LECTURAS Lecturas del 9-noviembre-2014 (Domingo de la Semana 32) Lectura del libro de la Sabiduría 6, 12-16 La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y les sale al encuentro en todos sus pensamientos. Palabra de Dios. SALMO Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 7-8 (R.: 2b) Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica 4, 13-18 No queremos, hermanos, que vivan en la ignorancia acerca de los que ya han muerto, para que no estén tristes como los otros, que no tienen esperanza. Porque nosotros creemos que Jesús murió y resucitó: de la misma manera, Dios llevará con Jesús a los que murieron con él. Queremos decirles algo, fundados en la Palabra del Señor: los que vivamos, los que quedemos cuando venga el Señor, no precederemos a los que hayan muerto. Porque a la señal dada por la voz del Arcángel y al toque de la trompeta de Dios, el mismo Señor descenderá del cielo. Entonces, primero resucitarán los que murieron en Cristo. Después nosotros, los que aún vivamos, los que quedemos, seremos llevados con ellos al cielo, sobre las nubes, al encuentro de Cristo, y así permaneceremos con el Señor para siempre. Consuélense mutuamente con estos pensamientos. Palabra de Dios. R. Mi alma tiene sed de ti, Señor, Dios mío. Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 1-13 Señor, tú eres mi Dios, yo te busco ardientemente; mi alma tiene sed de ti, por ti suspira mi carne como tierra sedienta, reseca y sin agua. R. Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes. Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite, mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos. Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas. Pero a medianoche se oyó un grito: "Ya viene el esposo, salgan a su encuentro." Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes: "¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?" Pero estas les respondieron: "No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado." Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta. Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: "Señor, señor, ábrenos." Pero él respondió: "Les aseguro que no las conozco." Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.» Sí, yo te contemplé en el Santuario para ver tu poder y tu gloria. Porque tu amor vale más que la vida, mis labios te alabarán. R. Así te bendeciré mientras viva y alzaré mis manos en tu Nombre. Mi alma quedará saciada como con un manjar delicioso, y mi boca te alabará con júbilo en los labios. R. Mientras me acuerdo de ti en mi lecho y en las horas de la noche medito en ti, veo que has sido mi ayuda y soy feliz a la sombra de tus alas. R. Palabra del Señor. ______________________________________________________________________________________________________________________________________________ Este es un servicio de la Comunidad de Vida Cristiana CVX de Chile. Para suscribirse, enviar un e-mail a: mcollado@lecturas.cl con nombre, correo y lugar de residencia LECTURAS Homilía de J.A. Pagola ENCENDER UNA FE GASTADA La primera generación cristiana vivió convencida de que Jesús, el Señor resucitado, volvería muy pronto lleno de vida. No fue así. Poco a poco, los seguidores de Jesús se tuvieron que preparar para una larga espera. No es difícil imaginar las preguntas que se despertaron entre ellos. ¿Cómo mantener vivo el espíritu de los comienzos? ¿Cómo vivir despiertos mientras llega el Señor? ¿Cómo alimentar la fe sin dejar que se apague? Un relato de Jesús sobre lo sucedido en una boda les ayudaba a pensar la respuesta. Diez jóvenes, amigas de la novia, encienden sus antorchas y se preparan para recibir al esposo. Cuando, al caer el sol, llegue a tomar consigo a la esposa, los acompañarán a ambos en el cortejo que los llevará hasta la casa del esposo donde se celebrará el banquete nupcial. Hay un detalle que el narrador quiere destacar desde el comienzo. Entre las jóvenes hay cinco «sensatas» y previsoras que toman consigo aceite para impregnar sus antorchas a medida que se vaya consumiendo la llama. Las otras cinco son unas «necias» y descuidadas