EL CONDE NEGRO Y EL GENERAL JUAN JOSÉ NIETO: Epígrafe: “El tiempo mengua las hazañas, las empequeñece y las vuelve algo insignificantes y banales. En la hojarasca de los años y el transcurso de los siglos se han acabado perdiendo por ese motivo el nombre de muchos héroes y la épica de bastantes momentos”, escribe J.ORS – Madrid – periódico La Razón, comentando el libro “El Conde Negro” de Tom Reiss, Ana – Grama – 600 Páginas. INTRODUCCIÓN: La anterior afirmación, la hace el citado periodista el miércoles 24 de diciembre de 2014 en el suplemento “La Razón y más” de dicha publicación, refiriéndose a Alejandro Dumas, cuya vida presenta varias semejanzas con la de Juan José Nieto, que ha continuación me he permitido presentar a la Academia, así: Era Dumas un soldado de metro y cinco de estatura, figura de atleta, y fama de duro y valiente; un tipo bravío, templado, forjado en el yunque de las contrariedades, célebre por su espada, y también por su arrogancia, que disfrutó en el París prerrevolucionario de abundantes amantes, conquistas y proezas. Creció en el ejército como jinete diestro, participó en las campañas italianas de Francia, hizo frente a los austríacos en diversas ocasiones, permaneció en Egipto junto a Napoleón y se convirtió en un admirado oficial. Un retrato intachable si no fuera por un pequeño detalle: El color de su piel. Alejandro Dumas, padre del famoso novelista cuya vida inspira la historia del Conde de Montecristo llena de símbolos masonicos, abuelo del autor de “La Dama de las Camelias”, había nacido en la colonia francesa de Saint – Domingue en 1762. Era hijo de Antoine Alexandre de Lisle y de una esclava negra, y su piel, por tanto, no engañaba a nadie, respecto a cuál era su origen. En aquellas tierras atlánticas aprendería a 1 luchar, manejar el sable, desenvolverse entre bravucones, revolucionarios, peleas, injusticias, insurrecciones y trifulcas de toda clase. Pero también, asumiría en ese largo periodo los modales apropiados para cualquier caballero de buena cuna que deseara comportarse correctamente en las ajetreadas metrópolis europeas. Sigue diciendo J. ORS, que fallecido Dumas, los antiguos compañeros de batallas jamás reivindicaron para la familia de su viejo camarada de armas la limosna de una soldada que paliara las necesidades de su viuda y sus hijos; que poco después de ingresar a la Academia Militar sostuvo un triple duelo del cual salió triunfante; que la acentuada personalidad de Dumas jalonada de victorias y hechos militares, junto a su destacada presencia, levantó, desafortunadamente, la envidia de un personaje que encontró en su trayectoria militar: Napoleón, quien sintió celos de Dumas según narra el médico de la expedición a Egipto, Doctor René – Nicolás Desgemettes así: “Entre los Musulmanes, los hombres de todas las clases que pudieron ver al General Bonaparte se asombraron de lo bajito y flaco que era. De entre nuestros generales, el que más los asombró por su aspecto fue Dumas, el general en Jefe de la Caballería. Hombre de color, y con aire de Centauro, cuando lo veían cruzar a caballo las trincheras, yendo a rescatar prisioneros, todos creían que él era el Jefe de la expedición”. Después de lo anterior Napoleón experimentó una enquistada rivalidad, robándole honores a Dumas quien siempre respondió a eso con unas cartas que no dejaban lugar a dudas de que éste no le imponía demasiado respeto, ya que ingresó como soldado raso – a pesar de que podía haber entrado en una escala superior – para alcanzar los galones de general; que al igual que otros muchos, siempre respetó y respaldó los ideales de “Libertad, igualdad y fraternidad” en su convicción de ciudadano y hombre de color, a pesar de que la Revolución Francesa abolió la esclavitud solo en Francia y no en sus colonias, donde existían fuertes intereses económicos debido a las plantaciones azucareras. Sus éxitos bélicos bajo el liderazgo de