El Valor Llave, su papel en la nueva era de la información

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El Valor Llave, su papel en la nueva era de la información
y el conocimiento
Por: Patricio H. Ardolino
Introducción.
Desde siempre se ha dicho que todo hecho que tenga impacto económico es captado,
procesado y expuesto por el sistema contable de una compañía. Bajo esta
perspectiva, la Contabilidad resulta como una especie de “esponja” que absorbe todos
aquellos acontecimientos que repercuten en la situación patrimonial, económica y
financiera del ente. Y el objetivo final de la misma es por supuesto brindar información
para la toma de decisiones.
Ahora bien, la pregunta que nos formulamos es la siguiente, ¿Qué tipo de decisiones
nos permite tomar realmente la Contabilidad? ¿Cuáles son las necesidades de los
usuarios de la información?
La respuesta no es tan simple. Nos encontramos en una Era denominada del
Conocimiento y la Revolución Informativa. Era que trae consigo diferentes formas y
métodos de hacer las cosas y por supuesto nuevos requerimientos de información.
El conocimiento se ha transformado en el ingrediente principal de todo lo que
hacemos, fabricamos, compramos y vendemos. Como resultado, la administración de
los activos intangibles es ahora la tarea económica más importante tanto de las
personas como de las empresas y naciones.
Es por eso que cada vez más directivos e inversores manifiestan la necesidad de
nutrirse de datos ligados, por ejemplo, a la valoración de elementos como el
conocimiento o la satisfacción de la clientela.
Pero lamentablemente debemos decir que tenemos una Contabilidad de activos
tangibles. Académicos y contables han perfeccionado los sistemas logrando planes
de cuentas muy detallados sobre la parte tangible de la empresa. Mucha menos
atención han recibido los activos intangibles, salvo algunos pocos como el fondo de
comercio, gastos de investigación y desarrollo, entre otros.
¿Dónde cuadra el conocimiento entonces?
El Valor Llave.
Es muy fácil enumerar ejemplos de empresas que valen más que su Patrimonio Neto,
con respecto al importe del mismo mostrado en el balance, y también casos en que se
excede la cifra a la cual se arribaría asignando a cada componente del patrimonio su
valor corriente.
Ese plus o excedente es conocido en nuestro país bajo el nombre de Valor Llave o
Llave de Negocio.
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En su definición esencial, este intangible representará a un conjunto de factores
inmateriales que pueden otorgar a la compañía (si se manejan de forma eficiente)
ciertas ventajas comparativas con respecto a otros entes del mismo ramo, creando así
la expectativa de obtener utilidades superiores a las normales.
Los factores podrán ser: las marcas, la clientela adicta, ciertas ventajas impositivas, el
buen manejo de los recursos humanos, la cultura organizacional, la capacidad de la
gerencia, entre otros. Todos estos, generados por las empresas en el corriente y
exitoso operar de sus negocios.
Pero la Doctrina Contable ha estigmatizado la valuación y registración de la Llave de
Negocio Autogenerada. Porque como dice Fowler Newton1 no puede contabilizarse “el
valor llave generado por la empresa debido a las dificultades que implica tanto la
determinación periódica de sus valores corrientes como la medición objetiva de sus
costos históricos”.
El argumento referido al alto grado de subjetividad del componente es una realidad
inevitable, pero los contables no podemos descansar eternamente en esta posición.
La vertiginosidad con la que evolucionan y se desenvuelven los negocios hoy en día
demandan que la Contabilidad avance a su paso. Si esto no ocurriera, correríamos el
riesgo de convertir a esta herramienta, ciencia o técnica en un elemento carente de
utilidad.
¿Nuevo Concepto?. El Capital Intelectual.
Ante el hecho que la creación de riqueza se ha transformado en un acto de
inteligencia y de que la revolución en las informaciones permiten el
mejoramiento de todo tipo si su manejo es eficiente y eficaz, aparece una nueva
forma de concebir la situación patrimonial, distinta de la que tradicionalmente
conocemos.
Quienes siguen estos nuevos lineamientos explicitan que la ecuación
ACTIVO = PASIVO + PATRIMONIO NETO no es suficiente pues deja afuera
elementos importantes de la vida de la empresa.
Entonces surge a partir de aquí un concepto al cual denominan Capital Intelectual,
integrante de esta nueva ecuación:
ACTIVO + CAPITAL HUMANO + CAPITAL ESTRUCTURAL
=
PASIVO + PATRIMONIO NETO (trad.) + CAPITAL INTELECTUAL
Considerando este modelo, la contrapartida del Capital Intelectual serán todos
aquellos activos intangibles que no son más ni menos que los factores que componen
a la Llave de Negocio que mencionamos anteriormente.
1
Enrique Fowler Newton, “Contabilidad Superior”, Tomo II. Ediciones Macchi, Buenos Aires, 1993.
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Pero cabe hacer una diferenciación con respecto a la Llave de Negocio contable, pues
como premisa se establece el mantenimiento del Capital Intelectual y hasta su
revalorización periódica a diferencia de la primera que sólo es depreciada
arbitrariamente hasta su total desaparición.
La realidad es que la existencia de estos activos ocultos que agregan valor y que cada
vez tienen mayor preponderancia en los negocios actuales es reconocida en todos los
ámbitos empresariales, pero la barrera de su contabilización sigue radicando en la
imposibilidad de obtener una medición objetiva.
Hasta el día de hoy no se ha podido llegar a crear un método consensuado que
otorgue un valor monetario a esta indefinida lista de elementos. Pero más allá de este
impedimento, existen diferentes métodos a través de los cuales se han realizado
experiencias en compañías reales, muchos de los cuales han sido efectivos.
Más que interesante resulta la medición específica de los mismos a través de
indicadores como ser: indicadores de calidad, de trabajo en equipo, de eficiencia
operativa, etc... Esta practica, novedosa, otorga a los administradores la posibilidad de
identificar los elementos que, a criterio de los mismos, otorgan valor a la compañía y
de esta forma administrarlos. Pero ni pensar de poder asignar un valor monetario
objetivo para incluirlos en los Estados Contables básicos.
Desde ya que la tarea no está terminada y nosotros, los contables tenemos la misión
de crear nuevos pilares sobre los que se apoyen las estructuras contables. Si la
realidad económica de los entes evoluciona día a día, la Contabilidad de ninguna
manera puede mantenerse estática.
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