que se olvidan de tomar aceite con el riesgo de que se les apaguen las antorchas. Pronto descubrirán su error. El esposo se retrasa y no llega hasta medianoche. Cuando se oye la llamada a recibirlo, las sensatas alimentan con su aceite la llama de sus antorchas y acompañan al esposo hasta entrar con él en la fiesta. Las necias no saben sino lamentarse: «Que se nos apagan las antorchas». Ocupadas en adquirir aceite, llegan al banquete cuando la puerta está cerrada. Demasiado tarde. Muchos comentaristas tratan de buscar un significado secreto al símbolo del «aceite». ¿Está Jesús hablando del fervor espiritual, del amor, de la gracia bautismal…? Tal vez es más sencillo recordar su gran deseo: «Yo he venido a traer fuego a la tierra, y ¿qué he de querer sino que se encienda?». ¿Hay algo que pueda encender más nuestra fe que el contacto vivo con él? ¿No es una insensatez pretender conservar una fe gastada sin reavivarla con el fuego de Jesús? ¿No es una contradicción creernos cristianos sin conocer su proyecto ni sentirnos atraídos por su estilo de vida? Necesitamos urgentemente una calidad nueva en nuestra relación con él. Cuidar todo lo que nos ayude a centrar nuestra vida en su persona. No gastar energías en lo que nos distrae o desvía de su Evangelio. Encender cada domingo nuestra fe rumiando sus palabras y comulgando vitalmente con él. Nadie puede transformar nuestras comunidades como Jesús. ENCENDER LAS LÁMPARAS Se nos apagan las lámparas. Entre los primeros cristianos había, sin duda, discípulos «buenos» y discípulos «malos». Sin embargo, al escribir su evangelio, Mateo se preocupa sobre todo de recordar que, dentro de la comunidad cristiana, hay discípulos «sensatos» que están actuando de manera responsable e inteligente, y hay discípulos «necios» que actian de manera frívola y descuidada. ¿Qué quiere decir esto? Mateo lo explica al recoger dos parábolas de Jesús. La primera es muy clara. Hay algunos que «escuchan las palabras de Jesús», y «las ponen en práctica». Toman en serio el Evangelio y lo traducen en vida. Son como el «hombre sensato» que construye su casa sobre roca. Es el sector más responsable: los que van construyendo su vida y la de la Iglesia sobre la autenticidad y la verdad de Jesús. Pero hay también quienes escuchan las palabras de Jesús, y «no las ponen en práctica». Son tan «necios» como el hombre que «edifica su casa sobre arena». Su vida es un disparate. Construyen sobre el vacío. Si fuera sólo por ellos, el cristianismo sería pura fachada, sin fundamento real en Jesús. ______________________________________________________________________________________________________________________________________________ Este es un servicio de la Comunidad de Vida Cristiana CVX de Chile. Para suscribirse, enviar un e-mail a: mcollado@lecturas.cl con nombre, correo y lugar de residencia LECTURAS Esta parábola nos ayuda a captar el mensaje fundamental de otro relato en el que un grupo de jóvenes salen, llenas de alegría, a esperar al esposo, para acompañarlo a la fiesta de su boda. Desde el comienzo se nos advierte que unas son «sensatas» y otras «necias». Las «sensatas» llevan consigo aceite para mantener encendidas sus lámparas; las «necias» no piensan en nada de esto. El esposo tarda, pero llega a medianoche. Las «sensatas» salen con sus lámparas a iluminar el camino, acompañan al esposo y «entran con él» en la fiesta. Las «necias», por su parte, no saben cómo resolver su problema: «se les apagan las lámparas». Así no pueden acompañar al esposo. Cuando llegan es tarde. La puerta está cerrada. El mensaje es claro y urgente. Es una insensatez seguir escuchando el Evangelio, sin hacer un esfuerzo mayor para convertirlo en vida: es construir un cristianismo sobre arena. Y es una necedad confesar a Jesucristo con una vida apagada, vacía de su espíritu y su verdad: es esperar a Jesús con las «lámparas apagadas». Jesús puede tardar, pero no podemos retrasar más nuestra conversión. José Antonio Pagola Reflexión Jesús quiere prevenir a su comunidad contra la "seguridad" que una vida cristiana puede alimentar. Quienes aún