858-99 SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las nueve horas veinticinco minutos del día uno de diciembre de mil novecientos noventa y nueve. Examinada la demanda de amparo presentada por el señor Germán Ambrocio Argueta, esta Sala hace las siguientes consideraciones: I) A fin de dictar una decisión apegada a la normativa constitucional, es menester que se exteriorice el iter lógico de la presente resolución, para dejar evidencia tanto de los fundamentos fácticos, así como de los jurídicos de la misma. Al respecto, se considera adecuado que el análisis de la demanda presentada deba ajustarse al siguiente orden: a) determinar el concepto de agravio y la incidencia de éste en el examen liminar de la pretensión objeto del proceso; y b) establecer en el caso en estudio, los efectos que produce la ausencia de agravio en la configuración eficaz de la pretensión de amparo. Siguiendo el orden de motivaciones propuesto, en el párrafo anterior, toca determinar el concepto de agravio, y la incidencia de éste en la admisibilidad o improcedencia de la pretensión en los procesos de amparo. Al respecto, esta Sala ya se ha pronunciado en numerosas resoluciones en el sentido que el amparo es un proceso que ha sido estructurado para la protección reforzada de los derechos constitucionalmente reconocidos, cuya promoción exige la existencia de un agravio, el cual se constituye por la concurrencia de dos elementos: el material y el jurídico, entendiéndose por el primero, cualquier daño, lesión, afectación o perjuicio que la persona sufra en forma personal y directa en su esfera jurídica; y el segundo -el elemento jurídico- exige que el daño sea causado o producido en ocasión o mediante la violación de los derechos constitucionales. En cuanto al ámbito temporal del agravio, este puede bifurcarse en dos tipos: actual y futuro. A su vez, el segundo puede ser -de manera ilustrativa y no taxativa-: a) de futuro remoto, en el cual se relacionan aquellos hechos inciertos, eventuales, cuya producción es indeterminable; y b) de futuro inminente, en el cual se aluden hechos próximos a ejecutarse, y que se pueden verificar en un futuro inmediato. Respecto del tipo de agravio de futuro remoto, es pertinente advertir, que éste no se enmarca dentro del ámbito de protección del amparo, ya que su fundamentación se encuentra conformada por hechos inciertos, eventuales, y cuya producción -si llegara a ocurrir- caería dentro del área de lo incierto y sus efectos serían totalmente aproximados, ya que no posee ningún tipo de conexión íntima, ni sólida con el presente. En cuanto al tipo de agravio de futuro inminente, es necesario aclarar que, la alegación y demostración del peligro inminente de daño corre a cargo del promotor del amparo, teniendo que demostrar la inminencia de forma tal que autorice a este Tribunal a considerar ilusoria una reparación ulterior y por ende prevenir toda lesión que, aunque no sea actual, sea deducible del agravio; caso contrario cuando el actor no demuestre la inmediatez del daño a configurarse por el acto lesivo, la pretensión se tendría que rechazar in limine litis, al deducirse que se trata de una mera probabilidad y no de una certeza fundada de agravio, y es que, ante la falta de inminencia en el agravio, el planteamiento de la pretensión sería conjetural e indeterminado. En cuanto a los efectos del agravio, puede afirmarse que cuando el interés sea concreto, éste deberá ser real, personal y directo, lo que implica que quien promueva un proceso de amparo, debe alegar la titularidad del derecho subjetivo que estima violado, ya que necesariamente tiene que haber sufrido en forma directa y personal los efectos del acto de autoridad contra el cual reclama. II) Teniendo presentes las apreciaciones técnico jurídicas expuestas en los acápites que anteceden, es preciso establecer los efectos que produce la ausencia de agravio en la configuración eficaz de la pretensión del presente proceso de amparo. De lo expuesto por la parte actora en la demanda se advierte, que los actos que le causan el supuesto agravio en resumen son: a) la decisión judicial que verbalmente le hizo el Juez de Familia del Departamento de Morazán, al manifestar de que le iba a quitar a su menor hijo para dárselo a la abuela materna señora Teresa Vigil; y b) la cita que se ha realizado el Juzgado de Paz de Delicias de Concepción, para que presente juntamente con su menor hijo, el día veintinueve de los corrientes al Juzgado demandado. Por otra parte, según manifiesta el quejoso, ambos casos le afectan grandemente, pues corre el riesgo de perder a su menor hijo de forma arbitraria y violatoria de su derecho de audiencia regulado en el artículo 11 de la Constitución; pues según lo expone se le ha condenado a entregar a su hijo, sin haber sido oído y vencido en juicio con arreglo a las leyes. Al respecto, si bien es cierto se infiere claramente que existe un acto de autoridad, este no se puede relacionar directamente con la violación a los derechos constitucionales alegado por la parte actora; y es que, si es cierto que se le ha citado a fin de que comparezca con su menor hijo al Juzgado de Familia de la ciudad de San Francisco Gotera, ello no significa o confirma que lo perderá tal como lo asevera, o que dicho menor le será entregado a su abuela materna, ya que nada indica hasta el momento que exista una sentencia que lo ordene, sino que todo el aspecto fáctico lo fundamenta relacionando una serie de amenazas por parte de la autoridad demandada que no son atribuibles a su cargo como funcionario judicial, sino más bien, pueden atribuírsele como actuaciones no aceptables en su esfera personal. Visto lo anterior, infiere este Tribunal que es tanta la indeterminación por parte del quejoso, que ni el mismo puede fundamentar la violación alegada de forma concreta, sino que se limita a relacionar hechos inciertos, eventuales, y cuya producción -si llegara a ocurrircaería dentro del área de lo incierto y sus efectos serían totalmente aproximados, ya que no posee ningún tipo de conexión íntima, ni sólida con el presente. De lo expuesto en el párrafo que antecede, se deduce que de toda la argumentación vertida por la parte actora no se puede inferir hasta el momento que exista algún peligro inminente que pudiera afectar la esfera jurídica del quejoso, sino que se trata de una mera probabilidad, sin que exista una certeza fundada de agravio. Y es que, como se dijo anteriormente, ante la falta de inminencia en el agravio, el planteamiento de la pretensión sería conjetural; en otras palabras, la configuración de la pretensión expuesta por la parte demandante denota un agravio de futuro remoto, dejando por tanto en total indeterminación el elemento material del agravio. Lo anterior se traduce en la inexistencia de un agravio que incida en la esfera jurídica del quejoso, pues para la existencia de aquél es necesario la privación de un derecho material cuyo titular sea el promotor del proceso de amparo, situación que no se presenta en el caso en estudio. Por todas las razones anteriormente expuestas, esta Sala resuelve: Declárase improcedente la pretensión planteada por el señor Germán Ambrocio Argueta.---HERNANDEZ VALIENTE---MARIO SOLANO---O. BAÑOS---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSUCRIBEN---J ALBERT ORTIZ---RUBRICADAS.