actitudes y conductas adecuadas y hacer un seguimiento del alumno. PROCESO DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTAS: 1.- Observar el comportamiento del niño. 2. Hacer una lista de conductas-problema que se desean cambiar, incluyendo la frecuencia en que aparecen. 3. Ordenar la lista por orden de prioridades. 4. Señalar las conductas que primero deseamos modificar, aquellas en las que se puede obtener un resultado más rápido (las menos complicadas o las más frecuentes). 5. Elegir una o dos conductas para modificar y olvidar las restantes. Más tarde se tratarán estas últimas. 6. Hacer un plan sobre las medidas que se tomarán en caso de que el niño funcione bien (positivas) y en caso de que lo haga mal (negativas). 7. Explicar al niño la nueva situación. Se trata de explicar al niño las nuevas normas, no decirle por ejemplo, que la cosa va a cambiar porque "ya no me vas a tomar el pelo". Si decimos algo así y no somos capaces de mantenerlo, la derrota tendrá consecuencias muy negativas. 8. Ser constantes en su puesta en práctica. 9.- Confeccionar un listado de cuáles van a ser los posibles reforzadores para el alumno de modo que sean efectivos 10.- Al principio de iniciar el plan de modificación de conducta deberán administrarse los reforzadores de modo más continuado, reduciendo gradualmente la frecuencia del mismo en función de la ocurrencia y de la persistencia de la conducta-objetivo. 11.- Debe controlarse hasta qué punto el reforzador que se le administra produce saciedad en el alumno. Se debe disponer de otros reforzadores y combinar los reforzadores sociales con los materiales. 12.- Llevar un registro de conductas negativas y progresos. Hacer dos listas; una la llevará la profesora y otra la completará el alumno. Revisar la lista al final de la semana. Utilizar el registro como reforzador de la conducta positiva. 13.- Juego de roles: Se trata de un juego para mejorar la conducta del alumno. El proceso comienza explicándole que se va a realizar una experiencia para mejorar su comportamiento y por la que obtendrá algunos beneficios si se realiza bien. Ejemplos de reglas del juego: A) para levantarte del asiento debes pedir permiso al profesor/a B) es necesario pedir permiso para hablar. C) no se puede levantar la voz ni gritar. D) utilizar un vocabulario adecuado. E)_____________________________ Cuando se incumple alguna de las reglas debe marcarlo en su hoja de registro. Este juego se realizará durante los primeros minutos de la clase, incrementando su duración y organizarlo en intervalos. Para organizar estos intervalos podemos tener en cuenta periodos, asignaturas, momentos del día, o con el profesor/a con el que el comportamiento sea más negativo. Comenzar este juego en un ambiente facilitador que sirva de entrenamiento y reforzador del alumno. Cuando el alumno tenga éxito en el juego se empleará algún tipo de reforzador de los seleccionados. El juego se puede aplicar también al grupo-clase. 14.- Colocar en un lugar de fácil acceso para el alumno un calendario que recoja su proceso. 15.- Con el resto de la clase: Incluir en el Plan de Acción Tutorial algunas sesiones para trabajar las habilidades sociales (ponerse en el lugar del otro, decir cumplidos, quejarse,...) 16.- Coordinar estas orientaciones con el resto de profesores que le imparten docencia al alumno. LAS REGLAS DE CLASE El programa que se presenta a continuación constituye una conjunción armonizada de técnicas de refuerzo y de extinción (técnicas de modificación de conducta) y está formado por las siguientes fases: A) INSTRUCCIONES B) MOMENTOS ÓPTIMOS DE REPASO C) TÉCNICAS: IGNORAR Y ALABAR. D) TIPOS DE CONDUCTAS INADECUADAS E INCOMPATIBLES E) COMENTARIOS REFORZANTES La aplicación de este programa ha de tener un carácter de sistematicidad dotándolo de la entidad curricular que las condiciones contextuales posibiliten. Se podría decir que a mayor tratamiento normalizado mayor es el rendimiento obtenido y en nuestro caso el rendimiento sería la obtención de eficacia conductual. El tratamiento normalizado consistiría en programar, organizar, evaluar, etc. A) INSTRUCCIONES Colocar en un lugar bien visible de la clase las NORMAS DE CONDUCTA que se deben observar en el aula. Deben tener las siguientes características: 1. Reglas cortas y concretas. 2. Cinco o seis reglas es lo adecuado. 3. Construir las reglas de manera positiva, a ser posible no utilizar el "NO". 4. Leer colectivamente (profesor y alumnos) las reglas unas 4-6 veces al día. 5. Recuerde las reglas a los alumnos en otros momentos que sean, a ser posible, cuando se porten bien. No recordarlas cuando alguien se comporte inadecuadamente. NORMAS DE CONDUCTA DE LA CLASE 1. PERMANECER SENTADOS MIENTRAS SE TRABAJA. 2. LEVANTO LA MANO PARA PEDIR ALGO AL PROFESOR. 3. CUANDO EL PROFESOR NO ESTÁ, GUARDO SILENCIO. 4. REALIZO LA TAREA SIN MOLESTAR AL COMPAÑERO. 5. SI NECESITO HABLAR LO HAGO EN VOZ BAJA. B) MOMENTOS ÓPTIMOS PARA REPASAR LAS NORMAS DE CONDUCTA Estos momentos pueden ser: - A la entrada, por la mañana. - A media mañana - En parte del horario de una materia concreta, turnándose el profesorado para que todos se involucren en la tarea común. - En la hora de Tutoría. C) TÉCNICAS IGNORAR LA CONDUCTA INADECUADA No se le debe prestar atención a las conductas inadecuadas que interfieren con el aprendizaje o la enseñanza, a menos que, por supuesto, un niño lastime a otro, en cuyo caso hay que usar un castigo que parezca adecuado a la acción; es preferible la retirada de algo que sea reforzante para él. El aprender a ignorar es bastante difícil. La mayor parte de nosotros presta atención a las transgresiones; por ejemplo, muchas veces en vez de ignorar decimos cosas como las siguientes: "María, estate quieta", "José, ya está bien de molestar", "Vicente, deja de andar y trabaja". Las conductas que se deben ignorar comprenden conductas motoras tales como: dejar su asiento, correr, andar, mover sillas, etc. También debe ignorarse cualquier comentario verbal que no esté relacionado con la tarea como conversar con otros niños cuando no está permitido, decir el nombre del maestro para llamar la atención, ruidos extraños, reir, etc. Debe ignorarse cualquier ruido que haga con los lápices, objetos, así como molestar a otro compañero. ALABAR LA CONDUCTA ADECUADA Se suele tener tendencia a dar por supuesta la conducta adecuada y a prestar atención solamente cuando un niño actúa o se porta mal. La aplicación de esta técnica supone lo contrario, es decir: sorprender al niño cuando se porta bien, y hacer un comentario adecuado para recompensarlo por su buena conducta aunque sólo sea un ligero inicio de esa buena conducta deseada. 1. ALABE, PRESTE ATENCIÓN O SONRÍA CUANDO EL NIÑO ESTÉ HACIENDO LO QUE SE ESPERA QUE HAGA. 2. MOLDEE LA CONDUCTA DESEADA MEDIANTE EL REFUERZO DE PEQUEÑOS PASOS CONSEGUIDOS (prestando atención a los pequeños avances de la conducta que se desea). 3. ALABE LAS CONDUCTAS POR SEGUIR LAS REGLAS DE LA CLASE, LAS CONDUCTAS PROSOCIALES Y TODAS AQUELLAS CONDUCTAS QUE SE PROPONGA ESTABLECER EN EL AULA. Ejemplo: "alabar por": - Centrarse en el trabajo individual - Levantar la mano - Estar en silencio - Prestar atención y seguir las instrucciones. - Estar tranquilo y callado. Trate de que sus comentarios reforzantes sean lo más variados posibles. Al principio probablemente tenga la sensación de que alaba demasiado y de que eso suena un poco falso para Vd.. Esta es una reacción típica y se vuelve natural con el paso del tiempo. Si los comentarios interfieren la tarea de clase, entonces utilice gestos, sonrisas, es decir, atención facial para alabar la conducta adecuada. Camine por la clase y sorprenda a los alumnos que cumplen las conductas adecuadas, póngales la mano en la espalda y refuércelos. Se ha comprobado que la alabanza que se dice a un niño con tranquilidad es eficaz si se combina con algún signo físico de aprobación. REGLA GENERAL: ALABE Y PRESTE ATENCIÓN A LAS CONDUCTAS QUE FACILITEN EL APRENDIZAJE. DIGA AL NIÑO POR QUÉ SE LE ALABA. TRATE DE REFORZAR CONDUCTAS INCOMPATIBLES CON LAS QUE DESEA HACER DISMINUIR. D) TIPOS DE CONDUCTAS EN LA CLASE CONDUCTAS INCOMPATIBLES: CONDUCTAS INADECUADAS: REFORZAR IGNORAR 1. Correr Estar sentado 2. Hablar Estar callado 3. Agresividad Conductas colaboracionistas (ayudas, trabajos conjuntos, diálogo, etc.) 4. Hiperactividad Permanecer tranquilo realizando la tarea. 5. Timidez Cualquier inicio de expresión de sus sentimientos, diálogo, interacción, reunión, etc. 6. Inatención Trabajos minuciosos, detallistas del gusto del alumno, trabajos manuales, juegos. 7. Otras Analizarlas y encontrar las conductas que imposibiliten au realización para reforzarlas. E) EJEMPLOS DE COMENTARIOS REFORZANTES - Me gusta que trabajes tan tranquilamente. - Lo haces muy bien. - Eso sí que es un buen trabajo. - Te has ganado... - Me gusta verte trabajar de este modo. - Tu trabajo es cada vez más limpio. - Estás aprendiendo bien. - Has mejorado mucho. - Tu conducta es la adecuada. - Conoces bien las reglas. - Lo has conseguido. - Has aumentado tu rendimiento. Bibliografía: Antonio Vallés Arándiga Modificación de la conducta problemática del alumno. Técnicas y programas Editorial Marfil EL JUEGO DE PORTARSE BIEN Este juego está basado en las Técnicas de Modificación de Conducta y su objetivo es modificar el comportamiento disruptivo de toda la clase. * El profesor explica a los alumnos que, después de la clase de lenguaje (o de matemáticas, o de social, etc.) van a hacer un juego, al cual, si funciona, se podrá jugar todos los días en las horas que señale el profesor. * Se forman dos equipos (hacer la división por filas o grupos de mesas). * Los dos equipos pueden ganar en el juego y por ello pueden obtener ciertos privilegios que después se señalarán. * Establecer las reglas del juego para que los alumnos las conozcan bien y queden reflejadas en un mural confeccionado al efecto y colgado en la pared. REGLAS: A) PARA LEVANTARSE DEL ASIENTO SE DEBE PEDIR PERMISO AL PROFESOR (LEVANTAR LA MANO Y ESPERAR CONTESTACIÓN DEL PROFESOR). B) CADA UNO OCUPA SU PROPIA SILLA Y NO LA DEL COMPAÑERO. C) NADIE PUEDE ABANDONAR SU ASIENTO PARA HABLAR CON SU COMPAÑERO NI HACERLO (HABLAR) A DISTANCIA. D) PARA IR AL BAÑO, LA PAPELERA, A OTRO LUGAR DE LA CLASE, ES NECESARIO PEDIR PERMISO (LEVANTANDO LA MANO) AL PROFESOR. E) ES NECESARIO PEDIR PERMISO PARA HABLAR. F) MIENTRAS SE ESTÁ PIDIENDO PERMISO NO SE PUEDE HABLAR. EL ALUMNO ESPERARÁ A QUE EL PROFESOR SE LO CONCEDA. G) NO SE HACEN RUIDOS. CONSECUENCIAS: a) Cuando uno de los equipos incumpla alguna de las normas se anota una marca (X) en su correspondiente casillero que figura en el mural. b) Al final de la mañana se determina el equipo ganador del día. c) El equipo ganador es el que menos marcas (X) tenga en su casillero. d) A cada uno de los miembros del equipo ganador se le entrega un distintivo o pegatina que lo acredita como tal. Los distintivos se recogen al final de la jornada. e) El equipo ganador obtiene: - Diez minutos de tiempo libre en el patio de recreo en el mismo día o al día siguiente. - Diez minutos de tiempo libre en la clase (actividades libres) - Otros... f) El equipo perdedor no obtiene ningún beneficio y permanece cinco minutos más realizando tareas antes de salir al recreo. g) Si el equipo perdedor ha recibido menos número de marcas en una semana puede también obtener: - Cinco minutos de tiempo libre en el patio de recreo (los viernes) - Cinco minutos de tiempo libre en la clase (actividades libres) - Otros... El registro de marcas se realiza en un mural que contiene las siguientes casillas: Martes Miércoles Jueves Viernes Lunes Equipo nº 1 Equipo nº 2 EQUIPO Nº 1. Componentes: -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------EQUIPO Nº 2. Componentes: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Algunos principios metodológicos para flexibilizar el juego y adaptarlo a las características de la clase son: - No se debe permitir el cambio de grupo salvo en aquellos casos en los que por necesidades especiales deba hacerse. - El distintivo o pegatina de ganadores (uno por cada alumno) debe tener cierta relevancia estética (estrellas coloreadas, fichas-chapas con inscripción, etc). - La concesión de los distintivos de equipo ganador debe realizarse al principio de la puesta en funcionamiento del juego, al final del día. Posteriormente cada dos días, cada tres, cada semana. Esto debe hacerse siempre en función de la eficacia que se vaya logrando. - Las consecuencias positivas y negativas a obtener deben ser negociadas con los alumnos, salvo en el caso de los alumnos más pequeños que tengan dificultades para seleccionar sus consecuencias tanto positivas como negativas. - El número de marcas máximas exigidas al equipo perdedor para obtener ciertos privilegios establecidos debe ser flexible. Se trata de premiar también su comportamiento grupal adecuado. - El juego se pondrá en práctica durante media hora al día (este periodo puede ser variable). Sólo se registran cruces o marcas durante dicho tiempo y no durante el resto de la jornada escolar en que no está vigente el juego. - Durante el tiempo del "juego" los alumnos permanecen realizando tareas. - Para lograr una mayor motivación hacia el juego se les puede proporcionar a los alumnos una tarea escolar novedosa: reconocimiento de diferencias en ilustraciones, seguir series lógicas, localizar palabras en los libros. Es decir, tareas que estando vinculadas con los objetivos referenciales del área sean distintas y novedosas con respecto a las realizadas normalmente en la clase. - El objetivo principal de la realización del juego durante periodos determinados de tiempo es conseguir que los efectos benéficos que se van logrando (descenso del nivel de disruptividad), se generalicen al resto de actividades de la jornada escolar. - Se debe variar el tiempo dedicado al juego a criterio del profesor (en la primera hora, en la segunda, después del recreo, etc). - Implementar el juego en aquellos periodos de tiempo en que el comportamiento disruptivo sea más notorio. Bibliografía: Antonio Vallés Arándiga Modificación de la conducta problemática del alumno. Técnicas y programas Editorial Marfil MÉTODOS CENTRADOS EN LA CONDUCTA POSITIVA Fomentar una conducta es reforzarla, tanto si esa conducta consiste en deletrear correctamente unas palabras como en lanzar una pelota. Ten en cuenta este principio: "las acciones seguidas por un refuerzo serán probablemente repetidas en situaciones futuras similares". En el aula el profesor puede hacer un gran uso de este principio, reforzando simplemente las conductas positivas. Aunque ésto es de fácil aplicación, en realidad supone un considerable esfuerzo, porque los casos de mala conducta son advertidos con mayor facilidad, mientras que la conducta positiva frecuentemente pasa desapercibida. Todos tendemos a ser buenos críticos, más capaces de señalar lo que va mal en un alumno que de advertir lo que va bien. El elogio parece menos natural que la crítica. EFECTOS DE LA ATENCIÓN DEL PROFESOR Para muchos alumnos resulta reforzante cualquier atención del profesor, incluso la que reviste un aspecto crítico. Advirtiendo constantemente a los alumnos que tomen asiento, el profesor está reforzando en realidad la misma mala conducta con la que quiere acabar. El problema se alivia sólo cuando comienza a ignorar a los alumnos que se hallan fuera de su sitio y dedica su atención a los que trabajan en sus puestos. Los profesores pueden fomentar muchas conductas, tanto positivas como negativas, simplemente prestando atención a éstas. EMPLEO DE LA ATENCIÓN DEL PROFESOR PARA CAMBIAR LA CONDUCTA. Puede ser que tengas en clase tres o cuatro alumnos difíciles. Si deseas cambiar su conducta intenta experimentar los siguientes pasos: En una primera fase anota cuidadosamente las conductas perturbadoras de tus alumnos (levantarse sin permiso, pegar a otros chicos, no hacer las tareas...). En la segunda fase, debate y acuerda con tus alumnos las reglas que es preciso