NUESTRO SISTEMA EDUCATIVO Y LA SALUD MENTAL Lic. Gerardo Casas Como parte de mi trabajo en las comunidades he mantenido íntima relación con escuelas, colegios, profesores y orientadores. Cuando se habla de los profesores se dice que son los que reportan más incapacidad debido a trastornos psiquiátricos y entre las principales causas se aduce falta de una vocación verdadera, no obstante he podido experimentar que la mayoría de los maestros revelan que cuando se iniciaron en su profesión tenían amplios deseos de trabajar y hacer una labor beneficiosa pero con el tiempo las motivaciones básicas fueron decayendo, su trabajo,se convirtló en una verdadera rutina y al final esperan una incapacidad o bien la jubiláción como única salida de un medio que se tornó frustrante por los pocos estímulos o refuerzos positivos. Lo anterior, lo afirmo porque.el magisterio constituye un grupo muy especial donde existe escasa posibilidad de aseen· SOS, salarios deficientes, escasa participación de la base en la elaboración de planes o proyectos educativos, y además en muchas ocasiones los maestros han de enseñar a alumnos agobiados por problemas económicos, desnutri· ción, desorganización familiar, sin que cuenten con los medios mínimos para enfrentar esas situaciones, que en verdad no son de su entera responsabilidad. Como ejemplo, el Ministerio de Educación no cuenta con un Departamento Psiquiátrico con técnicas suficientes para mantener una asesoría a nivel preventivo y de tratamiento, aún más no existe ni siquiera una coordinación oficial con el Hospital Nacional Psiquiátrico, Comité Nacional de Salud Mental, o el Departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud. Lo expuesto no debe llevar tampoco a negar que algunos maestros, como en cualquier otro grupo profesional sufren trastornos intra-psiquicos; simplemente planteo el problema a un nivel macrosocial donde pienso que verdaderamente deben 22 buscarse las verdaderas causas condicionantes de la Salud Mental. Respecto a los educandos interesa destacar las situaciones en la secundaria y en la educación superior. En la primera, aunque todavía no se ha hecho una investigación comparativa, llama la atención el progresivo bajo rendimiento académico. Algunos piensas que ello se debe a las orientaciones del nuevo plan educativo y por tanto será cuestión de tiempo la "adapatación adecuada" de los estudiantes. No obstante, la verdad es que ahora la secundaria consti- tuye un simple paso para ingresar a la Universidad y ésta meta muchos alumnos no la logran, formándose así año con año un ejército de jóvenes cargados de frustración y desesperanza ante un medio que les ofrece pocas posibilidades de realización personal. Es más en la secundaria eliminaron el famo- so "cartón" del Bachillerato que motivara a tantos jóvenes a estudiar, pues constituía un verdadero estímulo, con el cual por lo menos se aseguraba un trabajo como oficinista, o al menos últimamente se guardaba con cierto orgullo en el hogar. Pero lo quitaron y que dieron a cambio: Dificultad para ingresar a la Universidad, escasez de 1nstitutos tecnológicos y carencia de una orientación vocacional que asegure al final del estudio una ubicación laboral. Por eso pienso que nuestros actuales jóvenes son objeto de mayor tensión y angustia que los de hace unos diez años. En cuanto a la Universidad, aunque constituye la meta para la mayoría de los estudiantes, la educación se ha masificado bárbaramente lo que ha perjudicado la calidad académica no solo por los grupos muy grandes sino también por la masificación misma de los profesores, algunos de los cuales pueden tener un título pero de verdaderos mentores poco. Además, dentro de la misma Universidad, el joven en muchas ocasiones no puede cursar la carrera de su agrado por limitaciones de cupo o por propias 23 limitaciones económicas. Así, vemos muchos estudiantes que ingresan a escuelas y facultades simplemente por la facilidad de trabajar, o en otras ocasiones buscan carreras sustitutivas: como ejemplo, algunos estudiantes no admitidos en medicina se van a microbiología, odontología, farmacia, biología. Aun más, incluso con el título muchos profesionales no tienen seguridad de una ubicación adecuada. Finalmente, los problemas planteados requieren una urgente solución que no se logrará con psicoterapias individuales o jubilaciones, sino con verdaderas reformas administrativas y técnicas que implican cambios en nuestra estructura socio-económica. 24