SOBRE LA INCONVENIENTE DEBILIDAD DE LA CONCIENCIA PSÍQUICA

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SOBRE LA INCONVENIENTE DEBILIDAD DE LA CONCIENCIA PSÍQUICA
Por: Jorge Hugo Liévano López (presidenciasuteq48@gmail.com)
A propósito del temor y la indiferencia que describen el comportamiento de muchos de nosotros, los siguientes son
unos simples apuntes que podrían ayudar a esclarecer en qué consiste nuestra sumisión ante quienes promueven la
Política Educativa1, acudiendo a la coacción para viabilizar su imposición. No se trata descalificar en sí mismo el ejercicio
del poder en función del ordenamiento social, sino de cuestionar y combatir las concepciones, intenciones e intereses
que le subyacen en el momento, sus implicaciones negativas frente al bien común y la forma autoritaria como se ejerce
un poder que cabalga sobre nuestras inconsistencias psíquicas.
La debilidad de nuestra conciencia psíquica, entendida ésta como el conjunto de elementos que permiten al individuo
percibirse a sí mismo como alguien capaz de modificar su entorno o por el contrario como alguien sujeto a unas
restricciones que le superan; se encuentra caracterizada entre otros aspectos por el temor2, convirtiéndose en terreno
abonado para facilitar la imposición de condiciones adversas a la Educación Pública y la Profesión Docente.
Requerimos con urgencia de una reflexión (comprender que no hemos comprendido) sobre lo que está ocurriendo en
la conciencia psíquica de los docentes y sus repercusiones en la dinámica del accionar sindical3, lo cual requiere en
principio de una identificación de los factores y antecedentes de formación asociados a nuestro comportamiento, que
no esa pesar de su apariencia, espontáneo.
Para Sigmun Freud –tan mentado y tan poco conocido- citado en un artículo titulado “MEFISTO” publicado en el
Semanario Virtual Caja de Herramientas, semana del 9 al 15 de Agosto de 20134: “la familia, y particularmente la figura
paterna, son decisivas para fijar la relación que el individuo tendrá con la autoridad a lo largo de su vida. Padres y
maestros condicionan la actitud de las personas frente a la autoridad y el poder.”Preguntémonos entonces, por los
antecedentes de nuestra formación familiar y escolar, en relación con la actitud que asumimos frente al autoritarismo,
por la manera como la proyectamos y la interiorización que de ella hacen nuestros estudiantes, dando lugar a que se
repitan las prácticas escolares de que fuimos objeto.
De manera consciente o inconsciente en el sentido de que podemos dar cuenta de la percepción sobre la realidad o ser
incapaces de dar razón de nuestro comportamiento, vamos adoptando una actitud pragmática frente a la autoridad
representada en el Rector, la Secretaria de Educación, la circular o la norma, que se traduce en una adaptación al poder
como mecanismo de defensa, dando lugar a una compensación representada en la “satisfacción por el deber
cumplido”, convirtiéndose la obediencia incondicional en una “virtud” que nos coloca al margen del castigo (procesos
disciplinarios-descuentos salariales-traslados-pérdida evaluación de desempeño-estigmatizaciones) proporcionándonos
seguidamente un estado de “tranquilidad” y “seguridad”, en el que nos instalamos deseando una especie de bienestar
sin lucha, sin riesgo ni muerte, que en palabras de Estanislao Zuleta sería la manera como se manifiestan la pobreza y la
impotencia de nuestra imaginación, cuando se trata de imaginar la felicidad.
1
Conjunto de programas, acciones institucionales, jurídicas y administrativas concebidas e implementadas estratégica y
sistemáticamente, para hacer de la Educación Pública un asunto viable en el marco de racionalización de recursos, dirigida a
convertirse en apéndice del modelo económico y “aparato ideológico” para mantenimiento del actual orden de cosas existente en la
sociedad. No es algún asunto sagrado o supra-social, cuya objeción y superación sea pecaminosa o imposible.
2
Dejando claro que hay otras expresiones de debilidad de la conciencia como la indiferencia, el individualismo, la mezquindad y el
oportunismo que constituyen en últimas una especie de falsa conciencia.
3
Igualmente asociada a la formación política, moral e ideológica que guía nuestra conducta.
4
El texto completo se encuentra publicado en la página web del SUTEQ.