Bonaparte en la toma de Mantua, los nevados de los Alpes, el desierto de Egipto, algunos exagerados por sus admiradores, lo convirtieron en un personaje carismático, hasta el punto de que su suegro no vio problema en que contrajera matrimonio 2 con su hija a pesar de su piel; no mostrando jamás; y a pesar del ambiente de la época, peligroso desde 1789, donde cualquiera, en el Régimen del Terror, podía ser denunciado y guillotinado en una plaza pública; temor ante la autoridad, mostrando siempre la cara, exponiendo sus puntos de vista sin pensar en las consecuencias. Murió por las secuelas dejadas en el por un encarcelamiento en una fortaleza italiana al regresar del Cairo y un intento de envenenamiento, pidiendo su incorporación al ejército, en lo que nunca fue complacido por Napoleón, quien, dicho sea de paso, no había hecho nada para liberarlo [1. La Razón – miércoles 24 de diciembre de 2014 – cultura Pág. 63. Madrid]. I JUAN JOSÉ NIETO HISTORIA FAMILIAR Fueron sus padres Don Tomás Nicolás Nieto y Doña Benedicta Gil, el primero curandero, partero, albañil, pequeño industrial casero que fabricaba mechas de algodón en grandes bolas que salía a vender en mula en los pueblos cercanos de Tubará, Saco y la Chorrera donde sus habitantes empleaban las mechas para fabricar a su vez velas de sebo y colocarlas en veleros de latón. Doña Benedicta, por su lado, era una experta en la elaboración de sombreros trenzados; pobres dignos ambos, español el primero, mestiza oriunda de Tubará, la segunda, quienes hacían su mercadeo hasta Cartagena, para lo cual tomaban el camino de Cibarco y se embarcaban en bote o goleta en Puerto Caimán, lo que dio lugar a que folclóricamente le apodaran el “General Mecha”. En este trasegar y en uno de esos viajes, nace Juan José al pié de un árbol frondoso de mata- ratón, en un buen parto asistido por su padre quien se encargó 3 él mismo de cortar el ombligo con su macoca. Todo esto ocurre al pasar por el sitio conocido como la “Loma del muerto” a un lado de Cibarco, en vía a Tubará. [2. El Presidente Nieto – Orlando Fals Borda – 2° Edición – Ancora 2002]. Para la aplicación del Método de Investigación Psicoanalítica a la historia datos como los anteriores son importantes por las siguientes razones: a- Cuando el niño nace, lo espera Otro del Lenguaje (Simbólico, imaginario y real). b- Este Otro del Lenguaje está integrado por un gran Otro (cultural) Otro Primordial (padre) Y Otro Arcaico (mensajes inconscientes transmitidos desde lo más antiguo). c- El deseo consciente e inconsciente de quienes lo esperan por haberlo deseado, será definitivo para la estructura mental del infante. [3, Circulo de Estudios Psicoanalíticos del Litoral Caribe – Seminario sobre práctica analítica – 3 años – 1996 – 1998]. La relación del tema del lenguaje y el de la historia, según Jaques Lacan, se explica porque su originalidad consiste en que: “sus medios son los de la palabra en cuanto ella confiere a las funciones del individuo un sentido; su campo es el del discurso concreto en cuanto campo de la realidad transindividual del sujeto; sus operaciones son las de la historia en cuanto ella constituye la emergencia de la verdad en lo real. [4. Jesús Fierro Bayona “El individuo en la cultura y la historia” Pág. 31. Ensayos de Filosofía y Psicoanálisis – Ediciones Uninorte – 2009]. En este orden de ideas encontramos que el entorno familiar que esperaba a Juan José estaba marcado por el lenguaje realista – mágico del caribe de esa época. Su padre parece un Melquíades Macondiano, español en el ardiente Baranoa, curandero, partero, es decir Médico en su imaginación, albañil, comerciante, dueño de una pequeña empresa familiar, capaz de atender el parto de su primer hijo y además ascendido a “General Mecha” por el lenguaje popular de la época 4 caracterizada por una fuerte influencia del lenguaje castrense, personaje este que permite un vuelo imaginario