Respuestas a sus Preguntas Acerca de las Investigaciones sobre el Cerebro ¿QUÉ SUCEDE CUANDO SE LESIONA EL CEREBRO? Aunque está rodeado de huesos y sumergido en un líquido amortiguador, el cerebro es vulnerable a lesiones desde dentro y desde fuera. La interrupción del riego sanguíneo, derrame cerebral, puede provocar un daño sutil o devastador. Y un golpe en la cabeza puede causar una lesión cerebral traumática (LCT). La destrucción del tejido no se produce de manera instantánea. Después de un derrame cerebral isquémico (el tipo más común, causado por un coágulo de sangre), las neuronas totalmente privadas de riego sanguíneo mueren rápidamente. No obstante, un grupo más grande de estas se deteriora pero es rescatado y se conserva durante varias horas, incluso días, hasta que una compleja cadena de acontecimientos moleculares las destruye. Por este motivo es esencial obtener tratamiento inmediato: el tiempo perdido es cerebro perdido. Los investigadores esperan que un mejor entendimiento de este proceso proporcione las herramientas necesarias para detener esta avalancha de sucesos. Una LCT desencadena una serie de sucesos similares. El papel de los astrocitos (células cerebrales que apoyan y regulan a las neuronas) y las células inmunológicas, tanto en limitar como en exacerbar el daño causado, se ha hecho evidente, y la manipulación de estos para mejorar el resultado final se ha convertido en objeto de investigación. Los problemas de memoria, la depresión y los síntomas neurológicos como las convulsiones han sido asociados a las LCT, junto con un mayor riesgo de Alzheimer. Las lesiones repetidas, como las sufridas por los boxeadores o jugadores profesionales de fútbol americano, pueden conducir a la encefalopatía traumática crónica, una enfermedad cerebral degenerativa progresiva. Las consecuencias de las LCT, incluso leves, incluyendo la conmoción cerebral, solo han sido recientemente aceptadas. Una conmoción demasiado leve para causar la pérdida del conocimiento puede aun así ser destructiva y el impacto repetido de golpes en la cabeza sin resultar en una conmoción cerebral (por ej.: dar cabezazos al balón al jugar al fútbol) puede alterar la estructura cerebral. Los cerebros jóvenes en proceso de desarrollo parecen ser especialmente vulnerables. Las investigaciones sobre las LCT han llevado a cambios en las reglas de los deportes profesionales y amateur, y al desarrollo de análisis de sangre para detectar conmociones cerebrales que de otro modo podrían pasar desapercibidas (por ejemplo, mediante la medición de los compuestos liberados por las neuronas dañadas). Las células cerebrales que mueren durante un derrame cerebral o una LCT no pueden ser recuperadas pero el cerebro es adaptable: otros circuitos se autoconfiguran para asumir las funciones de las áreas dañadas y el nuevo desarrollo celular, o neurogénesis, reemplaza algunos tejidos. Después de un derrame cerebral o de una LCT, la capacidad de regeneración transitoria aumenta, al mismo tiempo que los factores de crecimiento y las células madre migran a las áreas dañadas. La rehabilitación es más eficaz durante los primeros meses después de la lesión aunque es posible continuar mejorando, incluso durante varios años. Se está investigando más a fondo la posibilidad de restablecer la extraordinaria neuroplasticidad de los “períodos críticos” de la primera infancia, cuando las redes sensoriales, motrices y del lenguaje se configuran en respuesta a la estimulación. Restableciendo partes del cerebro lesionado a este estado (tal vez mediante la manipulación de neurotransmisores con fármacos) podría impulsar considerablemente el proceso de recuperación. Reproducido con permiso de The Dana Alliance for Brain Initiatives, www.dana.org