Plantea el artículo arriba citado que: “Por irracional que parezca, el sometimiento a la autoridad, la adaptación a los
mandatos, por absurdos que estos sean, produce plena satisfacción; además el poder emplea mecanismos y técnicas
especiales para crear en los subordinados esa sensación de satisfacción. Disfrutan masoquistamente de la
subalternidad. Mucho más si asumen que hacen parte del poder y pueden ejercer autoridad sobre otros a quienes buscan
atemorizar.”, este es el comportamiento, inscrito en esa jerarquía de poder institucional operante en la organización y
funcionamiento del sector educativo, que distingue la actuación de no pocos funcionarios desde el MEN antecedidos
por el Banco Mundial y el PREAL5, hasta coordinadores de las Instituciones Educativas, pasando por Secretarios de
Educación, Directores de Núcleo y Rectores, llegándose incluso a reflejarse en la relación vertical ejercida en el aula por
algunos docentes frente a los estudiantes6; conducta que tiene su par en el comportamiento subordinado del
“ciudadano” frente a los dueños del poder económico y político estatal. Cuántos de los aspirantes a ocupar cargos de
directivos docentes lo hacen inspirados en razones pedagógicas o académicas, lejos de la seducción que les produce el
ejercicio de poder o el hastío en las aulas, que luego condenarán como negligencia de quienes serán tratados como
subalternos, cuantos dirigentes de izquierda cooptados; aunque afortunadamente se mantiene vivo el decoro en
quienes luchan y resisten.
El sometimiento por temor o ignorancia a la norma establecida7, fetichizada, asumida como inmutable o justa,
renunciando a la crítica, a la acción para abolirla y reemplazarla, hace parte de la auto negación, la renunciación y el
“cultivo de la obediencia acrítica” que impide, en términos del psicoanálisis, resolver el pulso entre el Ello -deseo
individual- y el Superyó -instancia normativa-, a favor no solamente del individuo, sino del colectivo gremial que reúne
intereses comunes a todos los individuos.
De otra manera, pero con el mismo efecto sobre nuestra conciencia psíquica, el individualismo a ultranza como
postulado ideológico por excelencia del neoliberalismo, ha permeado muchas de nuestras mentes, con una mayor
profundidad de la que pudiéramos advertir, reproducimos acríticamente la formación por competencias, el
“darwinismo social” olvidando que en una competencia alguien gana porque alguien pierde, está al orden del día la
enseñanza del “emprenderismo”, se renuncia a la lucha colectiva bajo la “idea” de que individualmente resolveremos
los problemas, mediante horas extras, sabatinos o el rebusque en ocupaciones complementarias; otros se han
instalado en unas “parcelas de bienestar” representadas en la pensión, el auto, los viajes, el chalet y otros bienes 8, que
siendo una situación deseable en cuanto debe reconocerse que la dignidad humana se erige sobre las condiciones
materiales de vida y la satisfacción de necesidades básicas, resulta cuestionable cuando se traduce en una actitud de
indiferencia y egoísmo que impide elevarnos a la cima moral a la que nos llama Pablo Milanés al entonar que: “La vida
no vale nada si no es para perecer porque otros puedan tener lo que uno disfruta y ama”.
Para cambiar nuestra conducta, debemos empezar por explicarla, indagar por su génesis, procurando reconocer que la
innegable individualidad de nuestra existencia no constituye condición suficiente; es necesario valorar la superación de
nuestras debilidades psíquicas y sus insanas expresiones morales, como una posibilidad de contribuir a la realización
del bien común, sin el cual, el bienestar individual estará en alto riesgo, recordándonos siempre que la llamada
personalidad no es más que el reflejo del conjunto de relaciones sociales. No podrá el pez aspirar a una vida sana, si el
agua está contaminada.
5
Programa de Reforma Educativa para América Latina auspiciado por el mismo capital financiero internacional que se ha enriquecido
con el sacrificio de la inversión social estatal en las naciones latinoamericanas.
6
No puede sesgarse los análisis en la pretensión de evitar controversias e incurriendo en estilos populistas.
7
Recordemos que gran parte de la normatividad de los últimos 12 años aplicable al sector educativo, es en esencia un cauce jurídico
para hacer posible la educación pública con una menor disposición de recursos, cuyas implicaciones distan de garantizar la calidad, el
derecho fundamental a la educación o la profesionalización docente.
8
Que precisamente por haber sido logros ligados a la lucha sindical deben ser referentes para estimularla y no menospreciarla o
ignorarla como viene ocurriendo.
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