por un pasado muy interesante donde adquirió todos estos entrenamientos; indudablemente osado, creativo y aventurero. Y del otro lado su madre mestiza, tejedora de sombreros cargada de todo el imaginario indígena, madre responsable y cuidadosa de sus hijos. Ambos en la lucha por la subsistencia se convierten a ratos en navegantes que desafían todos los riesgos que corría una mujer embarazada en esos tiempos, con la seguridad de resolver cualquier problema, aun los que trae el parto; ……… indudablemente a Juan Antonio lo estaba esperando un entorna familiar apropiado para la estructura de una personalidad como la suya. II EL NIÑO JUAN JOSÉ Era el mayor de 5 hermanos, José Manuel, Bartola, Librada y Francisca (Pacha), a todas luces lo que Alfred Adler define como un niño sano: “también éste quiere ser grande, fuerte, dominar, “como el padre”, y subordina su vida a ese objetivo final. A partir de entonces, el niño perseguirá ese objetivo incesantemente en su comportamiento, en su actitud corporal y mental, persecución que se traduce en su mímica imitativa, en la copia de rasgos psíquicos idénticos a los que ofrece el modelo paterno. El modelo se constituye en guía hacia la meta “masculina”, en objetivo de una línea directriz hacia la virilidad. (5 – Alfred Adler – El carácter neurótico – Paidós 1978. Pág. 61). A su manera identificado con la metáfora paterna, sería partero, curandero, médico, comerciante, empresario y general en su inconsciente, exteriorizado en un real espiritual, social, ambiental, sicológico y corporal, de líder carismático. 5 Aparece así, un niño fornido, de piel cetrina clara (o trigueña oscura), ojos zarcos verdosos, nariz recta y amplia, labios finos, cejas arqueadas y cabello negro medio rizado, es decir, un mestizo o de la raza “cósmica” trietnica, compuesta de mezclas variables de blanco indio y negro, que ha llegado a caracterizar a los costeños colombianos, cuyos orígenes están excelentemente descritos y probados entre otros por dos ilustres miembros de esta academia, los ya fallecidos doctores Roberto Arrazola Caicedo y Nicolás del Castillo Mathieu, en sendas investigaciones de reconocimiento nacional. El Otro del Lenguaje, que esperó y estructuró a Juan José, es el que explica, en nuestro sentir lo especial que lo distinguía de su entorno: su fascinación por los libros, que así como aprendió solo a hacer mechas, socolar bien el monte y cortar pita sin picarse el talón, también aprendió solo a leer y escribir sirviéndose de los repujados novenarios pequeños de letras doradas que le prestaba Teodoro, el mayordomo del Conde don Andrés, y con el fin secreto de aprovechar la corta biblioteca parroquial, aceptando servir de monaguillo al cura del pueblo, don Antonio Rojo, quien le había observado la chispa del ingenio, aceptado, además cuidar de la imagen de Santa Ana, la Virgen milagrosa a quien se había dedicado el pueblo por los blancos que acabaron con los indios del lugar. (La madre) [2.2. Fals Borda Ob. Cit. El político y el pueblo]. III AMBIENTE SOCIAL QUE LO ESPERABA Recordemos la fecha de su nacimiento, 24 de junio de 1804. La situación general de tierra dentro no era fácil en esos días. Cartagena se había declarado independiente de España en 1811, pero Santa Marta no y, en medio de estas ciudades Baranoa se debatía aún entre realistas y patriotas. 