¿PORQUE CAEN LAS HOJAS EN OTOÑO?. Con la llegada del otoño, llega un periodo del año que nos llama a la nostalgia, el clima se torna más helado y comienza el periodo de las lluvias (esto si consideramos nuestros 35º latitud sur). Nos comenzamos a preparar para el invierno, con las precauciones que se merece esta estación. Todos sabemos que el símbolo máximo del otoño, son las hojas que caen al suelo y cubren el piso de nuestras plazas, a veces jugándonos una mala pasada al tapar las caídas de agua y las alcantarillas. ¿Y que hay con los árboles? ¿Qué ocurre o como se preparan para estos duros momentos? Pues veamos, con el arribo del otoño, las horas de luz se reducen, la radiación solar se atenúa, a veces los suelos se congelan dificultando el rol de las raíces de captación de agua y nutrientes. Frente a este cuadro, las nervaduras que transportan la savia dentro y fuera de la hoja se cierran gradualmente. En este momento se retira el suministro de savia (y clorofila) y en la base del tallo de la hoja, se forma una capa de células llamada capa de separación. Cuando esta capa está completa, la hoja se separa del tejido que anteriormente la conectaba a la rama y se cae. Cada año, los árboles caducifolios o deciduos renuevan todas sus hojas, perdiendo el follaje al llegar el otoño. Las hojas de las plantas, están destinadas a tomar la energía del sol mediante la fotosíntesis y a aportar nutrientes a la planta para su desarrollo y crecimiento. Con estas condiciones adversas, la productividad de las hojas disminuye. Cuando mantener el follaje cuesta más de lo que produce, la estrategia más rentable para el árbol es perder la hoja y pasar la estación desfavorable en un estado de baja actividad o reposo. Básicamente estas hojas se caen porque dejan de ser útiles y de cumplir su función. A los árboles de hoja perenne, como los pinos, piceas, cedros y abetos, no se les caen las hojas ni el follaje durante el invierno. Su follaje está recubierto por una cera espesa y los líquidos dentro de las células contienen sustancias resistentes al congelamiento. Las hojas perennes pueden vivir por muchos años antes de caerse y ser reemplazadas por otras. Publicado por: Ricardo Saavedra Rojas Mayo 2016,