los grandes adelantos que había conseguido en su ciencia predilecta no le habían estorbado el estudio de los demás r a m o s de la Historia Natural. Encargado por el Gobierno de examinar los vegetales que se crían en toda la Península, da principio á su comisión por el reino de Valencia, en la primavera de 1791. Tal vez no h a y a provincia alguna en España que pudiera ofrecer un campo más dilatado á sus observaciones botánicas; porque al paso que lo suave del cuma, lo abundante de las aguas y la feracidad del suelo favorecen la vegetación, ésta varía inmensamente á causa de la gran diversidad que se encuentra en la naturaleza, altura y exposición de los terrenos. L a multitud de objetos que debía sujetar á su examen podría a r r e d r a r á cualquiera que no fuese Cavanilles, quien, por el contrario, extiende sus investigaciones en beneficio de la pública ilustración. La agilidad física favorece la actividad de su espíritu, y todo lo examina por sí mismo. Ni lo elevado de los montes, ni lo profundo de las simas, ni las frecuentes intemperies, ni las largas distancias le impiden que corra en busca de los objetos naturales para examinarlos en el sitio mismo donde tienen su asiento, sin que por eso deje de consult a r á los prácticos, registrar los archivos, estudiar las ins cripciones y valerse de todos los medios que pueden dirigirle en el examen de las plantas, minerales, ríos, montes, llanuras, tierras, usos, agricultura, población é industria. L a s Observaciones sobre la Historia cultura, población y frutos Natural, Geografía, del reino de Valencia, Agripublica- da de orden y á expensas de S. M., fueron el precioso resultado de este viaje. P a r a elogiar su mérito basta decir que trató con maestría los objetos comprendidos en el título.