Separación de los niños de su familia biológica: No puede fundarse en la carencia de recursos económicos de los padres. Obligación del Tribunal a implementar medidas previas tendientes a mantener la unidad familiar. Protección Integral de los Derechos del Niño y el Adolescente: Obligación de los Estados de adoptar medidas positivas dispuestas a tal fin por la Convención de los Derechos del Niño y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. SENTENCIA Nº 164 del 12/12/07, caratulado: “S.M.M. y B.M.B. y L.B. S/ PREVENCIONAL”, Expte. ED4 – 10002689/6 … el presente caso en el cual el tribunal a quo dispuso la nulidad del fallo dictado por la juez de origen (que ordenaba la separación de los menores de sus padres biológicos decretando el estado de adoptabilidad de los mismos e internación en una Institución) y a su vez dicta un nuevo fallo por el cual ordena el inmediato reintegro a sus padres biológicos de los menores; se trata de un típico proceso de Jurisdicción de protección o de acompañamiento, donde el interés de los niños es el bien superior que debe ser protegido y en este tipo de modelo de justicia que tiene perfiles propios, los poderes de la jurisdicción son mas amplios que los comunes y demandan, entre otras cosas, la flexibilización del principio de congruencia ( la recurrente en esta vía extraordinaria: Sra. Asesora de Menores se agravió del fallo de la alzada en cuanto lo consideró incongruente por disponer medidas mas allá de las solicitadas por la parte recurrente ordinario ) Toda apelación “devuelve” al tribunal ad quem la plenitud del ejercicio de la jurisdicción, por lo que la Cámara de Apelación tiene competencia positiva y debe resolver la plenitud del objeto litigioso, no correspondiendo disponer, al anular la sentencia recurrida, el reenvío a la primera instancia para que esta vuelva a fallar pues ello constituiría una infracción al texto expreso del articulo 255º del C.P.C.C. Constituye hecho notorio la problemática económica y social de la que es víctima el grupo familiar de los menores y no resiste análisis, pues revela contradicción con la dispuesta por las normas de protección para la niñez, argumentar que en esa situación debe declararse el estado de adaptabilidad de los hijos “ para insertar a los menores en un medio familiar acorde a sus necesidades”. La Convención de los Derechos del Niño – arts. 7, 8, 9, 1 – y por ende la C.N. – art. 75, inc. 22 – no toleran que la injusticia social que emergen de la pobreza pueda ser castigada y sancionada por el propio Estado mediante su Poder Judicial y nada menos que con la inicua destrucción de la unidad familiar a través del apartamiento, internación o entrega a otras familias de los menores. La Constitución Nacional luego de la reforma de 1994 impone que el Estado debe asumir la concreción de medidas de acción positivas que garanticen la igualdad real de oportunidades y trato y el pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos por la Ley Suprema y por los vigentes Tratados Internacionales de Derechos Humanos (Art. 75 inc. 22) en particular respecto de los niños (Convención sobre los Derechos del Niño, articulo 4). En tal sentido, ya en 1981 la Comisión Interamericana advirtió que la extrema pobreza, producto de la desigual distribución de la riqueza, constituye condición de vida tan limitada por la desnutrición, enfermedades… que se halla por debajo de cualquier definición de decencia humana. Como así también la Corte Interamericana en noviembre de 1999 in re: “Villagran Morales y otros” expresó que los Estados tienen la obligación de garantizar la creación de condiciones para que no se produzcan violación a tal derecho básico. El juez debe interpretar el ordenamiento jurídico también a la luz del principio de acción positiva del Estado y en ese orden la Corte Interamericana ha dicho que la verdadera y plena protección de los niños significa que estos puedan disfrutar ampliamente de todos los derechos que le asignan los diversos instrumentos internacionales debiendo los Estados partes adoptar medidas positivas para asegurar la protección de tales derechos. La carencia de recursos materiales no puede ser fundamento para una decisión judicial de separar a un niño de su familia. Tal separación solo se justifica cuando se constata el fracaso de las medidas que debe disponer el tribunal para mantener la unidad familiar. Los padres han levantado la voz recurriendo contra la decisión de la juez de menores de ser separada de sus hijos y ese deseo también se aprecia en el informe que los médicos psiquiatras del Cuerpo Médico Forense elevaron a este S.T.J. expresando que el impacto emocional que produjo en los menores el reintegro a su hogar es positivo. El interés superior de los niños no aparece en pugna con la voluntad de sus padres, pues estos pueden y quieren hacerse cargo de sus hijos, no con sus magros recursos económicos, pero sí si el estado le brinda el plan de asistencia dispuesto por la Cámara a quo y se cumplen con las medidas dispuestas por el Cuerpo Médico Forense…( del voto del Dr. Semhan )