observar en clase, explicitando claramente lo que se debe y no se debe hacer. Siempre que sea necesario recuerda estas normas a los chicos difíciles. Sin embargo, podrás observar que a pesar de la enseñanza de las normas, es probable que la mala conducta persista. En una tercera fase, recuerda periódicamente las reglas a los alumnos e ignora sistemáticamente las conductas inapropiadas. Con esta última medida se elimina la atención del profesor como fuente de refuerzo de las conductas. Este procedimiento es posible que también tenga escaso efecto. En la cuarta fase se introduce un factor decisivo. Comienza a dispensar elogios y atención a tus alumnos cuando trabajen o jueguen constructivamente. Dí cosas como: "me gusta la forma en que trabajas, tan tranquilamente". Continúa formulando las reglas e ignorando las infracciones de éstas. La combinación de normas, pasando por alto la conducta difícil y elogiando la conducta positiva disminuirá significativamente la conducta perturbadora. Si quieres comprobar la efectividad de este procedimiento, interrumpe esta fase y vuelve a la primera. En pocos días observarás que las conductas inadecuadas reaparecen. Vuelve de nuevo a la cuarta fase y observa los cambios. En resumen, el establecimiento de unas reglas claras, sólo o en combinación con la ignorancia de acciones inapropiadas, no interrumpe las carreras, los golpes u otras conductas perturbadoras en clase. Sin embargo, cuando el profesor da muestras de advertir las conductas positivas de los alumnos mientras ignora simultáneamente las negativas, el nivel de estas últimas disminuye espectacularmente. Parece así que la alabanza de las conductas apropiadas constituye la clave de la mejora. En otras palabras, el elogio actúa en la mayor parte de los alumnos como un reforzador. El elogio puede ser combinado con la ignorancia de las conductas inapropiadas o con reprimendas individuales según sea la estrategia que resulte más eficaz con cada alumno específico de la clase. Las declaraciones negativas por sí solas, sin elogio para la conducta positiva, se han revelado como totalmente ineficaces a la hora de cambiar las actuaciones de los alumnos. A un profesor con una clase de 20 a 30 alumnos probablemente le resultará difícil aprender a elogiar frecuentemente, pero si tenemos en cuenta el efecto de sus elogios, puede muy bien valer la pena el esfuerzo necesario para realizarlo. La atención y el elogio del profesor siempre resultan accesibles. Cuestan poco y son inagotables, son los reforzadores ideales. El aprender a concentrarse en lo positivo constituye una destreza muy importante en la enseñanza. EMPLEO DEL REFUERZO VICARIO (MODELACIÓN) El condicionamiento vicario es una forma de aprendizaje que tiene lugar mediante la observación de una persona que realiza una conducta y experimenta sus consecuencias. A este proceso se le denomina también modelación. La observación de una persona que está siendo reforzada por realizar una cierta conducta puede incrementar esa conducta en el observador. El principio del refuerzo vicario puede ser empleado en el aula para reforzar las conductas positivas de los alumnos que están situados cerca de los más difíciles. Tan pronto como los alumnos difíciles comiencen a manifestar la misma conducta deben ser gratificados por ello. Por razones obvias el refuerzo vicario se desperdicia si se ignora que el observador realiza esa misma conducta. El profesor deberá tener cuidado en el empleo del elogio. Los estudiantes se quejan frecuentemente de que lo que hacen es menos elogiado que lo que hacen los "mimados del profesor". Así, al tiempo que emplea el refuerzo vicario, es conveniente realizar un esfuerzo adicional para advertir las conductas positivas de aquellos alumnos que se revelan difíciles. En su empleo real en el aula, el principio del refuerzo vicario posee importantes implicaciones en lo que se refiere a la disposición de los asientos. Si los alumnos difíciles se hallan colocados cerca de los que son a menudo reforzados por unas conductas positivas, resultará más probable que los perturbadores adviertan el refuerzo y por eso se beneficien del refuerzo vicario. Indicios para el refuerzo vicario: Un profesor debe emplear la mala conducta de un alumno como indicio personal para hallar a alguien a quien elogiar en el aula, preferiblemente un alumno que esté próximo al perturbador. En otras palabras, cada vez que un alumno transgreda una norma, en vez de criticar al transgresor, el profesor recordará o tomará esa transgresión como indicio de que debe hallar a alguien que cumpla la norma y elogiarle por ello. RESUMEN CONCENTRACIÓN EN LA CONDUCTA POSITIVA 1. Siempre que sea posible, concentrar la atención en los alumnos que están obedeciendo las reglas e ignorar a los que se comportan inadecuadamente. Ejemplos: . Comenzar la explicación aunque unos cuantos alumnos aún no presten atención. . Utilizar la mala conducta como un indicio personal para hallar alguna conducta positiva que reforzar. 2. Asegurarse de que todos los alumnos, incluso los problemáticos, reciben algún elogio, ciertos privilegios, cuando hacen algo bien: . Examinar la lista de clase para asegurarse de que todos los alumnos están siendo reforzados.. Permanecer alerta a las posibilidades de elogiar a los alumnos que tiendan a crear problemas. TÉCNICA DEL AISLAMIENTO (TIME-OUT) El aislamiento, como modelo especial de castigo, es una técnica muy utilizada para eliminar una conducta problemática y consiste en separar al niño del contexto en el que está ocurriendo la conducta anómala. Dicha separación o aislamiento debe conllevar una privación social. Por ejemplo: separar a un alumno del resto de compañeros de la clase cuando su comportamiento sea inaceptable y no se pueda ignorar por la gravedad del mismo. El aislamiento recibe también el nombre de tiempo-fuera (time-out) o receso de refuerzo y uno de los principales problemas que plantea es el de la elección del lugar de aislamiento social (pasillo, patio...). El nuevo contexto en donde se retire al alumno durante un tiempo aproximado de 5 minutos o hasta que cese la conducta anómala, debe ser un lugar en el que no pueda obtener ninguna gratificación o refuerzo porque, de lo contrario, el lugar de aislamiento sería una consecuencia agradable de molestar en clase con lo que se estaría reforzando a esta última. No sería efectivo la aplicación del tiempo-fuera en un alumno al que se le aisla en el patio y allí tiene la oportunidad de practicar su deporte favorito durante el periodo de tiempo que dura su separación del resto de la clase. Es muy conveniente conseguir la colaboración de otros profesores del Equipo Docente que en esos momentos no den clase o que realicen alguna tarea que pueda ser compatible con la "custodia" del alumno perturbador. Algunos niños manifiestan comportamientos inadecuados en la clase, especialmente los agresivos. La mayoría de las veces estas conductas alborotadoras son de muy difícil control y resulta poco menos que imposible que el profesor las pueda ignorar produciendo a la vez respuestas emocionales tanto en el propio profesor como en los alumnos. En este caso, el aislamiento consistiría en separar al alumno del resto de compañeros de su clase hasta que cesase en su alboroto para, posteriormente, volverlo a incorporar a la clase. Pero podría darse el caso de que la "salida" o aislamiento funcionara como reforzador de su conducta alborotadora porque al niño en cuestión no le gusta estar en la clase realizando la tarea escolar. En estos casos habría que determinar cuáles son las actividades reforzantes o situaciones gratificantes para el alumno a efectos de poderlas utilizar contingentemente al aplicar el tiempo-fuera, en el sentido de privación o separación del contexto reforzante. Para que el aislamiento sea efectivo el alumno ha de experimentar verdadero aburrimiento de modo tal que prefiera estar en la clase a estar aislado, de lo contrario se le estaría reforzando. Si el niño es aislado en el pasillo, encontrar a otros compañeros para contarles su "aventura" resultará reforzante para él. Generalmente los pasillos son desaconsejables porque existen multitud de elementos distractores que no benefician en absoluto la eficacia de la técnica aplicada por lo que sería recomendable el aislamiento en un lugar apartado de la clase o en alguna dependencia donde pueda estar sometido a control, sin peligros y no poder obtener refuerzo alguno ni por parte de sus compañeros ni por la existencia de estímulos gratificantes en el lugar del aislamiento. Algunas veces suele ocurrir que el alumno entabla un enfrentamiento verbal con el profesor, discusión que debería ser evitada a toda costa y no debería producir alteración emocional en el docente. El alumno ha de conocer previamente cuál va a ser la consecuencia de su conducta sin la necesidad de tener que producirse discusiones acerca del porqué del tiempo-fuera. El tiempo-fuera debe complementarse con otras técnicas de refuerzo para aumentar las conductas contrarias a las que se pretende eliminar. CONCLUSIONES DE LA EFICACIA DE LA TÉCNICA DEL AISLAMIENTO: - La técnica del time-out suele ser más eficaz que la ignorancia pasiva de la conducta-problema. - No es aconsejable un periodo de tiempo-fuera de más de 20 minutos. Los periodos de tiempo más cortos están más indicados. - Debe asegurarse la correcta dinámica entre salir de clase, permanecer en el lugar de aislamiento y volver a entrar a la clase de tal modo que el funcionamiento no quede a la improvisación y al descontrol de los estímulos que pudieran entorpecer el correcto aislamiento temporal del alumno. - Si la conducta-problema aumenta al indicársele al alumno que debe permanecer cinco minutos fuera de clase, debe aplicársele un castigo moderado de uno o dos minutos en función de la persistencia del problema. Por ejemplo: si al darle instrucciones al alumno de que se retire porque está dando gritos que perturban el orden de la clase continúa en sus gritos, deberá decírsele que se aumentan en unos minutos más su tiempo de aislamiento por el hecho de persistir en su conducta perturbadora. - Esta técnica ofrece mayor ventaja que el castigo puesto que no se le ofrece al alumno un modelo negativo de agresión para que pueda constituir una fuente de imitación tal y como suele ocurrir en la aplicación del castigo. - Si se pone en práctica la técnica del tiempo-fuera o aislamiento para la modificación de conductas altamente disruptivas resulta necesario involucrar a los padres para que sigan las mismas pautas en el contexto familiar. NiÑOS CON BAJA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN ORIENTACIONES PARA EL NIÑO QUE SE FRUSTRA CON FACILIDAD, QUE NO SABE HACER FRENTE A LAS PRESIONES Algunos ejemplos de conductas en estos niños serían aquellas en las que se rebelan frente a la autoridad del maestro adoptando una postura de total negativismo hacia el trabajo escolar. Está aquel que dice "¡ no puedo hacerlo!" y arroja el libro al suelo apareciendo el llanto. Otros expresan su rabia encerrándose en sí mismos, estrujando los papeles o rompiéndolos. Algunos niños tienden a desanimarse pronto y cuando se les obliga reaccionan con comportamientos desadaptativos: rebelión, negativismo... El colegio debe ser un lugar estimulante y el aprendizaje debe ser un proceso positivo, no un generador de grandes presiones. Sin embargo, cuando las expectativas de la escuela no están sincronizadas con las aptitudes, o cuando un niño que normalmente se las arregla bien muestra signos de frustración, ésto significa que algo está interfiriendo. Detecte las causas e intente suavizarlas si es posible. Después deberá ayudar al niño a reaccionar de nuevas maneras a su falta de éxito. DEFINA LA FUENTE DE PRESIÓN Hay una serie de preguntas que nos podemos hacer para identificar la causa del problema: . ¿Está el niño demasiado cansado?. Asegúrese que descansa lo suficiente. Todos los niños encuentran más difíciles los obstáculos vitales y las relaciones cuando están cansados. . ¿Tiene el niño un horario demasiado repleto?. Examine las tareas que realiza para determinar si le permite recuperarse de una tarea a otra. . ¿Es el niño perfeccionista?. Algunos tienen objetivos poco razonables, otros no saben pedir ayuda o tienen miedo de pedirla. . ¿Puede el niño identificar su frustración?. Si no comprende qué le está afectando, el maestro deberá mostrarle cómo identificar sus sentimientos y cómo expresarse de forma apropiada. . ¿Estamos exigiéndole demasiado?. Debemos tener en cuenta sus capacidades. . ¿Tiene el niño oportunidades para el éxito?. Alterne tareas difíciles para el niño con otras fáciles que le hagan obtener un éxito seguro. ENSEÑE NUEVAS REACCIONES A LA FRUSTRACIÓN Los maestros no pueden suprimir todas las fuentes de frustración y las presiones existentes en el mundo del niño, lo que significa que éste deberá aprender formas positivas de hacer frente a estos sentimientos. . Enséñele técnicas de relajación. Todos hacemos frente de una forma más positiva si estamos relajados. Debemos enseñar a los pequeños a elevar su tolerancia a la frustración con la relajación del cuerpo. . Enséñele a identificar. Debemos enseñar a los niños pequeños a identificar el sentimiento de frustración cuando aparezca: "Pepito está rabioso porque no ha hecho bien esta resta. Inténtalo con otra, tómate más tiempo". . Indique al niño cuándo debe pedir ayuda. Mientras algunos niños son reacios a pedir ayuda, otros la piden de inmediato. Debemos enseñar al niño a encontrar la solución primero. Se le dirá: "pruébalo otra vez para mí". Cuando el niño no sepa ya que más hacer, hay que decirle que pida ayuda. Cuando nos demos cuenta que el niño se está frustrando con alguna tarea, intervenga para enseñarle a evitar la frustración: "¿qué podrías hacer en lugar de enfadarte o abandonarlo?". . Representación de papeles. En clase se puede jugar con el niño o niños a interpretar una situación frustrante. Se fingirá que se está recomponiendo un puzzle y no se encuentra la pieza que encaja. Primero el niño interpretará la frustración y luego lo opuesto. Anímele a que hable consigo mismo de forma positiva y a que busque una manera de resolver el problema. . Se reforzarán las acciones apropiadas por parte del niño. Elógielo por haber retardado su respuesta habitual de ira ante la frustración, y también cuando utilice una estrategia apropiada. Establezca un sistema de recompensas para reforzar esa aptitud de madurez. . Modifique la tarea. Enséñele al niño una forma alternativa de alcanzar el objetivo. Cuando sea posible, se dividirá una tarea en pequeñas partes que puedan llevarse a cabo una a una. PROGRAMA DE APOYO EN LOS CASOS DE "PATALETAS" Las pataletas o berrinches son el conjunto de conductas normalmente de carácter negativista que un niño ejecuta y expresa como medio de rechazar una situación que se da en su vida, y en la que las conductas no tienen correlación con la situación a que se responde. Estas conductas suelen presentarse como consecuencia de la excitabilidad y descontrol del niño, y normalmente persisten en algunos niños porque existen reforzadores que las mantienen dentro de su repertorio de respuestas. Debemos recordar que la eliminación de las mismas en un paso previo para conseguir la creación de conductas y hábitos adaptados. Este tipo de conducta suele aparecer en algunos niños cada vez que tienen acceso a alguna cosa o situación que en ese mismo momento desea, así pueden aparecer por no querer ir al colegio, por no querer separarse de la madre, porque no obtiene determinada cosa, etc. A) objetivos. El objetivo general y básico de este programa de apoyo sería reducir y/o eliminar las reacciones de berrinches que no tienen relación de paridad con los estímulos que se reciben y/o los fines perseguidos, que se debería conseguir a través de otros más operativos como los siguientes: 1.- Eliminar los reforzadores que mantienen estas conductas. 2.- Reforzar las conductas positivas en las situaciones en que anteriormente surgía una pataleta o berrinche. 