Panel Límites internacionales de México: dos realidades Las actividades limítrofes, toda una historia en nuestro país El primer ponente en participar fue el ingeniero Carlos Santibáñez Mata quien actualmente es el representante mexicano de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ante las comisiones internacionales de Límites y Aguas entre México y Guatemala, y entre México y Belice. En su intervención, explicó las atribuciones que el Reglamento Interior de la SRE establece para la existencia de las comisiones internacionales de Límites y Aguas (CILA) entre México y Estados Unidos de América, así como entre México y Guatemala y entre México y Belice. Habló de la existencia de los llamados monumentos nacionales y la frontera territorial y fluvial entre nuestro país y Guatemala así como del primer tratado limítrofe entre ambas naciones suscrito en 1882. Añadió que el reciente incremento poblacional fronterizo, demandó contar con una demarcación de mayor claridad y precisión, por lo que a partir de 1994 se adoptó el criterio de que desde cualquier parte de la línea divisoria terrestre se tuviera a la vista, tanto al frente como atrás, uno de los llamados monumentos, es decir una construcción en forma de obelisco con determinadas medidas, con lo que los habitantes fronterizos pudieran conocer con exactitud el límite de su propiedad y del país, así como su soberanía, lo que dio como resultado la disminución y casi desaparición de los conflictos en esta zona limítrofe. Añadió que la SRE construyó 1597 monumentos intermedios, quedando pendientes los estados de Tabasco y Campeche; enfatizó que este trabajo de la construcción de los puntos de referencia, ha sido exclusivamente hecho por personal de la citada dependencia federal y se considera la mejor demarcación de límites de Latinoamérica. Ahora bien, en relación a la conservación de esta brecha fronteriza, está fijada en un acta de la CILA suscrita por los comisionados de ambos países y aprobado por los dos gobiernos desde noviembre de 2004. México conserva 284 kilómetros de la brecha fronteriza y Guatemala otro tanto, en un trabajo equitativo que se desarrolla permanentemente, dadas las condiciones de crecimiento de la vegetación en la zona. Por su parte el ingeniero David Negrete Arroyos, quien funge como comisionado mexicano ante la Comisión Internacional de Límites y Aguas entre México y Estados Unidos de América, explicó las generalidades de la Comisión, cuya ubicación principal es en Ciudad Juárez, Chih., aunque tiene actividad a todo lo largo y ancho de la frontera norte y como áreas de su jurisdicción están las aguas superficiales; los límites territoriales; puentes y cruces; saneamiento fronterizo y aguas subterráneas. Detalló que en 1848, como producto del Tratado Guadalupe-Hidalgo, se estableció la línea divisoria internacional. Agregó que ante los constantes cambios del cauce del Río Bravo, se tiene que estar continuamente rectificando los límites, incluyendo las llamadas islas que se forman a través del tiempo, situación que se especificó en el tratado de 1970. Al hablar del aspecto de mantenimiento de los monumentos, éste se da desde el año de 1848 cuando se colocaron, aunque con el deterioro acelerado que sufrieron se perdió el límite entre ambos países, haciéndolo confuso; ante ello, tanto los Estados Unidos de América como México, decidieron la creación de la Comisión en 1889, para trabajar en aquel tiempo exclusivamente en límites y en 1942 se añadió la función de las aguas internacionales. Informó que actualmente en la frontera terrestre se tienen levantados un total de 258 monumentos principales, el número uno ubicado en Ciudad Juárez y el último en Tijuana; y que la preservación de todos ellos, se da por ambos países a partes iguales, con revisión cada cinco años y cada década se les da mantenimiento permanente. Asimismo, se realizan tomas fotográficas cada diez años del Río Bravo, para detectar los cambios que se producen por el flujo del agua; el primer levantamiento aerofotográfico se realizó en 1972 y se concluyó en 1976; el tercero y último de éstos apenas se terminó en noviembre de 2009. Mencionó que el papel del INEGI en la CILA es de asesoramiento normativo y con base en ello, es como se demarcan los fotomapas o mosaico aerofotográfico, mismo que se compone de 112 fotografías aéreas en la parte del Río Bravo y de 197 de toda la frontera terrestre; el reto para este año es la línea divisoria terrestre en la cual ya se está trabajando. Por parte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, intervino José Adolfo Gómez Mendoza, jefe del Departamento de Producción en la Subdirección de Edición Digital adscrita a la Dirección General de Geografía y Medio Ambiente, quien explicó la parte técnica de las características que tiene el mencionado mosaico aerofotográfico que sirve de base para generar los fotomapas solicitados por la CILA en su momento. Dijo que los trabajos actualmente están centrados en el mosaico que parte de Ciudad Juárez hasta Tijuana. Por último, hizo un reconocimiento al personal del área de Geodesia por la labor realizada en campo, por la medición y georeferenciación de los monumentos que cubren la línea divisoria y cuyos datos sirvieron como fundamento para entrar a la revisión directa del material aerofotográfico.