Escribir sobre el §¬¿Â / Teresa Arijón

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Escribir sobre el §¬¿Â / Teresa Arijón
Querida Silvia Eugenia:
Malamente he cumplido mi propósito. Apenas intenté pensar (en el sentido de atisbar) el caos, empezaron a girar en
mi cabeza —como si mi pensamiento fuera un sistema que responde a un orden— HesÃ-odo, el Huevo órfico, el «caos del
tránsito» en las grandes ciudades que no conozco e imagino (Bangkok, Shanghái) y en las que conozco y amo (RÃ-o
de Janeiro, Buenos Aires, el df, Nueva York), le petit chaos quotidiene, Einstein para principiantes y hasta el inasible noequilibrio de Prigogine... Como decÃ-a la letra de un tango: «la Biblia contra el calefón» (quizás lo conozcas, es de
Discépolo y se llama «Cambalache»: «cambalaches» se les decÃ-a en porteño lunfardo a los lugares donde vendÃ-an
todo tipo de cosas y todo se exhibÃ-a en la vidriera en absoluto desorden, sin «jerarquÃ-as». Discépolo la llamaba
«vidriera irrespetuosa», y asÃ-...).
Y asÃ- me di cuenta de que entrar por ese resquicio, ese intersticio del antiguo caos, era como caer en el pozo con
Alicia cuando sigue al Conejo Blanco: puro asombro boquiabierto.
     ¡Pero yo querÃ-a escribir! No sólo mirar, divagar, ensoñar: aunque ésas son también maneras muy orgánic
escribir, ¿no te parece? Sobre todo mirar, a veces: la mirada tiene la potencia fÃ-sica de la mano cuando dibuja, suelta.
En fin, yo querÃ-a escribir tres poemas sobre el caos: el caos que es justamente mi materia prima, por asÃ- decirlo, mi
punto de partida cuando escribo. El caos como inesperado don de abrir compuertas y dejar pasar todo: la bella flor, el
plancton, la basura espacial, la geometrÃ-a, el sol y las ballenas, los arponeros que tiñen de sangre los océanos
—cazador en cuclillas, nutria muda—, las polÃ-ticas que traman la ambigua red que mata al rey, a su bufón y a la res
pública. El caos como magma, violenta luz sobre la noche oscura, o exactamente al revés. Combustión, aluvión,
huracán, desierto... Maneras de arrasar para dejar, una vez más (¿y van cuántas?), la gran página en blanco. Y
entonces pensé, claro, en el Big-Bang... y hasta llegué a inocularme la idea (no sé por cuáles caminos insondables) de
que las neuronas espejo podrÃ-an ser antÃ-dotos humildemente humanos contra el caos primordial. Y luego de la
exaltación que me produjo «tocar de oÃ-do» (asÃ- decimos aquÃ- cuando alguien alegremente habla de lo que no
conoce), zas, volvÃ- a mi eje...
    ¿Te acordás de esos juguetes muy simples, de fabricación casera, cuyo sistema consiste en soplar por una
boquilla y hacer burbujas?
    Bueno, volver a mi eje fue quedarme mirando cómo se alejaban, o prigoginescamente se disipaban, las burbujas en
el aire: adiós, adiós sueños mÃ-os de escribir sobre el caos. Y, acaso para compensar mi decepción, encontré dos
cosas (y no al azar).
    La primera en internet:
Vamos de un mundo de certidumbres a un mundo de probabilidades. Debemos encontrar la vÃ-a estrecha entre un
determinismo alienante y un Universo que estarÃ-a regido por el azar y por lo tanto serÃ-a inaccesible para nuestra
razón. En un mundo donde ya no impera la certidumbre restablecemos también la noción de valor. Sin duda, en el
siglo xxi veremos el desarrollo de una nueva noción de racionalidad donde razón no estará asociada a certidumbre y
probabilidad a ignorancia. En este marco, la creatividad de la naturaleza, y sobre todo la del ser humano, encuentran el
lugar que les corresponde.
La segunda en ese «agujero negro» que es el fondo de gaveta:
(Caos en clave menor; o reflexiones de un pobre mortal que, a partir de un pequeño fallo cotidiano, comprende la idea
de la muerte)
Ni libertos ni esclavos somos libres
de perder los anteojos,
el cristal aumentado que desvela
lo que ocultan los ojos—
lo que acaso mermados por la vida
ya no alcanzan a ver:
la mancha en la corteza,
la curva vigorosa del ciempiés,
los bordes de la herida,
el doble de la suerte o su revés.
Como la muerte
la pérdida del lente hace evidente
lo que el ojo no ve.
Querida Silvia Eugenia, apenas quise contarte «la historia del petit chaos en que me sumÃ- cuando quise escribir sobre
el Xáoç». Para reÃ-rnos un rato. Un abrazo enorme. Teresa.Â
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Generado: 16 November, 2016, 21:49
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