3.- No prestar atención alguna cuando el niño tome esas actitudes. 4.- Impedir que el niño consiga los objetivos perseguidos con las pataletas o berrinches. B)Prerrequisitos. El único prerrequisito en el caso de un programa como el que indicamos es que no existan orientaciones elaboradas por un especialista de la conducta distintas o contrarias a las que establecemos aquí. C)Modelo de intervención. Es necesario tener en cuenta las siguientes consideraciones: 1.- Para establecer un plan adecuado, es necesario en primer lugar concretar al máximo las circunstancias en que se producen con mayor intensidad o frecuencia este comportamiento, para de esta forma llegar al conocimiento de la circunstancia que mantiene dicha conducta, debiéndose tener en cuenta la atención que se le presta en esos momentos. 2.- Cuando un niño presente una pataleta o berrinche, se le debe prestar la menor atención posible. Advirtiéndole que sólo se le prestará atención cuando deje de llorar y patalear, y que mientras tanto puede llorar todo cuanto quiera, que a nosotros eso no nos importa mucho. Esta actitud es vital, ya que con ella desvalorizamos la pataleta y berrinche delante del niño. 3.- Cuando el niño se calle, le explicaremos de la forma más clara posible que no debe montar "numeritos" por ese tipo de cosas que o bien no pueden ser o bien no es la forma de conseguirlas. Y que si los vuelve a montar nosotros seguiremos sin prestarle la menor atención. 4.- En ningún caso debemos castigar al niño que tiene un berrinche o pataleta, sino que en todos los momentos en que se dé esta situación debemos "ignorarlo" y aunque sabemos que esto es muy difícil es absolutamente necesario si queremos terminar con las pataletas. 5.- Cada vez que ante una situación en que aparecía una pataleta el niño manifiesta una conducta positiva, debemos felicitarlo y animarlo a mantener este tipo de conductas. 6.- Si en un niño son muy frecuentes estos trastornos, al comienzo no deben favorecerse muchas situaciones distintas donde puedan aparecer los mismos, sino que se debe abordar primero una situación, una vez superada ésta abordar otra, etc. 7.- Si como consecuencia de la pataleta o berrinche el niño deja de realizar una actividad escolar o no, se le deberá obligar a cumplir con dicha tarea con posterioridad. 8.- En el ámbito familiar es necesario que se sigan las mismas pautas que se han señalado anteriormente. D)Materiales: Para la consulta y profundización sobre el tema de las pataletas y berrinches recomendamos el uso de la siguiente bibliografía: . Técnicas de modificación de conductas, PARRAGA Y RODRIGUEZ, Ed. Universidad de Sevilla. . Hábitos, comportamientos y conductas en la educación básica, RICO VERCHER,M., Ed. Marfil. PROGRAMA DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTA: ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE EN SU ETAPA INICIAL (A.L.E.I.) OBJETIVO: Imitación vocálica de palabras funcionales. REQUISITOS: Atención e imitación motora. PRETEST: 20 palabras funcionales y fáciles de pronunciar. POSTEST: las mismas palabras del pretest. CRITERIO DE SUPERACIÓN: 50 % de respuestas correctas. REFORZADORES: Ayudas verbales, físicas, gestuales. Golosinas. Sociales. FASES DE APLICACIÓN: fase preverbal, fase verbal receptiva, fase verbal productiva. PROCEDIMIENTO: FASE PREVERBAL FASE VERBAL RECEPTIVA FASE VERBAL PRODUCTIVA 1. 1. ATENCIÓN. Conseguir la atención del niño; sentarle en una silla; que mantenga contacto ocular. 2. 2. IMITACIÓN MOTORA. Enseñar respuestas imitativas motoras que terminen en una respuesta vocal. P.ej.: golpear la mesa y decir ¡pam!. Hacer palmas y decir ¡tan!. Tocar en la puerta ¡toc, toc!, etc. 1. 1. EJECUTAR ÓRDENES SIMPLES. Abre la puerta, siéntate en la silla, coge el lápiz, etc. 2. 2. ESCUCHAR PALABRAS. Con apoyatura de imágenes u objetos reales. Palabras familiares y funcionales fáciles de pronunciar. Las mismas del pretest: mamá, papá, nene, tití, agua, pan, leche, tata, etc. 1. 1. IMITACIÓN MOTORA (Fase preverbal). 2. 2. IMITACIÓN DE POSICIONES DE LA BOCA. 3. 3. IMITAR SONIDOS. (mm), (sss), (paf), (rrrrr), con apoyo físico: mano delante de la boca, soplar sobre un papel, cosquillas, etc. 4. 4. IMITACIÓN DE VOCALES. Con/sin apoyo físico. 5. 5. IMITACIÓN DE SÍLABAS. 6. 6. IMITACIÓN DE PALABRAS. Monosílabas y bisílabas funcionales. 7. 7. NOMBRAR OBJETOS, PARTES DEL CUERPO, ETC. PROGRAMA DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTA: ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE EN SU ETAPA INICIAL (A.L.E.I.) TEST DE PALABRAS FUNCIONALES José Luis García Castro, Psicólogo escolar Marcar en la columna del SÍ cualquier intento de pronunciación aunque imperfecto, después de pedirle que nos repita la palabra. PALABRAS PRETEST SI MAMÁ PAPÁ NENE TITÍ CACA AGUA PAN TATA TIC-TAC PIS PIPA ADIOS HOLA PATA CAMA BEBÉ PEZ CAE PIE UVA Porcentaje de Aciertos POSTEST NO SI NO ORIENTACIONES PARA ALUMNOS CON DISFEMIA De interés para la familia y profesores: Importancia de la intervención preventiva precoz. Una intervención reglada, correctiva antes de los 7-8 años puede resultar ineficaz y hasta perjudicial, pues servirá más para fijar el trastorno que para corregirlo. No manifestar una preocupación excesiva por el tartamudeo infantil. Cumplir las orientaciones del logopeda. De intervención sobre el alumno: Hablarle frecuentemente y sin excesiva rapidez. Enriquecer su vocabulario contándoles hechos y explicándoles imágenes. Hablar con tranquilidad articulando bien y ligando las palabras en frases. No hacerles repetir cuando ha "tartamudeado". Evitar burlas, riñas y castigos por su habla. Mantener una estabilidad emocional, evitando situaciones de tensión en el aula y en la casa. Crear un clima de seguridad y comprensión en torno al niño/a. Evitar que el niño/a tome conciencia de su habla. Alejarse de actividades sobreprotectoras, demostrándole cariño y comprensión. Hacerles repetir poesías con ritmo junto con otros niños/as. Intervención terapéutica: Debe ser llevada a cabo por un especialista en Logopedia. Existen muchos métodos de intervención, a destacar: Método Liebmann: Se impide hablar con rapidez y realizar movimientos asociados Se inicia directamente con frases cortas y lectura articulando las vocales de forma prolongada. Se habla y se lee simultáneamente con el disfémico, desvaneciendo progresivamente nuestra voz hasta dejar solo al sujeto. Método Monorrítmico: El sujeto habla llevando un ritmo( con la mano, metrónomo...) El habla silabeante y con ritmo lento posibilita un mejor habla. TÉCNICAS CONDUCTISTAS UTILIZADAS EN EL TRATAMIENTO PSICOPEDAGÓGICO La terapia conductual intenta modificar los patrones de conducta desadaptados mediante la aplicación de los principios del aprendizaje, al manipular las recompensas y castigos ambientales. Las principales características de la terapia conductual son: . centrarse en la conducta observable. . La cuidadosa evaluación de la conducta a modificar. . El control y evaluación de los efectos del programa en la alteración de la conducta. . El interés por los cambios conductuales socialmente significativos. La modificación de la conducta se lleva a cabo mediante : - Técnicas derivadas del condicionamiento clásico. - Técnicas del condicionamiento operante. En el condicionamiento clásico los estímulos provocan respuestas automáticas, mientras que en el condicionamiento operante las conductas se controlan mediante la alteración de las consecuencias que les siguen. - a) Las técnicas del condicionamiento clásico son: La asociación de estímulos y la conducta refleja. La desensibilización sistemática. La imaginación emotiva. La asociación de estímulos y la conducta refleja. Es la técnica básica del condicionamiento clásico, a partir de la cual se han elaborado las restantes. Si un estímulo que provoca una conducta, lo asociamos con otro estímulo cualquiera, cuando se produzca éste, también se seguirá aquella conducta o una muy parecida. Si un estímulo provoca alegría, y le asociamos con un segundo estímulo, como puede ser el sonido de un timbre, cuando éste suene, aun sin haberse producido el primer estímulo, se responderá con alegría. Para que se produzca la asociación de los estímulos debe practicarse el aprendizaje durante cierto espacio de tiempo. La conducta aprendida de forma refleja puede extinguirse si no se aplica el estímulo inicial junto al nuevo, renovando así el condicionamiento. La desensibilización sistemática. Si un estímulo que provoca ansiedad lo apareamos con una conducta que sea incompatible con la ansiedad, ésta disminuirá hasta llegar a desaparecer cuando aparezca aquél. Esta técnica, en la que se aplican los principios del condicionamiento clásico, se usa en la mayor parte de los casos en que se aprecia temor, ansiedad o preocupación ante algo. Generalmente, la conducta incompatible con la ansiedad, y que se utiliza con mayor frecuencia. es la relajación muscular, pero puede ser empleada también la relajación mental o cognoscitiva. El proceso de la desensibilización sistemática implica : . Detección de la clase de temor o angustia, e intensidad que provoca. . Jerarquización de las categorías de temor. . Entrenamiento en la relajación profunda. . Asociación sucesiva de las diferentes categorías de temor con la relajación, hasta que deje de provocar angustia o ansiedad. La imaginación emotiva. Es una modalidad de la desensibilización sistemática en la que se sustituye el estímulo incompatible con la ansiedad, por otro agradable. Consiste en asociar a un estímulo que provoca ansiedad, otro estímulo de naturaleza agradable e imaginado por el alumno, el cual es incompatible con la ansiedad. Al asociar ambos estímulos, cuando aparece el que produce ansiedad, automáticamente se presenta el imaginario agradable, reduciéndose la ansiedad hasta desaparecer. Si un alumno tiene temor de acudir a la escuela y le resulta agradable un determinado personaje, podemos asociar la imaginación de este personaje con el pensamiento de ir a la escuela hasta que desaparezca el temor. La imaginación emotiva es una técnica muy apropiada en ambientes escolares por su gran sencillez. Para su aplicación deberá seguirse la siguiente secuencia : . Determinar los estímulos que producen temor o ansiedad. . Conocer el personaje más admirado y agradable al alumno. . Hacer que el alumno imagine, con los ojos cerrados, a dicho personaje y establezca una relación con él. . Introducir paulatina y sucesivamente los estímulos que provocan temor o ansiedad, asociándolos con dicho personaje, de forma que no se produzca ansiedad. Conforme vaya tolerando esta asociación, se va avanzando en la presentación de los estímulos hasta llegar al que le produce mayor temor o ansiedad, y lograr que ésta desaparezca. - b) Las técnicas del condicionamiento operante son: El refuerzo positivo. El refuerzo negativo. El castigo. La extinción. El autocontrol. La retroalimentación. El refuerzo positivo. Se emplea para incrementar 1a frecuencia de una respuesta mediante un refuerzo consistente en proporcionar un estímulo grato al alumno. Cuando el alumno realiza la acción deseada se le refuerza con alguno de estos medios, según lo que a él más le agrade : . Elogiar su conducta, mediante expresiones como «muy bien», «estupendo», y otras parecidas que demuestren aprobación de la misma. . Dulces, caramelos o alimentos preferidos. . Gestos de aprobación de sus actos, como sonrisas, asentimiento de cabeza, demostración de alegría o satisfacción por su acción. . Premios diversos, como objetos, regalos, fichas (canjeables después por otros objetos). . Cosas agradables, como oír música, ver un programa de televisión, asistir a una reunión, etc. . Reconocimiento de su acción por otras personas. El refuerzo de la conducta debe proporcionarse lo más inmediatamente posible, al menos al principio del tratamiento. La entrega del reforzador puede aplicarse todas las veces que el alumno obre correctamente (refuerzo continuo) o solamente algunas (refuerzo intermitente). Las distintas modalidades que presenta el refuerzo positivo son: . Programa de razón fija. . Programa de razón variable. . Programa de intervalo fijo. . Programa de intervalo variable. . Programa de razón fija. Cada cierto número de veces que el alumno realice la respuesta deseada se le concede un refuerzo. Al comienzo de un programa se le deberá reforzar todas las veces que la conducta se produzca. Conforme se avanza en el programa, podrá ir aumentándose de forma paulatina dicha razón fija. Es una modalidad eficaz, por la que se suelen comenzar la mayor parte de los programas, aunque después se cambie de modalidad. El alumno se habitúa a la proporción establecida, siendo sus realizaciones intermedias (en el supuesto de razones fijas amplias) más imperfectas, y mejores las finales del ciclo. Cuando se suprime el refuerzo, suele extinguirse la conducta con más facilidad que con las otras modalidades. . Programa de razón variable. En este caso se varía la proporción de respuestas correctas por cada refuerzo, de manera que el alumno no sepa cuándo va a recibirlo. Al principio la oscilación de la razón debe ser pequeña y aumentarse poco a poco. Es un procedimiento muy eficaz para lograr la modificación de la conducta, ya que todas las respuestas del alumno se realizan con la expectativa del posible premio, al desconocer el momento en que se producirá. Incluso cuando se suprime el refuerzo, resulta difícil la extinción de la respuesta. . Programa de intervalo fijo. Siempre que el alumno obre correctamente, es decir, realice la conducta deseada durante un espacio de tiempo fijo, se le proporciona el refuerzo. Esta circunstancia es independiente del número de veces que lo haga. Su eficacia es discreta, ya que puede habituarse, con una sola acción, a esperar el refuerzo en el tiempo que, por repetición, llega a conocer. Al suprimir el refuerzo se produce la extinción con rapidez. . Programa de intervalo variable. En esta modalidad se aplica el refuerzo al alumno en intervalos de tiempo variables siempre que, durante los mismos, responda con la conducta deseada. Es un procedimiento más eficaz que el anterior para la modificación de la conducta, ya que el alumno desconoce cuándo se va a producir el refuerzo, y ello le obliga a obrar correctamente de modo permanente. Cuando se suprime el refuerzo, la extinción se produce con lentitud. El refuerzo negativo Esta técnica consiste en incrementar la frecuencia de una acción deseable eliminando algo que resulta molesto al alumno, siempre que obre correctamente. Como medios para llevar a cabo el refuerzo negativo se encuentran, entre otros, quitar o suprimir al alumno : . Objetos o cosas que le resulten desagradables, como figuras, animales, ambiente, etc. . Ruidos molestos, como timbrazos, pitidos, etc. . Olores desagradables. . Dolores físicos o circunstancias molestas, que imposibilitan su libertad, como aquellas que le obligan a permanecer en determinada postura o lugar. El refuerzo negativo debe ser también lo más inmediato posible a la conducta deseada. Su aplicación puede ser de manera continua o intermitente. La primera es más eficaz que esta última, pues al suprimir el refuerzo, se suele producir la extinción con más rapidez. El castigo. Esta técnica consiste en eliminar algo grato, o bien en proporcionar algo que resulte molesto al alumno, siempre que responda con una conducta distinta a la deseable, facilitando así la extinción de la misma. El castigo aplicado de forma intermitente es menos eficaz que cuando se hace de forma continua, es decir, siempre que se produzca la respuesta inadecuada. Los castigos deben aplicarse lo más inmediatamente posible tras la acción incorrecta. Entre los castigos que más corrientemente pueden aplicarse, tanto en ambientes escolares como en los familiares, se encuentran los siguientes : . Suprimir o privar al alumno de: Palabras cariñosas, elogios, dirigirle la palabra. Comidas o platos que le agradan. Sonrisas y gestos de aprobación. Fichas o dinero, restando o