03-sup.qxd 14/10/06 06:37 p.m. Page 1 Cultura La Plata, domingo 15 de octubre de 2006 3 UN PERFIL POCO CONOCIDO DEL GENIAL ESCRITOR Repaso fotográfico de aquellos viajes que hicieron feliz a Jorge Luis Borges Se trata básicamente de un recorrido por el Atlas que este maestro de la literatura universal escribió junto a su amada María Kodama. Según el propio Borges, Ginebra era la ciudad más propicia a la felicidad. Por eso, la muestra que se realiza en una sala porteña le reserva un pasaje especial “Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído” (Jorge Luis Borges 1899-1986) Este es el Atlas de Borges. Un recorrido en fotos por el mundo borgeano, basado en el libro que escribió en colaboración con María Kodama. Son más de cien imágenes en exhibición de los viajes que realizaron escritor y su enamorada, y que retratan pasajes frescos de la vida íntima en sus recorridos por distintos países. ne un sentido testimonial. La colección está compuesta por fotos de Kodama que en los viajes llevaba su cámara para captar la esencia de los lugares, sin ser una profesional de este arte. En el epílogo a la edición francesa del libro Atlas, Kodama reflexiona: “¿Qué era un atlas para nosotros, Borges? Un pretexto para entretejer en la urdimbre del tiempo nuestros sueños hechos del alma del mundo. Antes de un viaje, cerrados los ojos, juntas las manos, abríamos al azar el atlas y dejábamos que las yemas de nuestros dedos adivinaran lo imposi- El Atlas que Borges escribiera con Kodama recorre la intimidad de sus viajes por distintos países Las fotografías están acompañadas por textos y proyecciones que invitan a un emocionante recorrido En Egipto. El maestro de la literatura universal Se logra observar a la pareja en distintas circunstancias recorriendo más de veinte destinos, desde los más clásicos hasta los más exóticos. Las fotografías no pretenden tener valor técnico, sino ser el reflejo de gratos momentos en la vida de Borges y degustar junto a él las distintas regiones visitadas, que son de lo más disímiles. Acompañan a las imágenes textos que permiten ahondar aún más en la realidad vivida por el escritor y encontrar nuevos significados a su obra. orillas del Ródano, y contemplando monumentos históricos de la capital cuna del Calvinismo. Buenos Aires, por supuesto, tiene su espacio ganado. Las fotos permiten viajar también por Egipto, entre las pirámides más famosas del mundo, por Roma redescubriendo las raíces de occidente, hasta llegar a Japón para admirar la cultura milenaria oriental. El recorrido armado sobre la sala tie- * * * La alegría, el sabor de los terruños con sus idiomas, sonidos y personas, y, en definitiva, la felicidad son parte de la temática abordada por esta exhibición. Francisco Flores es el curador y sostiene que las imágenes “nos muestran a un Borges feliz... Y esto nos permite descubrir un aspecto poco abordado del autor de El aleph, que conocen quienes lo han tratado de cerca y quienes han leído bien sus páginas”. “En Atlas -agrega- habla varias ve- ces sobre este tema, se refiere a la peculiar felicidad de un paseo en globo, también dice que ha pronunciado la palabra felicidad porque cree que es la más adecuada, y revela que todos sintieron una felicidad casi física”. Asimismo, recuerda y cita un pasaje de Los conjurados donde Borges asevera: “Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso”. * * * Según el escritor, Ginebra era la ciudad más propicia a la felicidad. Por eso, en la muestra se reserva un pasaje para esta mítica ciudad que alojó durante años al célebre literato. Se lo puede ver entre sus calles, a ble: la aspereza de las montañas, la tersura del mar, la mágica protección de las islas. La realidad era un palimpsesto de la literatura, del arte y de los recuerdos de nuestra infancia, tan semejantes en su soledad”. Se puede visitar hasta este lunes, de 10 a 21, en la sala C del Centro Cultural Recoleta, ubicado en Junín 1930 de la ciudad de Buenos Aires. Julián María Iturrería