El Ciclo de la Experiencia de la Gestalt El cerebro límbico se desarrolló para que los organismos puedan satisfacer sus necesidades con mayor éxito. Salir a buscar comida en estado emocional neutro puede ser menos eficiente que salir a buscar comida en estado de enojo o desesperación. Bajo esta mirada evolutiva, no está nada mal entender por qué nuestro neocortex no puede dominar a nuestro cerebro emocional. Reprimir las emociones es algo que culturalmente está aceptado como algo que merece la pena. No podemos salir a la calle a mostrar nuestro enojo. El problema es que las normas culturales nacieron miles de años después de que nuestro cerebro se desarrollara. No poder manifestar nuestros sentimientos, ya como algo crónico, nos conduce a la disminución de nuestra capacidad para expresarlos. Las personas a lo largo de la vida, vamos desarrollando muchas maneras distintas de no satisfacer necesidades (que se manifiestan a través de nuestras emociones), y en algunas situaciones estos mecanismos son más evidentes. El ciclo de la experiencia es un modelo tomado del conductismo por algunos terapeutas Gestálticos e incorporado al funcionamiento holístico del organismo. Si el ciclo no se completa, la necesidad queda insatisfecha, y la situación inconclusa pendiente atrapa a la persona cada vez más. Como la PNL nace de la Gestalt, la Terapia Familiar y la Hipnosis Ericksoniana, me parece bueno profundizar este importantísimo concepto gestáltico que no llegó a formar parte de la Programación Neurolingüística. Veamos una descripción en paralelo con un ejemplo 1-Reposo: La persona está satisfecha porque cerró un ciclo anterior. Por ejemplo, estoy tirado en el sillón leyendo muy tranquilo 2-Sensanción: Aquí comienza un síntoma que se manifiesta en el cuerpo. Siento que se me cierra la boca del estómago. Esto hace que me distraiga de la zona de reposo. 3-Darse Cuenta: Se hace consciente la sensación. Aparece el pensamiento. Me digo “Estoy sintiendo ansiedad” 4-Energía: Reviso las posibles opciones y visualizo la acción a realizar. Me potencio hacia la acción. ¿Qué opciones tengo para calmar mi ansiedad? Es por la conversación que tuve con mi hija. Tengo que hablar con ella para dar un cierre. 5-Acción: Paso del pensamiento al movimiento. Se exterioriza la conducta que visualicé. Me levanto del sillón. 6-Pre-Contacto: Me dirijo hacia el cuarto donde está mi hija. Debo hablar con ella. 7-Contacto: Establezco el contacto. Conversación, abrazo, o llanto. 8-Retirada: Siento la satisfacción de haber calmado mi ansiedad. Paso nuevamente a la zona de reposo. Cada vez que alguna de estas fases de bloquea, la necesidad queda insatisfecha. La rueda puede interrumpirse en cualquiera de sus fases. Puntos de Interrupción Interrupción en fase I: No permitirse el reposo. Frase: “Después lo hago, ahora tengo que hacer…”. Se posterga el momento del disfrute. Interrupción en fase II: Se niega la sensación. Se experimenta pero no se comprende. Frase: “no siento nada”. Interrupción en Fase III: En vez de darme cuenta de mis sensaciones o necesidades, proyecto hacia los demás. “Es culpa de ella que no me quiere escuchar. No hay nada que pueda hacer”. Aquí aparecen las creencias, juicios y prejuicios, así como las distorsiones cognitivas. Frase: “Por tu culpa”. Interrupción en Fase IV: Me doy cuenta pero no dispongo de opciones para resolver mi necesidad. Me vuelvo rígido y menos flexible. Prefiero que la vida siga como está. “No lograré nada si voy a hablar con ella, será que tiene que ser así”. Aparecen mandatos familiares, creencias núcleo, improntas del pasado que asumimos dentro de nuestra identidad. Generalmente inconscientes. Frase: “No debo, debo, no puedo, puedo, no tengo, tengo” Interrupción en Fase V: Las persona se hace a sí misma lo que le gustaría hacerle a los demás. Como generalmente son personas significativas, me agredo a mi mismo para evitar dañar al otro. En el límite está el suicidio. “Soy un imbécil, no puedo hablar con mi hija. Me fumo un cigarrillo hasta que se me pase”. Frase: “Mejor me aguanto” Interrupción en Fase VI: Bloqueamos el pre-contacto. En vez de dirigir mi energía hacia la persona u objeto, la dirijo para cualquier otro lado. Aparece en personas que les cuesta contactar a los demás, como mirar a los ojos, levantar la cabeza al hablar, etc. La incomodidad es tan grande que hago cualquier otra cosa como: hablar demasiado rápido, uso demasiadas palabras, me río por reírme, no miro a los ojos, preferir la cortesía a la franqueza, hablar sobre el pasado, hablar sobre alguien en vez de hablar con alguien. Frase: “Lo evito” Interrupción en Fase VII: Cuando se establece el contacto no se distinguen los límites entre el YO mismo y el medio. Se confunden las fronteras. En palabras más sencillas, se inicia una discusión sin sentido y cuando se finaliza el contacto el sentimiento que emerge es CULPA o RENCOR, y posteriormente el arrepentimiento. La persona que se bloquea en esta zona, no puede darse cuenta de qué es lo que quiere hacer, ni de cómo se lo está impidiendo. Frases: “Lo que vos digas” Interrupción en Fase VIII: La persona no puede realizar la retirada. Desea permanecer en contacto. Generalmente es porque la situación no fue concluida en manera satisfactoria y no se puede realizar el cierre. Este bloquea es típico en las personas con trastornos de ansiedad. La frase es “No puedo dejar de pensar en…” Como ejercicio, pensá en algún inconveniente de tu vida, o en alguna necesidad insatisfecha, y tratá de ubicar en qué parte de la rueda quedás bloqueado. Ing. Axel Persello Trainer en PNL