deduciéndolo a lo ganado. Cosas gratas, como algunos objetos, ver la televisión, etc. Ambiente o personas gratas para él. . Aplicar o proporcionar al alumno: Ruidos molestos, como pitidos o música estridente. Molestias físicas, como posturas incómodas, inmovilidad, etc. Olores desagradables. Trabajos molestos, monótonos. Desaprobación de sus acciones con palabras duras. Los castigos pueden aplicarse en muchas ocasiones, siendo necesario que el alumno lleve el autocontrol de su conducta y se halle comprometido en un contrato serio y responsable. La extinción. Otra manera de reducir la frecuencia de una conducta no deseable es ignorarla cuando se produce. De esta manera, llega a producirse la extinción de la misma al no recibir ningún refuerzo que la mantenga. La extinción debe ser aplicada siempre que se produzca la conducta, no siendo susceptible de hacerlo de manera intermitente, ya que, en este caso, se reforzaría la conducta y sería contraproducente para el tratamiento. Ignorar la conducta es una técnica muy fácil y de gran eficacia. En muchas ocasiones la familia, al aplicar un castigo por una conducta indeseable, lo que hace es, a veces, reforzarla; mientras que si la hubiera pasado por alto sin prestarle atención, el niño, al ver que no se le hace caso y que aquella conducta no es útil para él, dejaría de realizarla, con lo que desaparecería por extinción. El autocontrol Consiste en la aplicación de los medios terapéuticos por el propio alumno, de acuerdo con las prescripciones convenidas con el profesor, llevando asimismo el control de sus resultados. El autocontrol se ha demostrado en experiencias recientes como un medio sumamente eficaz para la modificación de la conducta, presentando las siguientes ventajas : - Proporciona confianza y responsabilidad al alumno, haciendo que se interese profundamente por su tratamiento y resultados. - Permite la observación de aspectos y facetas ocultos a la observación externa y, aunque puede perder objetividad en la evaluación de los resultados, sus posibilidades son ilimitadas en cuanto a la amplitud del campo de aplicación. - La misma subjetividad del autocontrol hace que, en la mayor parte de los casos, el alumno sea, incluso, más exigente en la evaluación de su tratamiento. - El alumno actúa de terapeuta sobre su problema, regulando en muchas ocasiones el tratamiento y aplicándose los refuerzos o castigos que ha establecido previamente. - La observación de su conducta puede llevarla a cabo de forma permanente, por lo que sus resultados son más estables y duraderos al crear hábitos que se prolongan tras el tratamiento. El autocontrol presenta una serie de modalidades que, en determinadas circunstancias, llegan a constituir técnicas por sí mismas: . La autoobservación. . El autorref'uerzo y el autocastigo. . La autorregulación. . El autocontrol de estímulos. . La autoinhibición recíproca. . El autotratamiento. . La autoobservación. Consiste en la observación de la conducta por el mismo alumno, el cual recibe los criterios a los que debe ceñirse en todo momento para realizarla. Estos criterios deben ser muy concretos y muy objetivos. En esta modalidad el profesor concreta el plan de tratamiento, las técnicas a emplear y los criterios para evaluar la observación de su tratamiento. El alumno, normalmente, será quien se aplique el tratamiento, realice su propia observación y evalúe los resultados. En determinados casos, la aplicación del tratamiento puede ser realizada por algún miembro de su familia u otra persona, pero la observación y evaluación son obra exclusiva del propio alumno. Es una modalidad idónea para ser empleada en medios escolares, ya que, en muchas ocasiones, los problemas se presentan en momentos en los que el observador externo no está junto al alumno y, en cambio, el propio alumno, al ser siempre el protagonista, puede observar perfectamente su conducta. . Autorrefuerzo. Constituye una modalidad del autocontrol en la cual el alumno, además de cumplir el plan de tratamiento fijado por el profesor y de observar su propia ejecución, se aplica los refuerzos y castigos que le hayan prescrito previamente. Es un medio terapéutico mucho más eficiente que el anterior, ya que el alumno actúa con un mayor protagonismo. . Autorregulación. Permite al alumno fijar determinados aspectos de su tratamiento, como, por ejemplo, la razón de los refuerzos o castigos. Puede aumentar o disminuir las tasas de los mismos o, incrementar el número de sesiones de ejercicios terapéuticos. Esta modalidad puede ser muy útil en los casos de nerviosismo, irritabilidad, ansiedad, etc., en los que puede requerirse dicho incremento de sesiones en determinados momentos, de acuerdo con el estado emocional del alumno. . Autocontrol de estímulos. Es una modalidad en la que el alumno determina los estímulos que pueden servirle para modificar su conducta, y con arreglo a los mismos, se los aplica, observa y evalúa. . Autoinhibición recíproca. El alumno elige el medio más adecuado para contrarrestar la acción que quiere inhibir y luego lo aplica cuando es previsible que se den las circunstancias que desea modificar. Esta modalidad de autocontrol se utiliza en ciertos casos de ansiedad, dificultades en la relación social, nerviosismo y, en general, cuando se presentan problemas de comportamiento que puedan contrarrestarse mediante conductas que sean incompatibles. Se comentan y concretan con el alumno aquellos aspectos que él considera que pueden aplicarse con más eficacia en previsión de la conducta a inhibir. Cuando se presenta una circunstancia así, pone en práctica la conducta incompatible, con lo que evita la otra conducta. Anota sus resultados y, posteriormente, contabiliza sus éxitos y fracasos. . Autotratamiento. Es un paso más en la técnica del autocontrol. En ambientes escolares, esta modalidad puede constituir sólo la parte final del tratamiento, o bien aplicarse desde el primer momento. En ambos casos se pide al alumno que dé cuenta de sus decisiones, las cuales, en gran parte, serán fruto de la evolución de sus resultados. El autotratamiento convendrá aplicarlo a alumnos con buen autodominio, con buena capacidad de reflexión y que sean suficientemente objetivos, ya que, en otro caso, nos expondremos a que no se lleve el proceso con la debida exigencia. La retroalimentación. Mediante esta técnica el alumno va conociendo los resultados que obtiene, los cuales pueden influir en su futura actuación. El conocimiento de su propia evolución provoca en él la autoestimulación y el deseo de corregir aquellos aspectos que puedan mejorarla. La retroalimentación puede ser: . Interna o autorretroalimentación. . Externa. En la retroalimentación interna el alumno se observa, y conoce la evolución de sus resultados por sí mismo. En la retroalimentación externa el alumno recibe una información ajena sobre sus resultados. Esta modalidad puede ser: . Biorretroalimentación. . Sociorretroalimentación. La primera consiste en el conocimiento objetivo de los resultados de su terapia por medio de procedimientos físicos, químicos o eléctricos; de tal manera que dicha información pueda influir en sus decisiones. La sociorretroalimentación es una submodalidad en la que el alumno percibe los resultados de su tratamiento a través del criterio y la actuación de las personas que se encuentran a su alrededor. Además de percibir personalmente esos resultados, recibe una información complementaria y objetiva que refuerza su actuación o, en caso necesario, influye para modificarla. TÉCNICAS COGNITIVAS PARA LA MODIFICACIÓN DE CONDUCTA El refuerzo positivo encubierto Si se induce a un sujeto a imaginar una conducta y ésta se asocia a estímulos agradables o desagradables, también imaginativos, dicha conducta se incrementará o disminuirá, respectivamente, en la realidad. En el caso del refuerzo positivo encubierto se hace imaginar al alumno una escena en la que se produzca la respuesta a sensibilizar, e inmediatamente se asocia a otra escena imaginaria gratificante para él. Esta ejercitación se repite varias veces al día hasta que el sujeto va adquiriendo en su vida normal la respuesta adecuada. Un problema de falta de interés hacia el estudio, por falta de sensibilización, puede ser tratado haciendo imaginar al alumno que a su llegada a casa, y tras merendar, se pone inmediatamente a estudiar con verdadero interés y se asocia inmediatamente con el pensamiento de que sus padres le hacen el regalo que desea por sus buenas notas. Si en este caso la falta de interés hacia el estudio era como consecuencia de un exceso de atracción hacia la televisión, previamente habría que desensibilizar este hábito inadecuado. El refuerzo negativo encubierto En el caso del refuerzo negativo encubierto, la respuesta que se pretende incrementar se asocia con el cese de un estímulo imaginario desagradable o aversivo para el alumno. En vez de proporcionar algo agradable, como ocurre en el caso del refuerzo positivo encubierto, lo que se hace es eliminar imaginariamente algo que era desagradable para el sujeto. De esta manera el paciente experimenta un alivio o, lo que es lo mismo, siente una sensación agradable. La técnica consiste en imaginar inicialmente la situación o escena que es desagradable al sujeto; después el alumno vive en su imaginación la realización de la conducta deseada, e inmediatamente siente imaginariamente que cesa el estímulo desagradable inicial. Dicha asociación debe reiterarse varias veces (entre 10/12 veces) durante varios días, hasta que se modifique la conducta real. El refuerzo negativo encubierto está indicado cuando no es posible proporcionar el refuerzo positivo encubierto y, especialmente, en casos de conducta desadaptada y temores. Supongamos una conducta de falta de atención en clase. Puede iniciarse la imaginación del estímulo aversivo que en este caso consistirá en la escena del profesor leyendo en alto en clase los nombres de los alumnos que menos interés han demostrado durante la 1ª evaluación, entre los cuales figura el interesado. Se continúa imaginando lo que el alumno debe realizar y cómo debe estar durante la clase. Se termina imaginando la escena inicial en la que el profesor cita los nombres de los peores alumnos, pero sin incluir al suyo. El autocontrol En esta técnica el alumno se propone determinados objetivos en su conducta, los cuales debe realizar periódicamente, llevando a cabo su seguimiento, evaluación y reforzamiento. Puede ser empleada como elemento de terapia por sí misma o bien como medio de apoyo a otras técnicas. Constituye una técnica base imprescindible para lograr resultados eficaces, ya que mediante ella el sujeto se acostumbra a observarse, lo que hace con arreglo a unas pautas que previamente se ha propuesto, reforzándose su nivel de aspiración cada vez que las ejecuta correctamente. Constituye un refuerzo constante de su fuerza de voluntad, junto al seguimiento de su actitud a lo largo de un proceso. Es utilizada a veces como medio para conocer la línea base en relación con un problema, es decir, la frecuencia o incidencia del mismo durante un período de tiempo. Otras veces constituye el punto de partida o de apoyo a otras terapias. En la práctica consiste en que el alumno se propone pequeños objetivos en relación con su trabajo o su forma de actuar en determinadas circunstancias, permaneciendo atento a su conducta para poder evaluarla al final de cada día y estableciendo expectativas para el siguiente. Todo ello hace que poco a poco vaya siendo más consciente y responsable de sus actos, ilusionándose por sus progresos y modificando su actitud. La autosugestión Es una técnica apropiada para alumnos inestables, impresionables, con bajo control emocional o faltos de fuerza de voluntad. El sujeto repite varias veces al día frases que le proporcionan confianza y seguridad en orden a su actuación deseada. Esta reiteración llega a sugestionarle, llevándole al convencimiento de que es capaz de lograr lo que se propone realizar, y además lo hará bien. Terapia asertiva Algunos sujetos presentan dificultad por manifestar sus sentimientos, bien por timidez, prevención o complejo de inferioridad. Ello puede constituir en determinados casos, un grave perjuicio para su vida de relación social y el desarrollo evolutivo de su personalidad. A fin de modificar su actitud de forma adecuada se utiliza la terapia asertiva, que consiste en estimular al sujeto a que manifieste verbalmente sus emociones y sentimientos con toda libertad. La modalidad más frecuentemente empleada es la del ensayo de conducta o psicodrama, en la que el sujeto practica la actuación a desarrollar en diversas circunstancias. Posteriormente se fija determinados objetivos asertivos, vigilando su actuación diaria y evaluándola. Sus pequeños triunfos constituyen refuerzos que van consolidando poco a poco su actitud. Terapia cognitiva El sujeto verbaliza la conducta que desea realizar, posteriormente la verbaliza al tiempo que la ejecuta. Cuando este último proceso lo realiza correctamente recibe la aprobación del terapeuta a modo de refuerzo. Otra forma de actuar en los procesos cognitivos consiste en la solución de problemas, técnica mediante la cual se hace que el sujeto piense y exprese en voz alta cómo debe conducirse ante una situación determinada, así como las consecuencias beneficiosas que se derivarán de ello. La terapia cognitiva ofrece buenas posibilidades en el campo educativo, especialmente en niveles iniciales y medios, ya que constituye un medio para sistematizar los procesos de actuación de la persona. Modelado encubierto En esta técnica se hace imaginar al sujeto la conducta deseable, así como las consecuencias favorables que provoca en los demás. Se reitera dos o tres veces al día hasta que el sujeto se siente capaz de ponerla en práctica en su vida normal. Puede combinarse con aserción, imaginando la reacción de los demás ante una adecuada actuación del sujeto. La relajación Mediante esta técnica se actúa sobre los diversos músculos del cuerpo para lograr su total distensión. La tensión muscular y la tensión psíquica guardan cierta relación, de tal forma que una excesiva tensión muscular en determinadas zonas corporales puede provocar también tensión psíquica o incluso dolor. De la misma manera, la distensión muscular favorece la distensión psíquica, creando una situación placentera y reconfortante. Para lograr la relajación muscular completa se parte de la posición de sentado en un sillón; la cabeza recostada en el respaldo; los brazos apoyados de forma que la palma de la mano quede hacia abajo descansando sobre las piernas; las rodillas flexionadas y la planta de los pies en contacto con el suelo. Desde esta posición inicial puede procederse así: Con los ojos entornados, se cierra el puño derecho con fuerza, notan do la tensión en el brazo; se permanece unos segundos haciendo tensión; se abre la mano distendiéndola totalmente, experimentando uru sensación de alivio y relajación. Se hace lo mismo con el puño izquierdo. Se flexiona por el codo uno de los brazos; notar la tensión en el bíceps; se mantiene la posición unos segundos; distender a continuación el brazo hasta que la palma de la mano descanse sobre el mismo hacia arriba; notar la distensión, al tiempo que se piensa lo agradablemente distendido que se siente. Hacer lo mismo con el otro brazo. Después hacer lo mismo con cada una de las piernas: se eleva y dobla por la rodilla mientras se actúa con tensión en sus músculos durante unos segundos. A continuación retornar a la posición inicial, apreciando la distensión y descansando plácidamente al tiempo que se piensa en lo relajado que se está. Cuando se ha logrado la relajación de brazos y piernas correctamente se pasa a la cabeza; se tensa y distiende sucesivamente la frente, las cejas, los ojos, la boca y las mandíbulas. Tras la distensión descansa brevemente notando el alivio. Se pasa al cuello, tensando los músculos y distensándolos los hombros; la espalda. En cada uno se hace lo mismo, descansando tras la distensión. Después