esperan algo, "no lo tienen todo todavía". No se pueden sentir seguros los que tienen al Señor aún por venir. La historia refleja bien las costumbres del tiempo de Jesús: un cortejo de jóvenes llevando candelas que acompañaba a la novia hasta la casa del novio; el retraso de éste demora la fiesta; la luz se hace aún más necesaria, esa luz cuyo mantenimiento era su responsabilidad. No sabiendo cúando se presentaría el esposo, algunas se proveyeron de aceite: su prudencia les permitió introducirse en la fiesta. Esto nos deja a nosotros una enseñanza. No basta con vivir "esperando" al Señor para gozar de su presencia: hay que estar preparados por si se retrasa y responder de la luz encomendada. Hoy la palabra de Dios centra nuestra atención en una de las actitudes que mejor caracterizan la vida del cristiano, la esperanza. Buena falta nos hace que Jesús en el evangelio nos advierta del riesgo que corremos, cuando no nos preparamos con inteligencia para su llegada. Es que vivir esperanzados, no resulta fácil. Nos resulta bastante sencillo contentarnos con lo que logramos hoy y quizá nuestra mayor lucha es tratar de conservar lo que ya tenemos. Sin embargo, poner empeño en conseguir algo que todavía no tenemos, nos resulta mucho más difícil. Hemos perdido la capacidad de "creer" en algo mejor, y entonces no somos "capaces" de salir a buscarlo. Un cristiano debe ser feliz, no sólo por lo que tiene, sino también por lo que "espera". Pero el Señor nos dice que no basta con que conservemos la fe en Dios si no se mantienen todas nuestras esperanzas en él. Sólo quien estuvo preparado, con las lámparas encendidas y provisto de aceite por lo que pudiera ocurrir, entró con el novio al banquete; todas las doncellas fueron invitadas, pero algunas perdieron su oportunidad por falta de previsión; no fueron lo suficientemente precavidas como para contar con un retraso del esposo; no se prepararon para soportar la espera y no fueron esperadas cuando el novio llegó; por no poder mantener la luz de sus lámparas, no gozaron de la fiesta para ellas preparada. Este es el peligro sobre el que nos advierte Jesús: el retraso de su llegada nos ha vuelto perezosos; no creyendo que pueda venir hoy, tampoco lo esperamos mañana y nuestra luz, como nuestra mejores ilusiones, son para otros: sean proyectos por realizar o personas por querer. ______________________________________________________________________________________________________________________________________________ Este es un servicio de la Comunidad de Vida Cristiana CVX de Chile. Para suscribirse, enviar un e-mail a: mcollado@lecturas.cl con nombre, correo y lugar de residencia LECTURAS Quien cree de verdad que Dios puede llamar a nuestra puerta en cualquier momento, sabe que ha de estar siempre dispuesto a responder: tener la certeza de que Dios está en camino hacia nosotros. Y,... que se retrase debe llenarnos de precauciones. Pero en definitiva, para "esperar" a Dios, hay que "amarlo". Sólo esperamos y echamos de menos a quien amamos. No esperamos a quien dejamos de amar. Por eso la razón más fuerte para nuestra falta de atención es que no amamos suficientemente a Dios como para sentir la falta que nos hace. A quien ama de verdad a quien espera, su retraso no le impide estar despierto; más bien le quita el sueño, le llena de recursos para esperarlo mejor. En un mundo que sabe poco de esperanza, los cristianos, que amamos a quien está por venir, tenemos una misión que cumplir: llenar de luz la noche hasta que llegue el día del Señor. Pidámosle hoy a María, que nos enseñe a ser esa luz que el mundo necesita mientras Cristo llega, pidámosle a ella que nos ayude a amarlo cada vez más, para "esperar" preparados su venida.. (Extractado del servicio “Unos Momentos”) COMENTARIO TEOLOGICO En estos domingos «finales» del año litúrgico, los textos nos dirigen una invitación a reflexionar sobre el «fin» de toda existencia. Éste fin es considerado no sólo como la meta en que la vida adquiere realización o acabamiento, sino también como la meta del caminar histórico colectivo del ser humano y de la