220-43150 Ref.: El voto de los socios gestores es indispensable para la validez de las decisiones de asamblea o junta de socios. Acuso recibo del escrito radicado con el número 2001-01-072527 del 14 de agosto del año en curso, mediante el cual consulta si es necesario el voto del socio o socios gestores en las reuniones del máximo órgano social de una sociedad en comandita por acciones, cuando en los estatutos no se ha previsto tal formalidad para asuntos diferentes a reformas estatutarias, caso que prevé el artículo 349 del Código de Comercio. En segundo lugar, bajo el supuesto que solo exista un socio gestor, pregunta si es necesario su voto afirmativo para que se entienda que la decisión es adoptada por la asamblea y, en tratándose de reuniones por segunda convocatoria, si los accionistas pueden deliberar y decidir sin la presencia del socio gestor. Sea lo primero advertir que el ordenamiento jurídico que regula las sociedades en comandita precisa algunas reglas que son comunes a éste tipo societario – arts. 323 a 336 del Código de Comercio-; otras de carácter particular de acuerdo con la modalidad adoptada, la comandita simple regulada en el artículo 337 y siguientes ibidem y la comandita por acciones en los artículos 343 y siguientes del citado Código. Sin embargo el legislador indicó que en lo no previsto en normas comunes o especiales, se aplicaran para los socios colectivos o gestores lo previsto en las sociedades en nombre colectivo y a los comanditarios las reglas propias de las sociedades de responsabilidad limitada, si se trata de las simples – art. 341- y de las sociedades anónimas en tratándose de comanditarias por acciones – arts. 352-. Por lo demás, en relación con los aspectos no regulados en las normas referidas, se aplicarán las disposiciones generales contenidas en los artículos 98 a 265 del C. de Co. Hecha la anterior precisión, vale la pena destacar que este tipo de sociedades, bien sea simple o por acciones, se caracteriza por la existencia de dos categorías de asociados, los colectivos o gestores, quienes tienen a su cargo la administración y la representación legal de la sociedad, por lo que su responsabilidad es solidaria e ilimitada por las operaciones que se ejecuten en desarrollo del objeto social, y los socios comanditarios, quienes al estar excluidos de la dirección de la compañía su responsabilidad se limita a sus aportes – art. 323 y 325 del Código de Comercio-, presupuesto que debe verificarse no solo al momento de la constitución sino mantenerse durante la existencia del ente societario, so pena de incurrir en la causal de disolución especial señalada en el numeral 3º, artículo 333 ibidem. Amén de lo dispuesto en el artículo 349 idem, para las comanditas por acciones, es el artículo 336 de la obra citada, aplicable a las sociedades comanditas en general el que precisa que en las reuniones del máximo órgano social, el socio gestor tendrá un voto mientras que los votos de los comanditarios se computarán de acuerdo con el número de acciones o cuotas que cada uno posea en el capital social. Sin un mayor análisis de la norma que regula el funcionamiento de la asamblea o junta de socios, se concluye que para la validez de las decisiones se impone no solo la presencia de las dos categorías de socios sino el voto afirmativo de cada uno de ellos, con las mayorías previstas para cada asunto, además del cumplimiento de lo prescrito en los estatutos o en la ley, en cuanto convocatoria y quórum se refiere; sin perjuicio de las reglas previstas para las decisiones relativas a la administración, que son de competencia exclusiva de los gestores (inciso 2º, art. 336 antes citado) y de las que aplican para la designación del revisor fiscal, que compete exclusivamente a los comanditarios (art. 203 y 204). Ahora bien, aunque el régimen legal de las sociedades comanditas, nada dice respecto de las reuniones de segunda convocatoria, es obvio que estas proceden en cualquier tipo societario por disposición del artículo 186 C. Co. Así, en los términos del artículo 429 ib, modificado por el 69 de la Ley 222 de 1995, cuando por falta de quórum no es posible llevar a cabo la asamblea o junta, en el día, hora y lugar señalados en la convocatoria, habrá de citarse a una nueva reunión en la que un numero plural de socios o accionistas pueden sesionar y decidir validamente cualquiera que sea la cantidad de acciones o cuotas que ellos representen, salvo aquellos asuntos para los que la ley o los estatutos exijan una mayoría especial o calificada. Entonces, al examinar la figura antes mencionada junto con las reglas previstas para la toma de decisiones en las sociedades en comandita, es dable colegir que para la validez de las decisiones adoptadas en una reunión del máximo órgano social por segunda convocatoria, en primer lugar se requiere la concurrencia de las dos categorías de asociados y, en segundo termino, que de cada una de las decisiones se predique la pluralidad de votos, según la condición exigida por el legislador, en el entendido que los comanditarios podrán decidir con cualquier número de acciones o cuotas, mientras que en tratándose de los socios gestores, la decisión podrá adoptarse con la mayoría numérica que se encuentre representada, salvo claro está que la compañía cuente con un solo socio gestor, evento en el cual se requiere de su voto afirmativo.