se pasa a inspirar profundamente aire en los pulmones, manteniéndolo unos segundos y expulsándolo después suave y profundamente, al tiempo que se descansa plácidamente. Se descansa unos segundos totalmente relajado, sintiendo la propia respiración. Se termina cada sesión flexionando el brazo varias veces con energía al tiempo que se respira profundamente dos o tres veces. Se abren los ojos y se habla. Desensibilización sistemática Si logramos que una respuesta antagónica a la de angustia se produzca junto a estímulos que provocan ansiedad, disminuirá la relación entre estos estímulos y su reacción de angustia. La intensidad de la respuesta de angustia a dicho estímulo va haciéndose cada vez menor, hasta llegar a desaparecer por completo. El proceso de la desensibilización sistemática tiene los siguientes pasos: .Detección de la clase de temor o angustia, e intensidad que provoca. .Categorías a desensibilizar y su jerarquización. .Determinación del plan de tratamiento a seguir. .Entrenamiento en la relajación profunda. .Sesiones de tratamiento. En ambientes escolares la detección de los temores o grado de angustia se puede realizar bien por medio de una entrevista con la familia y el alumno, por la aplicación de cuestionarios apropiados o por un sistema mixto. Las jerarquías a desensibilizar se eligen en orden inverso al grado de angustia o temor que producen, de tal forma que empezaremos por aquella que menos ansiedad suscite; después pasaremos la siguiente, y por último llegaremos a la que más ansiedad provoque. La determinación de este orden dentro de las jerarquías constituye un aspecto importante y decisivo. Una vez elaborado el orden de actuación de las diferentes jerarquías se determinará el plan de actuación, que incluye: .Iniciación en la relajación muscular profunda. .Desarrollo de la primera sesión. .Sesiones sucesivas de tratamiento. En la primera sesión se procederá así: -Se inicia con la práctica de la relajación muscular profunda. -Se le hace imaginar la categoría inferior a desensibilizar, de manera que no llegue a producir inquietud o angustia. -Cuando se llega al momento de mayor ansiedad de la categoría se le pide que se relaje completamente, al igual que se hizo al comienzo de la sesión. -Se vuelve a pensar o imaginar en la jerarquía de ansiedad y al llegar el momento de mayor intensidad se le pide que se relaje completamente. -Una vez relajado, y tras haber imaginado el pensamiento último sin llegar a sentir ansiedad, se le cita para la próxima sesión. La sesión siguiente se inicia con el pensamiento o imaginación de la jerarquía de ansiedad sucesiva, o que produce inmediatamente más ansiedad, procediéndose a relajarle en el momento de mayor intensidad. Volviéndose a repetir y, si hay tiempo para ello, se pasa a la siguiente jerarquía o se le cita para la nueva sesión. La desensibilización sistemática está aconsejada para el tratamiento en los siguientes casos: .Fobias y temores escolares .Náuseas y mareos .Incomunicación familiar .Relaciones interpersonales .Ansiedad en general El castigo encubierto Si imaginamos la conducta que se pretende eliminar, asociándola inmediatamente con la imaginación de una situación aversiva o desagradable, dicha conducta se irá reduciendo en la realidad. En la práctica se hace que el sujeto imagine la conducta desadaptativa y a continuación haga lo mismo con una situación que para él resulte molesta o desagradable. Esta asociación se repite varias veces al día, pudiendo variarse la escena o situación desagradable a fin de evitar monotonía. Esta técnica es muy útil cuando la conducta a desensibilizar está muy arraigada y requiere actuaciones contundentes. Casos como robos, mentiras, violencia y en general conductas recias al cambio pueden requerir esta técnica. El autocastigo Consiste en que el sujeto preste atención a su conducta y siempre que aprecie que se ha producido la conducta desadaptativa, o que se quiere modificar, se aplique algo molesto o desagradable para él, previamente estipulado. Un control adecuado y diario de las veces que se produce el acto a modificar y aquéllas en las que el sujeto se ha aplicado el autocastigo, contribuye a disminuir su repetición, hasta su total desaparición. Es una técnica aplicable en aquellos casos en los que el alumno no sea capaz de imaginar el castigo encubierto. La inundación emocional Denominada también terapia implosivo-expresiva, se basa esta técnica en la respuesta emotiva que el organismo puede dar aun estímulo neutro cuando se asocia a este último un estímulo aversivo, En ella se expone al alumno a estímulos que le provocan un elevado grado de angustia. Ante esta emoción, el alumno expresa verbalmente el sentimiento angustioso que le produce, de lo cual se sigue una disminución de la intensidad del mismo. Se sigue este proceso: .Se enseña al alumno a suspirar rítmicamente, permaneciendo unos minutos realizando dicho ejercicio. .Se le instiga a que verbalice la emoción o el temor que le preocupa, poniendo de manifiesto los motivos de su angustia. .En otra sesión el psicólogo le presenta una escena global con sus preocupaciones, que le provoque un intenso grado de angustia, haciendo que se produzca una explosión verbal de sus sentimientos. .Se repite la escena hasta que el alumno acepte sin temor, incluso con sensación de bienestar, la emoción. De esta manera se irá extinguiendo su temor al dominar la situación emotiva de forma apropiada. Con la terapia implosivo-expresiva o de inundación emocional pueden tratarse, entre otros, los siguientes problemas: .Temores. .Obsesiones. .Negación al alimento. .Intentos de fuga y ausencias del domicilio. Terapia racional emotiva .Se hace que el alumno analice la situación que le preocupa o perturba, expresándose verbalmente ante el psicólogo .El psicólogo le conduce con arreglo a su circunstancia particular hacia una situación que le provoque angustia. .Esta percepción le conduce a sentir su actuación errónea o, al menos, irresponsable, contribuyendo a que su conducta se debilite al comprobar lo perturbadora que puede ser para él, caso de continuar así. La terapia racional emotiva está indicada en los siguientes casos: .Negación al estudio o trabajo escolar .Exceso de intervencionismo en clase. .Pereza mental. .Mínimo aceptable. .Falta de interés por el trabajo .Perturbación en clase. .Agotamiento por exceso de actividades o estudio. RASGOS DE PERSONALIDAD EN LA ELECCIÓN DE CADA TÉCNICA DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTA Estos son los rasgos de personalidad que pueden incidir en los problemas de conducta: Estabilidad emocional. Es la mayor o menor facilidad que el sujeto tiene para dejarse influir en su conducta por los sentimientos y emociones. Cuando es baja, pone en evidencia la variabilidad de sus reacciones ante los sentimientos o afectos. Introversión-extraversión. Es la predisposición a inclinarse hacia el mundo interior o exterior. La persona introvertida prefiere permanecer sola o alejada del mundo social, con tendencia a encerrarse en sus pensamientos y preocupaciones. Lo contrario que la persona extravertida. Dominancia caracterológica. Es la mayor o menor tendencia por parte del sujeto a reafirmarse o imponerse a los demás, poniendo en evidencia su temperamento dominante o sumiso. Una puntuación alta en este rasgo pone de manifiesto un temperamento fuerte y de posibles reacciones violentas. Autodominio. Es la capacidad que tiene la persona para exigirse y cumplir aquellos propósitos que se fija. Un bajo autodominio nos indica, junto a una escasa exigencia personal, anarquía y discontinuidad en el trabajo. Nivel intelectual o aptitudes. Es la capacidad intelectual del sujeto considerada de forma global o media, incluyendo su capacidad de concentración y memorización. Rendimiento escolar. Es el grado de aprovechamiento que obtiene el individuo teniendo en cuenta sus aptitudes y posibilidades para cada materia. Su rendimiento puede ser bajo o insuficiente, aun con notas suficientes, si su capacidad es alta o muy alta. Integración social. Es el grado de integración y relación social dentro de la propia clase. Una integración baja pone de manifiesto un carácter difícil o cierto aislamiento. Objetividad. Se da objetividad cuando los juicios del sujeto están libres de influencias o tendencias que los desvirtúen. Si es baja, pone de manifiesto la subjetividad. Reflexión. Es la tendencia a pensar y meditar antes de tomar decisiones. Una baja reflexión indica escaso pensamiento e improvisación a la hora de tomar decisiones. Confianza en sí mismo. Es la seguridad que tiene de sí mismo en sus diferentes actuaciones. Cuando es baja, indica inseguridad y temor ante los resultados. Para cada técnica de modificación de conducta éstos son los rasgos más apropiados: En el refuerzo positivo: - La estabilidad emocional baja, que pone de manifiesto el hecho de dejarse influir desde el punto de vista emotivo y sentimental. - El autodominio bajo, o escaso control personal, permitirá resultados más satisfactorios y espectaculares que un autodominio alto. - la confianza en sí mismo baja logrará los mejores resultados de esta técnica. En el refuerzo negativo - la extraversión, ya que la introversión puede ser contraproducente al facilitar posibles depresiones o desánimos. - la dominancia, ya que el carácter sumiso y fácil es menos eficaz al quitarle reforzadores. - el autodominio bajo, que permitirá el cambio más eficazmente que el alto. - - La confianza en sí mismo baja. En el castigo - la estabilidad emocional, ya que el sujeto emotivamente estable soportará mejor el castigo que el sujeto con una estabilidad baja. - la dominancia, ya que un carácter sumiso y débil puede provocar aceptación y restar eficacia al castigo. - el autodominio bajo, ya que facilitará el cambio con mayor facilidad que el alto. - la objetividad baja también facilitará el cambio mejor que la objetividad alta, obteniéndose resultados más contundentes. El autocontrol - estabilidad emocional alta, siempre menos sensible a los sentimientos y emociones. - - la introversión, más propensa a la mirada interna y a la meditación. - - baja dominancia, de carácter sumiso y dócil. - - autodominio alto. - - fuerte estabilidad emocional. - - Extraversión. - - dominancia alta. - - Reflexión. En la extinción En la asociación de estímulos y la conducta refleja - - la extraversión. - - el autodominio. - - confianza en sí mismo. - - alta estabilidad emocional. Información general sobre la ENURESIS Características 1.- TIPOS Enuresis diurna: durante el día Enuresis nocturna: durante la noche Enuresis primaria: No ha presentado al menos un periodo continuo suficientemente largo. Enuresis secundaria: He presentado al menos seis meses de continencia y durante ese tiempo ha sido capaz de controlar el funcionamiento largo de su esfínter. Enuresis orgánica: Causa orgánica Enuresis funcional: causa psicológica 2. EDAD Aproximadamente entre tres y cinco años 3. POSIBLES CAUSAS - La capacidad de la vejiga suele ser menor, provocando la necesidad urgente de orinar ante cantidades menores de orina - Causas orgánicas, menos frecuente. - El sistema de entrenamiento no ha sido adecuado. Se le ha exigido demasiado pronto por lo que el niño puede que no tenga el sistema nervioso maduro, creándole ansiedad. - Excesiva atención, produciendo impaciencia e irritabilidad en los padres ( No todos los niños tardan lo mismo en controlar la orina) - Despreocupación, el niño puede estar poco motivado. - Puede ser producido como búsqueda de atención, por ejemplo ante el nacimiento de un hermano. - No se ha acostumbrado al niño a visitar el baño en los momentos adecuados, sino ante el mínimo indicio de querer hacer pis, por lo que no sabe retener la orina. El niño no tolera ciertos niveles de presión del músculo. - A veces la enuresis forma parte de un conjunto de conductas que indican falta de autonomía. RECOMENDACIONES NO CONVIENE HACER 1.- No etiquetar al niño 2.- No utilizar castigos 3.- No utilizar pañales 4.- No prestar excesiva atención 5.- No prohibir que el niño/a tome líquidos 6.- No conceder ventajas por el hecho de mojar la cama. CONVIENE HACER 1.- Motivar al niño/a 2.- Animarle a beber en abundancia y retener la orina 3.- Reforzar mediante elogios y atención cualquier avance. 4.- Fomentar el aprendizaje y desarrollo de la autonomía del niño/a. Factores que favorecen la "NO APARICIÓN DE LA ENURESIS". 1.- No conviene precipitar el momento de comienzo de entrenamiento. 2.- Procurar que el niño/a se sienta en el orinal a las mismas horas y en el mismo lugar. 3.- Clima de entrenamiento relajado y agradable. 4.- Recurrir a situaciones de juego en ocasiones. 5.- En la medida en que el niño/a muestre entusiasmo por ello y vaya siendo más autónomo, dejar de intervenir nosotros. 6.- Durante el día que el niño/a tome líquidos normalmente, y se le dice que cada vez que quiera orinar se lo indique a su madre o adulto más cercano, éste le acompañará y le dirá a la niña/o que retenga la orina, practicando el cierre de líquidos (cuando esté orinando, interrumpe el chorro, lo inicie otra vez, lo interrumpe y así sucesivamente). Detrás de cada ejercicio sea reforzada con elogios y gestos de aprobación. 7.- Durante la noche, acostar a la niña/o sin pañales y cuando los padres se vayan a acostar, despertar al niño/a para hacer pis. 8.- Utilizar refuerzos intermitentes cuando la niña/o no se orine durante la noche. PROGRAMA MÚLTIPLE Utilización de las técnicas de moldeamiento, contrato y refuerzo. 1. Charla con la madre para explicarle en qué consiste la enuresis y en qué va a consistir el tratamiento 2. Pequeña charla con el niño/a para comunicarle lo que se va a hacer, motivarle para su colaboración. 3. Seguir recomendaciones (pag nº 2). TRATAMIENTO POR EL DÍA El niño/a debe beber más de lo normal por el día Se le dice que cada vez que vaya a orinar avise a la madre o al padre. Cuando vaya al baño se le acompañará y le dirá que retenga la orina hasta sentir molestias. Es muy importante conseguir la colaboración de la niña/o para que esto mismo lo pueda llevar a cabo ella sola en el colegio. Debe practicar el cierre de líquidos (Cuando está orinando, interrumpe el chorro, lo inicie otra vez, lo interrumpe y así sucesivamente). Detrás de cada ejercicio sea reforzada con elogios y gestos de aprobación. TRATAMIENTO POR LA NOCHE Se le debe acostar normalmente sin pañales Cuando los padres se vayan a acostar, despertar al niño/a para que haga pis (en el cuarto de baño). Aquí puede haber sucedido dos cosas. o Que el niño/a se haya hecho pis. Debe terminar de hacer pis (en el baño). Debe ayudar a hacer la cama ( cambiar las sábanas, etc), recoger su pijama, lavarlo a mano en ese momento y tenderlo o Que el niño/a no se haya hecho pis Se le refuerza con elogios Se le deja dormir Este último punto repetirlo media hora antes de la hora usual de levantarse por las mañanas. Se marcará en un almanaque los días que no se ha hecho pis, acordando previamente el premio, si se comienza con un refuerzo continuo pasar poco a poco a un refuerzo intermitente. Si el niño/a se ha hecho pis deberá ayudar a la madre a limpiar y hacer su cama. MUECAS Y TICS Las pequeñas muecas o tics son movimientos de repetición involuntarios y constituyen un hábito nervioso que suele ocurrir más a menudo en la niñez, principalmente entre niños de seis a doce años. Incluyen guiños, sacudidas de hombros, chasqueos de lengua, muecas y sacudimiento de cabeza con una gran cantidad de variantes. A veces el tic se desarrolla como una reacción en un periodo especialmente estresante de la vida, pero a menudo, estos movimientos aislados habituales son el resultado del estrés normal que comporta crecer. Un tic provocado por el estrés desaparece en pocas semanas. Las regañinas no aceleran el proceso. En raras ocasiones el tic persevera durante más de dos semanas. Si persiste debe ser tratado directamente a través de intervenciones planificadas. Algunos tics pueden ser más preocupantes. Cuando se acompañan de sonidos extraños o de palabrotas puede ser síntoma de un trastorno neurológico llamado síndrome de Gilles de la Tourette. Si se sospecha que el tic puede ser síntoma de un problema emocional o físico más grave, es conveniente realizar un examen médico. PAUTAS DE INTERVENCIÓN. 