De osteopenia a osteoporosis Pérdida de hueso durante la perimenopausia Durante la perimenopausia - período previo y posterior a la menopausia-, los huesos comienzan a perder su resistencia y quedan expuestos a fracturas. La pérdida de hueso en la perimenopausia de la mujer se debe a desbalances hormonales, especialmente por bajos niveles de estrógenos producto del cese de la función ovárica. Esto determina en definitiva pérdida de tejido óseo, es decir, colágeno y sales minerales, especialmente calcio. Este fenómeno ocurre más frecuentemente en mujeres blancas y de bajo peso. Según explica Dr. Cristián Godoy Barrios, Traumatólogo del Hospital Naval de Viña del Mar y de la Clínica Ciudad del Mar, los estrógenos producidos por el ovario funcional (en la mujer fértil) ejercen una acción protectora sobre el hueso evitando la remoción ósea. “El hueso es un elemento vivo y normalmente se encuentra en remodelación, esto es, retirando el hueso antiguo y produciendo hueso nuevo. Sin embargo, este equilibrio se pierde y aumenta la remoción de tejido óseo producto de la pérdida de estrógeno y de su acción protectora sobre las células especializadas en la producción de hueso (osteoblastos) y en su destrucción (osteoclastos)”, explica el profesional. Sobre las medidas que debe tomar una mujer para evitar perder hueso, el especialista indica que está demostrado que aquéllas que en su juventud se han nutrido adecuadamente, con ingesta suficiente de calcio y que tienen un adecuado peso para su talla, que hace ejercicios con frecuencia, bebe moderadamente alcohol y no fuma, llegará al periodo menopáusico con una buena masa ósea. “Se sabe que el peak de dicha masa ósea se alcanza entre los 25 años y 30 años. En general, se recomienda la ingesta de 1.300 mg de calcio en la adolescencia; 1.500 mg durante el embarazo y 2.000 mg durante la lactancia. En otros periodos de la vida basta con el aporte de una dieta bien balanceada especialmente en productos lácteos”, sostiene. aportadas también por la dieta El profesional agrega que la ingesta de vitamina D debe ser de 400 a 800 unidades y adecuada, ya que promueve la absorción de calcio. “Hay enfermedades que obligan al uso de fármacos como corticoides o aquellos contra el cáncer que provocan perdida de tejido óseo. Se sabe que el ejercicio de bajo impacto promueve la formación de hueso y la práctica deportiva es deseable en todos los casos. Mientras existan factores de riesgo como los enunciados es conveniente consultar al médico y según exámenes de densidad ósea determinar eventualmente un tratamiento farmacológico preventivo”, recomienda. La importancia de la densitometría ósea A juicio del Dr. Godoy, el mejor examen para detectar la calidad de los huesos y comprobar si se sufre de osteopenia es la densitometría ósea, que usa un doble haz de rayos para medir la masa ósea. Se realiza usualmente en la cadera, muñeca y columna, los tres sitios con más frecuencia de fracturas en la mujer menopáusica. También se puede medir en otros huesos. “Hay que distinguir dos conceptos: osteopenia y osteoporosis. Sin entrar en detalles, debe entenderse que la pérdida de masa ósea es posible medirla con este examen y, por tanto, establecer una graduación, desde una pérdida de hueso escasa hasta una severa. Esta última etapa es la que conocemos como osteoporosis. Hay que destacar que existen exámenes que usan un método de ultrasonido y que normalmente miden un solo hueso, como el calcáneo o la muñeca y que ofrecen algunos centros a bajo costo. Pero estos test no permiten obtener información científicamente válida para iniciar o descartar un tratamiento”, sostiene. Agrega que ante una osteoporosis diagnosticada, el tratamiento, además de la ingesta adecuada de calcio, vitamina D y la supresión de factores de riesgo, involucra una terapia farmacológica cuya piedra angular es el uso de estrógenos en forma juiciosa. “Es allí donde la visita al ginecólogo reviste fundamental importancia para aquilatar el uso de los estrógenos”, sostiene. “Además, en la última década han aparecido varios fármacos muy relevantes llamados bifosfonatos y que tienen la capacidad de inhibir la remoción de hueso sin alterar su producción y con un mínimo de efectos colaterales si son bien usados. Se ha comprobado que usados por tres a cuatro años se logra reducir las fracturas en aproximadamente 40%, tanto a nivel de vértebras como de otro huesos. Otros fármacos, como la calcitonina sintética, también han probado ser útiles en la reducción del riesgo de fracturas y su uso está indicado para pacientes con osteoporosis y fracturas ya establecidas, porque disminuye el dolor especialmente en fracturas vertebrales”, señala. A modo de conclusión, el profesional considera importante diferenciar el diagnóstico de la osteoporosis con el de la artrosis. “En mi práctica clínica observo confusión, talvez porque ambas se observan en el adulto mayor, pero son entidades totalmente diferentes. La artrosis se refiere al desgaste del cartílago de las articulaciones y la osteoporosis a la disminución de la resistencia de un hueso, de manera que un paciente puede tener ambas enfermedades a la vez”, concluye