6 El pasajero triunfo de la Junta Suprema de Cartagena convenció a la mayoría del pueblo por la revolución, incluyendo al párroco quien alcanzó a organizar una escuela primaria en la que entró Juan José, sintiéndose la tensión por la próxima llegada de Morillo, según noticias de Venezuela, lo que efectivamente ocurrió en abril de 1815 ocupando a Barranquilla y Soledad y controlando el Río Magdalena, cuya vanguardia estaba comandada por el brigadier Francisco Tomás Morales el “Terror de los malvados americanos” con órdenes de seguir a Cartagena para abatirla por tierra, quedando Malambo, donde hubo un fuerte combate con muchos muertos, Baranóa y Sabanalarga en la ruta. No es necesario un mayor esfuerzo para imaginar el traumático estado de pánico que se vivía en esos momentos, que don Antonio el cura entregó a Juan José para que lo escondiera en la Choza de Cibarco libros y folletos envueltos en cáñamo, acto que consideramos constituyente de su actitud filosófica política libertaria posterior, dentro de los cuales aparecía el famoso “Catecismo” escrito por Juan Fernández de Sotomayor y Picón, el cura rebelde de Mompox, Masón G° 18, miembro de la Logía Las Tres Virtudes Teologales, de Cartagena, en 1809 y afiliado a la Logia Beneficencia de Cartagena en 1822, posterior Obispo de esta ciudad, quien siendo Comisario del Santo Oficio de la Inquisición en Mompox se vinculó a la causa de la Independencia en 1811, quien tuvo que esconderse en las montañas de Boyacá donde había sido elegido Presidente del Congreso de la Confederación de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, hasta que fue indultado por Gracia Real de Fernando VII, según Real Cédula expedida en Madrid el 25 de enero de 1817, posteriormente protegido por sus hermanos masones Pedro Gual y el general Santander, el congreso de la Nueva Granada, lo eligió Obispo de Cartagena en 1834, ratificado por el Papa Gregorio XVI el 19 de diciembre de 1834, eslabón fundamental en la relación con la Institución Masónica y su carrera posterior en ella. [6 – Américo Carnicelli – Historia de la Masonería Colombia – Tomo I – 1975]. Este aspecto ha sido objeto del Psicoanálisis aunque no siempre resulta válido extrapolar al campo de la psicología grupal la dinámica 7 que interviene en los conflictos psicológicos del individuo, hay ocasiones en que cabe establecer una analogía entre ambos tipos de fenómenos. Hubo quienes destacaron aspectos valiosos de la agresión y de la guerra en la medida en que satisfacen también necesidades de la naturaleza humana. (Starr, 1966). Así por ejemplo, bajo amenazas externas determinadas por el ataque de un en enemigo común, se incrementan la solidaridad y la identidad con los demás. Los seres humanos se aferran más los unos a los otros; se trascienden las barreras de clase, de educación o de credo que generalmente separan a los hombres. Pero tales barreras vuelven a resurgir cuando el peligro exterior queda superado. Paradójicamente, se añora la existencia del enemigo por los beneficios secundarios que implica: la armonía de la comunidad. [7 – L. GRINBERG. Psicoanálisis – Aspectos teóricos y clínicos – Paidos – 1ª Edición Castellana – 1981 Buenos Aires] Mudados los nietos a Tubará, más al resguardo de las tropas invasoras y más cerca al mar, a través de la familia del catalán Francisco Mauri, casado con india tubareña descubrió las culturas europeas distinta de la española, estableciéndose luego en Cartagena donde amplió sus conocimientos y su círculo de amistades catalanas e italianas, tratando de aprender francés leyendo a Corneille, Racine, Moliere, Boileau y Fenelón, admirando la revolución socialista de 1848, y lo galo hasta su muerte. Cuando decide intervenir en política lo hace como santanderista del lado del “Hombre de las Leyes”, y anti bolivariano. 8 IV 1834 Al ponerse en acto como escritor sobresalen los siguientes significantes: Derechos, deberes, hombre, sociedad, despotismo, persecución, pueblos, reos, traición, castigo, monárquico, absoluto, sistema, gobierno, dueño, cuerpo, trabajo, propiedad, consentimiento, todos ellos de un tinte liberal y democrático y contrarios a la tiranía, haciendo apología de la insurrección y muerte para los enemigos de la libertad. Un año más tarde en polémica literaria con el poeta José Joaquín Ortiz, el mismo talente se observa en las palabras siglo, gobierno tiránico, ilegítimo, conspiración, vengador de agravios. Estas observaciones del lenguaje son importantes, desde la perspectiva del método psicoanalítico aplicado a un personaje histórico, combinado con testimonios y documentos, para intentar aproximarse a su estructura mental. [8 – Historia y Psicoanálisis. Saúl Friendländer. 