1.- Disminuir el estrés. Enseñar a relajarse Habitualmente el tic es una respuesta al estrés, por lo que hay que reducir el nivel de estrés en la vida del niño, ayudándole con los problemas escolares, eliminando los horarios sobrecargados de actividades, entre otros. Enseñar las técnicas de relajación. Para ello pueden adquirirse cintas grabadas con las citadas técnicas. 2.- Enseñarle a ser consciente Utilice un espejo y haga que el niño se mire en él y pídale que describa cómo es el tic y cómo se produce. Ayúdele a confeccionar una lista con las situaciones en las que el tic se produce con más frecuencia y hablar de los inconvenientes sociales de este hábito. 3.- Enseñar alternativas Una excelente estrategia para superar los tics es sustituirlos por movimientos que los contrarresten. Hay que tensar los músculos opuestos a los que producen el tic. Para contrarrestar los guiños, elevar las cejas y abrir mucho los ojos durante unos minutos. Para contrarrestar el movimiento de cuello y cabeza inclinar ésta hacia delante durante unos minutos. Experimente con el niño frente al espejo hasta que reconozca el movimiento alternativo. 4.- Elogiar y recompensar cuando practique Si se quiere superar un tic lo mejor es la práctica constante y la utilización de movimientos adecuados que lo contrarreste. Debe elogiar con frecuencia al niño mientras practica y recompensarle adecuadamente ante los avances que experimente por pequeños que sean. 5.- Usar la práctica negativa Si lo practicado hasta ahora no resulta eficaz utilice la técnica de la práctica negativa. Haga que el niño practique tanto el tic que los músculos que lo producen se cansen. Por ejemplo, un niño que sacuda el brazo repetirá las sacudidas hasta que sienta el brazo realmente cansado. La finalidad de esta técnica no es castigar al niño, sino combatir el tic por medio del cansancio de los músculos. ORIENTACIONES PARA LOS PADRES DE NIÑOS QUE NO QUIEREN IR AL COLEGIO En los hogares en los que el hecho de ir a la escuela se convierte en un problema, las mañanas se llenan frecuentemente de lágrimas y discusiones. Claros ejemplos son el del niño que se queja de dolor de estómago que también tiene dolor de cabeza e incluso que vomita. Se resiste a levantarse de la cama y se niega en rotundo a asistir al colegio. Algunos emplean tácticas distintas. Les produce tanta ansiedad salir de casa que se esconden debajo de la cama para que no puedan encontrarles. Otros deciden que no quieren ir más al colegio sin más. Muchos de estos niños tienen motivos muy claros para comportarse de este modo, y unos pocos desarrollan un miedo intenso a ir al colegio (fobia escolar). Las emociones oscilan desde la ansiedad de la separación de la familia hasta el temor al bullicio escolar. Los niños no han aprendido todavía a hacer frente a los problemas del mundo exterior, así que tratan de evitarlos. En ocasiones, los problemas están dentro de casa. Por ejemplo, la familia pasa por un período de tensiones y el niño teme que ocurra algo mientras él está en la escuela. Los padres dudan de que el hecho de obligar a un niño a ir a la escuela sea correcto. No saben si realmente el pequeño se siente mal, o bien si, como todos los niños en alguna ocasión, simplemente no quiere ir al colegio. Cuando el problema surge, es decir, si el niño no quiere asistir a clase, seguiremos las siguientes estrategias de intervención. ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN 1.- ESTABLECER LOS CRITERIOS PARA QUE EL NIÑO SE QUEDE EN CASA. No asistirá al colegio si tiene fiebre (más de 37 grados) y unos síntomas de enfermedad bien definidos. En tal caso deberá permanecer en la cama. Si se trata de que finge la enfermedad hay que asegurarse de que no pasará un día de juegos, diversión, etc. Hay que hacer patente el ambiente de enfermedad, no habrá visitas de amigos, ni salidas, tendrá que estar en la cama todo el día, con comidas ligeras y nutritivas. En caso de que no exista enfermedad manifiesta se obligará al niño a ir al colegio. 2.- DESCUBRIR LAS RAZONES. Hay que descubrir qué es lo que angustia tanto al niño como para que no quiera ir a la escuela. - Mantenga una conversación. Hay que animar al niño a que diga qué ocurre en la escuela que le produce rechazo. Intente que enumere lo que más le gusta y lo que menos le gusta de la escuela y que explique las razones. Intente averiguar si el niño más que tener miedo a la escuela, teme abandonar la casa. Los padres pueden ayudar al niño a hacer frente a sus sentimientos y pueden proporcionarle seguridad mediante su cariño y su comprensión. - Hable con sus hermanos y sus amigos. Con frecuencia, se logra conocer mejor los sentimientos del niño, preguntando a otros niños si saben qué problemas fomentan este comportamiento. En ocasiones, el hermano o hermana mayor conocen la situación y pueden ayudar. - Hable con los maestros. Hable del problema de comportamiento con los maestros del niño. Sea la dificultad de tipo académico o emocional, el maestro debe conocerla y será posiblemente de gran ayuda en la búsqueda de soluciones. 3. HACER UN PUENTE ENTRE EL HOGAR Y LA ESCUELA Se pueden intentar las siguientes ideas para fomentar en el niño el deseo de ir a la escuela: - Saque el tema de conversación en casa. Se pueden marcar en el calendario los acontecimientos especiales de la escuela para animar al niño a que los espere con ilusión: "El próximo viernes es el día de............. ¡Va a ser divertido!" o "Tu clase irá a visitar el parque de bomberos esta semana. ¿Qué crees que se debe hacer allí? No te olvides de contármelo". - Utilice la motivación del "enséñame" y "cuéntame". Ayude al niño a que busque algo especial que enseñar y contar, tal vez su libro favorito, una foto de su gato o algo especial para compartir con sus compañeros de clase. - Comente sus preferencias en el colegio y podrá utilizar esta información para motivarle. "¿Hoy te toca dibujo y pintura, verdad? La profesora, la señorita Rita es muy simpática, ¿no? También hoy es día de deportes. Va a ser un día divertido" - Fomente las amistades escolares. Ayude al niño a que haga amigos y promueva las amistades que vayan surgiendo, especialmente si la escuela está lejos del barrio y el niño no conoce a muchos niños que vivan cerca. Consiga que sus amigos vengan a jugar una vez a la semana, incluso con los padres turnándose como anfitriones. A los niños mayores conviene incitarles a ver a sus amigos: "Sari, ¿por qué no llamas a Susi y le preguntas si quiere ir al cine contigo esta tarde?". 4. LLEVAR AL NIÑO AL COLEGIO En la mayoría de casos lo que se desea es que el niño acuda a la escuela de forma regular una vez se ha comprobado su resistencia, especialmente después de las vacaciones o de las convalecencias. Cualquiera que sea la razón o la estrategia, hay que lograr que el niño vuelva a ir a la escuela normalmente. - Haga que el niño aplique la rutina matinal. Dirija todos los esfuerzos a prepararse y salir. Todo será más ágil si el ritual matutino está bien establecido. El hecho de vestirse y de tomar el desayuno debe convertirse en un hábito de modo que se realice rutinariamente sin muchas reflexiones. Si todo este proceso se ha hecho problemático, cámbielo. - Ignore los comentarios negativos. No responda siquiera a los comentarios negativos sobre la escuela. Por otro lado, hay que elogiar y reforzar los comentarios y acciones positivas. - Guíe al niño si es necesario. Si no hay otra solución, habrá que manejar al niño como si fuera una marioneta por las mañanas hasta que esté en su clase. De los padres, deberá hacerlo el que sea menos emotivo. Con una cara formal y positiva guiará sus movimientos, le llevará hasta la clase y una vez hecho esto, se marchará rápidamente sin dar opción al niño a hacerle una rabieta. 5. HACER QUE EL NIÑO PASE A LA FASE DE ASISTENCIA NORMAL A CLASE Si hace tiempo que el niño no va a clase, o se resiste especialmente a ir, será preciso llegar a algún acuerdo con el maestro y el director de la escuela. Las sugerencias siguientes han sido positivas para muchos niños. - Consiga que se espere al niño en la puerta. Tal vez el maestro u otro miembro del personal de la escuela podrá esperarle a la entrada y llevarle a su clase. Esto debe hacerse con discreción, para que los otros niños no lo adviertan. - Consiga que el niño pase tiempo en un lugar donde se sienta seguro. Al principio del año escolar y con un niño que no se siente cómodo en la nueva clase, puede permitirse que pase cierto tiempo con su antiguo maestro para que se vaya facilitando la paulatina integración al nuevo medio. - Es bueno acudir a la escuela en horas en que no haya clase. Lleve al niño a la escuela después de las horas de clase durante una semana; esto puede lograr que el niño se sienta menos incómodo, cuando otros niños estén allí. - Organice una asistencia a tiempo parcial. El niño pasará una hora en la escuela por la mañana o por la tarde, e irá incrementando gradualmente el tiempo de permanencia. 6. REFORZAR LOS COMPORTAMIENTOS POSITIVOS DE ASISTENCIA A CLASE Consiga que el niño sepa que usted cree que es estupendo que vaya al colegio. Elogie cada paso que le lleve a la asistencia a clase: prepararse, ir y permanecer allí. - Recompense al niño con su atención. A determinadas horas póngase a jugar con él. O vaya a buscarle a la escuela para una merienda especial o una salida. - Establezca un sistema formal de recompensas. El niño ganará premios o refuerzos por estar preparado para ir al colegio y más tarde por su asistencia a clase y participar en las actividades de la misma. Al principio los refuerzos deben ser más intensos a fin de establecer el modelo de comportamiento. El sistema de premios se irá eliminando poco a poco hasta que se obtenga el comportamiento deseado. También deberá reactivarse después de las vacaciones o de una convalencencia. 7. CONSULTAR CON EL MÉDICO EN CASO DE FOBIA A LA ESCUELA Algunos niños pequeños presentan considerable resistencia a ir a la escuela, y en este caso es probable que se precise ayuda médica para superar el problema. PASOS PARA LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS 1. DARSE CUENTA DE QUE HAY UN PROBLEMA. Los sentimientos negativos son el primer indicador de que hay un problema: ira, preocupación, tristeza, etc. Ejemplo: Siento una gran preocupación por mis relaciones con mi hija. 2. PARARSE Y PENSAR. DECIDIR CUÁL ES EL PROBLEMA. Tan pronto como detecte el problema, párese y piense, salga de la situación (física y mentalmente) y decida cuál es el problema: El problema es que no me llevo bien con mi hija. 3. DECIDIR UN OBJETIVO (LO QUE QUIERES QUE OCURRA): ¿Qué es lo que deseo de esta situación?. Quiero llevarme bien con mi hija, que nos respetemos y nos sintamos felices. 4. PENSAR EN LA MAYORÍA DE SOLUCIONES POSIBLES: A) Mantener siempre la calma. Dejar de gritar o reñirle suceda lo que suceda. Intentar dialogar y llegar a acuerdos. B) Hablarle en lugar de criticarle. Abrazarla o decirle algún cumplido de forma espontánea dos o tres veces al día. Es más importante para mí tener unas buenas relaciones con mi hija que hacerle cumplir con sus obligaciones cada día. C) Hablar con ella al menos una vez al día interesándose por sus estudios, problemas... D) Contarle mis problemas y pedirle ayuda. 5. PENSAR EN LAS CONSECUENCIAS DE CADA SOLUCIÓN (LO QUE OCURRIRÍA SI LAS INTENTASE): A) Habrá más tranquilidad B) Sentirme apreciada por mi hija. C) Tendremos un mayor acercamiento. También puede negarse al diálogo, por lo que mantendré la calma y seré paciente. D) Podrá sentirse partícipe y protagonista de las decisiones que se toman en casa. 6. ESCOGER LA MEJOR SOLUCIÓN: Empezar por la más sencilla o con la que se piensa que va a salir bien. 7. HACER UN PLAN PASO A PASO PARA LLEVAR A CABO LA SOLUCIÓN: 1º 2º 3º 4º 5º RESPIRACIÓN PROFUNDA 1. 1. Aunque este ejercicio puede practicarse en distintas posiciones, la más recomendable es la que describimos a continuación: Tiéndase en el suelo sobre la alfombra o sobre una manta. Doble las rodillas y separe los pies unos 20 cm. dirigiéndolos suavemente hacia afuera. Asegúrese de mantener la columna vertebral recta...) 2. 2. Explore su cuerpo en busca de signos de tensión. 3. 3. Coloque una mano sobre el abdomen y otra sobre el tórax. 4. 4. Tome aire, lenta y profundamente, por la nariz y hágalo llegar hasta el abdomen levantando la mano que había colocado sobre él. El tórax se moverá sólo un poco y a la vez que el abdomen. 5. 5. Cuando se haya relajado en la forma que indica el punto 4. sonría un poco. inhale aire por la nariz v sáquelo por la boca haciendo un ruido suave y relajante como el que hace el viento cuando sopla ligeramente. Con ello, su boca y su lengua se relajarán. Haga respiraciones largas, lentas y profundas que eleven y desciendan el abdomen. Fíjese en el sonido y en la sensación que le produce la respiración a medida que va relajándose más y más. 6. 6. Continúe con 5 a 10 minutos de respiración profunda una o dos veces al día durante unas cuantas semanas: luego, si lo desea, puede prolongarlo hasta 20 minutos. 7. 7. Al final de cada sesión de respiración, dedique un poco de tiempo a explorar su cuerpo una vez más en busca de signos de tensión. Compare la tensión que siente al acabar el ejercicio con la que sentía al empezarlo. 8. 8. Una vez que se sienta familiarizado con la forma de respiración que se describe en el punto 4, practíquela siempre que le apetezca tanto si está sentado como si está de pie. Concéntrese en el movimiento ascendente y descendente de su abdomen, en el aire que sale de los pulmones y en la sensación de relajación que la respiración profunda le proporciona. 9. 