realidad toda. Semanas para contemplar este aspecto ineludible de nuestras vidas. La primera lectura, del Libro de la Sabiduría, es un himno que canta los maravillas de la Sabiduría. Ésta sale al encuentro de quienes la buscan, de quienes la aman, y ella misma se muestra. La sabiduría es una cualidad, una manera en que Dios se manifiesta a quienes realmente le buscan. La única condición para que este encuentro se llegue a dar, es estar abierto a la sabiduría, buscarla; como se busca a Dios. (Importante darse cuenta de que la Sabiduría es presentada en este libro como «personificada», pero no «hipostasiada»: la personificación es simplemente una figura literaria, una forma de hablar). Por su parte Pablo, en la carta a los Tesalonicenses, intenta responder las dudas de algunos hermanos que han ingresado hace poco a la comunidad. Estos hermanos consideran desfavorecidos a los difuntos porque iban a estar ausentes de la cercana venida del Señor. Pablo reafirma la enseñanza que él recibió. Los que murieron en Jesús estarán presentes con él en el último día. Ellos resucitarán en primer lugar y los que quedemos seremos llevados al Señor. Por que si creemos que Jesús murió y resucitó, Dios llevará consigo a quienes murieron en Jesús, pues para Pablo en el bautismo, expresión de conversión, nos sumergimos en la muerte del Señor para resucitar con él; así mismo quienes murieron con Cristo resucitan con él porque han participado del camino, del seguimiento, y la alegría por continuar anunciando la Utopía de Dios, que llamamos Reino. Terreno difícil para distinguir lo que es sustancia de nuestra fe –o de nuestra esperanzasin confundirla con una cosmología o mitología del tiempo y de la cultura helenista que no era la de Jesús... teniendo en cuenta que la cosmología o representación de la vida y la muerte en la cultura de la sociedad en que vivió Jesús tampoco son para nosotros «Palabra de Dios»... El evangelio del día de hoy nos trae la parábola de las diez vírgenes, prudentes y necias, que estaban esperando al novio. No dice a sus novios o a los novios. «El novio» designa a Jesús mismo (Mateo 9, 15). Y recordemos que el reino de Dios también es simbolizado con un banquete de bodas... La parábola nos enseña que el final de cada persona depende del camino que se escoja, que de alguna manera, la muerte es consecuencia de la vida –prudente o necia- que se ha llevado. Muchachas necias son las que han escuchado el mensaje de Jesús pero no lo han llevado a la práctica. Muchachas prudentes son las que lo han traducido en su vida, por eso entran al banquete del Reino. De esta manera, la lectura del evangelio se enmarca en la preocupación de los cristianos recién convertidos de la comunidad de Tesalónica, Grecia, (los Tesalonicenses), la preocupación por el final de los tiempos. ______________________________________________________________________________________________________________________________________________ Este es un servicio de la Comunidad de Vida Cristiana CVX de Chile. Para suscribirse, enviar un e-mail a: mcollado@lecturas.cl con nombre, correo y lugar de residencia LECTURAS La parábola es una seria llamada de atención para nosotros. "ustedes velen, porque no saben el día ni la hora". No dejen que en ningún momento se apague la lámpara de la fe, porque cualquier momento puede ser el último. Estén atentos, porque la fiesta de la vida está teniendo lugar ya, ahora mismo. El Reino está ya aquí. Enciendan las lámparas con el aceite de la fe, con el aceite de la fraternidad, de la caridad mutua. Nuestros corazones llenos así de luz nos permitirán vivir la auténtica alegría aquí y ahora. Los demás, los que viven a nuestro alrededor se verán también iluminados, conocerán también el gozo de la presencia del Novio esperado. Jesús nos pide que nunca nos falte ese aceite en nuestras lámparas. Ciertamente tenemos que aprovechar el momento presente, pero para construir fraternidad, no para buscar de manera egoísta nuestro propio bienestar. Las vírgenes necias pusieron otro aceite en sus lámparas: el que sólo sirve para alumbrar egoístamente