1989]. Lo anterior sin que dicha explicación sistemática deba excluir el procedimiento intuitivo, que debe incorporarlo y encausarlo, pero todo lo anterior partiendo de la tesis de que el inconsciente está estructurado como un lenguaje; y que a través de la búsqueda en las palabras y actos, se puede aspirar a teorizar sobre los significantes y significados que de manera inconsciente marcan el comportamiento del sujeto histórico investigado. Como ejemplo de lo anterior escuchamos sus palabras en ceremonia el 1° de enero de 1852 en la antigua Plaza de Matadero (hoy, Parque del Centenario) cuando se llevó a cabo el acto de emancipación de toda la población negra de Cartagena nacida antes de 1821: “Desde hoy se acabaron los esclavos en la Nueva Granada; y es por eso que os saludo en este día el más solemne, el más bello que ha tenido la República, porque es el día complementario de nuestra Regeneración Política: el día en que ha desaparecido para siempre de entre 9 nosotros el odioso título de señor y de esclavo, y en que ninguno de nuestros hermanos lleva colgado al cuello la ponderosa, la negra cadena de la servidumbre…… celebremos el triunfo de los sanos principios, el triunfo de la humanidad sobre la violencia….. Bien puede pesarle a los rancios privilegios, bien puede rabiar la obcecada e intransigible aristocracia (pero) nada importa; cuando el supremo bien está hecho y cuando la queja de unos pocos es impotente, no se escucha, desaparece entre el cántico de la aleluya, entre el nacional hossana que dos millones de granadinos entonan hoy en el ámbito de la República…”No creáis que al emanciparos es para vivir en la amplitud y el desenfreno de los salvajes, ni para sustraernos de las obligaciones a que están constituidos los que viven en sociedad”; “el respeto a la constitución y a las leyes, y a la defensa de la independencia y libertad de la República”. “Tantas veces mal entendida” (la igualdad); “creadas por la naturaleza y por la sociedad” (las jerarquías humanas) “de la nada hemos visto salir muchos grandes hombres”. En aras de la brevedad, concluyó esta semblanza sobre dos espíritus liberales en el año de 1848 lleno de cambios que en sentir de Fals Borda dejaron a Juan José Nieto y sus compañeros admiradores de Francia profundamente conmovidos con el derrumbamiento de la Monarquía de Luis Felipe de Orléans y la proclamación de La República, calificada como una revolución socialista por el periódico capitalino “El Día”, lo que determinaba entre los cartageneros liberales y masones el cambio de las lecturas que habían hecho de novelistas románticos como Víctor Hugo, Eugenio Sué y Alejandro Dumas que simpatizaban con las clases populares, y las de otros críticos más antiguos como Voltaire y Rousseau, Bhenthan y Say que habían agitado las reuniones estudiantiles y de profesores en los pasillos de la Universidad de Magdalena e Istmo, por la de los socialistas de Alfonso Lamartine, P. J. proudhon, Saint – Simón, y otros pensadores, lo que más tarde originó la Sociedad Democrática de Artesanos y el periódico semanal La Democracia, con oficinas en la calle Badillo N° 55 y cuyo primer número salió el 10 de abril de 1849, vendido al público a un real la copia, y con cualquier aviso gratis, 10 extrayendo Nieto de ellas como bandera de lucha en varios de sus discursos la famosa cuarteta de Louis Ménard, “Homenaje a los sublevados con cuya transcripción finalizamos este trabajo: “Vosotros dejáis antes que nosotros una tierra maldita donde Dios mismo está de parte del más fuerte, donde el pobre es esclavo, donde su raza es proscrita, donde el hambre sólo tuvo un remedio: la muerte”. FERNANDO E. BARBOZA DIAZ Trabajo para Miembro de Número 11