9. Cuando haya aprendido a relajarse mediante la respiración profunda, practíquela cada vez que note que va a ponerse tenso. TÉCNICAS PARA EL CONTROL DE CONDUCTAS INADAPTADAS Los padres piensan que la disciplina equivale al castigo. Disciplina significa realmente formar o enseñar, y combina técnicas positivas y negativas. Decimos que disciplinamos a los niños cuando les enseñamos a comportarse. Para que pongan algo en práctica debemos previamente darles instrucciones. Nos convertimos en modelo de comportamiento para ellos. Les señalamos aquello que están haciendo correctamente. Les indicamos lo que hacen bien y lo que no hacen bien. Disciplina es ignorar cuando un niño intenta interrumpir una conversación y también prestarle atención después de que haya esperado su turno con paciencia. Los «síes» son muchas veces más importantes que los «noes» porque con el sí el niño sabrá cuándo se está comportando tal como los padres desean. Tenemos mucho que enseñar a un niño, como valores, creencias y conductas y esto lleva tiempo. Además, el niño no estará siempre dispuesto a aprender la lección. Los padres deben aprender a relajarse para afrontar los hechos con más calma y eficacia. Debemos examinar metas y necesidades del niño para saber lo que se puede esperar. Se debe hacer lo posible por ser constante y consecuente, diciendo lo que se piensa y pensando lo que se dice, y mantenerse firme en ello. Las técnicas básicas para educar se deben comprender a fondo antes de empezar a aplicarlas para llegar a ser padres seguros y eficaces, para que el niño tenga la buena conducta que el padre desea. EL ELOGIO Airim y Eneryth están jugando tranquilamente en su cuarto y nadie les dice lo bien que están compartiendo los juguetes. Pero poco después, cuando están riendo, mamá les grita en seguida. Casi siempre los padres centran su atención en lo que los niños hacen mal y no se fijan en lo que hacen bien. Los padres se afanan en educar y cuidar de sus hijos que es probable que piensen que la buena conducta está garantizada. Cuando todo va mal es fácil sacar a relucir otras malas conductas. Les criticamos y acabamos sintiéndonos mal. La crítica constante combinada con pocos elogios da otros resultados. El niño requiere la atención del padre y la conseguirá como sea. Si el modo de enfocarlo es negativo, entonces el niño usará medios negativos para llegar a sus padres. Si éstos se concentran en los hechos positivos. se conseguirá una mejor conducta como respuesta porque de este modo el niño obtendrá más atención. Si no se está acostumbrado a elogiar al niño, puede resultar difícil al principio. Pero cuanto más se aplique más natural y fácil será. En seguida se comprobará que los elogios son una influencia tan poderosa que sólo con unos pocos se puede lograr una nueva conducta y con un poco menos se mantendrá el cambio. A veces los padres temen que los niños se acostumbren a depender de los elogios. Es posible que los elogios indiscriminados provoquen problemas con un niño inseguro o que siempre haya sido el centro de atención. Pero se sabe por experiencia que son más los niños que no reciben bastantes elogios que los que reciben demasiados, y se sabe que los elogios pueden hacer milagros. Si se usan estas directrices al aplicarlos, se comprobará muy pronto que el elogio es una técnica de disciplina netamente eficaz. Elogiar el comportamiento y no la personalidad Cuando los padres nos consultan porque están teniendo problemas en la relación con su hijo muchas veces están tan exasperados que no tienen nada positivo que decir del niño. Describen su personalidad con términos tales como rebelde, vago y egoísta. Este es un círculo vicioso que no conduce a ningún sitio. Puede cambiarse su conducta y ahí debe estar el objetivo. La personalidad es más resistente a los cambios. Si se centran los esfuerzos en la conducta, es mucho más probable que se pueda llegar a la meta propuesta. No se debe decir, «Eres una niña buena!» que conlleva el mensaje de que el objetivo es ser bueno siempre, lo cual es una expectativa imposible de cumplir. En lugar de esto se debe decir <<Me gusta cómo has hablado a la abuela>>. Por muchas veces que se diga «niño bueno» o «niña buena» el niño no se formará un concepto positivo de sí mismo, a no ser que tenga respuestas específicas a las propias conductas correctas, ya que la imagen de sí mismo está hecha de sus logros. El modo más eficaz de formar una buena conducta es moldearla con elogios. Moldear con elogios es una herramienta educativa que debe usarse repetidamente para mostrar la aprobación de los comportamientos nuevamente establecidos del niño. Usar elogios concretos El propósito de elogiar es aumentar conductas deseables, de modo que es necesario hacer hincapié en qué conducta concreta se persigue. Cuanto más concreto sea el elogio, mejor comprenderá el niño qué es lo que hace bien y será más probable que lo repita. Una mañana, por ejemplo, uno se da cuenta de que la niña se ha hecho la cama. En ese momento se está peinando. Si sólo se le dice, «Queda muy bien», no sabrá si los padres se refieren a la cama o a su pelo. Es mejor decir: «Me gusta mucho cómo has hecho la cama esta mañana. Gracias». Cuando los padres tienen dificultades para manifestar algo positivo de su hijo, se les pide que mantengan un registro de buenas conductas, donde apuntarán todo lo que el niño hace correctamente. Algunos padres exclaman: «Las páginas estarán en blanco!», pero, normalmente, se asombran de ver cuántas conductas positivas pueden anotar y cuánto les ayuda para aprender a elogiar al niño. Al utilizar esta técnica, se deben compartir las notas con el niño al final del día. Es una buena manera de hablar de los acontecimientos del día y hará bien tanto a los padres como al niño. Elogiar los adelantos Se debe empezar a elogiar cada pequeño paso dado hacia la conducta deseada, procurando atrapar al niño en un buen comportamiento. Supongamos que le ha dicho al niño que tiene que recoger sus juguetes cuando haya terminado de jugar con ellos, aunque nunca lo haya hecho antes. Elogie cada progreso, por pequeño que sea. Al principio se le elogiará por recoger un juguete aunque los demás sigan en el suelo. Se podría decir: «Está muy bien que recojas tu camión y lo pongas en la caja de juguetes. Te voy a ayudar a que recojas los demás». La próxima vez, se le puede elogiar por recoger dos juguetes, etc. O supongamos que el niño está acostumbrado a que se le atienda enseguida y no deja terminar una conversación telefónica sin interrumpir. La primera vez que espere treinta segundos, es bueno hacer una pausa en la conversación y darle las gracias por no interrumpir. Hay que responder al niño antes de seguir hablando. A la siguiente oportunidad, se debería esperar un poco más antes de hacer la pausa para darle las gracias a fin de que su espera sea «moldeada». Es mejor empezar con objetivos modestos a fin de alcanzar la meta propuesta. Cuando el nuevo comportamiento esté bien establecido, se necesitarán menos elogios para mantenerlo. No es necesario continuar elogiando al niño constantemente. Es mejor elogiarle de vez en cuando, quizás cada quinta o décima vez que actúe apropiadamente. Esto será suficiente para ir reforzando la nueva conducta y pronto se hará natural para ambos. No obstante, no suprima nunca los elogios de forma radical. Elogiar adecuadamente Para suscitar la respuesta requerida, el elogio debe ser adecuado. Abrazos, besos y otras señales físicas de afecto junto con las palabras correspondientes son muy eficaces. Sin embargo, a algunos niños un poco más mayores les gusta ser elogiados discretamente y en ese caso es mejor mantener una cuenta silenciosa o usar signos secretos especiales. Un guiño o levantar el pulgar le indicará, sin llamar la atención excesivamente, que se ha notado su comportamiento. Más tarde, hay que manifestarle lo bien que lo ha hecho. Muchos niños mayores aceptan comentarios simpáticos, más que elogios directos. Decir. «Me pregunto qué brigada de limpieza ha pasado por aquí» puede ser mejor acogido por un preadolescente que decir: «Has hecho la cama realmente bien v has limpiado maravillosamente». .. Deben ustedes juzgar las reacciones de su propio hijo a los elogios para ver si están actuando de la mejor manera posible con él. Si el niño parece no dar importancia a los comentarios paternos pero más adelante repite el buen comportamiento, está usted comprobando que esta forma de elogiar es eficaz. Hay que recordar que todo el mundo se cansa de las cosas buenas si se tienen demasiadas. Las mismas frases utilizadas una y otra vez perderán su efecto. Hay que ser creativo. Pequeñas notas dejadas debajo de una almohada o en una cartera pueden ser más especiales. También puede serlo que el niño oiga que usted le elogia delante de un amigo. Para realzarlo más, se pueden acompañar los elogios de un premio. Dígale a su hijo qué es lo que le ha gustado y prémielo con un pequeño regalo, pero reserve las sorpresas para ocasiones especiales para que no se acostumbre. Elogiar inmediatamente Los elogios son más eficaces, especialmente en niños muy pequeños cuando se producen pronto. No debe pasar demasiado tiempo entre el comportamiento positivo del niño y la respuesta paterna, aunque los niños más mayores pueden apreciar el reconocimiento posterior. El espacio entre la acción de un niño y la respuesta del padre se puede llenar con un gesto si es necesario, y si se escribe en el diario de la buena conducta se puede convertir en una señal privada entre ambos. Al anotar lo que el niño está haciendo correctamente y enseñarle el diario, es conveniente decirle algo, como por ejemplo, «Me alegro de ver que estás compartiendo el papel con tu hermana». Más adelante, se puede hacer la cuenta sin largos comentarios escritos, y a la larga la cuenta se puede convertir en una señal de elogio silencioso en el aire, lo que le dará un sentido personal. Combinar elogios con amor incondicional Los niños se vuelven locos por conseguir elogios de sus padres cuando esos son los únicos momentos en los que consiguen que se les preste atención. Algunos padres se preocupan pensando que sus hijos se comportarán bien sólo si reciben el reconocimiento. Cuando se trabaja para establecer un nuevo comportamiento, es necesario elogiar constantemente al principio, y luego reducir los elogios gradualmente. Cuando el niño lo ha aprendido, se debe elogiar sólo de vez en cuando. De todos modos no es posible estar presente cada vez que el niño hace algo correctamente. Cada vez que se hagan comentarios concretos y positivos sobre su conducta, el niño tendrá una visión positiva de sí mismo, y estará así más seguro de si mismo. Al mismo tiempo el niño debe saber que se le valora y se le quiere incondicionalmente. aun cuando no se esté trabajando para mejorar su conducta. Abrácele, préstele atención, escúchele, apréciele. Esto garantiza al niño que no necesita «ganarse» su amor porque ya lo tiene. IGNORAR DETERMINADOS COMPORTAMIENTOS Un modo eficaz de eliminar comportamientos específicos que irritan es simplemente ignorarlos. Puede que al aplicar esta técnica le parezca que no está haciendo nada en absoluto para cambiar las cosas, pero comprobará cómo al ignorar sistemáticamente ciertos comportamientos, y actuando como si no existieran, se consiguen resultados asombrosos. Cuando quieren, los niños hacen cualquier cosa para conseguir la atención total e inmediata de sus padres. Saben exactamente lo que más les puede alterar o irritar especialmente en los momentos más delicados, en el recibidor de la casa justamente cuando llegan los invitados, por ejemplo, o cuando se está hablando por teléfono o en la caja del supermercado. Si se puede ignorar el comportamiento irritante cada vez que se produzca, el niño dejará de actuar de ese modo, pues no obtiene los resultados que busca. La ignorancia sistemática es el arte de ignorar los comportamientos que desagradan y prestar atención positiva a los que agradan. Nunca se debe hacer una cosa sin la otra. Sin embargo, antes de intentar esta estrategia, valore usted el comportamiento y decida si se puede ignorar sin problemas. Es evidente que no se pueden ignorar conductas peligrosas como correr por la calzada o subirse al frigorífico y tampoco se pueden ignorar acciones intolerables como pegar y morder. La ignorancia sistemática es una técnica que utilizan sólo algunos padres eficazmente. En otros, sólo se consigue aumentar la tensión porque su capacidad para ignorar es demasiado baja. Si éste es su caso, puede intentar alguna otra de las soluciones que se ofrecen para tratar el problema. Decidir lo que se puede y lo que no se puede ignorar Si Airim arroja objetos pesados o juega con enchufes, no se puede ignorar este modo de actuar. Los padres no deben empezar con algo que no van a ser capaces de ignorar durante mucho rato; es preferible no empezar. La mayoría de los comportamientos empeoran antes que mejorar. Hay que preguntarse:«¿Qué es lo peor que puede ocurrir?» «¿Podré soportarlo?» ¿Podrá la madre aguantar los gritos de su hijo en el supermercado pidiendo donuts mientras cl público se vuelve a mirarla con muestras de indignación ante su dureza? Si el niño dice palabrotas delante de la abuela, ¿será capaz el padre de hacerse el sordo? Si no, es mejor elegir otra opción para hacer frente a este comportamiento. La ignorancia es particularmente eficaz en conductas que han sido previamente alimentadas por la atención del padre y no funcionará bien con aquellas conductas que sean normales a ciertas edades o en etapas de desarrollo. La mayoría de los niños de dos o tres años hacen rabietas, y por mucho que se ignoren, es poco realista esperar que desaparezcan. No obstante. la ignorancia sistemática de las primeras rabietas reducirá su persistencia más tarde. La ignorancia funciona bien normalmente para detener un comportamiento que siempre ha provocado la atención y ha permitido al niño salirse con la suya con anterioridad. Las rabietas son un buen ejemplo. El quiere un caramelo v usted le dice, «No. ahora no». Llora, se cae al suelo, patalea y grita. Usted intenta resistir, pero al final no lo soporta más y se rinde. Le da el caramelo para detener la rabieta. Las lágrimas se secan, su táctica ha funcionado. Ha reforzado usted la dependencia del niño en las rabietas para el futuro. La próxima vez, en lugar de esto intente salir de la habitación. Puede resultar sorprendente lo rápidamente que el niño deja de llorar. No prestar atención al comportamiento indeseado No se debe reaccionar al comportamiento indeseado de ninguna manera, verbal o no verbal. No hay que decir nada al respecto. No se debe mirar al niño cuando esté actuando. No hay que mostrar ninguna expresión facial o hacer gestos como reacción a ello. Se debe mirar a otro sitio, hacer como si se estuviera ocupado en otra cosa, salir de la habitación. Si no se puede salir, hay que apartarse disimuladamente todo lo posible. Se debe continuar tanto tiempo como el niño prolongue su comportamiento. Esto no significa tratarlo fríamente, ya que esa es otra forma de atención. Tampoco hay que reírse como si tuviera gracia porque la actitud protectora le hará más desafiante. Simplemente se debe simular que se está tan concentrado en lo que se está haciendo que uno no se da cuenta de nada. Un niño solía meter la cabeza en el plato y llorar cuando no se le servía más de algo que le gustaba. Sus padres aprendieron a hablar entre ellos de lo sucio que estaba el candelabro o de sus planes para la cena, ignorando sus lloriqueos. Con el tiempo, cuando aprendió que no era probable que le dieran más comida en ese momento, el niño cogía su cuchara para comer otra cosa que hubiera en el plato. Actualmente, el hábito ha desaparecido. Considere que cualquier intento del niño para captar su atención es un signo de progreso y redoble los esfuerzos por parecer indiferente. No responder, tararear, subir el volumen de la radio, mirar al techo, hablar con uno mismo de sus cosas, todos son medios eficaces de no prestar atención. Esperar que los comportamientos empeoren antes de mejorar Cuando se empieza ignorando una mala conducta, el niño hará todo lo que pueda para atraer una atención a la que está acostumbrado. Incrementará la intensidad, volumen y frecuencia de sus actos hasta saber que obtendrá respuesta. Pero no hay que abandonar. No le deje dar por sentado que sus travesuras van a llamar la atención como lo habían hecho antes, intente llevar un registro del tiempo que duran, o cuente las ocasiones en que se producen estas conductas para poder superarlas: ello será indicativo de los progresos que se hacen. Aunque las pataletas y las quejas parecen durar una eternidad, se pueden medir en segundos e incluso minutos. En el espacio de pocos días, se podrá comprobar cuándo la conducta se intensifica y cuándo va disminuyendo. Cuando compruebe que los quejidos duran diez minutos el día que no se da al niño una galleta y sólo ocho minutos al día siguiente, se animará a seguir con la táctica. Después de poco tiempo, el patalear porque no ha conseguido una galleta será sólo un recuerdo. Téngase presente que cuanto más firme se haya sido y menos atención se haya prestado a la conducta, menor será su duración. Reforzar las conductas deseables Se puede activar la extinción de las conductas indeseables reforzando las buenas conductas con elogios y recompensas. Si se está intentando terminar con los lloriqueos, elogie al niño inmediatamente si se pone a jugar con tranquilidad después de haber dejado de lloriquear. Acérquese a él y demuestre interés en lo que hace. Si el lloriqueo comienza otra vez, ignórelo hasta que pare. Si el niño está jugando con la comida y se ignora lo que está haciendo, préstele atención cuando coja el tenedor. Dígale lo mucho que se aprecia la forma en que está comiendo los guisantes. En ocasiones, se pueden potenciar las conductas positivas dirigiendo la atención hacia el niño que se está portando bien, para que el que se está portando mal quiera imitarle. Por ejemplo, en un hogar en el que un niño se levanta continuamente de la mesa mientras los otros