SER TOLERANTE 16 noviembre: Día Internacional por la Tolerancia En la escuela, como en todas partes, cada cual es distinto: hay bajos, altos, flacos, gordos, extranjeros, niñas, niños... ¿Por qué a veces los rechazamos y nos burlamos de algunos? Puede ser porque nos dan miedo, porque no queremos compartir nada con ellos, o porque no tenemos confianza en nosotros mismos. Ser tolerante es respetar a los demás con sus diferencias físicas, de religión, de modo de vida y de pensar, etc. Es tener curiosidad por los demás y no aceptar los tópicos y las habladurías que se producen sin conocer a las personas. Es ver lo que nos acerca más que lo que nos separa. A pesar de nuestras diferencias, pertenecemos todos al género humano y cada uno de nosotros, hombre, mujer o niño, es único e importante . La tolerancia abre más espacio en el corazón para que quepan más amigos. ¿Por qué sigue habiendo guerras en el mundo? ¿Por qué se hace sufrir y morir a tantos seres humanos? ¿Por qué se deja a tantos niños huérfanos? Porque el odio, la incomprensión, el miedo y la envidia empujan a algunos a atacar a los otros, a eliminarlos y a quitarles lo que tienen. Es fácil suponer que, después de una guerra, el vencido se sienta humillado y tenga ganas de vengarse. Pero con la ley de ojo por ojo, todos terminaríamos ciegos. Si en lugar de guerrear, se habla y se negocia sentados a la misma mesa, no hay ya vencedor ni vencido. Cuando algo se arregla dialogando, todo el mundo gana. Ser tolerante es respetar todo lo que vive en la Tierra, pensando en las generaciones futuras. Es ser solidario con los demás para combatir juntos la violencia, la miseria y la intolerancia. Ser tolerante, comprenderse, ayudarse... para construir un futuro de paz En familia tenemos que vivir juntos y a veces cuesta aguantar los defectos de los demás. ¿Será porque nos recuerdan los nuestros? En familia podemos también sentir celos... ¿Será porque creemos que nos quieren menos? Hay que tener en cuenta que para llegar a ser tolerante hay que serlo en primer lugar con uno mismo: teniendo buen humor, aceptando los propios errores y defectos. En la vida estamos aprendiendo, como el bebé que está aprendiendo a andar. Ser tolerante no significa aceptar todo. Hay que tratar de resistir a la violencia y la injusticia, con explicaciones en vez puñetazos, pero hay que ser comprensivos y tener paciencia con los que tienen defectos, porque todavía están aprendiendo. Seamos tolerantes en casa y seamos tolerantes en la vida. En el deporte, como en la vida, muchas veces tenemos miedo de no servir para nada o tenemos miedo de perder y pensar que quedamos por debajo; entonces, para defendernos, podemos ser poco deportivos y volvernos violentos o jugar de manera egoísta o hacer trampas. Sin embargo, todo el mundo sabe perfectamente que una victoria conseguida por la violencia o con trampas no tiene mérito. Podríamos transformar esas ganas que tenemos de triunfar en energía positiva para ser mejores. Ser tolerante es aceptar que hay cosas en las que uno es menos capaz que los demás, sin que perdamos por ello la confianza en nosotros mismos. Es tener espíritu de equipo, para compartir tanto las derrotas como las victorias. Ser tolerante es respetar a los adversarios y respetar las normas del juego. La tolerancia no nos quita nada, sino que, por el contrario, nos hace más fuertes por dentro Para saber más www.unesco.org/tolerance www.movimientocontralaintolerancia.com www.acpp.com [Texto e imágenes extractados de la web de la UNESCO sobre tolerancia]