nuestro camino. No pudieron entrar en la fiesta de la boda. Y si hubiesen entrado no hubiesen entendido absolutamente nada. En la fiesta de la hermandad los que sólo miran por su propio interés se aburren. Sería bueno preguntarnos de qué tipo es el aceite que alimenta nuestras lámparas. Sería bueno examinar cómo trabajamos día a día para aumentar la intensidad de nuestro fuego, y de nuestras reservas. ¿O acaso desperdiciamos las ocasiones de crear fraternidad, de amar y servir a los hermanos? Para la revisión de vida Mi vida: ¿es una vida de futuro, de esperanza…? ¿Pienso en el futuro decisivo? ¿Me lo planteo suficientemente, a pesar de su misteriosidad? ¿Está nuestra vida demasiado absorbida por los detalles pequeños y diarios, sin previsión de futuro, sin la prudencia de poner en el centro la búsqueda de la Utopía del Reino? Para la reunión de grupo Estos domingos últimos los temas de los evangelios son la esperanza, el futuro, el final… y sus evangelios están tomados del capítulo 25 de Mateo. Repasemos las características de la parte apocalíptica que está al final de los evangelios sinópticos… - - - Sabiduría no es erudición, sino saber entender y vivir la vida, saber analizar las cosas, las situaciones y experiencias… con los ojos de Dios. Digamos qué es la sabiduría con palabras y referencias de hoy. ¿Dónde está la sabiduría en nuestra civilización actual? La carta a los tesalonicenses dice: «No queremos que vivan ustedes como personas que no tienen esperanza»… Preguntémonos: la esperanza… ¿es sólo de los cristianos? ¿Pueden tener esperanza los ateos? ¿Se puede tener esperanza si no se cree en la resurrección? El llamado a la «vigilancia» es un mensaje recurrente en el evangelio. En el fragmento de hoy es claro. Concretamente en la sociedad de hoy, volcada sobre sí misma, atenta sólo a «disfrutar de la vida», ¿qué puede significar el llamado de Jesús a estar vigilantes? Para la oración de los fieles Por la Iglesia, para que renueve su esperanza y sepa ofrecerla con humildad a la humanidad. Oremos. Por todos aquellos que buscan conocer la vida en profundidad, para que se encuentren con el Dios Padre que cuida de todos nosotros y nos llama a vivir como hermanos. Oremos. Por todas las personas, para que encuentren en su vida la luz que les lleve a discernir y dejar los ídolos que alienan y no salvan. Oremos. Por todos aquellos que viven afligidos al ver la muerte como un callejón sin salida, para que la Buena Noticia los abra a la esperanza y dé sentido a sus vidas. Oremos. Por todos los que viven instalados en lo superfluo de la vida, para que descubran la hermosa tarea que tenemos todos de transformar el mundo en una sociedad solidaria. Oremos. Por todos los difuntos, para que gocen ya de a deseada plenitud de la vida, junto al Padre. Oremos. Oración comunitaria Dios, Padre nuestro, ayúdanos para que sepamos vivir con toda responsabilidad y esperanza, como nos enseñó Jesús, de manera ______________________________________________________________________________________________________________________________________________ Este es un servicio de la Comunidad de Vida Cristiana CVX de Chile. Para suscribirse, enviar un e-mail a: mcollado@lecturas.cl con nombre, correo y lugar de residencia LECTURAS que se alejen de nosotros el desánimo, la tristeza y la desesperanza y podamos trabajar libremente en la construcción de tu Reino. Por Jesucristo. Dios Padre y Madre de toda la Humanidad, que nos invitas a vivir con intensidad nuestra corta vida, cuidando siempre de que el aceite arda en las lámparas de nuestros corazones: ayúdanos a amar a fondo a todo lo que vive y existe, y a ser dadores de vida y de esperanza. Esto nosotros te lo pedimos apoyados en Jesús, tu hijo, hermano nuestro. Amén. (Extractado del servicio “Koinonía”) ______________________________________________________________________________________________________________________________________________ Este es un servicio de la Comunidad de Vida Cristiana CVX de Chile. Para suscribirse, enviar un e-mail a: mcollado@lecturas.cl con nombre, correo y lugar de residencia