están sentados comiendo correctamente. Lo más apropiado es elogiar la conducta de los niños que están sentados correctamente v hacer caso omiso del ir de aquí para allá del otro. Pero cuidado!. si la táctica anima al que se porta mal, no se debe proseguir. Reserve esta táctica en su archivo de todas formas. En otra ocasión funcionará. USO DE LA TÉCNICA DEL DISCO RAYADO No intente razonar con un niño que rechaza el «no» como respuesta. Este niño ha aprendido que su perseverancia da resultados y que si él persiste los demás ceden al final. El repetir varias veces «Pero. ¿por qué no puedo?» puede convertirse en algo muy molesto, especialmente si ya se le ha contestado varias veces. No hay que enfadarse: esto conduce la mayoría de las veces a un sentimiento de culpa en lugar de al éxito. Tampoco hay que ceder. Si el ignorar no encaja con el carácter de algunos padres o si no es factible en ciertos momentos, hay que intentar la técnica del disco rayado. Esto significa que hay que responder con una versión adulta de la misma conducta. Es el caso de Brian, que está dando la lata porque quiere picar algo antes de la cena. En primer lugar no puede estar demasiado hambriento, y tampoco se le quiere dar nada para no estropear su apetito para la cena. Se le explica la decisión que se ha tomado de forma razonable una vez. Después, como respuesta a sus súplicas adicionales, se le repite lo mismo, de forma corta como, por ejemplo, «No comerás nada antes de la cena». No importa lo creativos que se vuelvan los argumentos de Brian, repita sólo «No comerás nada antes de la cena». Esta técnica es más efectiva cuando se simula prestar poca atención a las quejas. Los padres deben continuar lo que estaban haciendo, cantando la respuesta cada vez que el niño ruegue de nuevo. Se obtienen resultados interesantes. El niño puede reaccionar primero enfadándose. Puede hacer una rabieta, gritar o quejarse. Pero sus peticiones irán disminuyendo porque se cansará de pedir y obtener siempre la misma respuesta. DAR RECOMPENSAS Las recompensas de conductas deseables actúan como refuerzos que hacen que el niño se sienta bien por lo que ha hecho y quiera hacer lo mismo más a menudo. Proporcionan motivación. La primera vez que el niño dijo papá o mamá, usted reforzó la conducta con sonrisas y caricias. El niño comprobó lo agradable que esto era. La primera vez que se encaramó a la mesa de la cocina y alcanzó la caja de galletas, su recompensa fueron las galletas. En ambos casos, su conducta inicial fue recompensada por los resultados. No siempre es fácil la elección de una recompensa apropiada para las conductas correctas del niño. Es un tema de una labor detectivesca, sentido común y un poco de imaginación para detectar qué le puede gustar al niño. Se sugiere preguntar a los niños más mayores qué les gusta para así tener la información necesaria, y también para poder seguir manteniendo el control de la selección. Hacer un cuestionario Para ayudarle a lograrlo sugerimos que se haga un cuestionario de las preferencias del niño como el que se muestra a continuación. Dado que las preferencias del niño cambian con frecuencia, repita el proceso de vez en cuando. CUESTIONARIO DE REFUERZOS 1. Dime tres cosas que desearías. 1. 2. 3. 2. Si tuvieras este dinero, ¿ cómo lo gastarías? Euros. 0.05 0.1O 0.25 0.50 0.60 3 más 3. Si pudieras hacer algo con papá, ¿qué harías? 4. Si pudieras hacer algo especial con mamá ¿qué harías? 5. ¿Qué privilegios especiales te gustaría tener? (ver más televisión, irte más tarde a la cama, etc.). 6. ¿Qué te gustaría hacer con un amigo? (ir al cine, jugar a mini-golf, comer un helado, etc.). El cuestionario le dará una lista de recompensas posibles. Divídalas en listas de pequeñas recompensas que se pueden usar a diario y en recompensas mayores que serán apropiadas para los progresos semanales o mensuales. Por ejemplo: Recompensas diarias Pegatinas Postre Recompensas semanales Libro Película Recompensas mensuales Muñeco Juego Variar las recompensas Hay algunas estrategias para que la selección de recompensas sea más eficaz. Una de ellas es variar las recompensas para que no pierdan su atractivo. Pepín estaba muy contento de conseguir un animalito de plástico cada vez que utilizaba el orinal en lugar de mojar sus pantalones. Ganó muchos. Pero después de un par de semanas perdió interés en los animalitos de plástico. Seleccione varios tipos diferentes de recompensas del repertorio que se ha extraído de los cuestionarios. Posteriormente, alterne las recompensas materiales con actividades y privilegios especiales. Cuando sea posible, ofrezca recompensas apropiadas a la conducta que se está reforzando. El acostarse media hora más tarde puede ser una recompensa lógica por haber estado listo para ir a la escuela a tiempo y de buen humor. Cumplir siempre Se deben entregar siempre las recompensas inmediatamente. Para el niño, el incumplimiento o el retraso al entregar una recompensa prometida, suponen una traición. No se deben hacer promesas que no se pueden cumplir y tampoco haga cambios. Cuando el niño se gana una recompensa, los padres deben entregársela. El niño debe saber que se cumplirán las promesas. Recuerde: se necesita tiempo El modificar la conducta de un niño requiere tiempo y también la motivación adecuada. Al principio, hay que recompensar cualquier progreso. usando la recompensa para dar forma a la nueva conducta. Posteriormente. se requerirán menos esfuerzos para mantenerla. Se puede comentar el caso de Airim, una pequeña que quería hacerlo todo sin ayuda siempre y que no quería admitir que a veces la necesitaba. A pesar de la seguridad que le daban sus padres y los maestros, las lágrimas eran la respuesta a sus frustraciones en la escuela. Se estableció un sistema para ayudar a la niña a pedir ayuda o a proseguir con sus tareas sin llorar. Se le dijo a Airim que ganaría un punto cada vez que pidiera ayuda o persistiera en una tarea sin llorar. Sus maestros la ayudaron a llevar la cuenta. Cada tarde, ganaba una recompensa de su lista (lazos, pasadores. baratijas de plástico, la ocasión de ir en bici con papá después de la cena, o más tiempo para leer antes de ir a dormir). Sus puntos también podían ser utilizados para que ganara el color adecuado en la parte de un gráfico para una recompensa más importante. Primero se recompensaron los ojos llorosos, pero no los sollozos, luego la ausencia total de lágrimas. Lentamente, los puntos necesarios para la recompensa se fueron incrementando para que pudiera ganar una recompensa en días alternos, después, una vez por semana. Los cambios en la conducta de Airim fueron notables. Lloraba menos, perseveraba más en sus tareas, pedía ayuda cuando la necesitaba y sonreía más a menudo. A medida que su tolerancia a la frustración se iba incrementando y su nueva conducta, más madura, se iba estabilizando, la frecuencia de las recompensas se hizo menos progresivamente y el maestro enviaba notas semanales, en lugar de notas diarias. Los rostros sonrientes de la familia reemplazaron al gráfico y finalmente, incluso las notas semanales se hicieron discontinuas ante la insistencia de Airim. En la actualidad, sus padres siguen sorprendiéndola con recompensas de vez en cuando, para que sepa que aprecian su conducta. El progreso de esta niña demuestra que unas reglas básicas ayudan al uso eficaz de las recompensas. Los padres han de definir con exactitud lo que quieren que el niño haga más a menudo. Con la máxima precisión que sea posible, se debe definir qué debe hacer para obtener la recompensa. No hay que decir <<Debes ser más responsable>> sino: «Por favor, hazte bien la cama por las mañanas». Recompense los progresos iniciales con recompensas inmediatas o diarias. La capacidad del niño de adquirir premios debe ser el doble al inicio del plan. La primera vez que guarde correctamente sus juguetes, puede ser recompensado con una pegatina, además de un punto de una recompensa que vale cinco puntos. Utilice marcas o estrellas en un gráfico para anotar los puntos, o deje que el niño coloree una parte del cohete (ver Fig. 1). Las medidas visuales son más importantes cuanto más pequeño es el niño. Incremente gradualmente los requisitos, a medida que el niño haga progresos. Por ejemplo, si la meta es que el niño ordene los juguetes en su sitio cuando haya terminado de jugar, al principio hay que darle una recompensa inmediata cuando ordene un juguete. Cuando ya haya obtenido varias recompensas, habrá que cambiar el criterio, para que tenga que ordenar dos o tres juguetes para obtener la recompensa. Con el tiempo, hay que ir incrementando lo que se espera del niño todavía más para dar forma a la conducta ,pero no hay que hacer cambios demasiado rápidos. No hay que aceptar un comportamiento mediocre una vez que padres y niño han aceptado la apuesta. Figura 1 Gráfico del cohete de _________ Colorear una parte cada vez que se cepille los dientes. Una vez incrementados los requisitos, si el niño no obtiene una recompensa cada día, los padres deben decirle lo mucho que lo sienten y advertirle que al día siguiente tendrá otra oportunidad. Y deben decirle además que ordene los juguetes que ha olvidado. Hay que ir eliminando gradualmente las recompensas diarias. Cuando se haya llegado a la conclusión que la nueva conducta ha quedado bien establecida, se han de disminuir lentamente las recompensas diarias, explicándolo en términos positivos. «Lo estás haciendo tan bien que no creo que necesites una sorpresa cada día. Ahora puedes ganar una sorpresa mayor al final de la semana». Entregue las recompensas diarias en día alternos, y después del tercer día, hasta llegar a recompensar sólo excepcionalmente. Alargue gradualmente el tiempo necesario para obtener una gran recompensa. Las conductas establecidas requieren menos refuerzos para mantenerse, así que hay que empezar a poner el listón de requisitos más alto para las grandes recompensas. Elegir un elemento o actividad que requiera varias semanas. El uso de uno de los gráficos para visualizar el progreso del niño hacia los objetivos define claramente cuántos puntos debe ganar para recibir la recompensa. Con cada recompensa, incremente el «precio», para que la próxima vez se tarde más tiempo en conseguirla. Mientras tanto se debe elogiar y dar ocasionalmente pequeñas recompensas para reforzar la nueva conducta. Comience a dejar la fase de las recompensas para sustituirla por las consecuencias naturales y el reconocimiento. Cuando los padres están seguros de que la nueva conducta se ha convertido en un hábito positivo, deben sustituir las recompensas por consecuencias naturales positivas y mantenerlas con su reconocimiento. Una consecuencia natural de haber aprendido a comportarse en la mesa sería la de dejar que el niño elija su restaurante favorito para acudir un día ya que tiene tan buenos modales en la mesa. Coméntele lo bien que se está comportando y anime a los demás a que hagan lo mismo. EL USO DE LOS GRÁFICOS Amelia muestra con orgullo sus gráficos a todas las visitas. Está lleno de estrellas que ha ganado por cepillarse los dientes después de cada comida, sin que sus padres tengan que recordárselo. Juan se lleva al colegio una tarjeta-índice dividida en columnas diarias. Su maestro hace una marca en la tarjeta cada vez que el niño termina a tiempo una tarea. Corre hacia su casa después de la escuela y transfiere las marcas al gráfico que tiene colgado en el frigorífico, ya que está acumulando puntos para ganar un video-juego. Muchos profesionales utilizan gráficos para anotar sus beneficios, hallazgos de investigación y resultados de pruebas. Los gráficos suponen una forma excelente de poner de manifiesto las nuevas conductas del niño de manera clara y simple. Para que sea eficaz un gráfico debe ser simple y de fácil lectura. Algunos padres nos han enseñado gráficos con los que habían tenido poco éxito y era bastante evidente el motivo de su fracaso. Eran complicados, con múltiples conductas que sólo un ingeniero hubiera podido seguir. Los gráficos no están pensados para complicar la vida a los padres y a los niños. Su objetivo es proporcionar un medio visual para trazar la conducta del niño. Algunas sugerencias. Dejar que el niño decore su propio gráfico con dibujos, pegatinas, o recortes. El gráfico puede tener una forma de lago que sea del agrado del niño, de la conducta que se está aprendiendo o bien de la recompensa para las que se está trabajando. Puede colocarse donde el niño quiera: en la cocina, en el espejo del dormitorio o escondido en un cajón. Cada gráfico debe ser parte de un sistema de obtención de recompensas a corto o a largo plazo. Los gráficos deben seguir las siguientes líneas básicas: Centrarse en una sola conducta (o conductas asociadas) cada vez Es imposible cambiarlo todo de golpe y el intentarlo agobiaría a todos los implicados. Tomar un problema cada vez, e ir añadiendo los otros de forma apropiada. Jaime tenia problemas matutinos. Se levantaba tarde, no quería hacerse la cama y no le quedaba tiempo para desayunar. Primero se atajó el problema de levantarse tarde. Cuando empezó a levantarse regularmente, con el despertador, se añadió al gráfico el hacer la cama y el criterio para ganar un punto incluyó, a partir de entonces, ambas conductas. Cuando dichas conductas fueron modificadas, se añadió el desayuno a la lista. Las tres conductas se agruparon en un gráfico como « Responsabilidades matutinas». Hacer gráficos fáciles de usar, leer y mantener Cuando se está tratando una conducta diaria, hay que utilizar un gráfico inspirado en el calendario, como el de la figura 2. Cuando la conducta a tratar es de las que tienen lugar varias veces al día entonces va mejor un gráfico dividido en intervalos de tiempo apropiados (Fig. 3). El gráfico de la Fig. 3 se utilizó para enseñar a Airim a no quejarse. Dado que las quejas no ocurren en horarios fijos, el gráfico le permitía ganar estrellas cada hora que pasaba sin quejarse. Figura 2. Gráfico matutino de_________ Semana 1 2 3 4 Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Total Puntos ________gana un punto si se levanta a las 7:00 sin que tengan que recordárselo. Figura 3. Gráfico de _________ Hora ☺ Lunes Miércoles Viernes Martes Jueves 8:00 9:00 10:00 11:00 12:00 13:00 14:00 15:00 16:00 17:00 18:00 Total ________gana un punto por cada hora en que no se queja. Sábado La madre de Airim hizo el gráfico con un papel de color vivo, con pegatinas y dibujos para hacerlo más atractivo. En ocasiones, especialmente con los niños mayores, los periodos problemáticos se sitúan por la mañana temprano, al final de la tarde y por la noche. El gráfico se diseñó para animar a Tim a seguir mejor las instrucciones. Como trabajaba para conseguir un juego de construcción de un avión, diseñó el gráfico en forma de avión (Fig. 4). Ser muy firme hasta que la conducta haya quedado establecida Hay que tener fe en el gráfico, no hay que olvidarlo ningún día, hav que reforzar la nueva conducta con muchos elogios v consecuencias naturales. Cuando el nuevo hábito haya quedado establecido, ir retirando las recompensas. Para resumir la técnica de utilizar gráficos de forma eficaz, tomemos a Jaime como ejemplo. Originalmente ganó una pequeña recompensa por cada punto ganado diariamente, con un punto por cada buena conducta. Más tarde, cuando él consiguió cumplir las tres conductas (levantarse temprano, hacer la cama y tomarse el desayuno) ganó un punto. Además de las recompensas diarias, cada uno de estos puntos le permite al niño ganar una parte de una recompensa más importante (un balón) mediante la acumulación de puntos hasta llegar a seis. Con un poco de perseverancia ganó todos sus puntos y obtuvo su balón. La siguiente recompensa costaba siete anotaciones y la siguiente, ocho. De esta forma, las recompensas se hicieron menos frecuentes, hasta su total extinción, aunque sus padres le sorprendían ocasionalmente con una pequeña sorpresa por portarse bien. Figura 4. Gráfico de__________ _______gana puntos por seguir instrucciones