Cuando una persona fallece sin haber otorgado testamento o sin

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SUCESION INTESTADA 1
Cuando una persona fallece sin haber otorgado testamento o sin
haber pactado la sucesión en sus bienes se dice que esa persona ha fallecido
intestada o “abintestato”. Es entonces la Ley la que ordena el destino de los
bienes de la persona que ha fallecido determinando un orden de preferencia
entre sus parientes, orden de preferencia que varía según la legislación de
cada territorio.
En Aragón, cuando una persona fallece sin haber regulado
voluntariamente su sucesión mediante pacto o testamento, es la Ley la que
determina qué personas tienen derecho sobre el patrimonio del fallecido.
Como en tantas otras ocasiones, el principio que late en la regulación
aragonesa es el del mantenimiento de la casa, la conservación del
patrimonio en la línea familiar de la que procede. Con esta finalidad de
conservar el patrimonio, la Ley aragonesa conjuga en su regulación dos
criterios: el parentesco y la naturaleza de los bienes de la herencia. Veamos
cuáles son estas normas en la nueva Ley aragonesa de Sucesiones.
Lo primero que hay que decir es que cuando el fallecido deja hijos o
descendientes son estos los llamados a sucederle en sus bienes. Si sólo
concurren hijos heredan por partes iguales, lo que se conoce como sucesión
por derecho propio mientras que si concurren nietos, estos heredan por
derecho de representación.
Veamos qué es eso del derecho de representación y lo entenderemos
mejor con un ejemplo: Doña Marta fallece dejando cuatro hijos. Cada uno
Sucesión intestada 1. Radio 5
de sus hijos recibirá una cuarta parte de la herencia pues los hijos heredan
por partes iguales. Ahora bien imaginemos que uno de los cuatro hijos de
Dña. Marta, Antonio, hubiera fallecido con anterioridad dejando dos hijos.
A la herencia de Dña. Marta serán llamados los tres hijos que le sobreviven
y, ocupando la posición de Antonio, el hijo fallecido, serán llamados sus
dos hijos, nietos de Dña. Marta. La herencia no se divide a partes iguales
entre los hijos y los nietos sino que estos, los nietos, ocupan en la sucesión
de la abuela la posición que hubiera ocupado su padre. Esto quiere decir
que la herencia de Dña. Marta se divide en cuatro partes, tres partes irán
destinadas a cada uno de los tres hijos y la cuarta parte que corresponde a
Antonio, el hijo que falleció, se la dividirán los nietos pues estos ocupan la
posición del padre, suceden por representación.
En definitiva, recordemos que a falta de pacto o testamento, en
Aragón, suceden los hijos o descendientes en los bienes del fallecido. Los
hijos suceden por derecho propio y los nietos por derecho de
representación.
La cuestión se complica si la persona ha fallecido sin descendencia.
En este caso la Ley aragonesa distingue según nos encontremos ante bienes
troncales, ante bienes troncales de abolorio, ante bienes recobrables o en el
resto de los casos.
Sucesión intestada 1. Radio 5
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